Crim – Pare nostre que esteu a l’Infern

Hablar de Crim como una banda consagrada no supone ya una carga para los tarraconenses ni un exceso de vehemencia por parte de un servidor, pues en siete años han subido todos los peldaños que hay desde cero hasta copar portadas en algunas de las revistas más prestigiosas del mundo alternativo del rock nacional así como tener la oportunidad de girar por Europa invitados por la legendaria banda punk The Adicts, a esto le sumamos sus giras nacionales acompañando a The Toy Dolls o Bad Co. Project y su presencia en dos ediciones del Barna ‘n’ Roll junto a bandas del tamaño e impacto de Bad Religion, Descendents o Lagwagon entre otros.

Todo esto sirve como ligera presentación del fenómeno Crim más que de su música en sí, concepto no menos importante pues el punk rock reivindicativo que siempre ha copado la importante escena de Euskadi quedaba coja cuando nos referíamos a la escena de Catalunya. La aparición de Crim en 2014 supuso un rayo de esperanza para el punk catalán, esperanza convertida en realidad en 2016 y sobretodo en 2017 con su segundo larga duración, el exquisito Blau sang, vermell cel.

Adri Bertran, Quim Mas, Javi Dorado y Marc Anguela dan forma a Crim no sólo con su habilidad instrumentalísitica y vocal, sino también con su pasión, descaro y rabia. Llegar tan alto en tan poco tiempo, lejos de abrumar a estos cuatro jóvenes, les permitido abrir la mente y evolucionar con cada vez menos limitaciones, lejos de estancar su sonido han logrado añadir pinceladas más heavy o hasta más pop sin que nada chirríe, pues la banda se siente cómoda con todo ello. Eso si, sin salir del guión del punk.

Guión punk bien plasmado gracias a los afilados mensajes reivindicativos, las connotaciones sociales y la queja. No hay mejor manera de desahogarse que quejándose, los temas tratan sin piedad varios temas y problemas sociales de la actualidad: el fracaso personal, la política, las injusticias, el estado de derecho, la religión o hasta el fútbol. También tienen tiempo de crear un tema autobiográfico (por así decirlo), “Caiguda lliure” se basa en los sueños vividos en su carrera como músicos: “Avui sóc viu, demà no ho sé”.

Musicalmente, cuarenta minutos de punk rock reivindicativo repartido equilibradamente en 12 temas. Con una lírica precisa a la par de afilada, encajada milimétricamente sobre una la mejor base musical hasta la fecha. Las voces de Adri siguen sonando resquebrajadas mientras los coros a cuatro voces te animan contagiosamente a cantar. Los riffs siguen siendo sumamente adictivos, veloces, ligeros, la batería al galope secunda las trabajadas melodías con un repiqueo de platos en muchos momentos sublime. Sin que ningún tema reste calidad al resultado general del álbum, podemos afirmar que la banda ha logrado crear doce nuevos himnos.

«Pare nostre que esteu a l’Infern» brutal en el que se cuestionan el porqué de la fe, en «Hivern etern» con unos coros sublimes repasan uno de los problemas más importantes que vive nuestra nación en este último lustro, los deshaucios. «Quan tornin les sirenes» nos recuerda que los aclamados Mossos d’Esquadra del 1 de octubre eran los mismos que repartieron el 15M. En «Viure o existir» repasa la ética social del siglo XXI mientras en «Potser no hi ha final» se separan de la crítica para hablar sobre la amistad.

Crim siguen en un estado de forma envidiable, sus recursos se han multiplicado, el impacto de sus letras cada vez más afiladas y contundentes sigue siendo increíble. Su evolución como banda y su crecimiento llegando a la madurez es la clave para que el futuro del punk sea suyo.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones