Crippled Black Phoenix – Great Escape

El séptimo álbum de estudio de los británicos Crippled Black Phoenix llega dos años después del notable Bronze (2016), este nuevo trabajo titulado Great Escape nos embarca en un viaje introspectivo a través de los sentimientos de su líder Justin Graves. La visión musical del talentoso artista, particularmente en este nuevo trabajo, demuestra que no le importan demasiado las composiciones tradicionales o las movimientos populares, lo que encontrarás aquí es un conjunto de guitarras amplificadas, electrónica, voces susurrantes y ritmos sombríos en más de 70 minutos de rock progresivo muy bien ejecutado.

En Great Escape se explora una amplia gama de emociones: desde la ira hasta el perdón. Se crean paisajes hermosos y desgarradores, oscuros y melancólicos, esta es la gran fortaleza de Crippled Black Phoenix pero a la vez es su cruz, pues no siempre se logra conectar con su música y más difícil para el oyente es conectar durante más de 70 minutos. Curiosamente su mejor y más aclamado álbum fueI, Vigilante (2010) que casualmente es su trabajo de menor envergadura con solo 48 minutos de duración.

Entrando en el álbum, recorremos esta hora y cuarto inmersos en rock progresivo – postrock de alta calidad, esto es innegable, vamos viajando a través de los sentimientos de Justin Graves gracias a la magnífica faena realizada por el combo de voces de Daniel Änghede y Belinda Kordic, o el fenomenal trabajo en los teclados del siempre preciso Mark Furnevall, aunque en realidad todos los músicos que participan en CBP tienen un nivel exquisito.

En Great Escape hay algunas canciones maravillosas, «To You I Give» es el primer corte tras una intrigante introducción, se trata de un tema de estilo clásico progresivo de más de nueve minutos, un tema épico y exuberante. Las hipnóticas y siniestras «Las Diabolicas» y «Madman» también tienen un nivel increíble, así como la instrumental «Slow Motion Breakdown» que logra mantener la atención del oyente en sus casi 5 minutos de duración. «Times, They are a Raging» tiene claros toques de Pink Floyd, pero la canción peca en su longitud de doce minutos que la hacen algo pesada.

A medida que avanza el disco,éste se vuelve más lento y más atmosférico, particularmente en “Nebulas” así como en el doble tema final a modo de conclusión “Great Escape, Pt. I» y “Great Escape, Pt. II» que es casi una historia propia dentro del álbum. Veinte minutos duran las dos partes del tema homónimo del disco, la primera totalmente descartable, un tema con poca alma, mientras que la segunda parte es poco menos que brillante.

CBP se sumerge con Great Escape en un mundo más oscuro y siniestro, donde cada tema lucha por encontrar la luz pero con suerte dispar. Conjuntar o recortar duración les supondría incrementar la calidad de sus trabajos pero parece que a los británicos eso no les importa mucho, pues acaban pecando álbum tras álbum de ello. Pese a todo, un notable álbum de rock de alta calidad.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones