Aquel 26 de abril de 2020 parecía que el mundo se iba a acabar. No sólo eso, sino que, además de acabarse, ante el mundo se abría un enorme abanico de posibilidades y nadie era capaz de tan siquiera de pronunciar la más mínima conjetura sobre lo que sería el mundo del metal extremo a partir de entonces.
Por suerte para todos, lo que parecía un inminente cataclismo a nivel interestelar no sólo no pasó de la fase susto, sino que además se materializó en la consecución de dos bandas de metal extremo de altísimo nivel. Por una parte, las nuevas Nervosa publicaron a principios de 2021 un nuevo trabajo nada desdeñable, y por la otra, el nuevo proyecto de las desertoras Lira y Dametto dieron forma a su proyecto de death metal Crypta con su disco debut a mediados del mismo año.
Hoy, dos años después, presentamos el segundo trabajo de este cuarteto deathmetalero brasileño, un disco semiconceptual que ahonda en la mente y en sus reacciones ante las dificultades producidas por el simple hecho de tener que vivir en este momento de nuestra historia. Tales reacciones quedan plasmadas en un trabajo con base en el death metal de los años noventa, pero aderezado con elementos muy variopintos, tales como el thrash herencia de Nervosa, el progressive o el doom. En Shades of Sorrow (2023) encontramos momentos de una velocidad brutal, pero también pasajes lentos y semimelódicos que dan forma a unas atmósferas absolutamente psicóticas y mentalmente devastadoras.
De los 13 cortes de Shades of Sorrow, tres de ellos, concretamente el primero, el séptimo y el octavo, son, respectivamente, una intro, un interludio y una outro. Todos ellos consisten en sencillos y simples arpegios de piano que describen con sus notas lo absurdos y lo depredadores que pueden resultar nuestros propios pensamientos.
A partir de aquí, encontramos temas, como hemos dicho más arriba, de una velocidad vertiginosa, tales como “Dark Clouds” o “Trial of Traitors”, de corte más melódico como “Poisonous Apathy”, “Stronghold” o el single “Lord of Ruins”, o más cercanos al metal progresivo como “The other Side of Anger” o “Agents of Chaos”. Finalmente, en “The Outsider” tenemos la excepción que confirma la regla con un tema en general más lento que los otros nueve (sin contar intro, interludio y outro). No obstante, todas ellas mantienen una cierta unidad y una tónica basada en la velocidad, en la versatilidad de la voz de Lira y en un amplísimo abanico de recursos que consiguen enriquecer un estilo musical ya de por sí no apto para todos los paladares y dar la sensación de que aquí saben lo que están haciendo.
Shades of Sorrow es un trabajo de una cierta complejidad, cargado de matices y muy apto para aquellos que disfruten con las cosas bien hechas. Contiene todos los elementos necesarios (melodía, garra, agresividad…) para que esta propuesta goce de una buena aceptación en el oyente deathmetalero medio. Si bien no es el trabajo más original del mundo, sí que podemos decir que la senda iniciada en su momento por Death o Possessed, entre otros, tiene asegurada una continuidad en manos de un cuarteto cuyos componentes, como mucho, están en la treintena. En Shades of Sorrow todo suena bien, todo suena en su sitio. En su sonido se hace evidente que no se han hecho las cosas de cualquier manera. Estamos ante un trabajo de notable alto que nos deja a la espera de futuras entregas musicales.
Soñador en tiempos de hierro, solitario corredor de larga distancia, disfruto tanto de leer un libro en el más absoluto silencio como de la música más salvaje imaginable. Y a veces escribo algo.