Hoy día 6 de junio celebramos el 25º Aniversario de uno de los álbumes más polémicos del dúo Darkthrone, el Panzerfaust, dedicado a Satyr de Satyricon y un claro homenaje a Celtic Frost con esencia de Bathory.
Nos encontramos en la Noruega del 1995, mientras se estaba cociendo el apogeo del black metal, incluyendo los asesinatos y la quema de iglesias. Con todo aquello, la estética black se convirtió en todo un icono, haciendo que grupos como Darkthrone, Mayhem, Emperor o Immortal, subieran como la espuma para convertirse en lo que son ahora: bandas de culto en el mundo del metal.
Entre toda esa rebelión y fatalidad, nuestros anfitriones sacaron el Panzerfaust, solo un año después del muy aclamado Transilvanian Hunger. Y es que Darkthrone ya habían demostrado con creces su capacidad para crear atmósferas crudas, frías y malvadas que incluso escuchándolas bajo un sol abrasador conseguían (y de hecho, lo siguen haciendo) transportarnos a la Noruega congelada del Inner Circle.
Empecemos entonces a hablar propiamente del misántropo Panzerfaust.
Quizás el Panzerfaust sea uno de los álbumes más distintos de Darkthrone, teniendo en cuenta el aura común que tenía la Unholy Trinity (el conjunto de discos de black metal clásico de la banda formado por A Blaze In the Northern Sky, Under a Funeral Moon y Transilvanian Hunger). Este es como una mezcla un poco disonante de canciones muy diferentes, es un disco menos melódico que los anteriores pero que no pierde para nada la esencia de la banda y que sigue teniendo una pervivencia del black metal clásico y sincero de sus inicios. La producción es parecida a la del Transilvanian Hunger e incluso hay canciones que muestran una especie de continuidad que sobre todo se nota en los riffs más melódicos de la primera pista «En Vind av Sorg» y quizás también en los de la cuarta «Hans Siste Vinter». Aún así, este disco es claramente más agresivo y atroz que sus predecesores.
La construcción de los temas no es demasiado intrincada. Podríamos decir que tiene algo de punk rock en la simplicidad de la batería, aunque la composición de las canciones en general es pesada y lenta, con bastantes toques de doom que densifican mucho el clima característico del estilo y crean un contexto más mortífago que acompaña de maravilla a la estética oscura black metal de la que hablábamos al principio de la reseña.
Creo que es uno de esos álbumes que o te encanta o lo odias. La controversia del álbum se basa básicamente en el primitivismo en la mezcla y en el sonido que para algunos es demasiado contundente de la voz gutural de Nocturno Culto. Es verdad que la voz se escucha bastante más alta que el resto de los instrumentos de Fenriz, provocando así un sonido algo borroso en el que a veces cuesta un poco apreciar las guitarras, aunque yo no creo que quede mal. Me parece que la voz casi gritada le da ese plus de autenticidad que coloca al Panzerfaust en lo más alto del trve kvlt black metal.
Vamos entonces con los temas uno por uno. Abren el disco con “En Vind Ar Sorg», un tema bastante melódico con un sonido de zumbidos de guitarra que perduraran durante todo el álbum y que suena a puro invierno mientras está a punto de llover en el bosque más oscuro y espeso de Noruega pasada la media noche. Quizás esta no sea la canción más representativa del álbum, la veo más como una previa algo más suave a la pura bestialidad de las pistas que se vendrán a continuación. Justo después «Triumphant Gleam», con una melodía de lo más cementerial… Muy denso, muy intenso, con una voz que es literalmente un clamor de muerte. Pasamos a «The Hordes of Nebulah», con un riff rítmico bastante simple con aires de Celtic Frost. Esta canción es quizás la más densa del Panzerfaust, puro doom profundo, lento y magnífico que nos acompaña hasta la siguiente, «Hans Sis Vinter», más melódica pero igualmente vehemente y enérgica en la composición y musicalidad.
Pasada la mitad del álbum, nos arrastramos casi hipotérmicos hasta «Beholding the Throne of Might», con otro riff simple que consiguen convertir en pura potencia y calidad. Llegamos a la sexta canción «Quintessence», quizás la más penetrante del álbum. La letra es de Varg Vikernes (Burzum, Mayhem) y bueno, no la voy a comentar mucho porque es una de esas letras sin sentido que quizás sea lo menos relevante del tema. Diría que «Quintessence» tiene el mejor riff del disco y, en consecuencia, también el más pegadizo. La voz prácticamente está desesperándose a tal nivel que parece que esté realmente muriendo de dolor y gritando durante su último aliento, brutalidad en estado puro.
Finalmente cierran con «Snø Og Granskog», el tema más diferenciado del álbum por ser un poema del novelista noruego Tarjei Vesaas recitado por Fenriz. Creo que es una forma extraña pero perfecta de cerrar un discazo de black metal y no me imagino un final mejor para el Panzerfaust, la verdad.
Resumiendo, y ya para acabar este aniversario, creo que es importante recalcar que este es un álbum referente, incluso con la precariedad expresa en el sonido. Esto es puro black metal, en la cumbre de su máxima expresión, lo más trve de lo trve. Yo diría que es un imprescindible de la banda y quizás uno de los mejores álbumes que jamás han sacado, sino el mejor.
En definitiva, el Panzerfaust es la mejor combinación entre nieve, melancolía y exasperación, una clara muestra de la creatividad del dúo Darkthrone acompañada de la tiniebla más fúnebre y desoladora.