De Haemorrhage y la disección como una de las altas artes

Antes de nada, supongo que debería disculparme contigo, querido lector, por el retraso en la publicación de este texto. Aunque ha pasado tanto tiempo desde la celebración de este concierto que tal vez no tengas ni puta idea de qué va todo este rollo y en ese caso te la traigan al pairo mis disculpas. Si es así nada más que decir, sigue tu camino y haz como si nunca nos hubiéramos conocido. Pero si por el contrario te parezco un jeta digno de tu mejor repertorio de insultos, entonces te propongo algo: ve a la sección de comentarios y escribe ahí todo lo que quieras. Yo pasaré felizmente de ti, tú te quedarás a gusto y ambos podremos continuar con nuestras vidas, en las que seguro que hay cosas que valen más la pena que esto (en mi caso al menos es así. Si en el tuyo no, te compadezco).

Y dicho esto, vayamos a lo que realmente importa: el concierto de Haemorrhage, o cómo un grupo de pirados vestidos de cirujanos y cubiertos de sangre invadieron unas instalaciones públicas y consiguieron salir de ahí sin que entrasen los Geos y la emprendiesen a tiros con todos (aunque eso me habría ahorrado la hora de camino a pie que me esperaba después). Durante las semanas previas el constante anuncio de cambios de horarios, sala e ir y venir de grupos por el cartel hacían dudar de si estábamos ante la convocatoria de un concierto o las elecciones de alguna república centroafricana, pero contra todo pronóstico (las casas de apuestas pujaban fuerte por la cancelación) la fecha salió adelante después de absorber a otro bolo de deathcore que se iba a celebrar la misma noche. Así quedó configurado un cartel dual que se reflejaba de manera explícita en la composición del público: metaleros de corte más tradicional junto a chavalines de pelo corto y dilatas a los que sacaban una cabeza y dos barrigas. Una interacción interespecie pocas veces vista con semejante nitidez y que dejaremos para las revistas de antropología, que aquí nos dedicamos a otras cosas.

Devorate the Universe

Los encargados de abrir la velada fueron los patrios Devorate the Universe, con los cuales voy a terminar rápido. Más que nada porque me los perdí y por tanto no tengo mucho que decir sobre ellos. Aunque como uno tiene conciencia y me sentí bastante mal, me he dedicado a escuchar todo lo que he podido de su discografía y he de decir que me parecen dignos de mención, embarcados en un deathcore técnico pero con espacio para la belleza más emotiva. Así que os recomiendo que les deis una oportunidad y la próxima vez que anden por vuestra ciudad no seáis mamones como yo e id a verlos.

Totengott

Así pues, quienes ejercieron de anfitriones a mi llegada fueron Totengott, hieráticos guardianes de noches sin fin capaces de invocar realidades alternas en las vibrantes notas que rompían el aire. Pese a la profunda disonancia existente entre las imágenes sugeridas en su música y el parco espectáculo visual que encontrábamos ante nuestros ojos, el grupo supo conducir un concierto de gran calidad en el que primó el espíritu rock ‘n’ roll primitivo y puro de entrega sin pausa ni concesión alguna, compaginando de manera muy acertada momentos de gran pulsión y energía desbocada con otros en los que su quietud aguardaba el estallido de la tormenta. Era difícil no quedarse embelesado ante lo hipnótico de su música, un cuadro de tonos oscuros y sobrios antes lo que se abre un paisaje majestuoso. Con un apoteósico final que mostraba sus carencias visuales y sus fortalezas interpretativas, Totengott marcó el principio de una noche que, tras resistir vendavales, parecía dispuesta a llegar hasta el final.

Setlist Totengott:

The Way of Sin
Delusion of Negation
Satan Beside You
Doppelganger II, The Abyss

Walking Dead on Broadway

Tras la visita al abismo de la mano de Totengott tocaba dar un pequeño giro narrativo para alterar el curso de la historia y mantener el efecto sorpresa: Walking Dead on Broadway, cuyo deathcore he de decir que me había hecho bostezar bastante cuando me tocó escucharlo por lo genérico de su planteamiento. Pero por mí que saquen todos los discos de mierda que quieran si eso les sirve de excusa para venir y reventar los escenarios tal y como lo hicieron en Zaragoza. Moviéndose como una manada de fieras ebrias de sangre y speed, se entregaron en cuerpo y alma a un espectáculo donde partirse algún hueso seguro que daba puntos y el movimiento quedaba prohibido. Un frenesí que tan solo encontró eco en los pocos jóvenes que habían ido a ver al grupo frente a la curiosa indiferencia del resto del público, pero que no amilanó al conjunto alemán, dispuesto a entregar hasta el último aliento. La llama que prendieron ardió con furia y fuerza durante todo el concierto y marcó un nuevo hito en una jornada que no parecía guardarse nada, todo entregado en estruendoso ofrecimiento.

Setlist Walking Dead on Broadway:

Dead Era
Red Alert
Hostage to the Empire
The Fire Never Lies
Our Idol, Our Labour, Our Pride
Slaves
Pitchblack
Dead End Utopia
Gospel of the Kingdom
Song of Courage
Benevolent Warfare

Haemorrhage

Y por fin, el plato fuerte de la noche, las principales vísceras en la mesa del cirujano carnicero, los incombustibles Haemorrhage listos para surtir con sus exquisito grindcore tumoroso. Una actuación de terror de serie B, de efectos cutres y una orientación honesta por el entretenimiento sin concesiones que hizo soltar más de una carcajada en medio de la lluvia de sangre y efluvios que caía con cada descarga de los maestros del gore. Manos amputadas, festines caníbales, incluso versiones de Camela. El horror, el horror. Si Totengott habían sido la oscuridad y Walking Dead la furia, Haemorrhage eran el slapstick más salvaje. Un show esperpéntico y feroz en el que las bromas antecedían el vomitivo miasma sónico que lo empapaba todo. Quizá el grupo no logró una impresión sonora tan impresionante o un directo tan avasallador, pero sin duda logró articular un espectáculo con todas las de la ley que cumplió en todos los apartados y en el que se pudo notar la experiencia y las ganas de quienes continúan con las ganas del primer día. Y nosotros a disfrutar del necrótico banquete, aquí o más allá de la tumba. We are the gore!

Setlist Haemorrhage:

Uncontrollable Proliferation of Neoplasm
Decrepit Dejection
Anatomized
Flesh Devouring Pandemia
Hospital Thieves
Traumageddon
We Are the Gore
Treasures of Anatomy
Dissect, Exhume, Devour…
911 (Emergency Slaughtered)
Disgorging Innards
Festerfest
Exquisite Eschatology
Deranged for Loathsome
Putrescent Necromorphism
Decom-Posers
Mortuary Riot
Oozing Molten Gristle
Prosector’s Revenge
Furtive Dissection
Forensick Squad
I’m a Pathologist

NOTA: lamentablemente, no disponemos de ninguna fotografía del evento. La imagen que preside esta crónica está extraída de un vídeo de la actuación de Haemorrhage en el pasado Shitfest (Zilina, Eslovaquia).

Juan Mari Sauras

Buscador incansable de experiencias que abran las puertas a nuevos mundos. Nunca hay suficientes libros o música, la frontera de la imaginación siempre puede ir más allá. Obsesionado con los lobos, la noche, lo gótico y demás estereotipos de joven incomprendido. Defensor de los pogos como estilo de vida.