Crónica y fotos del concierto de Accept + Phil Campbell and the Bastard Sons - Sala Razzmatazz (Barcelona), 23 de octubre de 2024

De tardeo en la Razzmatazz con Accept y Phil Campbell and the Bastard Sons

Datos del Concierto

Bandas:
Accept + Phil Campbell and the Bastard Sons
 
Fecha: 23 de octubre de 2024
Lugar: Sala Razzmatazz (Barcelona)
Promotora: Madness Live!
Asistencia aproximada: 1.900 personas

Fotos

Fotos por Ray Molinari

No dejan de ser sorprendentes estos horarios europeos que poco a poco se están instaurando en las salas de nuestras ciudades que poco tienen que ver con nuestras realidades personales laborales y que nos ponen a prueba a la hora de conseguir llegar a tiempo a la cita. A pesar de que la apertura de puertas del pasado miércoles 23 de octubre era tan temprana como las 18:00, fueron bastantes los aficionados que se acercaron a la sala para estar ahí desde el principio y poder disfrutar de cartel doble que nos proponía esta vez Madness Live!, un doble menú gourmet para aquellos amantes del heavy metal más clásico que empezó a la hora de la merienda y acabó dejándonos más que saciados a la de la cena.

A escasas horas del inicio del concierto se anunciaban pocas entradas disponibles para la cita barcelonesa y lo cierto es que si no rozaron el sold out, poco les faltó. Todo un gusto ver nuestras salas a rebosar…

Phil Campbell and the Bastard Sons

Como comentábamos, nos encontramos un muy buen aforo en el momento que Phil Campbell y familia empezó su set puntual a las 19:00 tras la intro pregabada de “Highway Star”. Phil se hace acompañar por sus Bastard Sons (Todd a la guitarra, Tyla al bajo y Dane a la batería, sustituido en esta ocasión por Paul White), además de Joel Peters a la voz, fichaje que le ha sentado a las mil maravillas dada su gran versatilidad tanto cantando temas propios de la formación como emulando a Lemmy al abordar canciones de Motörhead.

La cuestión era precisamente saber cómo iban a encarar esa dualidad que les caracteriza de temas propios / heredados de la era de Phil en Motörhead, y para la ocasión escogieron casi un equilibrio perfecto de seis / cuatro. Se nota la veteranía en la cuidada elección de esos temas del pasado de Motörhead, auténticos himnos que intercalaron sabiamente entre los propios para levantar el pabellón a nivel máximo. 

Nada mejor que escoger un tema de cosecha propia denominado “We’re the Bastards” de su disco homónimo de 2020 como carta de presentación para el inicio de su recital (a imagen y semejanza del “We Are Motörhead” de Motörhead), coreable y de gancho instantáneo que nos dejó ya a todos pendientes de lo que arriba del escenario estaba sucediendo. Un buen arranque que sirvió para entrar en el siguiente “Freak Show” ya enchufados y con ganas de más. De riffs deudores a AC/DC (sensaciones que regresaron en más de una ocasión durante el recital), viajamos al disco de debut The Age of Absurdity del 2018 con ellos, y esta vez ya pudimos comprobar que además de cuidar ritmos y melodías, también están por la labor de meter solos de guitarra interesantes, que fueron compartiendo padre (Phil) e hijo (Todd) en todo momento. Phil, desde su ubicación lateral izquierda, se dirigió a nosotros llegados este punto para introducirnos el primer tema de Motörhead que sonó aquella noche y que hizo enloquecer al respetable, como era de esperar. “Going to Brazil” es fiestera e ideal para poner a todo el mundo a bailar y cantar, un rock ’n’ roll que además nos regaló un punteo de Phil que puso el punto final al tema de manera excelsa.

“Schizophrenia” a continuación fue el primer tema de repaso a su último disco, Kings of the Asylum (2023), que ya vinieron a presentar el año pasado con gira propia, motivo por el cual deducimos no quisieron repasar de nuevo en profundidad. Gran energía la derrochada en este tema que combina contundencia con cierta oscuridad y que permitió puño en alto la interactuación del público. “High Rule” del disco de debut nuevamente, se apoyó en riffs enérgicos y repetitivitos, dando solo un pequeño respiro durante su puente más tranquilo que nos permitió apreciar la altura de las notas que es capaz de alcanzar Joel Peters, frontman que estuvo de diez en todo momento. Regresaron las palmas de manera unánime al reconocerse la intro de “Born to Raise Hell” de Motörhead, cuyo estribillo fue coreado alto y claro. Joel nos propuso el juego de dividir al público en dos mitades para competir por alcanzar el mayor volumen posible cantando, dando de esta manera cierto respiro a la banda para recuperarse llegados el ecuador del recital.

“Straight Up” sonó un tanto extraña -que no mal- en la voz de Joel (recordemos que en su original la cantaba el metal God Rob Haldford), pero la disfrutamos igualmente gracias a su contagioso ritmo vacilón que destila buen rollo por todos los costados. Como no podría ser de otra manera, la locura fue absoluta al encararse quizás el tema más emblemático de Motörhead, “Ace of Spades”. Para inmortalizar el momento, Joel nos pidió hacer una peineta y dedicarla a Tyla, bajista que dio las primeras notas del susodicho trallazo que no dejó títere con cabeza. Ante un público más que rendido, empezaron a sonar a continuación el último tema de repaso al reciente Kings of the Asylum, “Strike the Match”, un nuevo guiño a las sonoridades hard-rock más clásicas en la onda AC/DC, consiguiendo mantener la energía en las altas cotas de su predecesor.

Pero aún estaba por llegar la traca final, el broche de oro a una actuación estelar y ésta llegó de la mano, de nuevo, de otro de los himnos por excelencia de Motörhead: “Kill by Death”. Coreada masivamente, fue un gustazo despedir la noche tras 50 minutos de recital de esta manera, en una comunión perfecta banda/público y con la sensación de que vamos a continuar siguiendo la carrera de esta formación de cerca. Si su legado de la etapa en Motörhead habla por sí solo, nada que envidiar tienen los temas de cuño propio.

Setlist Phil Campbell and the Bastard Sons:

We’re the Bastards
Freak Show
Going to Brazil
Schizophrenia
High Rule
Born to Raise Hell
Straight Up
Ace of Spades
Strike the Match
Killed by Death

Accept

Puntualmente a la hora anunciada tomaban el escenario los mitad teutones mitad americanos Accept, una formación que en la actualidad funciona a modo de sexteto en sus directos, en los que además de los ya habituales Mark Tornillo a la voz, Martin Motnik al bajo, Christopher Williams a la batería, Wolf Hoffman como guitarrista y líder indiscutible de la formación y Uwe Lewis como segundo guitarrista, se ha sumado un tercer guitarra en los últimos años encarnado en esta ocasión por la figura de Philip Shouse (puesto que ocupa cuando está disponible u otros personas en sustitución cuando no lo está, tal y como nos contó el mismísimo Wolf en la reciente entrevista que pudimos hacerle). Tras más de cuarenta años de carrera y un último disco pendiente de presentación (Humanoid, 2024), nos preguntábamos poco antes de iniciar el concierto cómo se iban a organizar para poder representar toda esa longeva carrera y contentar a todos sus fans, tanto los de toda la vida como los más familiarizados con el material más reciente. La clave, tal y como pudimos comprobar, fue la larga duración de su espectáculo, permitiendo de esta manera incluir todos esos himnos que los han hecho tan conocidos y queridos entre la parroquia más metalera (surgidos básicamente en la primera mitad de los años 80 y de nuevo en su renacer a partir del 2010 coincidente con el fichaje de su vocalista Mark Tornillo y del productor Andy Sneap, quién insufló nueva vida a la formación), además de los temas más representativos de ese último disco.

Si has acudido a un concierto de Accept en los últimos años sabrás a ciencia cierta que lo que sucede en el escenario es de una precisión extrema, dejando margen nulo a la improvisación; si eso es algo o bueno, ya lo dejo a criterio de cada uno. Por un lado, tienes la garantía absoluta que todo ha sido estudiado al máximo para crear una grata experiencia auditiva y visual en el público, pero por otro, se pierde la espontaneidad del momento, esa capacidad de sorprendernos y de sentir que lo que está sucediendo ante tus ojos es único y exclusivo, propio de lo que solemos buscar en un directo. Resulta evidente que cada sonido, cada movimiento, cada comentario, han sido consensuados de antemano, casi como si te pusieras un disco una tras otra vez, ¿a qué ya sabemos lo que vamos a escuchar? Reitero que esto no tiene por qué ser algo negativo si el producto es bueno, que lo es en este caso. Accept siempre son un valor seguro con los que disfrutar de una noche colmada del heavy metal más clásico ejecutado impolutamente por unos músicos que de experiencia y maestría van sobrados.

El escenario se presentó a dos niveles, estando la batería ubicada en el superior sobre una plataforma en que los músicos podían situarse a lado y lado a voluntad. Así se inició el concierto, con los músicos repartidos en los extremos de los dos niveles, dejando el puesto central inferior para Wolf Hoffmann, que para algo es el jefe indiscutible. Unas columnas de luz laterales y un telón de fondo con la portada del disco fueron los elementos escénicos de base que pudimos ver, a los que se sumaron un completísimo juego de luces que no paró de amenizar la noche, así como unas columnas de humo que fueron apareciendo en diversas ocasiones para enfatizar ciertos temas, todo en su justo equilibrio para que los verdaderos protagonistas de la noche fueran los músicos. Desde luego, presencia escénica tiene Wolf Hoffmann, se le nota que donde más disfruta en un escenario y que, aunque es sin duda el maestro de ceremonias, deja espacio a sus compañeros para poder brillar con él. Unas pequeñas plataformas en la parte delantera del escenario también sirvieron para que pudieran elevarse sobre ellas los guitarristas cada vez que ejecutaron sus solos, abundantes y precisos. Vimos una muy buena interactuación entre Wolf Hoffmann y Philip Shouse durante toda la noche en cuanto a punteos, dejando las tareas más rítmicas para Uwe Lewis quien, aunque también participó en ellos, lo hizo en menor medida. 

Para entrar en situación, la formación nos regaló dos temas seguidos de su último trabajo, ambos escogidos como sencillos del mismo por su indudable gancho. La intro de “The Reckoning”, el primero en sonar, se prestó muy bien a dar la bienvenida, animando al público desde el minuto 0 con esos primeros potentes riffs de guitarra bien recibidos. Wolf y Phil iniciaron sus virguerías con el mástil en un solo repartido entre los dos que ya nos dejó claro que, en ese sentido, la noche iba a estar completa. 

Sin pausa empalmaron con la contundente “Humanoid”, piedra angular de su último disco. De estribillo fácilmente coreable, la interactuación con el público fue instantánea, conexión que continuó a un alto nivel durante toda la noche, 

Cabalgante entró uno de sus temas más queridos y emblemáticos a continuación, “Restless and Wild”, un trallazo que en directo siempre suena infalible y que en esta ocasión nos permitió apreciar el enorme trabajo que también ejecuta Christopher Williams a la batería, añadiendo muchos más detalles de los que podemos encontrar en la versión original.

 “London Leatherboys” bajó un poco la intensidad rítmica de lo escuchado hasta el momento, pero es otro de esos clásicos que puño en alto vuelve a ser secundado masivamente gracias a un estribillo sencillo pero efectivo. 

Puestos ya en la onda más festiva iniciada aquí, le llegó el turno a “Straight Up Jack”, el tema más desenfadado que podemos encontrar en Humanoid, ideal para transmitir buenas vibraciones en directo. 

Contrastando con lo anterior, le llegó el momento de entrar en escena a dos temas mucho más oscuros aparecidos en esta última etapa de la formación, “The Abyss” incluido en Blood of the Nations (2010) y “Dying Breed” en Blind Rage (2014), y aunque en el primero notamos cierta desconexión por parte del público, pronto fue recuperada gracias a esos hímnicos estribillos del segundo, aprovechados para hacernos interactuar cantando por primera vez. 

Y para himno, el que vino a continuación, “Breaker”, locura absoluta lo que consiguieron con él. Es increíble la cantidad de temas míticos que Accept ha conseguido cosechar a lo largo de los años, pocas son las formaciones que pueden alardear de algo así, la verdad, cosa que les viene a las mil maravillas para conseguir que los directos sean un éxito garantizado gracias a esa cantidad ingente de clásicos. 

Para clásico también parece que puede quedar “South Side of Hell” de este último disco, el siguiente tema que sonó y dejó con muy buen sabor de boca. A continuación, nos deleitaron con un medley de temas de los años 80, que según el setlist que pudimos cazar in situ, ellos denominan “Riff Orgy”. Está claro que la clave son sus riffs, tan solo tienes que ver de qué canciones se compone para darte cuenta de ello: “Demon’s Night / Starlight / Losers and Winners / Flash Rockin’ Man”. Lo de los medleys puede ser una gran solución a la hora de recuperar temas “en cantidad” cuando tu carrera consta de tantos discos, y aunque se pierde un poco la esencia de los mismos, sirve al menos como recuerdo, cosa que tampoco está nada mal en pequeñas dosis.

En relación con la situación belicosa que estamos viviendo en la actualidad, nos presentaron “Shadow Soldiers”, que versa precisamente sobre esta temática. Muy querida y coreada, permitió que Mark sacara al escenario una bandera con el logo de Accept que ondeó en cuanto consiguió desengancharla del mástil en el que se le enredó, regalándonos una de las anécdotas de la noche,

De aquí en adelante se sucedieron toda una serie de himnos clásicos, a cuál más emblemático, iniciando la secuencia “Princess of the Dawn”, coreada unánimemente desde su inicio. Genial para conseguir la interactuación del público, los músicos aprovecharon esos momentos para elevarse sobre sus plataformas delanteras y observar cómo se desgañitaban las gargantas allí congregadas.

“Metal Heart” fue el siguiente en caer, seguidos de dos más actuales por decirlo de alguna manera, “Teutonic Terror” y “Pandemic”. Qué fácil es meterse al público en el bolsillo con temas así, es sonar las primeras notas de guitarra que ya los tienes ahí arriba, ¿Puede haber algo más heavy metal que un tema que se llame “Metal Heart”? ¡Si el título ya lo dice todo! Y si encima lo tocan tres guitarras, instrumento por excelencia abanderado del heavy metal, ni te cuento… Y si encima eres capaz de meterle un extracto de música clásica y que todo el mundo lo coree como si no hubiera un mañana… ya has tocado el cielo.

“Teutonic Terror” vuelve a ser otro himno que ha conseguido crear la formación ya entrados en este siglo XXI, suena a heavy metal tradicional, pero con algo de modernidad en él, y es tan bien recibido como cualquiera de los clásicos de toda la vida, por lo que incluirlo en los setlist se hace más que necesario para aportar ese punto de frescura.

“Pandemic” también se está convirtiendo en todo un clásico, y con todo lo que hemos vivido en estos últimos años, entendemos que viene bastante a cuento su encaje. Al ser el último tema del show como tal, hubo un poco más de postureo, y tanto pudimos ver a Wolf elevado en solitario durante su solo, mientras el resto de los músicos rodeaban al batería, como al resto de guitarras tomar esa posición elevada en el momento final en que se marcaron un solo a tres, combinando tramos separados ejecutados por cada uno de ellos, como al unísono. Lo podrían haber denominado “Solo Orgy” sin ningún problema, a imagen y semejanza del “Riff Orgy” aparecido antes… Una muy buena manera de acabar la canción y abandonar el escenario para un merecido mini descanso previo a los bises.

Bises que se iniciaron al poco con más clásicos (¿cuántos llevamos ya?). Faltaban por sonar trallazos de la talla del “Fast As a Shark”, con esa intro tirolesa tan divertida que te arranca una sonrisa tan solo empezar. Mark sacó un tiburón hinchable para acabar de darle el toque de gracia y humor, que fue lanzado al público para su disfrute durante los primeros compases. Su trepidante ritmo speedico siempre es garantía de un derroche de energía extremo, y así fue una vez más, incrementando el disfrute con esas 3 guitarras que tocan al unísono el tramo reservadas para ellas.

Ya para acabar de rematar la velada nos deleitaron con un combinado de dos temas más infalibles en directo (¡menuda novedad!). “Balls to the Wall”, aunque es mucho más calmada que sus predecesoras, engancha lo suyo a la hora de ser coreada. Y es que además de su infalible estribillo, es ideal para entonar el famoso uo uo uo típico de esta canción, que permite a Wolf lucirse con su guitarra mientras va sonando de fondo.

Y si la cuestión era acabar la jornada en modo festivo total, qué mejor que hacerlo con “I’m a Rebel”, imposible resistirse a su encanto tanto a nivel vocal como cervical, Todos cantando y bailando como locos, aplaudimos largamente a la banda en su despedida.

Tras hora y cuarenta minutos de concierto impecable, no podemos hacer otra cosa que sacarnos el sombrero ante los Accept más actuales que, sin olvidar su pasado, siguen facturando muy buena música en la actualidad y llevando el estandarte de heavy metal bien alto allá donde vayan. ¡Larga vida para ellos!

Setlist Accept:

The Reckoning
Humanoid
Restless and Wild
London Leatherboys
Straight Up Jack
The Abyss
Dying Breed
Breaker
South Side of Hell
Riff Orgy: Demon’s Night / Starlight / Losers and Winners / Flash Rockin’ Man
Shadow Soldiers
Princess of the Dawn
Metal Heart
Teutonic Terror
Pandemic
—–
Fast As a Shark
Balls to the Wall / I’m a Rebel

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Sobre Susana Masanés 171 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!