¡Gracias! Es la mejor manera de empezar este artículo. Gracias a Science of Noise por darme la oportunidad de escribir, de la mejor manera que uno sabe, sobre lo que más me gusta en este podrido mundo, la Música.
Gracias a Deadyard por hacerme vibrar con el discazo que acaban de parir y que en pocos días estarán presentando en varias salas de la península.
Los catalanes Deadyard acaban de publicar Armageddon it! (2020). Su primer larga duración tras el EP de debut The Monkey Monggah (2017). Si mi compañero Xavi Prat se aventuraba a pronosticar que el último lanzamiento de Rage era de lo mejorcito de este 2020 que acabamos de estrenar, yo hago lo mismo con estos veteranos de la escena rockera nacional. Ellos mismos definen su sonido como la banda sonora de la pelea en un bar, así que si lo tuyo es el rock eléctrico y contundente con base punk no puedes dejar escapar lo que aquí te presentamos.
Estos músicos saben bien lo que se hacen, pues han militado en bandas nacionales de renombre como ‘77 o The Cannibal Queen. Formados en 2016, la banda se compone de los gamberros Pablito Migraña (voz), Carlos Santolobo (guitarra), Xavi Morell (guitarra), Rau (bajo) y Marc Morell (batería).
En Armageddon It! encontramos enormes influencias de los suecos The Hellacopters, pasando por Turbonegro hasta llegar a los primigenios Guns N’ Roses más punkarras. En definitiva, rock para movernos sin descanso y evadirnos de cualquier realidad que nos envuelva.
La evolución respecto a su anterior publicación es más que evidente, ya que se agradece la limpieza del sonido sin perder crudeza.
“The Scapist Song” es la canción que abre el disco y la elegida como uno de los singles de presentación. Sencilla y machacona al inicio, va ganando mayor intensidad apoyada por los coros de Rau, finalizando bruscamente empalmando con la introducción de “Armageddon It!”, en la que la chillona y desgarrada voz de Pablito te golpea. Pude notar una gran influencia de los Guns del Appetite en esta canción, si esa no era la intención les ha salido un temazo. Divertido y fiestero final a capella.
Todo el disco es una fiesta descarada. “Old & Angry” es la más punk del disco, de la que han hecho un vídeo, con cierto deje en la voz a lo Johnny Rotten. Poco a poco levantamos el pie del acelerador para atacar “Machinery for Sharks”, nada de balada, no me malinterpreten, siendo un tema desenfadado y pausado en el que cogemos algo de aire y nos centramos en los solos y los matices de la canción.
Por si alguien había desconectado, de nuevo aparece esa voz chillona para acelerarnos el pulso. Punk rabioso que clava la definición de la banda, “banda sonora de una pelea”. “Music’s Dead” la han titulado, nada más lejos de la realidad, los muertos deberíamos estar nosotros si no vibramos ante la apuesta de estos músicos. La acelerada “4 seconds” está pensada para enloquecer sobre el escenario y en la pista. Consigo imaginármela entre empujones. Breve y directa, no llega a los tres minutos.
No solo de punk vive Deadyard, “Stench of the City” es puro y eléctrico rock ‘n’ roll. Cuidado no tires tu copa en la engañosa pausa para a continuación aumentar la intensidad. Muy en la onda de los australianos Airbourne.
Tras una inquietante introducción “Black Hole Fun” es pausada y psicodélica, acaba fusionándose con la semiacústica “Repo Men”, canción intimista en la que la desgarrada voz de Pablito comparte protagonismo con las guitarras de Carlos y Xavi. Tema pausado para finalizar un excelente trabajo.
¡Salud y rock ‘n’ roll!
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.