Toda la discografía de Death es apabullante, son una de esas bandas reverenciadas por no tener un disco malo en su haber. Desde sus inicios ya sacaron discos que fueron fundamentales para el género del death metal, como Scream Bloody Gore (1987) o Leprosy (1988). En el ecuador de su carrera tenemos obras míticas como Human (1991), y hacia el final abrazaban del todo el progresivo con lanzamientos que quedarán para la historia, como Symbolic (1995) o The Sound of Perseverance (1998).
Hoy cumple 30 años Individual Thought Patterns, un álbum que normalmente pasa desapercibido entre tanta excelencia, pero que sigue siendo un pepinazo incontestable. Celebramos así, la treintena de este trabajo de los de Chuck Schuldiner.
Una cosa que siempre me ha llamado la atención de este período es la alineación de la banda. Este es el único disco de Death donde coincidieron dos titanes absolutos como son el bajista Steve DiGiorgio y el batería Gene Hoglan. También tuvieron al habilidoso Andy LaRocque a la guitarra solista, aunque figura solamente como músico de estudio.
Si bien Death siempre han sido un grupo muy técnico, es en este disco donde realmente abrieron todas las puertas en este sentido. Ya se pueden ver las tendencias e idas de olla que aparecen en los dos últimos trabajos de la banda, y la progresión desde Human, su predecesor, es muy clara. Justo al darle al play, nos dan en toda la cara desde el segundo uno de «Overactive Imagination», con riffs al 100% de energía y unos dobles bombos de infarto.
En los primeros años 90, el death metal técnico estaba empezando a eclosionar, y trabajos como este forman parte de la primera ola del género. En cualquiera de sus pistas encontramos complicaciones y filigranas por todos lados, ya sea en la guitarra, la batería, o el bajo, que en este caso es fretless. Algunos de los mejores momentos vienen en «In Human Form» o «Nothing Is Everything», con unas melodías de guitarra tremendas.
Momentos progresivos y más bajos de revoluciones en «Mentally Blind» o «Destiny», que nos recuerdan a otras bandas de su quinta, como Pestilence o Atheist. DiGiorgio realmente explotó su instrumento, con líneas de bajo y arreglos que corren de forma independiente.
Es cierto que no hay ninguna canción tan excelsa y a la vez relativamente pegadiza como «Crystal Mountain» o «Spirit Crusher». La mayoría requieren de varias escuchar para ser apreciadas realmente, ya que hay muchas cosas pasando a la vez y detalles sutiles en cantidades industriales. Puede que por eso, y por estar atrapado entre dos pilares como Human y Symbolic, este álbum haya quedado más en un segundo plano en la historia de la banda.
«The Philosopher» seguramente es lo más parecido a un temazo como los que decía, y de hecho fue el elegido como single y videoclip. Contiene riffs y pasajes que sí se pegan más fácilmente, y una letra mordaz que carga contra la filosofía contemporánea. Según Schuldiner, el filósofo no debería aconsejar a los demás como vivir si ni siquiera puede entender las verdades fundamentales de si mismo.
«Your mind is not your own
What sounds more mentally stimulating is how you make your choice
So you preach about how I’m supposed to be
Yet you don’t you know your own sexualityLies feed your judgement of others
Behold how the blind lead each other
The philosopher
You know so much about nothing at all»
Al fin y al cabo, Individual Thought Patterns es un disco extremadamente logrado, que aún sin ser lo mejor del catálogo de Death, si que es un elemento fundamental para entender el progreso de la banda y del death metal progresivo y técnico en general. Y a modo de postdata, recordar que tanto Hoglan como DiGiorgio forman parte de Death to All, la banda que rinde tributo a Chuck Schuldiner junto a otros ex-compañeros suyos. Ya viene siendo hora de que vengan de nuevo, después de su primera visita en el Leyendas del Rock de 2015.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.