Hay que reconocer que las redes sociales, que tanto sirven para crear perfiles de exhibición hacia la galería, habitualmente crean una imagen distorsionada de nosotr@s mism@s. Esta conclusión tan poco profunda, por su evidencia, viene bastante acorde para introducir la reseña que vendrá a continuación.
Dekta es una banda catalana afincada en Barcelona y formada en 2015 y semifinalista del W.O.A. Metal Battle Spain en 2018. Sus influencias musicales se mueven en bandas como Sepultura, Pantera, System of a Down y, si nos centramos en las fotografías promocionales del CD y de las redes, también por Slipknot, por la utilización de uniforme y máscaras personalizadas que ocultan la identidad de los músicos. Pero no se dejen engañar por las apariencias, hagan caso de sus progenitores. La de tiempo que han dedicado a inculcarnos el valor de no dejarse llevar por las primeras impresiones. Bueno, Disney también ha tenido algo que ver, pero no nos desviemos del tema.
Dekta destaca por una cuidadísima imagen, por lo que se saben vender de coña. Esta imagen puede causar alguna reticencia a causa de las inevitables comparaciones con los de Iowa, pero ¿hoy en día qué grupo está exento de comparación con algún otro hermano o primo lejano?
En lo que al disco se refiere (no sólo vamos a hablar de imagen, para eso ya está Instagram) destaca su cuidado sonido y unas trabajadas canciones que se mueven en los diferentes sonidos influenciados por los grupos de los 90 y la primera década del 2000 anteriormente citados. Sólo le encuentro una pega, pero me la reservo para el siguiente párrafo.
Dekta (2017) se compone de nueve canciones utilizando el inglés como medio de expresión, y es aquí en donde se encuentra mi pega. Es muy habitual el uso del inglés alegando que así hay posibilidades de internacionalizar la música o que surge así porque siempre se ha escuchado música en ese idioma. Desconozco los motivos que le han llevado a utilizarlo, pero si no se domina a la perfección puede alejarnos de una propuesta interesante.
El disco abre con “False”, un tema directo con una machacona base rítmica, cambios de ritmo y donde la voz va alternando partes melódicas, tono predominante en todos los cortes, con algunos fraseos rasgando y rompiendo la voz. Pero volviendo a lo comentado en el párrafo anterior, es la dicción lo que me chirría en la primera toma de contacto, sensación que me ha ido acompañando hasta que han pasado varias escuchas. En esta “False” y en “Another Man”, quinto tema, es donde las partes más melódicas dejan al desnudo el característico acento que le ponemos cuando cantamos en inglés. Pero ojo, que con esto no quiero ridiculizar ni hacer sangre, únicamente es un detalle a pulir.
“A New Age” invita a moverse con su riff de guitarra, ese groove muy Pantera genialmente acompañado por la batería y el bajo. La voz fluye melódica durante toda la canción. El final, totalmente influenciado por los texanos, acaba frenado y machacón dando paso a “Erased” que rezuma Pantera por los altavoces, sólo hay que escuchar los gritos a lo Anselmo (como en “Drag the Waters”) a partir de los primeros 25 segundos de canción. Muy destacable el trabajo de batería en esta canción y en todo el disco.
“My Paradise” tiene un comienzo muy machacón seguido de la voz filtrada a través de un megáfono, ritmos cortados y pesados. A partir del minuto y cuarenta segundos pasamos a una evidente influencia de la última etapa de SOAD a la hora de cantar y en el ritmo. Se mantendrá hasta el final.
“Another Man” es el tema “lento” del disco, un medio tiempo en el que la música se va volviendo más pesada, en sonido. Inicio con guitarra acústica, la cual se repite en otros momentos. Tema con un sonido americano muy marcado, que me perdonen si digo que lo primero que me vino a la cabeza al escucharla fue a Nickelback.
Para ponernos de nuevo en acción, “The Same Lies”. Empieza con una base rítmica a lo Slipknot, ésta vez sí, no sólo la influencia es estética. Evoluciona hacia partes muy melódicas acercándonos al rock americano más alternativo. “Losing My Life” siguen la estela alternativa con una base metalera del tema anterior.
“Look Into My Eyes” tiene una pequeña introducción seguida de una movida base rítmica, buen trabajo en los instrumentos. La voz es rasgada, dejando la limpieza y melodía de las canciones anteriores hasta que llegamos al estribillo, donde vuelve a recuperar la modulación melódica. Buen trabajo en conjunto.
Cierran el disco con “Bloody Land”, un toque de atención con regusto agradable. En este tema colabora Javier Cardoso (ex Vita Imana) en las segundas voces, por lo que tenemos un intenso tema que se ralentiza a media canción para poder mover las cervicales. Uno de mis temas favoritos.
En definitiva, un buen álbum debut de una banda que sabe lo que quiere, cuidando su sonido y su imagen, y por lo que cuentan con un buen directo. Estaremos atentos a las próximas novedades y evolución.
¡Salud y heavy metal!
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.