La tercera jornada del festival Rock Imperium era quizá la más atractiva de todas ellas, pero claro, esto lo decimos desde el punto de vista personal. Kiss, Skid Row con Erik Grönwall, Nestor, Elegant Weapons… todo era una inmejorable combinación de pasado y futuro, pero ya recibimos el primer mazazo de verdad: Nestor no iban a tocar pues su vocalista estaba afónico hasta el punto de no poder ni hablar. Los murcianos 91 Suite serían la alternativa como ya hicieron en la pasada edición cuando cayeron Whitesnake. Siempre es un placer ver a esta gran banda de AOR, pero quizá algo menos previsible se hubiera agradecido más…
Siska: fiesta itálico-power con un gran guitarrista
La invasión itálica del festival continuó con Siska, nombre que recibe la agrupación de un gran guitarrista que ha trabajado con grandes nombres del negocio y que ha decidido hacer algo en solitario. Una combinación de heavy metal clásico y power metal con canciones resultonas como “Sally” o “By Your Side”. Estuvieron muy agradecidos, pero tampoco llegaron a enamorar a los más madrugadores, más que nada, porque el material es bastante típico… Había dos perros gigantes del escenario de Kiss montados en los flancos de una batería trasera.
Frozen Crown refrescan el horno murciano
Nombre de banda refrescante para un calor de mil demonios y más metal clásico-power con paridad en sus filas y muy buenas maneras desde la inicial “Neverending”. Sorprendieron por los elementos folk de “The Water Dancer” con esas dos chicas repartiendo juego a las voces y con nieve cayendo en las pantallas. Tuve que ir varias veces a meter la cabeza en la fuente para aguantar un título tan bien traído como era “Fire in the Sky”. Un poco la sensación de que las bandas mañaneras eran más de lo mismo se instaló entre los presentes… Destacar los coros reales y la potente “I Am the Tyrant”, para luego en “Kings”, ver que los guitarras y bajo estaban de rodillas. En la final “The Shieldmaiden” su guitarrista puso unas voces guturales muy lucidas. Pero qué quieren que les diga… Hubiera preferido a Death & Legacy en el escenario grande.
Elegant Weapons nos dejan a medias
Tuve que ir para el hotel para reponer fuerzas pues no quería perderme algo tan importante como era el debut de Elegant Weapons. Ronnie Romero a las voces, Richie Faulkner de Judas Priest a la guitarra, Dave Rimmer de Uriah Heep al bajo y Christopher Williams de Accept a la batería. Su disco debut ha gustado y “Do or Die” y “Dead Man Walking” abrieron un potente concierto que pasó volando. Gran sonido y elegancia a todos los niveles y una banda muy cohesionada con un gran sentido del directo. Ronnie estuvo muy simpático y se dirigió al público con esa frase de ese gran filósofo y pensador: “¿Cómo están los máquinas?”.
“Blind Leading the Blind” es un temazo que gana en directo como también lo hace el “Horns for a Halo”. Gran directo en el que destacaron especialmente los temas, pero tras tantos años con Schenker ha optado por grabar y tocar el “Lights Out” de UFO para deleite de los presentes. No se me ocurre un mejor vocalista actual que este chileno de culo inquieto. Me sorprendieron muy gratamente lo bien que encajaron “Dirty Pig” y “Bitter Pill”, temas de afinación más grave, pero muy atractivas. Un curioso momento fue cuando Romero empezó a defender eso de que “los hijos son lo más importante” y aludiendo al divorcio. Y no vamos a contar todo lo que sabemos, pues para eso hay otras webs…
Cantó Ronnie con gracia el estribillo de “Man on a Silver Mountain” y terminaron con una gran versión del “War Pigs” de Black Sabbath. Subrayemos el gran papel de su baterista y un final abrupto, pues tenían tiempo para más, pero Romero dijo que “sólo tenemos un disco editado”… Ya sólo por Ronnie se te ganan, pero está claro que hay que verles en sala, sin un sol abrasador y más sueltos. Pinta que la elegancia de sus armas va a tener continuidad.
Lordi resucitan su nombre bajo un sol monstruoso
Mis últimas experiencias en directo (y en disco) con Lordi no es que hayan sido especialmente recordables para bien, así que pintaba que bajo ese sol de justicia y con entregas de siete discos a la vez… pues como que para los del círculo polar ártico pintaba la cosa mal. Me equivoqué… Lordi hizo un tremendo show en el que salieron a por todas, con todo el látex y prótesis bajo el que sudarían la gota gorda. “Dead Again Jane” y “The Riff” no venían acompañadas por un buen sonido, pero dejaron a los presentes boquiabiertos por cómo se atrevieron a comparecer bajo el astro rey.
Piezas como “Thing in the Cage” son atractivas, pero la gente espera clásicos, y esos aparecen cuando suena “Blood Red Sandman”. Bien de voz nuestro monstruo favorito que lanzaba confeti desde una bolsa. Hay varios gimmicks y el grupo parece volver a disfrutar con su líder bromeando bajo el insoportable calor. “Lucifer Prime Evil” vino acompañada de imágenes en las pantallas traseras y luego música de circo decadente para que dos payasos infernales escenificaran una reyerta. Luego nos avisó de que hacía años que no tocaban “This Is Heavy Metal”, acompañada de buenos coros de su teclista. Recuperaron también “It Snows in Hell”, con mucho teclado.
En “Scarecrow” apareció un Skeleton panzón, hubo solo de guitarra y en “Sincerly with Love” el sonido empezó a crepitar. Quedaba lo mejor, y en “Devil Is a Loser” desplegó su líder sus alas… Sigue siendo uno de esos momentos míticos de lo que es historia del shock rock. Tremedno final que incluyó “Who’s Your Daddy”, con pistola de humo, la imprescindible “Would You Love a Monsterman (con la que empezó todo) y luego la festiva y eurovisiva “Hard Rock Hallelujah”. Gran concierto, completo, extenso y en el que el grupo demostró una profesionalidad absoluta. Mención especial a ese batería draculín. Parece que Lordi vuelven a elevar un listón que estaba muy de capa caída.
The Winery Dogs se lucen ante una audiencia pasiva
El trío de maestros quedó absolutamente fuera de lugar entre Lordi y Kiss… Maestría y técnica absoluta por parte de Mike Portnoy que tiró incluso de momentos solistas a las voces, un colosal Billy Sheehan al bajo y la clase absoluta de Richie Kotzen ya desde las iniciales “Gaslight” y “Xanadu”. Las pantallas traseras no funcionaron y la fiesta que demandaba el respetable no era la que proporcionaba “Captain Love” (un tema muy Purple). Les he visto en sala y consiguen una comunión absoluta con el público, pero no eran horas de lucimiento técnico para la gran mayoría, quedando canciones como “Hot Streak” y “Time Machine” para los pocos que conectamos con la propuesta pirotécnica de detalles instrumentales.
El sonido no estuvo de su parte hasta el punto de tener que parar un par de minutos para arreglar las cosas y regalarnos la animosa “The Other Side”. Obviamente hubo solos de bajo, de batería y los integraron perfectamente en canciones como “Stars” y “Damaged”, contando con chorros de humo para hacer que todo fuera más visual. Demasiada gente desconectada con lo que sucedía en el escenario a pesar de que se esforzaron para conseguir un tremendo final con “Desire”, “Oblivion” y “Elevate”.
Quedó todo un poco fuera de lugar y hubiese preferido un concierto final sólo para los fieles, pero son estrellas y pueden escoger lo de ser la banda que toca antes de Kiss, pues se lo han ganado con creces y por galones. Incluso un inmenso Portnoy se permitió el lujo de presentar (con bastante antelación) a Kiss. Queríamos lo mejor y tuvimos lo mejor, pero The Winery Dogs son una gozada absoluta de clase y técnica por mucho que la gente andaba metida en otros menesteres…
¿Kiss besan a España por última vez?
Sólo por ver el inicio de Kiss creo que ya vale la pena acercarse, pues el tiempo avanza y no sé hasta qué punto vamos a poder seguir disfrutando de algo tan grande como son estos cuatro personajes salidos de un cómic. La entrada con “Detroit Rock City” y con ellos bajando de las alturas sigue siendo de lo mejor que se ha visto nunca sobre un escenario. Todo se cae, todo arde y tienes a tus héroes delante… Las caras de la gente eran de absoluto alucine… El “Rock and Roll” de Led Zeppelin les precede, pero cuando atacan “Shout It Out Loud” y “Deuce” te das cuenta de lo mucho que les vamos a echar de menos cuando decidan colgar las botas de plataforma definitivamente.
Simmons estuvo mejor que Stanley a las voces, lo cual no es ninguna novedad. Hay backtracks de fondo y juegan al despiste combinando voces reales y playback, pero tanto da… es que cuando suenan “War Machine” y “Heaven’s on Fire” el placer es absoluto. Todo está milimetrado, desde el escupir fuego en “I Love It Loud” o el intentarte colar que “Say Yeah” es un nuevo clásico. “Cold Gin” la canta Gene, lo cual me parece una aberración, pero ellos están por encima del bien y del mal y Cartagena puede dar fe de ello. Incluso aplaudimos a rabiar el solo de Thayer a pesar de que luego venía “Lick It Up” y “Makin’ Love”. Hay detallitos escénicos como los de Tommy cargándose focos a base de rayos que salen de su guitarra.
Cencerro para el “Calling Dr. Love” con Simmons a la voz y un emocionante extracto de “Psycho Circus” (que gran canción, con ella volvieron a rodar de verdad). El solo de batería incluye la tarima que se eleva, y tras el guiño a “100000 Years”, el diablo hizo su numerito de la sangre y voló con tarima hasta lo alto (ya no hay ese arnés que lo subía a toda velocidad). Hay elementos escénicos, pero han recortado desde hace años el derroche de pirotecnia. Cantó el “God of Thunder” desde las alturas y Paul viajó con la tirolina para brindarnos el “Love Gun”. Delirio absoluto con los septuagenarios acallando bocas y un “Black Diamond” para el recuerdo. De lo mejor de una completa noche.
Ya en los bises, Eric Singer se marcó un “Beth” muy emocionante para que acto seguido bajase la bola de discoteca y Paul lidiara con ayuda tecnológica el “I Was Made for Lovin’ You”. Desparrame final con la festiva “Rock and Roll All Night” con la que inundaron el escenario de fuego, efectos visuales y un castillo de fuegos bestial a la altura del San Juan murciano. No sé si fue a cargo de los organizadores, pero toda Cartagena quedó embelesada. Si es la última vez que les vemos daba para lagrimita. De veras que el show debe continuar…
Skid Row quieren volver a ser cabezas de cartel
Lo de los renacidos Skid Row es de traca… Salen detrás de Kiss y se marcan el show del festival. El motivo tiene nombre y apellidos: Erik Grönwall, absoluta bestia vocal con la médula trasplantada y que es capaz de dejarte con la boca abierta ya desde ese inicio con “Slave to Grind” y “The Threat”. Han vuelto… y lo han hecho a lo grande, quedando el bueno de Sebastian Bach a la altura del betún. Snake Sabo y Rachel Bolan vuelven a tener 25 años y cañonazos como “Big Guns” o “18 and Life”, con este vocalista, pueden hacerte sacar una lagrimita. La gente se quedó y no hubo desbandada, e incluso material de nuevo cuño como “Not Dead Yet” arenga a las masas. Eso sonó a gloria, y cuidado, porque Skid Row se postula para ser cabeza de cartel.
He podido ver a Skid Row con todas sus encarnaciones y ya os podéis olvidar de verlos a las 12 del mediodía en festivales o en salas pequeñas… Erik, el hombre que alucinaba los karaokes suecos cantando a Skid Row eleva al grupo a otra dimensión. El mítico riff de “Piece of Me”, “Living on a Chain Gang” o “Makin’ a Mess” disparan la cotización del grupo. Grönwall no para quieto con sus carreras al puro estilo Axl Rose de 1990 y descansa cuando Bolan canta el “Psycho Therapy” de los Ramones (no podía faltar). Borda el “Quicksand Jesus” su nuevo vocalista y ofrece el presente con “Time Bomb”.
Sin tirar de trucos y basando todo en las canciones quedó claro que este grupo ha vuelto a nacer. Lo de “Monkey Business” y “I Remember You” fue una absoluta locura. La gente apuró sus últimos euros en cerveza y “Riot Act” fue la enésima demostración de lo aplastante que pueden sonar. Y menuda bestia en la batería llevan… Los bises fueron un presente y pasado con la festiva “The Gang’s All Here” y con la sempiterna “Youth Gone Wild”. Salimos del recinto en una nube y con el convencimiento de que estamos ante otro principio para Skid Row. Sabía que sería brutal, pero no sabía que lo podía ser tanto.
Fin del festival
Pocas veces sucede que los dos últimos conciertos son los mejores del festival, pero así fue bendecido el Rock Imperium de Cartagena: Kiss y Skid Row en lo más alto. La región de Murcia siempre es sinónimo de calor asfixiante, pero también de grandes festivales de rock duro… Rock Imperium ha aprovechado perfectamente los aguaceros del Z! Live y el año de caída en desgracia del Rock Fest. Ha llenado a pesar de que Rammstein y Mötley Crüe tocaban en Madrid, por lo que el éxito es absoluto. El gran problema reside en que el sitio no da para seguir creciendo.
Faltó ese detalle de dar un par de nombres y fechas para 2024, pero a diferencia de otros, esta gente no da pasos en falso y a buen seguro que están trabajando en la próxima edición. Podemos hacer quinielas tanto de bandas como de emplazamientos, pero como que no toca apostar y sí aplaudir por lo conseguido. Para los reyes magos de 2023 les pido dos cosas a Madness Live!: El Rock Imperium cerca de mi casa y repensar el Be Prog! Toca pensar a lo grande.