Los suecos Demonical vuelven al ruedo en este inicio de año para presentarnos su sexto trabajo de estudio titulado World Domination. El sucesor del aclamado Chaos Manifiesto (2018) tenía como objetivo ser al menos tan impactante como lo fue su predecesor. En ese momento la banda se había recompuesto tras la salida del vocalista Sverker Widgren y la inclusión de Alexander Högbom conocido por sus trabajos tanto en las también bandas Centinex y October Tide. En 2019 otro cambio, Alexander abandona el barco y es reemplazado por Christofer Säterdal, vocalista de Hell Patrol.
Antes de que el death metal sueco copara gran parte del panorama extremo nórdico y se formara el sonido de Göteborg, el metal sueco era conocido en sus orígenes por poseer un death metal con claras influencias al punk y al hardcore junto con la influencia de una de las bandas madres del metal extremo, Bathory. De ese sonido nacieron bandas precursoras como Carnage, Nihilist, Dismember, Entombed o Centinex. Demonical no se ha alejado mucho de ese sonido aunque al ser una banda más moderna ha implicado que su evolución haya experimentado algún que otro cambio.
Los cinco años de espera entre Darkness Unbound (2013) y Chaos Manifiesto (2018) sumados a los cambios de formación nos trajero el álbum más melodeath de toda su carrera. Algo que no ha cambiado con World Domination. Aquí encontramos una mezcla equilibrada de todo el death salido de Suecia.
Tenemos temas pesados y siniestros del primer death metal. Canciones que recuerdan en estilo a otra de las bandas insignias del sonido sueco acutal como son Bloodbath. También tenemos cortes de estilo himno vikingo como si de Amon Amarth estuviéramos hablando. Y temas melódicos de los primeros In Flames. Curiosamente todo este pupurri de sub estilos podría rallar lo absurdo pero la composición del álbum es digna de mención. La forma en que los riffs se conectan entre sí y fluyen el uno hacia el otro llama la atención. Las ubicaciones de las canciones son acertadas mezclando estilos sin perder un ápice de intención cosa que podemos agradecer al productor y encargado de la mezcla.
El pistoletazo de salida a World Domination lo da una “My Kingdom Done” que arranca con unos rápidos y brutales tambores a cargo de Kennet mezclados con unos maravillosos riffs, unas voces inhumanas y un pesado y asombroso bajo. Con “Hellfire Rain” seguimos con la destrucción, riffs sin complejos, guturales rompe tímpanos y un trabajo de batería impoluto.
Sin concesiones sigue avanzando el disco. Canción tras canción la calidad está servida. Pero llegamos al tramo final y nos azota una sensación incierta. “Victorious” y “Slipping Apart” son dos canciones muy mediocres, sobretodo la segunda. En las primeras escuchas creí que simplemente eran versiones de canciones de otras bandas pero no. La primera quiere parecer un himno melodeath y se queda en nada. La segunda no la puedes coger ni con pinzas, es algo como una fusión de heavy metal clásico con azotes death, mal invento.
El álbum es una paleta de sonidos que van des de las zumbantes guitarras de vieja escuela hasta las pistas de melodeath pasando por las rugientes y épicas marchas a la batalla. Todo un viaje por la escuela sueca en unos 36 minutos intensos y sorprendentemente cohesivos. Pese a los fallos del tramo final del disco, World Domination será uno de los grandes trabajos de death metal del año.