Cada día que pasa más apegado y fan me siento de la música y del personaje Devin Townsend. Probablemente fue esa entrevista que hicimos con él, pero no soy el único que quedó prendado pues Johannes Eckerström, el flamante vocalista de Avatar, giró con él y terminó como fan absoluto del canadiense. De su música y de su filosofía de vida. Lástima que Barcelona no piense lo mismo pues no llegamos ni a media sala de una Razz que vivía un cartel de ensueño junto a Klone y Fixation.
Fixation calientan demostrando calidad
Cuando entré en el recinto el grupo había empezado, siendo un sexteto muy competente y preciso. El primer flash que tuve fue que era como si los Gazpacho quisieran sonar modernos y pegadizos y… a pesar de que no es la banda ideal para compararlos, son de la escuela Noruega, por lo que el símil tampoco iba tan desencaminado. “Hemos estado en la playa todo el día y hemos visitado la iglesia” (Sagrada Família), nos confesaba su vocalista muy motivado ante la respuesta del público.
“Violent Tendencias” dejó claro que su material es muy bueno, con un batería jugando con los toms a un excelente nivel. Personalmente me convencieron ampliamente con canciones como “Bloodline”, siendo una buena mezcla de progresivo emocional de muchas texturas al que le dan golpes de técnica rotundos, pero sin buscar el progresivo clásico de mil notas por segundo. Instrumentalmente son un grupo muy notable y compositivamente hablando los temas te llegan.
“Estamos aquí para calentar la sala”, y no mentían pues lo consiguieron con mucha clase. Jugaron con las luces azules para el “What We Have Done”, posiblemente el mejor tema que viví en su actuación. Pasaron de atmósferas densas de guitarras a interludios agresivos con growls por parte del gran Jonas W. Hansen. Y a pesar de las visitas esta gente no vino a hacer turismo, el proyecto tiene muchísimo potencial.
Klone hacen que toda la sala sea fan de su propuesta
Con los franceses las expectativas eran altísimas, especialmente tras un disco como Meanwhile, y a pesar de que no me colmaron las expectativas, al salir de la sala, me puse en el coche su música y ya llevo varios días escuchando su material, y caigo rendido a su propuesta. Salió el quinteto vestido de negro con luces azules a lomos de “Elusive”, pieza del nuevo disco y fue un gran inicio templado e intenso. Se les atisba algo especial, de eso no hay duda….
“Rocket Smoke” termina siendo un caos musical controlado con momentos de voces guturales en los que muestran los dientes y la cara más agresiva del combo de Poitiers, algo que contrastó luego con las más calmadas “Baystander” y “Keystone”. Los ecos a Porcupine Tree, Katatonia o Anathema están más que presentes en su estilo, pero la gracia es que tienen mucha personalidad. “Baystander” es justo la canción que más me enamoró de su reciente obra, bajo luces rojas, y “Keystone” es hipnótica. Señalaros también de que algo de pregrabado había en su directo…
Cuando un grupo te convence tanto con su directo y música no suele ser flor de un día, y si miras su catálogo verás que llevan en el negocio desde 1995, por lo que están recogiendo frutos a sus muchos años de siembra y local. Su frontman demostró un castellano realmente fluido y luego encararon un “Night and Day” muy rotundo con los halos de luces inclinados. Un efecto que casaba de maravilla con la canción, de intrincados patrones de bombo por parte de un gran Florent Mercadet.
Tiempo luego para “Immersion” y juegos de flashes blancos de fondo con el grupo sonando a la perfección y consiguiendo esa atmósfera ideal. Allí bajó el bajista al foso para notar el calor de los presentes en un tema que va ganando en fuerza e intensidad. No es un grupo fácil ni es para todo el mundo, pero si entras en su juego les ves algo sumamente especial. A mi modo de ver, actualmente, en el heavy metal, este estilo de progresivo es lo que más me llena, y canciones como “Yonder” así lo atestiguan. Salí como fan, pero necesité luego de escuchas de disco.
Pulpos, marcianadas y un show que pecó de corto para un genial Devin Townsend
Pulpos de peluche, referencias al Pato Lucas y a la Rana Gustavo de buenas a primeras. Devin saluda al gentío y de entrada presenta al grupo bajo luces azules para iniciarlo todo con la maravillosa “Lightworker”, una pieza evocadora y magistral como pocas que muestra su madurez y lo que ha hecho siempre: lo que le da la real gana. El genio calvo calzaba una guitarra con detalles luminosos en naranja y negro, como toda la banda, además de con varios pulpos en todas partes de la escena, y a ritmo de vals ¾ se ganó a su entregada parroquia que tenía claro a lo que venía…
Presentó “Kingdom” como una canción de amor. Aquí la intensidad y el sondo personal del astro se palpó. La banda que le acompaña es maravillosa y da mucho juego en su directo. Coros pregrabados con un encorbatado guitarra que combinó con los teclados, incluso a la vez, al más puro estilo Tony McAlpine. Maravilloso sonido e intensidad para un tema fundamental. Para “Dimensions” le trajeron un theremín con un pulpo de peluche. Apostaría a que lo del theremín era pregrabado, y si me equivoco es que este hombre es de otro planeta (cosa que sus fans ya sabemos). En directo el tema no suena tan techno como en estudio, lo cual se agradece. Llegó a pillar a un segurata y le cantó la canción a un palmo de su cara…
Nos pidió Devin si sabíamos silbar para acompañarle en “The Fluke” de la que diré algo que no gustará a sus fans… pero en directo la línea vocal inicial del verso me recordó a Green Day. Puente y estribillo son totalmente Townsend, pero es innegable que este hombre juega con toda influencia y sale airoso. Encadenaron luego “Deadhead” bajo luces azules. Sigue siendo otra de las favoritas de su parroquia que lo adora hasta el infinito y más allá. Para presentar “Deep Peace” nos confesó que en el fondo es un hippy… Buena canción y título para los tiempos que corren. Luces de verde esperanza y solazo de guitarra para un tema del Terria. Buen humor y mucho feeling además de una voz y forma de cantar tan única como personal.
“Heartbreaker” es otro de los grandes cortes de su última obra, con mucha tecnología de apoyo y clase en la interpretación. El combo suena a gloria y baterista y bajista quedan fundidos en una unidad empastada hasta decir basta. “Spirits Will Collide” sació a los fans, pero los que esperábamos clásicos disfrutamos más con “Truth”, con la que Devin se armó con su guitarra blanca. Aquí hay todo el universo Townsend en su máximo apogeo… Nos dijo también que la canción habla sobre ser cada uno como es…
“Bad Evil” empezó a cuatro manos y derivó en fiesta siendo una de las canciones más intensas del mito. Dijo antes de empezar que era un tema para bailar, y no le vamos a contradecir. Ese fue el momento que nos llevó a los bises, que empezaron con la marinero-espacial “Call of the Void”, de lo más excelente de su última obra. Mejoró en mucho lo ofrecido en disco, la verdad sea dicha. Y “Love?” es la única concesión que hace a Strapping Young Lad, algo que agradecimos a pesar de que echamos muy en falta 20 minutos más y varios clásicos infaltables. Ese doble bombo final fue una delicia…
Si eres fan de Devin Townsend saliste en una nube maldiciendo que no hubiese mil personas más en la sala, algo que merece un genio de su categoría, pero aquí su nombre no es todavía tan grande como debería ser. Lo único que me sabe mal es la poca audiencia, pues el canadiense desplegó toda su simpatía y su música acompañado de una banda extraordinaria. Mires por donde lo mires es genial: Fixation, Klone y Townsend. Gloria para media sala. Os perdisteis algo enorme, pero… sí: se hizo corto.
Setlist Devin Townsend:
Lightworker
Kingdom
Dimensions
Why?
The Fluke
Deadhead (The Devin Townsend Band)
Deep Peace
Heartbreaker
Spirits Will Collide
Truth
Bad Devil
—–
Call of the Void
Love? (Strapping Young Lad)