El público revienta la sala Zowie a saltos de capoeira

El pasado 25 de noviembre tuvimos la visita de cuatro bandazas en el Espai Zowie que hicieron temblar cada centímetro bajo los pies del público.

King of Pain

El escenario cobró vida con el inicio de la banda barcelonesa King of Pain. Desde los primeros acordes, la energía se desató. La audiencia se dejó llevar por los ritmos veloces y enérgicos de cada instrumento, y los más atrevidos se adelantaron, formando un tumulto de patadas voladoras frente al escenario. Cada nueva canción atraía a más personas hacia el pogo, aunque algunos preferían mantenerse a distancia para evitar los golpes inesperados. Las líneas de bajo y de guitarra eran espectaculares y dejaron a la peña de lo más sorprendida.

El concierto ganaba ímpetu con cada melodía, y en un momento, los vasos de cerveza volaban entre los asistentes.

Aimless BCN

La introducción de Aimless trajo un giro inesperado. Se enciendieron las luces y empezó a sonar un tema de trap que inundaba la sala, sorprendiendo a la multitud que se entregó al ritmo en cuestión de segundos. La sala, ya casi llena, se movía al compás de la canción. Al acabar el tema, Aimless salió al escenario y arrancó con sus poderosos riffs que reactivaron al público, atrayendo aún más locos (en el buen sentido de la palabra) al área del moshpit.

El punto culminante fue la interpretación de «Verí», una canción recién salida del horno, presentada al público con entusiasmo. A pesar de la incertidumbre sobre su futuro como sencillo, EP o parte del próximo álbum, el tema cautivó a la audiencia, generando conversaciones acaloradas en la zona de merchandising al finalizar el concierto.

Detached

La sala vibraba al máximo cuando Detached tomó el escenario en puro frenesí. Hardcore en su estado más puro, riffs devastadores y ritmos brutales hicieron estallar a la audiencia en más y más patadas al aire. La presentación de su nuevo EP y videoclip añadió combustible al fuego, mientras que colaboraciones con el cantante de Aimless y un espontáneo del público hicieron que el éxtasis llegara a su punto más alto. Incluso en un momento álgido, la multitud levantó a un joven en crowdsurfing, zigzagueando a lo largo de la sala, y algunos se aventuraron a saltar desde el escenario para recorrer el pogo de extremo a extremo.

Devorate the Universe

El cierre estuvo a cargo de los talentosos músicos de Reus, Devorate the Universe. Desde el primer acorde y los desgarradores chillidos de Erik, su vocalista, la sala se volvió loquísima. Aunque menos concurrida, la audiencia se entregó al máximo en sus ritmos intensos, algunos coreando y enloqueciendo cerca del escenario, mientras que otros preferían mantener una distancia prudente para disfrutar del espectáculo sin ser empujados.

Este último concierto cerró la noche con un final inesperado, dejando a todos con una experiencia inolvidable. Empezaron el concierto con sus temas ya conocidos del primer EP, A Dark essence of Mankind, tales como “Disfiguring the Beauty”, o “Venomous Duality”, e incluso algún que otro tema de su EP anterior, mientras la sala solo hacía que venirse más arriba por cada tema que tocaban.

El concierto avanzaba vertiginosamente, y, tal como había advertido Erik en los inicios del concierto, dos sorpresas aguardaban al llegar a la recta final del concierto… En primer lugar, presentaron por primera vez su nuevo tema, llamado “The Death”, cosa que exaltó aún más a todos los asistentes.

Como segunda sorpresa, presentaron otra canción nueva, titulada “Breathe in front of me”. La gente solo hacía que enloquecer y enloquecer saltando y empujando en la parte delantera del escenario.

Justo cuando parecía que había acabado todo, Erik hizo subir a todas las bandas al escenario. De repente, los miembros de los grupos anteriores empezaron a tocar juntos, al unísono, el cover de Suicide Silence “Unanswered”. La gente del público se trastornó por completo al escuchar el famoso tema, y con ello, la zona del pogo se hizo aún mayor. Nadie esperaba una sorpresa de tal magnitud, y menos con todos los cantantes en el escenario. El movimiento no cesó hasta que se hizo el silencio final y los aplausos y ovaciones duraron un buen rato. Al finalizar solo se podían ver sonrisas en las caras sudadas de la gente del público, contentos de haber podido disfrutar de una noche de lo más extrema.

Oriol Sellés