Devourment – Obscene Majesty

Nuestra Nota


7 / 10

Ficha técnica

Publicado el 16 de agosto de 2019
Discográfica: Relapse Records
 
Componentes:
Rubén Rosas - Voz
Chris Andrews - Guitarra, coros
Dave Spencer - Bajo
Brad Fincher - Batería

Temas

1. A Virulent Strain of Retaliation (6:06)
2. Cognitive Sedation Butchery (4:53)
3. Narcissistic Paraphilia (4:17)
4. Arterial Spray Patterns (3:14)
5. Profane Contagion (6:04)
6. Dysmorphic Autophagia (3:23)
7. Sculpted in Tyranny (6:31)
8. Xenoglossia (2:31)
9. Modum Sui Morte (4:13)
10. Truculent Antipathy (5:55)

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Durante sus 24 años de existencia, una cosa ha permanecido constante en Devourment: una brutalidad inquebrantable. Formados en 1995, la banda se ha mantenido constante y poderosa a lo largo de sus hasta cuatro formaciones diferentes, lo que para much@s fans del género significa que estamos ante la banda de death metal más pesada del mundo debido a su influyente combinación de elementos de slam con un sonido death metal de la vieja escuela.

Devourment se hizo con el trono con Molesting the Decapitated (1999). Después de disolverse a principios de la década de 2000, se reformaron y regresaron con Butcher the Weak (2005). Unleash the Carnivore fue lanzado en 2009. Y fue gracias a estas obras y a sus explosivos shows en directo que Devourment pronto se convirtió en uno de los actos más infames e infectos dentro del panorama del death metal más underground durante la última década.

En 2010, Devourment firmó con Relapse Records para el lanzamiento de su cuarto álbum, Conceived in Sewage (2013), y la banda se asoció con el productor Erik Rutan (Hate Eternal, Morbid Angel). Durante los años siguientes, Devourment actuó en los principales festivales de metal extremo mundiales como el Hellfest, el Maryland Deathfest y el Obscene Extreme de la República Checa, y realizó giras por los Estadios Unidos, Europa, América del Sur y Asia.

Tras seis años de ausencia, los tejanos vuelven a estar en boca de tod@s gracias a su brutal nuevo álbum, Obscene Majesty (2019). La banda comenzó a escribir nuevas canciones con el lineup renovado a fines de 2014, meses después de la publicación de su anterior y hasta el momento último álbum de estudio, Conceived in SewageEntraron al estudio en otoño de 2018 para grabar este Obscene Majesty bajo la atenta mirada del productor D. Braxton Henry, guitarrista original de la banda y unos de los creadores del sonido de la banda. El primer single, «Cognitive Sedation Butchery», se lanzó el pasado 18 de junio de 2019. Este, como os decía, es su primer álbum en seis años y el primero con Rubén Rosas a la voz y Brad Fincher a la batería desde Molesting the Decapitated (1999). El bajista de los tres álbumes anteriores, Chris Andrews, maneja ahora la guitarra de 8 cuerdas, mientras que Dave Spencer se encarga del bajo.

Y vosotr@s os preguntaréis, ¿ha valido la pena la espera? Es cierto que les teníamos muchas ganas. Por un lado, como os decía, seis años son demasiados y, si bien el producto final no es decepcionante, no va más allá de ser un catálogo de 47… sí, 47 minutos de brutalidad exasperante (más que bienvenido, oiga), pero poca cosa más. Cualquiera que sea un fan acérrimo del death metal más brutal y del slam, sin duda, se lo va a pasar teta destrozando sus oídos con este Obscene Majesty. Es turbio, terroso, pesado y tiene un tono completamente grotesco. Todos sus temas, absolutamente TODOS, golpearán con una fuerza inusitada tus tímpanos hasta su núcleo, y el tono sucio y arenoso es impresionantemente asqueroso. Al igual que las voces de Rosas, que nos trae gorgoteo tan brutal al que muchos aspiran dentro del género, aunque se mantienen un poco altas en la mezcla. La banda estalla y se abre paso hacia la gloria, pero no creo que puedan cantar victoria, debido a la exagerada longitud del álbum. Lanzamientos tan brutales como este pueden ser difíciles de mantener durante más 30 minutos, y mucho menos durante 47 minutos. Para mí, esta es la mayor debilidad del álbum, ya que comienza a consumirte cada vez más con cada pista. Monotonía elevada a la enésima potencia. Escuchar algunas canciones es increíblemente contundente en todos los aspectos, pero escuchar todo el álbum del tirón solo estará al alcance de los más cafres del lugar. Algunas canciones duran más de cinco e incluso seis minutos, pero no por ello aportan nada nuevo al formato ya mencionado. Las partes más slam son, sin duda, las mejores. Las canciones más cortas, como «Xenoglossisa» o «Arterial Spray Patterns», son más precisas y, por lo tanto, son mucho más efectivas que muchas de las canciones más largas como «Sculpted in Tyranny» o «Profane Contagion», que ofrecen poca variedad.

Debido a su mugrienta producción (sin duda, muy adecuada), es una tarea casi imposible poder retener y diferenciar las canciones entre sí. Los riffs tienden a desdibujarse un poco cuando la banda más se acelera, lo que hace que las canciones pierdan parte de su peso. Lo que más me gusta es el tono general de la batería, inquebrantable pero muy cálida y producida naturalmente, que es algo que se ha de destacar si la comparamos cómo suenan la mayoría de las baterías más brutales de las bandas de death actuales.

Hay algo que decir sobre la naturaleza completamente intransigente de Obscene Majesty. Es probable que algunos de los fans más acérrimos de la banda te lo quieran vender como una brutal obra maestra, como la mejor obra de death en lo que va de año, pero precisamente por ello tiene sus limitaciones. La verdadera tragedia de los Devourment del año 2019 es que han ido capaces de parir una criatura que dura demasiado, muchísimo. Estoy seguro de que hay un álbum devastador de 25 minutos que está tratando de salir a la luz queriéndose quitar de encima esos más de 20 minutos que le sobran.

Sinceramente, no creo que Obscene Majesty sea el mejor álbum de death metal del año. El año 2019 ya nos ha traído discos que son más complejos, más innovadores y más… sabrosos pero, para ser sinceros, no hay ninguno más brutal. La interpretación moderna de Devourment es maravillosamente implacable en su ferocidad, cierto, y Obscene Majesty es en gran medida (nunca mejor dicho…) el tipo de trabajo que le recomendarías a cualquier persona interesada en explorar el metal más extremo… pero no creo que nadie aguante sus 47 minutos.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.