Es complicado cuando te echan de la banda de tu vida por motivos discutibles y toca remar hacia la superficie… David Ellefson ha dado paladas varias en forma de discos de versiones y asociaciones con grandes nombres como los de Jeff Scott Soto, pero si realmente quieres hacer una banda hay que buscar músicos sin problemas de agenda y dar un plus en cuanto a composición. Ellefson lo ha hecho junto con dos nombres importantes como son los de Guilherme Miranda a la voz y la guitarra y Michał Łysejko a la batería.
Contrastados músicos que estuvieron en Entombed A.D. y en Suffocation, lo cual la solvencia está más que evidenciada. Pero sucede que no es la música que uno va a asociar al bajista de Megadeth, por lo que está por ver si la aceptación es la correcta. Lo que sí puedo decir es que el disco cumple, la banda es matadora y que han buscado cierta variedad para contentar a los fans potenciales de distinto pelaje. Y os aseguro que hay una canción que puede ser realmente un himno y que puede darles juego y cancha en la escena.
La bella y delicada intro termina siendo lo mismo que la outro de final del disco. Resume un poco lo que viene a ser el concepto del disco: un bonito y delicado viaje al infierno y un resurgir en una versión mejorada y más fuerte. Esto no quita que los momentos de sorpresa y la mezcolanza de estilos general te lleva de un lado al otro (y para bien). “To Hell and Back” abre los juegos con una contundencia impropia de lo que tú esperas de don David Ellefson, pero hay mucha calidad. Voces guturales por parte de un Gilherme tremendo y guitarras dobladas que, por momentos, te recuerdan a Carcass. Gran composición, tan inesperada como certera…
Otro volantazo estilístico ya se da en la segunda canción con la que va para clásica: el groove metal de “Don’t Get Mad, Get Even” en la que los ritmos de Sepultura sobresalen a la vez que el estribillo rompe la pana. Es el tema ideal para demostrar la reconversión de un renacido Ellefson, y gran parte del mérito del tema reside en la batería de Michał Łysejko. Es una especie de himno deportivo que marcará los momentos de directo. Técnicamente hay muchos detalles también y la apuesta parece ganadora.
“In the Hall of the Hanging Seprents” fue la primera aventura musical del grupo (primer avance) y puedo entender que la gente se quedara impresionada por el grupo, incluyendo la gente de Napalm Records. Se notan las raíces de su vocalista en Entombed A.D. pero tampoco situaría esta pieza como lo mejor del disco. Lo que sí es toda una declaración de intenciones y vuelven a aflorar las influencias de Carcass en los tramos solistas e instrumentales. Hay mucha técnica y los detalles hablan en plata de lo que puede aportar el grupo en lo que está por venir.
Por mucho que haya una voluntad clara de tirar hacia sonoridades extremas hay muchas concesiones estilísticas que se agradecen y la balada “Walk with Me Forever” es la primera canción en la historia en la que Dave se atreve a poner la voz solista, con una clase tremenda. Él siempre daba la réplica en directo a Mustaine y parece que aquí se desquita con enormes resultados. “Dead Inside” es festival del riff y del groove. Oscura y contundente pieza que rezuma fuerza y en la que el señor Miranda da buena muestra de sus amplias posibilidades. Definitivamente el grupo da mucho de sí y luce a lo largo del disco.
“Mark of Cain” es un puñetazo en la cara… Death metal de manual con unos detalles técnicos tremendos y una fuerza devastadora. Canción que es carnaza de directo y en la que brilla la oscura garganta de un Guilherme Miranda que se marca un solazo espectacular. Realmente el grupo sabe a lo que quiere jugar. “Wicked Disdane” está en terrenos más puramente thrash metal lindando con géneros más agresivos. Un rompe-cuellos de manual en la que la base rítmica pone el extra.
“Free Us All” destaca porque hay uno de los signos más claros de Ellefson, que no es otro que el marcar la canción con una línea de bajo que abre la canción. A nivel de sonido los instrumentos suenan de maravilla y el grupo es compacto a más no poder. La verdad es que juntos han conseguido un grupo muy fiable. “Heavy Is the Crown” completa el disco con otra buena dosis de garra, aunque aquí con versos a voces limpias y a medio tiempo.
Dieth prometen de verdad a pesar de que supongo que a muchos les va a pasar que esperan de David Ellefson otra cosa. Buen disco en una gran discográfica y con material variado y muchísima fuerza. Termina todo siendo un disco conceptual en el que el leitmotiv no es otro que levantarse y seguir caminando en una versión mejorada. Le da al grupo para tener su espacio y para reivindicarse como banda real, pero todo vendrá marcado dependiendo de cómo le vayan las cosas a un Dave que parece dolido de haber salido de malas maneras de Megadeth. Nombre del grupo y letras dejan patente que ha salido escaldado, pero también os digo que es lo mejor que ha hecho tras su expulsión. Si en directo dan la talla la cosa puede funcionar perfectamente…