Dio – The Last in Line (Especial 40º Aniversario)

¿Alguna vez os habéis quedado embobados contemplando un escaparate de una tienda de discos? Un servidor sí, en muchas ocasiones. Pero el instante que tengo más grabado en mi memoria es el descubrimiento de la fantástica portada de The Last in Line en el aparador del desaparecido establecimiento Transbord de Andorra la Vella, a mediados del verano de 1984. Como ya expliqué en mi artículo sobre el 40º Aniversario del sensacional Holy Diver (1983), en esos tiempos yo era un fan incondicional del cantante originalmente llamado Ronald James Padavona, y aparte del citado debut en solitario, sus magníficas contribuciones a las bandas Elf, Rainbow (principalmente en el portentoso directo On Stage) y Black Sabbath (en mi amado e iniciático Live Evil) eran platos frecuentes de mi ordinario menú auditivo. Además, un domingo de un mes antes de aquella reveladora visión, cuando realizaba una excursión nocturna por los montes del parque natural de Les Guilleries, había podido escuchar, mediante un sencillo pero eficiente radiocasete, la emisión, en el programa del fallecido periodista, promotor y coleccionista Jordi Tardà, de tres temas en primicia del tan ansiado vinilo: concretamente el trepidante “We Rock”, el arrebatador hit homónimo y el característico “Breathless”. Por desgracia, retornando al mágico momento en que supe de la existencia física del anhelado plástico, no pude adquirirlo porque el local estaba cerrado al público. Y ya no reposaría en mis manos hasta finales del mismo año, exactamente el día de mi santo, siendo uno de los solicitados regalos que me hizo mi querida madre. También tengo muy presente dicho atardecer de invierno, sentado cómodamente en la alfombra del comedor del hogar paterno, escudriñando los múltiples detalles de la carátula, frontal o trasera, mientras todo el repertorio retumbaba a través de unos compactos auriculares vintage. Con estos descritos antecedentes, era de esperar que cayera rendido a los pies de la nueva obra y de sus acreditados intérpretes.

Tras el consabido trío inicial, las restantes seis composiciones, transitando con milimétrica precisión entre la habitual contundencia y una floreciente comercialidad, no bajaban del notable e incluso dos de ellas, las extensas y sinuosas «One Night in the City» y «Egypt (The Chains Are On)», subían la nota media. A la par, el guitarrista Vivian Campbell (algo más comedido pero igual de talentoso y espectacular en los solos), el sólido bajista Jimmy Bain, el batería Vinnie Appice (con sus omnipresentes redobles) y el recién fichado teclista Claude Schnell (con destacado protagonismo en el single “Mystery” y en el arranque del vídeo oficial de la canción “The Last in Line”) se mostraban plenamente cohesionados (cortes como “Evil Eyes”, “Eat Your Heart Out” o “I Speed at Night” así lo atestiguaban), liderados por un excelso Ronnie James Dio, pletórico en los distintos registros vocales, perseverante en las imaginativas letras y espléndido en las tareas de producción.

A partir de entonces, aunque nuestros caminos fueron divergiendo poco a poco, este excepcional álbum no ha dejado de sonar con cierta regularidad a lo largo de mi corriente vida y la asombrosa ilustración (firmada en el LP por un tal Barry Jackson) de su cubierta preside una de las paredes de mi habitación de la música, en claro homenaje póstumo a la figura y el legado del pequeño gran creador.

Xavi Garriga Giol