Love Over Gold es un gran disco y un gran giro de sonido por parte de Mark Knopfler y sus Dire Straits. El estatus del grupo ya era enorme en 1982 tras haber firmado obras maestras absolutas en 1980 de la mano del Making Movies y el estatus del grupo no pararía de crecer, en parte, porque Knopfler ya andaba metido en lo de hacer bandas sonoras de películas, y de eso se beneficia Love Over Gold, que toma nombre de un grafiti visto por el líder del grupo en algún sitio de Londres.
Podemos hablar de rock progresivo sin tapujos, aunque siempre con el sello Straits y con un Knopfler que juega muchísimo con la acústica y que le da a todo el disco un aire totalmente privado, detectivesco. Hay composiciones absolutamente originales, otras que son su sonido elevado a la máxima potencia y en general temas muy largos. Recordemos que aquí hay sólo cinco canciones.
El disco
Entra un teclista, un percusionista y eso da juego para auténticas virguerías. Y la primera canción es algo rutilante y mágico que aúna todas las características del grupo y las viste de gala en casi 15 minutos de tour de forcé en los que entramos con la susurrante voz del líder, los preciosos detallitos del piano de Alan Clark para luego dar paso a generosos devaneos musicales, técnicos y bellos.
Hay un poso muy Bruce Springsteen, que un poco se ve acrecentado por el haber ampliado la banda y por los teclados. Lo bueno es que más allá de las influencias, también la de Ry Cooder presente, Knopfler aquí ya tiene un sonido absolutamente propio. Bueno… desde “Sultans of Swing” que ya lo poseía. Aquí da giros de tuerca y se atreve a experimentar con una clase infinita.
Es un tema muy épico, juega con lo progresivo y va mutando. Es de los favoritos de los fans de Dire Straits y el propio Knopfler le ha dado mucha cancha en sus directos en solitario. El primer tramo instrumental es muy definitorio del disco, con ese ambiente intimista y recogido. Y lo mejor de todo es que la voz y la guitarra del líder son totalmente reconocibles. Lo escuchas y sabes que son los Straits, potenciados por un sonido muy cinematográfico.
“Private Investigarions” es una auténtica obra de arte por la originalidad, por la temática y por meterse de lleno en el rock progresivo. Aquí la influencia de Alan Parsons es capital en el segundo tramo y un poco es el tema que define el disco en su totalidad. Son Dire Straits mostrando otra cara, totalmente influenciada por las bandas sonoras. Y es que recordemos que el título del anterior Making Movies ya dice mucho. No me corto al afirmar que en este tema hay magia y que merece la pena escucharlo al 11 y dedicarse a buscar los mil detalles como el xilófono.
Atención al “Industrial Desease” pues dan todo el protagonismo a los teclados de Alan Clark, y a pesar de que es un gran tema es un esbozo de lo que sería en su siguiente disco el “Walk of Life”. Una canción que dividiría a fans entre la obra maestra y el odio total por lo comercial. Aquí hay un poco de todo, con una atmósfera feliz y divertida basada en el riff de teclado. “Love Over Gold” vuelve a lo reposado de las acústicas y el teclado (el instrumento clave junto a algunos sintetizadores de Ed Walsh). Musicalmente es una gozada y una de las joyas ocultas, y por algo da nombre al disco. Absolutamente cinematográfica, con los detalles de batería por parte de Pick Withers (sería su último disco con el grupo) y la marimba de Michael Mainieri.
Completa la obra la brillante “It Never Rains”, calmada y bella con la susurrante voz de Mark que ya cita a Romeo en las letras… Un poco este discazo nos acerca a lo que será la bomba absoluta que llegaría en el posterior Money for Nothing en el que se hizo saltar la banca. Aquí el corte evoluciona, se electrifica y la contundencia va ganando peso. Quizá un tema algo prototípico del combo, pero igualmente inspirada e interesante.
Lo que quedó fuera…
Siguiendo en el rollo intimista y voyeur que centra el disco hay que decir que Knopfler compuso la célebre “Private Dancer” para este disco y su voz no encajaba. Terminó cediendo la canción a Tina Turner y como se suele decir… el resto es historia. Uno de los grandes clásicos de ese ciclón de mujer y un tema en el que puedes disfrutar de los arreglos de un Knopfler inspirado en casi todo. Así que pensemos que para esta obra podían haber entrado “Private Dancer” y “Twisting by the Pool” (entraría en un EP posterior). ¡Casi nada!
Veredicto
Curiosamente el grupo era muy grande en Inglaterra y muy desconocido en Estados Unidos. A esas alturas todos los grandes músicos querían colaborar con ese personaje del momento: Mark Knopfler. Y hablo de nombres como Van Morrison, Tina Turner, Phil Lynott. Esta obra posicionó al grupo para retos mayores, pero sigue siendo un placer a la escucha y demuestra la ambición de Mark Knopfler. No le bastaba con un estilo propio, era su momento y lo iba a demostrar.
En lo personal os puedo decir que nunca fui un acérrimo fan de los Straits más allá de los grandes singles, y el hecho de dedicarme a repasar su discografía a base de escribir sobre los aniversarios de sus discos me está resultando una auténtica gozada. Curiosamente no es un disco del que tocaran mucho en directo, pero es que los temas son largos, y si te tocaban “Telegraph Road” y “Private Investigations”, ya te tocan medio disco.
Love Over Gold es un álbum que deberíamos volver a escuchar para ver que Knopfler era un genio y que los 80 iban a ser suyos, y eso, muy a pesar que en esa década los genios estaban en su mejor momento. Vuélvelo a hacer sonar y verás una cara diferente de los Dire Straits, íntimos, reservados… Una película de espías con arreglos exquisitos y momentos sublimes.