Dire Straits – Making Movies: cuatro décadas de un disco de cine

Ficha técnica

Publicado el 17 de octubre de 1980
Discográfica: Vertigo Records / Warner Records
 
Componentes:
Mark Knopfler – Voz, guitarra
John Illsley – Bajo, coros
Pick Withers – Batería, voz
Roy Bittan – Teclados
Sid McGinnis – Guitarra (aunque no aparece en los créditos)

Temas

1. Tunnel of Love (8:11)
2. Romeo and Juliet (6:02)
3. Skateaway (6:41)
4. Expresso Love (5:12)
5. Hand in Hand (4:49)
6. Solid Rock (3:27)
7. Les Boys (4:09)

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Hubo unos tiempos ya pasados en los que Dire Straits dominaban la Tierra como lo hicieron los dinosaurios en su día. Tiempos felices para los que (algunos) éramos niños y que recordamos esas canciones sonando en la radio. Ya desde su primer disco en 1978 ya se vio que había algo especial en este grupo, especialmente desde la colosal “Sultans of Swings”. Pocas canciones hay mejores que esta, y no soy precisamente un fan acérrimo del grupo. Pero ser un seguidor de esta banda es serlo de Mark Knopfler. El guitarrista y vocalista escocés es tan reconocible por la voz como por la guitarra, algo que sucede como el Cometa Halley, un caso similar cada 80 años pues añádele las tareas de composición y producción. No hay muchos genios a este nivel. Abrían a lo grande la década de las hombreras con este Making Movies y posteriormente dominarían el negocio con la rotundidad de un Brothers in Arms. Pusieron su fin estando en lo más alto y luego vino la carrera de Knopfler en solitario. Hay grandes momentos y bandas sonoras maravillosas, pero también hay música aburrida de hilo de ascensor.

1980, inicio de una nueva década

El disco aparece el 17 de octubre de 1980 y fue grabado entre junio y finales de agosto del mismo año. Lo más destacable de la grabación es que el hermano guitarrista y Strait David Knopfler deja el grupo a media grabación. Otro elemento importante es la inclusión del teclista de la E Street Band Roy Bittan. La presencia del piano es lo más destacable de este paso adelante para el combo. Algunos siempre han considerado que a Knopflerse le puso entre ceja y ceja lo de querer ser como Springsteen y en parte hay algo que es más que palpable. Aparecería David Knopfler en algunos vídeos de directo, pero sería su hermanísimo el que le re-grabaría todas sus partes. Y es que el mundo avanzaba ,y con él la tecnología, y el disco coincidía con la comercialización de un invento revolucionario como sería el walkman. Algo que el grupo tuvo claro y se apropió de ello haciendo un bellísimo homenaje en el videoclip de “Skateaway”. Los vídeos un poco han quedado desfasados. Por un lado los temas eran más largos y eso implicaba videoclips de mucho minutaje. El de “Tunnel of Love” ha quedado absolutamente kitsch.

La música

La mayoría de los fans del grupo ven la carrera de Dire Straits en progresivo crecimiento hasta Love Over Gold y a partir de entonces es cuando sucede el cambio. Se abren para el gran público y explotan hasta niveles inconmensurables, pero el fan de toda la vida echa de menos la sofisticación de las canciones, las subidas y bajadas en un mismo tema, las muchas notas por canción o esos ambientes detectivescos de Love over Gold o los teclados barrocos del presente Making Movies. Hay aquí temas que son historia del rock, genialidad en la primera parte del disco y una portada horrorosa. Gran parte de los aciertos del disco pertenecen a un productor como Jimmy Lovine que trabajó codo con codo con Knopfler. El líder hizo de cada tema una especie de pequeña película que queda retratada con maestría en las letras, pero también en la música.

El inicio del disco es absolutamente arrollador con esa melodía de la feria y ese “Tunnel of Love” que sigue siendo para muchos de sus fans lo mejor que hayan grabado nunca. Una maravilla de principio a fin que empieza con el carrusel y termina en un desbocado solo renacentista de piano. Knopfler está sublime en una línea vocal atemporal y con un interludio lento magistral. El tema más conocido es la archifamosa balada “Romeo and Juliet”. Aquí el amor no correspondido alcanza uno de los mejores decorados musicales posibles. Si tienes dudas de cómo se maneja Mark a la acústica aquí tienes magia. La pude vivir en directo, así que os puedo asegurar que es de esos temas que te acaricia el alma más allá de tus gustos musicales. Menos inmediata es “Skateaway” pero a medida que entras en el tema te cae la venda de los ojos y ves que estás en otra de las cimas del grupo. Extensa y muy definitoria de lo que eran los Dire Straits en esos días por mucho que los efluvios de Bruce Springsteen estén más que presentes aquí. Es un gran acierto esa batería de Pick Withers cayendo a plomo al final de los versos en unos breaks muy típicos de Dire Straits y que alcanzarán su cenit por la producción ochentera de “Money for Nothing”.

Hasta aquí tenemos todo lo brillante en la primera cara del disco, aunque encontraremos una réplica en la potente y rockera “Solid Rock” de estribillo convincente y que se presenta como ideal para los directos. En sus tiempos pocas veces faltaba en los directos de los Straits. Por otro lado, uno queda absolutamente alucinado (para mal) con un tema como “Les Boys” que despide el disco. Cabaretero final acústico sobre un grupo de chicos gays a los que les gusta practicar el sado masoquismo. Si hubieran incluido “Twisting by the Pool”, que se grabó en esas mismas sesiones en vez de esta estaríamos hablando de un disco absolutamente genial. “Expresso Love” aguanta el tipo viniendo del nivel sideral y posee esas características guitarras y la característica voz de Knopfler a la hora de cantar. Luego el solo es marca de la casa. Decae otra vez el listón en la balada evocadora de “Hand in Hand” en parte por sus muchas referencias Springteenianas. No está mal, pero casi todo palidece frente a esa cara A del disco.

Veredicto

Dire Straits fueron legendarios en gran parte por discos como Making Movies. Aquí hay clásicos fundamentales de la música popular y se toman riesgos que posiblemente no encajaría bien de primeras la discográfica: Mark despide a su hermano, da protagonismo a teclados, tira de temas largos como singles y hace alguna marcianada como el tema que cierra la obra. Voz y guitarra de Knopfler alcanzan momentos de brillantez absoluta, tanto en acústico como en eléctrico. Sí que hay también una aproximación obvia a Springsteen y esta alcanza la perfección en “Skateaway” y en el fichaje de Roy Bittan. Portada y videoclips son quizá lo que más chirría con el paso de los años, aunque en general, y para muchos de los fans de Dire Straits, estamos ante uno de los mejores discos del grupo, sino el mejor.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.