Discos conceptuales: Cradle of Filth – Cruelty and the Beast

Ficha técnica

Publicado el 27 de abril de 1998
Discográfica: Music for Nations
 
Componentes:
Dani Filth - Voz
Sarah Jezebel Deva - Voz
Gian Pyres - Guitarra
Stuart Anstis - Guitarra
Les Smith "Lecter" - Teclados
Robin Graves - Bajo
Nicholas Barker - Batería

Temas

1. Once Upon Atrocity (1:42)
2. Thirteen Autumns and a Widow (7:14)
3. Cruelty Brought Thee Orchids (7:18)
4. Beneath The Howling Stars (7:42)
5. Venus in Fear (2:20)
6. Desire in Violent Overture (4:16)
7. The Twisted Nails of Faith (6:50)
8. Báthory Aria (11:02)
I. Benighted Like Usher
II. A Murder of Ravens in Fugue
III. Eyes That Witnessed Madness
9. Portrait of the Dead Countess (2:52)
10. Lustmord and Wargasm (The Lick of Carnivorous Winds) (7:30)

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Cradle of Filth

Los británicos Cradle of Filth no necesitan hoy en día presentación. Consagrados com una de las bandas más importantes del metal extremo de todos los tiempos, la banda de Dani Filth se formó en el lejano 1991 y basó su estilo en el metal extremo más sinfónico y melódico. Sus primeras demos eran de estilo más death, pero con Total Fucking Darkness abrazaron el black metal, a su manera.

En incido en “a su manera” pues en el círculo blacker, Cradle of Filth siempre han sido repudiados por su melodía y por convertirse al populismo, o mainstream. En 1994 llegó su primer disco titulado The Principle of Evil Made Flesh y la subida al estrellato llegó con su segundo trabajo, el imprescindible Dusk… and Her Embrace (1996).

La tercera y posiblemente su mejor obra hasta la fecha se titularía Cruelty and the Beast (1998), un disco conceptual que giró en torno a la condesa sangrienta, Erzsébet Báthory.

Erzsébet Báthory, la leyenda

Según la leyenda, Erzsébet Báthory, fue una cruel asesina en serie obsesionada por la belleza, la cual utilizaba la sangre de sus jóvenes sirvientas y pupilas para mantenerse joven en una época en que una mujer de 44 años se acercaba peligrosamente a la ancianidad. La leyenda cuenta que Isabel vio a su paso por un pueblo a una anciana decrépita y se burló de ella, y la anciana, ante su burla, la maldijo diciéndole que la noble también envejecería y se vería como ella algún día.

En 1604, poco después de la muerte de su marido. Una de sus sirvientas adolescentes le dio un involuntario tirón de pelos mientras la estaba peinando, lo que atrajo un fuerte bofetón de la condesa que hizo sangrar por la nariz a la doncella (la cual hasta este punto habría sido afortunada, ya lo normal entre la nobleza eslava de la época habría sido sacarla al patio para recibir cien bastonazos por aquel descuido). Pero cuando la sangre salpicó la piel de Erzsébet, a esta le pareció que allá donde había caído desaparecían las arrugas y su piel recuperaba la lozanía juvenil.

La condesa, fascinada, pensó que había encontrado la solución a la vejez, y que siempre podría conservarse bella y joven de esta manera. Tras consultar a sus brujas y alquimistas, y con la ayuda del mayordomo Thorko y la corpulenta Dorottya, desnudaron a la muchacha, la degollaron y llenaron un barreño con su sangre. Isabel se bañó en la sangre, o al menos se embadurnó con ella todo el cuerpo para recuperar la juventud.

Entre 1604 y 1610, los agentes de Erzsébet se dedicaron a proveerla de jóvenes entre nueve y 16 años para sus rituales sangrientos. En un intento de mantener las apariencias, habría convencido al pastor protestante local para que sus víctimas tuviesen entierros cristianos respetables. Cuando la cifra comenzó a subir, este comenzó a manifestar sus dudas: morían demasiadas chicas por «causas misteriosas y desconocidas», así es que ella le amenazó para que callase y comenzó a enterrar en secreto los cuerpos desangrados. Esta es, al menos, la versión de este pastor, que fue quien la denunció «oficialmente» al rey Matías II de Hungría a través de la curia clerical.

Hacia el final, muchos cuerpos se ocultaron en lugares peligrosamente insensatos, como campos cercanos, silos de grano, el río que corría bajo el castillo, el jardín de verduras de la cocina… Finalmente, una de las víctimas logró escapar antes de que la matasen e informó a las autoridades religiosas.

Pero la ley impedía que Erzsébet, una noble, fuese procesada. Fue encerrada en su castillo. Tras introducirla en sus aposentos, los albañiles sellaron puertas y ventanas, dejando tan sólo un pequeño orificio para pasar la comida. Finalmente, el rey Matías II de Hungría pidió su cabeza por las jóvenes aristócratas que supuestamente habían muerto a sus manos, pero el primo de esta le convenció para que retrasara el cumplimiento de la sentencia de por vida. Así es que la condenaron a cadena perpetua en confinamiento solitario. Esta pena implicaba también la confiscación de todas sus propiedades, lo que Matías venía ambicionando desde tiempo atrás.

El 21 de agosto de 1614, uno de los carceleros la vio caída en el suelo, boca abajo. La condesa Erzsébet Báthory estaba muerta después de haber pasado cuatro largos años encerrada, sin ni siquiera ver la luz del sol. Pretendieron enterrarla en la iglesia de Čachtice, pero los habitantes locales decidieron que era una aberración que la «Señora Infame» fuera enterrada en el pueblo, y además en tierra sagrada.

Cruelty and the Beast

El tercer disco de Cradle of Filth es posiblemente su mejor disco. Y la áurea mística que lo envuelve al ser un disco conceptual basado en uno de los personajes más siniestros, macabros e interesantes de la historia de la vieja Europa le convierte en la piedra angular de la banda.

El disco, fiel a los principios básicos de la banda inglesa, juega aquí con muchos más teclados y melodía que su predecesor convirtiendo el disco en mucho más trágico. El aroma gótico impregna una historia tan macabra como oscura. ¡Quién mejor que Cradle of Filth para adornar esta historia! Las voces femeninas perversas van apareciendo tema tras tema aportando una épica increíble.

“Once Upon Atrocity”, Érase una vez la atrocidad, nos induce instrumentalmente al mundo de terror y sirve como entradilla a “Thirteen Autumns and a Widow”, pieza en la que la banda presenta a Erzsébet Báthory y nos la contextualiza en tiempo y ubicación. Se trata de una canción larga con un amplio desarrollo tanto instrumental como lírico.

“Hear Me now! / ¡Escúchame ahora!
All crimes should be treasured if they bring thee pleasure somehow / Todos los crímenes deben ser atesorados si te traen placer de alguna manera.”

Así arranca “Cruelty Brought Thee Orchids”, una de las mejores canciones del disco. En esta pieza, la banda empieza a describir las virtudes criminales de Báthory y su conexión espiritual con la sangre de las pobres vírgenes. “Beneath the Howling Stars” recoge casi 700 palabras debajo las aullantes estrellas:

«Mientras la envidia miraba puñales
De las doncellas de la corte, engalanadas
Quien susurraba en sectas
De sospechas en el exterior
Que Elizabeth hechizó
Mira como aun ahora la puta echa
Sus hechizos sobre el Conde Negro
a quien sujetan sus labios enrojecidos.»

A través de metáforas y comparaciones. Cradle va desarrollando en formato bastante cercano al gore, las exigencias y demandas de la condesa a sus ayudantes. Canciones que van desarrollando mínimamente la historia pero que basan, des de diferentes ángulos, su temática en el desarrollo del propio crimen.

Por ejemplo, en “The Twisted Nails of Faith”, la banda retuerce los clavos de la fe para simular la relación de Báthory con Dios. Pero no es hasta que llegamos a “Báthory Aria” en el que todo parece cobrar sentido para Cradle of Filth. El genocidio, los delirios de grandeza y el ansia de la eterna juventud son abordados en esta tan genial canción que concluye con el abrazo de la condesa a la muerte.

“Lustmord and Wargasm (The Lick of Carnivorous Winds)” cierra la historia en una especie de oda a Báthory. Por momentos entiendo la conexión de Dani con Erzsébet, una especie de admiración hacia la leyenda, hacia la figura histórica.

Es evidente que Cradle of Filth potenciarían en este disco conceptual los pasajes más gore de la historia. Las matanzas, el genocidio, la desconexión religiosa y el acercamiento de Báthory al reino del mal. Desde este punto de vista, Daniborda unas letras cargadas de odio, de pesadez y cierta alabanza. Y los músicos saben captar la esencia de la historia para crear unas atmósferas afines a todo el concepto.

Beto Lagarda
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