Lo primero que me viene a la mente al recordar Devil Came to Me, la obra magna de Dover, es mi juventud. Ahora podría encasillar a Dover en esa curiosa lista de “guilty pleasure”, pero en mi adolescencia Dover fueron más que importantes. Los que me leéis y conocéis sabéis que siempre cito a Bad Religion com una de las bandas que forjó mi yo actual. Pues también os puedo comentar que uno de los primeros CD’s que me compré con mi propio dinero fue este Devil Came to Me que hoy celebra un cuarto de siglo.
Todo nació con ese disco que creo que todos teníamos en la estantería de casa. Sí, estoy hablando de Generation Next by Pepsi (1998). Ese disco nos rebeló grandes secretos y enormes bandas. Ese “Train” de Undrop o “Puto” de Molotov. También descubrimos Los Fresones Rebeldes y a 7 Notas 7 Colores. Incluso contenía piezas de White Zombie, Marilyn Manson y The Prodigy. No recuerdo un recopilatorio mejor que este. Ah claro, me olvidaba que el disco contenía “Devil Came to Me” de unos tales Dover.
Recuerdo perfectamente las sensaciones de escuchar ese mega riff inicial de la canción homónima, esa contundencia sonora. Esa entrada de voces femeninas que contrastaban con tal dureza. Fue un momento electrizante de mi vida. Un momento que cambiaria por completo mi concepto de la música. Mi paso de la infancia a la adolescencia.
Esa imagen de portada medio cutre pero muy simbólica nos mostraba una especie de diablo en todos rojos. Inconfundible y ya mítica, eso sí. Lo que escondía el diablo era un disco que catapultó a la banda al estrellato internacional.
Dover se formó un par de años antes, en las afueras de Madrid capital. En Alcorcón, en un pequeño local de ensayo dentro de un polígono industrial. Allí, Cristina Llanos de tan solo 17 años, decidió crear una banda con el ojo puesto en Seattle, la ciudad del momento. Amparo, su hermano se unió al proyecto y un tiempo más tarde Jesús Antúnez y Álvaro Díez acabaron formando el cuarteto inicial de Dover. Éste último duró más bien poco, en su lugar entró Álvaro Gómez. Con él publicaron su debut titulado Sister.
Pese a vender pocos discos, Mondo Sonoro les incluyó en la lista de los 10 aristas emergentes del año. Eso les propició un contrato con Subterfuge Records y un presupuesto de 80.000 pesetas para componer y crear su segundo disco. Les dieron 20 días, y crearon Devil Came to Me.
Volviendo a Generation Next by Pepsi (1998), un fragmento de la canción “Devil Came to Me” apareció como canción en el anuncio de la bebida Radical Fruit Company, esto dio a conocer a la banda y llevándoles al estrellato en todo el territorio nacional.
«En 1997, cuando lo grabamos, dedicábamos mucho tiempo al grupo, pero la idea de vivir de ello nos parecía misión imposible. No estábamos conectados con el mundo de la música ni teníamos buenos contactos. De hecho todos conservábamos nuestros otros trabajos.»
Comentó Jesús Antúnez, batería de la banda:
«En realidad nuestra vida cambió en dos meses. ¿De trabajar en una tienda de ropa a vivir el sexo, las drogas y el rock ‘n’ roll? Drogas, había pocas en esa época. El sexo, como cualquiera, hubo de todo y cada uno hace lo que puede. Lo del rock and roll definitivamente sí.»
Muchas de las canciones de Devil Came to Me fueron compuestas en sitios tan poco usuales como el baño de casa de los padres de Cristina. Otras en el local de ensayo del polígono industrial. Sobre “Loli Jackson”, uno de los himnos de Dover:
«Recuerdo que veníamos de tocar en un pueblo de Alicante y llevamos al local a descargar los instrumentos. Estuvimos tocando un rato y luego me quedé sola. La canción me salió del tirón. “Serenade” y “Devil Came to Me” que se compusieron en un fin de semana. La primera recuerdo que Cristina llegó con el estribillo grabado en una grabadora. La escuchamos en el local de ensayo un sábado por la noche y me dejó embobada. El domingo por la tarde ya teníamos las dos canciones terminadas.»
El impacto de Dover en el rock nacional fue del todo inesperado. Dover eran muy fans del sonido de bandas como Nirvana. La banda de Cobain estaba en el escaparate musical de España, eso propició que tanto el sello com los programas y la prensa musical enfocaran a Dover como unos descendientes directos de los de Seattle. Además, los pujantes festivales de verano de música independiente como Festimad, FIB y Doctor Music, que surgieron a mediados de los 90, dieron también un gran impulso a la carrera de los madrileños.
Devil Came to Me fue uno de los mayores pelotazos del rock nacional y aún hoy, alejándome de la nostalgia que me viene cuando escucho este disco, considero éste uno de los discos capitales del rock de los 90 de entre nuestras fronteras. Sin ser perfecto, porque es evidente que no lo es, Dover cuajó el disco necesario para los jóvenes de este país. Un disco de rock, sin fisuras, con estribillos himnóticos.
Música simple pero que entró en nuestras vidas al igual que lo hizo la voz de Cristina. Que sin ser una gran cantante, dejó una huella profunda por su carácter y carisma. Canciones como “Serenade”, “Devil came to me” y “Loli Jackson” forman parte de nuestras vidas y de la memoria colectiva del rock de nuestro país.