Down – NOLA: 25 años del nuevo sonido de Nueva Orleans

Ficha técnica

Publicado el 19 de septiembre de 1995
Discográfica: Elektra Records
 
Componentes:
Philip Anselmo - Voz, mandolina, guitarra
Pepper Keenan - Guitarra
Kirk Windstein - Guitarra, bajo
Todd Strange - Bajo
Jimmy Bower - Batería

Temas

1. Temptation's Wings (4:24)
2. Lifer (4:36)
3. Pillars of Eternity (3:57)
4. Rehab (4:03)
5. Hail the Leaf (3:28)
6. Underneath Everything (4:46)
7. Eyes of the South (5:13)
8. Jail (5:17)
9. Losing All (4:21)
10. Stone the Crow (4:42)
11. Pray for the Locust (1:07)
12. Swan Song (3:35)
13. Bury Me in Smoke (7:04)

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NOLA es posiblemente unos de los mejores debuts de la historia del metal moderno. Y no solamente esto, es simplemente una de las mejores obras de stonersludge de todos los tiempos. Parece mentira que todo el mundo conoce y admira a Pantera. Por regla de tres, también conocen y admiran a Phil Anselmo. Pero hay muchísima gente que no conoce o simplemente no ha profundizado en Down. Para un servidor, si tengo que escoger entre Down y Pantera lo tengo claro, Down por 10 a 1.

Pese a que el disco se publicó en 1995, viajaremos un lustro más atrás en el tiempo y nos emplazamos en la húmeda New Orleans. La capital de Louisiana es conocida por ser la cuna del jazz y el rhythm and blues. También es famosa por diseñar el sonido del southern rock. Y a partir del 1995 por ser territorio Down. La banda se fundó a principios de los 90 como un pasatiempos para Phil Anselmo (Pantera), Kirk Windstein (Crowbar) y Pepper Keenan (Corrosion of Conformity). Los dos primeros eran ya amigos de la infancia y Pepper era colega por evidentes motivos laborales.

El trío se reunía para tocar cuando encontraban espacio de tiempo sin compromisos de sus respectivas bandas. Los primeros temas eran escritos principalmente por Phil Anselmo y Pepper Keenan, a la que se le añadía el sonido insustituible de las guitarras de Crowbar de Kirk Windstein. Éste se ocupaba principalmente de los arreglos y solos de guitarra. En palabras de Kirk a otro medio:

«Bueno, es un proceso muy sencillo. Los chicos y yo nos solemos juntar en el local, nos sentamos en circulo y Pepper trae una idea, o yo tengo otra, ¿lo probamos? ¿OK? ¿Mola? ¡mola! Es un proceso de puesta en común, muy democrático y si las ideas nos gustan seguimos adelante y si no se desechan. Phil es el único responsable de las letras, pero no solo de las letras, también de sus melodías. Phil confía plenamente en mí y en los chicos para la música, pero para las letras y las melodías es muy suyo.»

Moviéndose en terreno underground y publicando algunas demos entre 1991 y 1993, la banda quería ganarse una base de fans que no solamente acudiera a verlos al relacionarlos con sus bandas madre. La leyenda Down empezó a caminar antes de la publicación del disco que nos ocupa hoy.

La cinta de la demo original se distribuyó en todo Estados Unidos. La banda ofreció un concierto en su ciudad natal y curiosamente un ejecutivo discográfico de Elektra Records asistió al show y firmó con ellos un contrato. La banda comenzó a grabar el álbum en el verano de 1994 en los Ultrasonic Studios de Nueva Orleans, Louisiana, y completó las sesiones de grabación en enero de 1995.

Artwork

NOLA toma el nombre de New Orleans, Luisiana. Es el resultado de la suma de las dos primeros demos antes mencionadas, con la inclusión de tres canciones más que no estaban en esos cassettes. Tras retocarlo trabajarlo en estudio, el resultado es que NOLA sería principalmente un álbum sludge. Pero en realidad, este disco lo tiene todo. El librito y la carátula fueron creados por Jim DeBarros y David Manteau y tiene una bonita colección de fotografías vintage del artista Clarence John Laughlin.

Aunque la imagen que ha trascendido como el icono de NOLA es la del Jesucristo con la corona de espinas y fumando. Esta imagen aparece en la contraportada y simplemente se trata de Pepper Keenan fumando, o eso dijo la banda para evitar polémicas. Nuevamente en palabras de Kirk:

«Es solo Pepper fumando. No tiene nada que ver con Jesús ni toda esa mierda que nos han querido tirar. Es simplemente Pepper

NOLA sabe a doom, grunge, stoner, hardcore punk y southern rock. Es un disco super pesado pero muy afilado. La virtuosidad de los riffs solo se puede ver empañada por la brutalidad de la interpretación de la mejor versión de Phil Anselmo. La base de guitarras de Kirk y Pepper es una absoluta burrada. Junto al trio encontramos al también Crowbar y excepcional bajista Todd Strange. Y en la batería y como pieza fundamental en el engranaje de Down encontramos a Jimmy Bower de Eyehategod.

Canción a canción

Líricamente en NOLA se tratan temas como la muerte, el suicido, el abuso de las drogas y los problemas personales. Y en cuanto a las canciones como entes independientes, voy a analizarlas en formato track by track: 

“Temptation’s Wings”: El mejor tema de apertura posible. Esta canción marca el tono de casi todo lo que será NOLAgracias a su su ritmo minimalista pero devastador. El corte arranca rápido, se ralentiza y vuelve a subir para sacudirte con brutalidad. Impresionante la labor de Phil Anselmo con uno de los mejores registros vocales de toda su carrera. La fábrica de riffs no tiene rival.

“Lifer”: El riff inicial de “Lifer” es simplemente sensacional. La canción contiene algunos de los mejores momentos de guitarra del disco. Un corte pesado pero directo a tu linea de flotación. Una canción con un gancho brutal que encuentra en su estribillo uno de los mejores momentos de NOLA. Y ojito al solo en formato dúo de ambas guitarras justo en el ecuador de la canción. Los berridos de Anselmo en el tramo final siempre te acaban erizando la piel. Una canción sublime.

“Pillars of Eternity”: Esta vez abre la canción la batería de Jimmy Bower. A veces nos olvidamos del papel de los baterías injustamente y en este disco, repito, su papel es tan importante como lo puede ser el de Anselmo. “Pillars of Eternity” es otra tema brutal, intenso y gruñón. Impecable el juego de solos de la segunda mitad del corte adornados con un magistral Bower así como los últimos instantes de Phil al micro.

“Rehab”: Otra canción con riffs astronómicos. Una canción con un ritmo más ligero adornado con unas pinceladas de tambores y una chirriante guitarra. Se trata de una de las canciones más queridas de la banda y una de las más tarareadas.

“Hail the Leaf”: Esta canción trata sobre las drogas y contiene algunos riffs ligeros y sin complejos. El personaje de la letra recurre a la marihuana («Así que solo fumo / Déjame sentirme drogado») para contrarrestar su falta de confianza («Ese río valiente / No puedo navegar / Ese sentimiento solitario / Que podría fallar»). Incluso ve esta droga como la solución a su tristeza y al miedo cuando afirma que «No más tristeza / No más dolor».

“Underneath Everything”: Se trata de una canción más melódica con un gran trabajo de Phil usando muchos y variados recursos vocales. La canción se desliza apasionada en lo más cercano al hard rock que podemos encontrar en el disco. Hay ciertos pasajes que me recuerdan al disco Load de Metallica. El solo final acompañado por el repiqueo de batería de Jimmy Bower es tan abrumador como imprescindible. La recta final con doble juego de voces es brutal.

“Eyes of the South”: Estamos frente a un caballo desbocado. Esta canción tiene una intro de blues que desmiente lo que está por venir, cuando Anselmo gruñe «¡Maldita sea!» la canción explota en uno de los cortes más brutales de NOLA. Phil se muestra omnipresente combinando los guturales y las melodías.

“Jail”: Esta canción es puro doom de los mejores Black Sabbath de los setenta. Repitiendo la línea de guitarra con efectos agregados en capas en la parte superior, ofreciendo una diversión extraña pero bienvenida del sonido central con voces abatidas y con eco suave. Una “balada” perfecta.

“Losing All”: Sin caer en la repetición, otro tema sludge marca de la casa brutal. Riffs, voces, velocidad, densidad… lo tiene todo.

“Stone the Crow”: Esta canción tiene un sonido más ligero y muestra muy bien las capacidades melódicas de la banda. El tema pensado para single es el preferido de muchos de los fans. Se trata de un bello tema que me conmovió en su publicación con sus preciosas armonías de guitarra y sus repentinos ataques de ira. Phil volvía a hacer hincapié en los remordimientos y la depresión y nos regalaba un tema precioso y emotivo. Hay otras personas que la encuentran demasiado light, personalmente afirmo que es un temazo majestuoso. 

“Pray for the Locust”: Un suave interludio instrumental escrito por Anselmo. Guitarra punteada con buen ritmo y poco más, sin tiempo de más.

“Swan Song”: Ligera pero con un buen toque doom – stoner. “Swan Song” repite fórmula acertada: riff, gran juego de voces, pesadez… otro tema grande.

“Bury Me in Smoke”: Pfff… solo en pensar lo que tengo que decir de esta canción se me eriza la piel. “Bury Me in Smoke” hasta el día de hoy sigue siendo su última canción en concierto, pues la van alargando a modo jam e invitan a otros músicos al escenario mientras los artistas se dedican a repartir púas y abrazos a los fans. Estamos frente al mejor tema de la banda. Con un riff es absolutamente implacable que va acelerando continuamente y tomando diferentes formas sobre un solo de guitarra y un breakdown momentáneo antes de desvanecerse para luego volver a entrar. Pese a contar con más de siete minutos, esta canción se pasa tan rápido que es fácil que vuelvas a darle al repeat, una y otra vez. Una verdadera obra maestra del metal.

Cifras y datos

El disco fue publicado el 19 de septiembre de 1995 y al cabo de un mes se situó en la posición 57 de la prestigiosa Billboard 200. Se mantuvo en listas por seis semanas. Se publicaron cuatro singles «Stone the Crow», «Lifer», «Temptation’s Wings», todos ellos durante 1995, y «Bury Me in Smoke» en 1996. Curiosamente solo “Stone the Crow” logró tener un éxito comercial destacable situándose en la posición 40 en la lista Mainstream Rock Tracks. Es hasta la fecha su única inclusión en el Top 40.

Para acompañar la presentación del disco, la banda realizó una gira de 13 fechas por Norteamérica a finales de 1995. En 1996 iniciaron un hiato que se prolongó hasta 1999, momento en que empezaron a trabajar en su segundo disco.

Beto Lagarda
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