Parece que mayo es el mes de nuevos (re) descubrimientos para el abajo firmante, y oye, bien contento que estoy. Desde la redacción me pidieron la review de Döxa, grupo del que, evidentemente (por los últimos descubrimientos que he hecho), nada sabía. “Estilo Nightwish”, me dijeron, y mis expectativas crecieron. Quizá deberían haberme dicho que el álbum es de septiembre de 2017 y que vamos tarde.
Play… y vaya. Esto es sinfónico, sí, pero muy original sin inventar nada nuevo. Aire fresco para un estilo que lo necesitaba, creo yo. Mucha melodía, calidez, ternura en ciertos pasajes… Toda una sorpresa llena de grandes matices, aunque lleguemos tarde.
Nacidos en Madrid en 2007, y tras varios periplos, los de Víctor Fernández tienen ya ciertos trabajos en el mercado, pero seguro que es con este Lust For Wonder (2017) con el que empezarán a ser conocidos y reconocidos más allá de las fronteras nacionales.
Aún sin parecerse más que en algunos matices, los veo unos Dark Moor en potencia, por lo que representan a nivel musical en el panorama nacional, bien representado en los estilos más agresivos o clásicos, pero algo cojos en los más power/sinfónicos.
Las guitarras están mucho más presentes que en otros grupos del estilo, más powermetaleras, cosa que personalmente me gusta, y la base rítmica no desentona en absoluto. La voz de Rita es dulce y aterciopelada. Crea que le pega más a los antiguos Nightwish que la de Floor. Y si le añadimos la voz masculina agresiva que, por sorpresa, nos asalta en algún tema, nos queda unas canciones redondas, muy trabajadas y llenas de matices que se irán descubriendo a cada escucha.
Lo primero que llama la atención del trabajo es su portada, llena de colorido y calidez, muy en línea del nombre del disco. También deja muy claro que lo fantástico épico va a estar presente durante los doce temas que componen el álbum.
Abrimos fuego con “A Game of You”, ejemplificación de lo que es el estilo. Los primeros segundos me resultan muy familiares, Nightwish style, pero pronto sacan su propiedades a relucir. La melodía de guitarras inicial es muy suya, y el estribillo funciona perfectamente. Una gran forma de empezar, sí señor. Seguimos con “Annabel Lee”, en la que el piano inicial da paso a una voz tremendamente dulce y melódica para convertirse, finalmente, en un medio tiempo pesado en la que Rita se luce como vocalista. “The Spring in You” cierra el trío inicial de forma más alegre y ligera. Creo que este tema, en especial por las guitarras y la atmósfera general del disco, puede funcionar muy bien en directo.
“Creole” es el cuarto tema, y la primera impresión es la de grandilocuencia. Coros, un teclado tremendo sobresalen en una base potente. En este tema es en el que menos se nota la influencia de Tarja en la voz, y en la que aparecen las primeras voces más agresivas, quizá guturales. Uno de los destacados, en mi opinión. “The Stormseller” es más directa y power, menos sinfónica y más accesible. Y vaya inicio tiene “Queen of Spades”, guitarras afiladas para dar paso… ¡a una voz masculina! Hasta ahora es la más diferente, no sólo por el trabajo vocal, y por eso otra de las destacadas.
El nombre “Erin Go Bragh” esconde otra de las joyas del disco. Rápida, con unas guitarras deliciosas y unos cambios de ritmo interesantes, entremezcla la voz masculina de David Readman (Pink Cream 69) con ciertos toques, a veces sólo matices, femeninas. “Windlike” nos retorna a la senda más sinfónica y melódica. Bajamos el ritmo e incrementamos la sinfonía con “Two Roses”, la balada del disco, que cuenta con una preciosa intro de piano sobre la que Rita te susurrará al oído.
Le épica vuelve con “Hymn to Ravenlord”. Aunque no está mal me falta algo para la grandilocuencia que dicho título denota. “When A Dream Says Farewell” es, quizá, lo más heavy del disco y otro de los temas destacados, y de nuevo con la batuta de voz masculina. Las melodías de guitarra son una delicia. Y terminamos con “A Fool’s Tarantella” de la forma más teatral posible. Es un tema que necesita de unas cuantas escuchas, pero al final se le coge el punto.
En definitiva, este Lust for Wonder (2017) es un álbum potente, muy bien hecho, que pone definitivamente a Döxa en el punto de mira. Si bien es cierto que puede dar la sensación de haberlo escuchado con anterioridad (al fin y al cabo es metal sinfónico), es innegable que tienen su propio sello que se disfruta durante los 52 minutos de duración. Ahora falta por ver como la nueva formación defiende los temas en directo. Dales una oportunidad, igual te sorprenden tanto como a mí.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.