Cualquier persona que me conozca un poco o me haya leído un par de crónicas adivinará que Tobias Sammet y Edguy son influencias clarísimas en mi vida y mi forma de entender la música. Desde que los conocí en 1998, con el Vain Glory Opera recién sacado del horno, y hasta muchos discos y muchos años después, cada trabajo de los alemanes me unía a más a ellos. Me veía reflejado completamente en las letras del alemán bajito, uno de los genios de la segunda hornada de power metal y una de las cabezas más lujosas del heavy metal de los últimos tiempos. Además, por alguna razón, la evolución en los gustos musicales/compositivos de Tobias y los míos fue muy pareja hasta bien entrada la década de los 2000. Edguy, disco a disco, demostraban ser los más firmes candidatos en tomar el relevo de Helloween como todopoderosos del power metal.
Este idilio se agrandó con las partes 1 y 2 de Avantasia, proyecto que me da la sensación ha tomado el relevo de Edguy en cuanto a prioridad de Sammet, quedado la banda original como el grupo de colegas. Para mi gusto esto se ha reflejado en el devenir de sus discos. El último lanzamiento de los alemanes que realmente me enamoró fue Rocket Ride y ese toque hard rockero que tanto me gusta. A partir de ahí, y muy a mi pesar, mi grupo de cabecera se convirtió en una banda de 1 o 2 temas (3, a lo sumo) por disco o, lo que es peor, un grupo de estribillos. Quizá con Space Police lograron retomar el vuelo, pero creo que quedan muy alejados de lo que un día fueron.
Sirvan los dos párrafos anteriores como introducción a esta review de la celebración de sus 25 años como banda y mi amor por ellos. 25 años, las bodas de plata, implican una carrera para tenerla en cuenta, más aún para un grupo de heavy metal de la nueva hornada. Y si tenemos en cuenta que la banda sólo ha sufrido un cambio en su line up, podemos adivinar que la relación entre los componentes va mucho más allá de la de compañeros de banda. Son amigos de la infancia, y así lo han venido demostrando en cada álbum y cada concierto que han hecho. La fiesta se llama Monuments, un doble CD/DVD con sus grandes éxitos, 5 temas inéditos de los Edguy más en forma y un tema maquetero de la época de Savage Poetry, Reborn in the Waste. En total, 28 temas para conocer la carrera de los germanos.
La selección de canciones irá a gustos. Yo habría hecho otra. Tú, amigo lector, habrías escogido otros temas. Así que habrá que pensar que lo que nos presentan es la selección que el propio grupo cree más representativo. Canciones como «9-2-9», «The Eternal Wayfarer» o (pegadme) «The Piper Never Dies», entre otras, me sobran, mientras que en el CD echo en falta otras canciones indispensables en mi vida, como «Fallen Angels», «Fairytale» o «Wake Up the King». Cuestión de gustos, como decíamos… Lo que sí aplaudo es la decisión de poner caras B que nunca deberían haberlo sido, como «Holy Water» o «Judas at the Opera», muy superiores a otras de sus respectivos álbumes. Como punto negativo, no incluir ningún tema del Kingdom of Madness. Por otra parte, destacar el montón de esos medios tiempos marca de la casa y que, a mi parecer, son la mejor baza de Edguy frente a otros grupos de la época. Me refiero a temas como «Vain Glory Opera», «King of Fools», «Ministry of Saints» o la humorística «Love Tyger».
Los nuevos temas son, también, un buen repaso a la carrera del grupo. «Ravenblack» es un medio tiempo algo acelerado, con arpegios de guitarra preciosos y un estribillo muy Edguy, incluso muy Avantasia. «Wrestle the Devil» no acelera el ritmo, pero sí le suma cierto regusto a hard rock en su riff principal. «Open Sesame» nos trae a los Edguy más clásicos, mientras que «Landmarks» es algo más dura. Con «The Mountaineer» demuestran lo que decía antes, que Edguy estaba llamado a ser el sustituto natural de Helloween. De «Reborn in the Waste» ya hemos hablado.
La presentación es lo que se espera de un aniversario de 25 años: fotos de los propios miembros en todas las edades. Veremos a un Sammet barrilete o a un Ludwig que no lo reconocería. A Sauer, en cambio, se le reconoce siempre.
En definitiva, Monuments es una muy buena forma de celebrar toda una carrera llena de buena música y (casi) mejor humor. La selección de temas te gustará, o no, en función de gustos, pero sin duda es representativo de su trayectoria. ¡Por otros 25 años que podamos disfrutar de ellos!
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.