El carisma de Bon Jovi toma Madrid

Bon Jovi ha vuelto a España después de seis años, dejando Madrid como parte del coletazo final de una gira que empezó en febrero de 2017 y termina el 21 de julio de este año en Romania. Solo acceder al majestuoso y completamente lleno Wanda Metropolitano se notaba la esencia del rock clásico por todas partes y esa nostalgia de la old school creada por Jon Bon Jovi y su banda desde 1983.

A las 20:10h comenzó la actuación del grupo Marea o Los Marea, teloneros invitados por la productora del concierto, que lo dieron todo en el escenario durante más de una hora y animaron a los que quisimos estar ahí desde el primer momento. Para los que conocéis y seguís al grupo, hubo muy buen rollo y una gran acogida pese a que se anunció solo tres días antes del concierto. Su repertorio incluyó clásicos como “Corazón de Mimbre” y canciones recién horneadas de su último disco El Azogue (2019), con el que andan de gira. Entre canción y canción no pararon de darle las gracias al “rubiales de New Jersey” y desprendieron todo su desparpajo y buen humor de inicio a fin.

Más de 45 minutos de espera pasaron entre el final del telonero y el inicio de Bon Jovi, minutos llenos de propaganda en las macro pantallas curvas empezando por su crucero Barcelona – Mallorca en el “Runaway to Paradise” durante el mes de agosto, donde los fans podrán hacerse fotos con la banda, escucharles en concierto y compartir momentos únicos, así como de su salsa de tomate “Bongiovi”. Y es que tanto Jon como la banda son un icono de merchandise en todos los sentidos.

El estallido de los focos arrancó el concierto cerca de las 22h, cuando el sol ya había desaparecido y los efectos de luz se veían en su mayor esplendor en un Wanda con más de 50.000 personas expectantes, esperando a que la banda hiciera acto de presencia mientras unas enormes raíces en las pantallas recorrían las calles de Madrid hasta el estadio, donde acababan convirtiéndose en esa “casa” de la portada de su último disco “This House is not for Sale”. Y con esa canción impulsó a todos los asistentes a ponerse de pie y a dejarse la voz.

Jovi mantuvo el ritmo todo el concierto, mezclando sus canciones más míticas como “It’s my Life” o “You Give Love a Bad Name” con varias canciones de su penúltimo disco como “Raise your hands”, y evidentemente de su último disco. Aun así, se veía mucho la diferencia entre la emoción que le provocaba al estadio temas como “Wanted Dead or Alive” a los no tan vitoreados nuevos temas. Pero eso la banda ya lo sabe.

El estadio estuvo a punto de venirse abajo cuando empezaron los primeros acordes de “Bed of Roses”, que un Bon Jovi más que emocionado trataba de cantar en castellano, para el deleite de todos, pero que eramos incapaces de oír por el clamor y el acompañamiento que el público le brindó a la banda, no dejando que cantaran solos ni una sola de las veintiún canciones en esas más de dos horas y media de concierto. Y remarcar que cada una de esas canciones tuvo su propia puesta en escena con increíbles videos muy visuales,donde parecía que las pantallas se transformaban desde carreteras propias de la conocida Ruta 66 hasta iglesias donde la guitarra eléctrica y el escudo de la banda eran los símbolos recreados en enormes cristaleras. Todo en un estilo muy highway americano.

Y como Bon Jovi no solamente es Jon Bon Jovi, sus otros componentes también tuvieron grandes momentos. Tico Torres a la bateria y David Bryan al teclado se montaron un buen solo que dejó al estadio sin palabras. Phil X, el “sustituto” de Richie Sambora a la guitarra eléctrica, se ha ganado su puesto en la banda y maravilló al Wanda con sus solos improvisados. Eso era pura magia e hizo que vibraran hasta las sillas, poniéndole los pelos de punta a más de uno.

La experiencia de una carrera de más de 30 años encima de los escenarios se nota. Jon sabe cuando sonreír, cuando dejar que el público cante y cuando mirar a tal cámara para que en pantallas aparezca su mítico salto guitarra en mano. Están curtidos en conciertos en vivo, algo que también hace que requieran apoyo instrumental y sobretodo vocal, como el del músico Everett Bradley, que apoyó a Jovi en las notas más altas.

La banda pareció terminar y salió del escenario, manteniendo el público expectante, gritando, silbando y suplicando su vuelta. Así estuvimos unos diez minutos eternos… pero regresaron y cerraron el concierto con un top, “Livin’ on a Prayer”.

Como punto negativo, la acústica bastante pobre del estadio, que hizo que el propio Bon Jovi se perdiera entre canciones, llegando incluso a repetir la entradilla de una de ellas. El eco que se creaba entre tantas voces en el Wanda acababa por aturdir y más de un asistente con el que tuvimos la oportunidad hablar después, era incapaz de encontrar puntos positivos al estadio para cualquier tipo de concierto. Y también, por qué no, un poco decepcionados por la ausencia de “Always” entre las canciones elegidas para este concierto.

Como fans de la banda salimos satisfechas, con la adrenalina a tope y con ganas de más. Y es que da pena pensar que pueda tardar otros seis años en volver a España y poder disfrutar de una noche de rock como la que vivimos.

Setlist:

This house is not for Sale
Raise your Hands
You Give Love A Bad Name
Born to be my Baby
Rollercoaster
Lost Highway
Runaway
Born to Follow
Have a Nice Day
Keep the Faith
Amen
Bed of Roses
In these Arms
It’s my Life
God Bless
Wanted
Lay your Hands
Sleep When I’m Dead
Bad Medicine

—
I’ll be there for you
Livin’ on a Prayer

Adela Rodenas y Marina Vila