El pasado viernes 26 de julio pudimos presenciar en Breda el primer concierto de Athica en su minigira rumbo a la final de la Wacken Open Air Metal Battle. En la velada, celebrada en el recién abierto Sant Dimoni Breda del pueblo de La Selva, fueron acompañados por los grupos locales Ultrakaos y Metalfetamina. La asistencia fue buena, y un público activo y responsivo llenó casi medio local des del inicio del concierto, lo cual es de agradecer sobretodo por las bandas que abren.
Ultrakaos
Los primeros de la noche fueron los jovencísimos Ultrakaos, que subieron con algo de retraso al escenario. Con un buen sonido pese a las limitaciones de la sala, el cuarteto caldeó a los asistentes con su thrash metal.
Presentaron un setlist lleno de tralla que, no obstante, destacaba en cuanto a melodías y armonía en las cuerdas. Carles a las cuatro cuerdas, y Toni y Jandro a las guitarras, se turnaban la voz solista demostrando una vez más el potencial y la técnica de la sangre nueva. Dani no protagonizó ningún sketch cómico esta vez, pero no le fue necesario para arrasar con su metronómico dominio de la batería desde la parte trasera de las tablas.
No faltó en los temas más movidos la agitación en el público aderezada con sus ya icónicos churros de piscina, que repartieron a medio concierto. Los rugidos de Toni convocaban ollas desde los primeros acordes, y armados con los cilindros huecos de espuma, el circle pit se tornaba un violento huracán de golpes y color.
El estruendo originado por los churros chocando contra el suelo y la tarima jaleaban tanto a público como a los músicos, que apisonaron con una actuación sólida y a la altura del evento. Concluyeron su espectáculo con un reprise instrumental del primer tema, cerrando el ciclo pero dejando abiertas las puertas a más devastación.
Setlist Ultrakaos:
Isolation of an Era
Heroes
Issues
Forgive
Mozart
Through The Gates
‘Til the Shine
Metalfetamina
El dúo de Breda/Sant Celoni continuaron repartiendo violencia sobre un público ya a tono. Pisando a fondo el acelerador, alunizaron contra el escenario llevándose a todos por delante.
Con una afiladísima lengua viperina, Gallo escupía su corrosivo ideario sobre un amplio abanico antisistema mientras ejecutaba riffs frenéticos a la guitarra que instigaban al público a seguir alborotándose. De pie o sentado, Saül aporreaba la batería a una velocidad de infarto, demostrando con cambios de tempo y de figuras que el speed thrash de Metalfetamina no es un punk de bajo presupuesto como su actitud podría sugerir.
Además de los temas de su disco Poder Vomitiu (2018) al completo (a excepción del bonus track «Perseguit») y «Sant Dimoni», de la demo, presentaron su nuevo corte «N.F.P.I.», que esperamos sea el adelanto de un próximo lanzamiento. Fueron enlazando los cortes entre tragos de alcohol y gritos e insultos de subido tono contra la extrema derecha y la corrupción policial.
La versión que cantó Gallo de «Alkol», de su único larga duración, estuvo más enfocada a las drogas aspiradas que al brebaje que le da nombre, en esta ocasión. Fue particularmente emotiva la interpretación de «Sant Dimoni», tema de su maqueta El Ritual, estrechamente relacionado con el bar en el que tocaron aquella noche. Dedicado a Marta Raven, dueña del establecimiento e impulsora de la escena local, el riff introductorio fue coreado como ya es costumbre en los conciertos de los speed thrashers del Montseny.
Como no podía ser de otro modo, terminaron su setlist con más «Violència», y es que, pese a ser la solución, nunca es suficiente con todos los problemas que hay en el mundo. Cabe destacar que Metalfetamina fueron quizás los más beneficiados del sonido de la sala al ser menos integrantes sobre el escenario.
Setlist Metalfetamina:
La Creu
Zombis Nazis
Violència
S.O.P.
Brutalitat
Kaos
Alkol
N.F.P.I.
Sant Dimoni
Violència
Athica
La guinda de la noche la puso Athica, recién llegados de Panamá, con su brutal dosis de deathcore. He de decir, que pese a los esfuerzos de Víctor al micro y del técnico de sonido a los controles, la etapa no daba más de si y las voces se fundían entre el resto de instrumentos. Un fallo que marcó el concierto pero no distrajo de disfrutar al máximo de la experiencia que Athica brinda.
Presentando su segundo LP, Decimation, lanzado en marzo de este mismo año, escogieron un setlist formado, sobre todo, por cortes de este, además de dos temas recuperados de su primer larga duración, The Horror Shall Begin.
Comenzaron fuerte y sin preámbulos, los cinco integrantes en el pequeño escenario, todos vestidos de negro y sin apenas iluminación. No hubo excesivo movimiento sobre las tablas por problema de espacio, no obstante sí vimos interacción entre los músicos y, sobre todo, con el público, que se agitaba al ritmo de las baquetas de Israel. La ejecución musical fue tremenda, con una buena compenetración de Joaquín, en el centro del escenario con Jean y George a banda y banda. Víctor, vocalista y frontman, pudo dar un buen concierto pese a los problemas técnicos, y aunque la voz sufrió para hacerse oir en los guturales más profundos, se abría paso entre la mezcla con los tonos más agudos.
Concluyeron con su ya clásica «Necromantic Psychopath» a modo de traca final para los incansables asistentes que pedíamos un bis a toda costa. Y la elección fue más que acertada, asegurando frenesí y pesadez a partes iguales hasta el último segundo del acto de los panameños.
Pudimos disfrutar de formidables pasajes instrumentales, brutales mosh pits comandados por los riffs más enérgicos y los breakdowns más pesados de la noche, de los que incluso los cimientos de la antigua discoteca se resintieron. Athica demostraron porqué fueron la mejor banda de la semifinal centroamericana del Metal Battle, ya que… ¡tienen actitud y técnica para rato!
Setlist Athica:
Dystopia
Thrown to the Serpents
Leeches
The Black Void
Decimation
Lillith
Menticide
The Sixth Extinction
Simplicity and Dispossession
Necromantic Phsychopath
Anacrónico. Amante del sonido analógico y lo-fi. Músico y melómano, lector y escritor, desde pequeño. Crecí flotando en una gran variedad de estilos musicales, con predominancia del hard rock, hasta que llegué a la adolescencia y me topé con el metal. Apasionado del terror en todas sus formas, del gore y la serie B (e incluso Z), tiendo a escoger metal extremo como banda sonora de mi vida. Pero creo que cerrarse en un solo estilo es cerrarse a la música.