Después de lo visto esta noche de viernes me reafirmo en lo comentado en la previa. Si queremos verdaderamente vivir la música y apoyar un futuro ahora mismo incierto para el rock duro y metal en las próximas décadas el tema pasa por fijarse en todo aquello ajeno a las grandes masas y nombres consagrados. Por propuestas no será y calidad de las mismas tampoco. El cartel que se nos presentaba en esta ocasión cumplía con todas las premisas y suerte que más de un centenar de personas creyeron que valía la pena dedicar su tiempo de ocio a semejante propuesta ya que en demasiadas ocasiones citas como la que nos ocupa queda en una pequeña reunión familiar.
La propuesta podía satisfacer un abanico amplio de gustos, siempre dentro de lo extremo, desde el doom de Udol apostando por la intensidad sonora, el thrash de Terminal Violence con toda la influencia de la Bay Area y las corrientes más crossover, thrash, industrial de Noisedrome.
Noisedrome
La banda local abría la noche puntualmente con fuerza en una banda que parecía haber detenido su actividad después de aquel ya lejano primer disco del 2006 «December’s in Blood» hasta que en 2022 nos sorprendieron con su último «Nue (Quimera)» con cambio de idioma utilizando el catalán en sus letras. Además, respecto a su anterior etapa presentaban cambios de formación con la inclusión del guitarra David Tudela (Inversus) y Joaquim Pueyo a la batería (Metrakillator). De hecho abrieron con los dos temas que precisamente abren sus trabajos, «Foc a l’obaga» y «Terres de Ponent, November 11th», mostrando de golpe la evolución del grupo en estos 16 años que separan los discos, aunque reconocibles en el grupo. Esa base death–thrash con estribillos a voces limpias más acorde con influencias de bandas como Bring Me the Horizon que combinadas con las clásicas tipo Chimaira o Deftones hacen que uno entienda por los terrenos que se mueve el grupo. Buena parte de los asistentes se nota que estaban allí por ellos, de algo ha de servir jugar en casa… y tocaba saludar antes de atacar «Memòria» con invitada especial para recrear las voces originales del disco. El set fue consistente con buenas interpretaciones y más compacto de lo que les recordaba alternando temas actuales como «No fallarem», «Crida més fort», «Cap de trons», «Què vols de mi?» además de la que lleva camino de convertirse en su hit, «Bolets», con pretéritos como «Bring the Noise» o «Crystallize». Eso sí, el mayor peso lo lleva su material más reciente. Mejor que nunca.
Terminal Violence
Terminal Violence lo pusieron todo patas arriba. Me habían advertido sobre el grupo pero sobre las tablas lo demostraron. Los de Barcelona al segundo tema, y viendo que al personal le costaba arrancar, se pusieron manos a la obra para solucionarlo. ¿Que las primeras filas no se acaban de mover? Pues ningún problema, se baja con ellos y se lía. De esta forma los dos guitarras y el vocalista montaron en un periquete un circle of death a su alrededor mientras sonaba «Wild Beasts» de su último Warhole (2022). Su set se hizo corto porque no pararon ni un segundo. Headbanging constante, bajadas al público para participar en los circles o montarlos directamente, walls of death y lo que hizo falta. La cosa ya se lió en su punto más álgido cuando en medio de su «Soldiers» y «Fuck the System» meten la versión de Testament «Into the Pit» que todo el mundo disfrutó. De hecho, calcaron el set que a finales de marzo ofrecieron en La Textil con unas ganas y fuerza que ya nos gustaría ver a grandes nombres. Por cierto, no hemos mencionado nada sobre el sonido pero fue notable durante toda la noche. Por potencia y nitidez en todos los instrumentos con un bombo omnipresente que nos sorprendió a muchos por la pegada conseguida. La influencia que atesoran de aquella memorable escena de la Bay Area es palpable y son dignos herederos. Cuesta resistirse ante tal avalancha. Veremos que futuro tienen porque temas, calidad y ganas no les faltan. ¡Grandes!
Udol
Lo de Udol es digno de verse. Más de uno tomó una más que mala decisión al abandonar definitivamente la sala porque ver a este dúo como defienden sus temas en directo es un espectáculo. Habéis leído bien, dúo. Adrià (batería y voces) y Joan (guitarra y loops) forman la banda y les basta y sobra para ofrecer un sonido apabullante. Ver la puesta en escena ya despertaba curiosidad ya que ni tan solo traían un telón con el nombre del grupo a diferencia del resto de bandas. Eso sí, el repertorio de pedales conectados entre sí que había desplegado sobre el escenario no tenía desperdicio.
Abrieron con «El Regne», tema de más de seis minutos con diferentes partes en donde ya nos sorprendió el muro de sonido que provenía de la Gibson de Joan. Como podía ser aquello? Indagando un poco parece ser que la señal de la guitarra se pasaba por los tres amplificadores disponibles en el escenario, los dos de guitarra y el de bajo. Las tres señales se envían a la mesa como señales individuales para ser tratadas en la mezcla. Por cierto, distorsión especial para el ampli de bajo. La siguiente «El pacte» nos sirvió para comprobar como Joan gravaba las partes rítmicas de los temas para durante los solo o efectos que incluía lanzarlos. Todo sin claqueta y perfectamente a tempo. En ningún momento se notó la falta de una guitarra más ni bajo. Si a eso les sumamos que desde el primer momento y hasta ese momento con «Execució» no dejó de sorprenderme el buen nivel vocal de Adrià al tiempo que se hacía cargo de la batería no cabía esperar más. El personal restó mucho más pasivo y atento a la interpretación que con las anteriores bandas ya que los temas largos y con diversas partes invitaban a hacerlo. En ciertos momentos headbanging intenso en otros cadencias ultra-pesadas siempre con la atenta mirada de los presentes.
Alguno de los intermedios entre temas se alargaban un poco más debido a las continuas afinaciones de Joan. Poco dados a discursos siguieron con «Ombres» , pausada y paciente en su transcurso y la final «L’incendi» con ese in crescendo inicial de distorsión que te lleva al caos. La cosa no pasó de ahí y no fui el único que se quedó con ganas de más. Corto, demasiado corto. Tan solo había escuchado a la banda a través de su Bandcamp y ya era cautivador, en directo la avalancha sónica es considerable. Si te gusta este tipo de sonido que recuerda a bandas como My Dying Bride o unos primigenios Paradise Lost con voces más limpias y melódicas esta puede ser una banda para ti. ¡Más que buenos!