Crónica y fotos del concierto de Dead Can Dance + Astrid Williamson - Auditori Fòrum CCIB (Barcelona), 30 de mayo de 2022

El viaje de Dead Can Dance

Datos del Concierto

Bandas:
Dead Can Dance + Astrid Williamson
 
Fecha: 30 de mayo de 2022
Lugar: Auditori Fòrum CCIB (Barcelona)
Promotora: Primavera Sound
Asistencia aproximada: 3.000 personas

Fotos

Fotos por Josep Maria Llovera / iMago mei

Tras su última visita a Barcelona, hace justo tres años, en que llenaron la sala Barts dos días seguidos en su gira de 40º Aniversario, Primavera Sound nos volvió a traer a Lisa Gerrard, Brendan Perry y su séquito de músicos, o lo que es lo mismo, a Dead Can Dance. En su actual gira europea continúan celebrando sus más de 40 años de carrera, pero también es una celebración por poder subirse a los escenarios otra vez, después del obligado parón pandémico.

Fue de agradecer que esta vez Primavera Sound los pusiera en el Auditori del Fòrum, un sitio ideal para la banda, y no como la anterior vez que los llevaron, en 2013, que a los pobres los metieron en medio del festival, a las 21:00 (aún era de día a esa hora!) y en el escenario Ray-Ban …estaréis de acuerdo que no viene siendo lo mismo.

Y os voy a ser sincero, me será difícil hacer esta crónica, porque desde que salí del Auditori solo me viene a la cabeza la palabra “maravilloso”, y tengo la sensación de que poco más se pueda añadir.

Astrid Williamson

Abrió la velada Astrid Williamson, de quien solo había escuchado alguna canción de su último trabajo, Into the Mountain (2022), un álbum de pop con unas texturas que se acercan más al indie o al dream pop y, por este motivo (el de mi ignorancia), me sorprendió su puesta en escena tan sobria, con ella sola alternándose a la guitarra acústica y al teclado.

Su versatilidad vocal hizo que, durante la media hora que duró su concierto, combinara pasajes más contenidos con otros más emotivos. Acabó con dos temas del último disco, donde introdujo unas bases de ritmos que me dejaron con muy buen sabor de boca.

No debe ser mucha casualidad que esté abriendo los shows de Dead Can Dance, ya que en 2010 participó en la gira en solitario de Brendan Perry, y en 2013 escribió algunas canciones junto a Lisa Gerrard. Sea como sea, el del pasado lunes fue su último concierto junto a Dead Can Dance y para despedirse se deshizo en halagos hacia los buenos de Lisa y Brendan.

Dead Can Dance

Tras media hora de descanso, empezó puntual el maravilloso (perdón) viaje de Dead Can Dance. Porque esto es lo que hacen con su música durante las casi dos horas de duración de su concierto, llevarnos a un viaje espacio – temporal.

Y de qué manera empezó el viaje, con una luz tenue que, en el preciso momento en que Lisa Gerrard entonó la primera nota, pasó a iluminarla a ella, mostrándola imponente delante del escenario, con ese chorro de voz y esa túnica deslumbrante.

Con Lisa y Brendan en el centro del escenario, y turnándose en las partes vocales, iban escudados con sendos teclistas a los lados, encargados éstos de crear las atmósferas idóneas para que en el centro fueran circulando todos esos instrumentos que, poco a poco, nos iban envolviendo para trasladarnos a esos paisajes que crean sus canciones. Estoy hablando de mandolinas, laúdes, diferentes tipos de percusiones, platillos, campanas, gongs, una flauta y un dulcémele! (sí, he tenido que buscar el Google como se llama el trasto ese que toca Lisa).

El repertorio fue otro viaje a lo largo de sus ya más de 40 años en activo (aunque estuvieron unos años separados, continuaron sus carreras en solitario), repasando todos sus discos excepto el gran Spiritchaser de 1996 (quizás por ser el último antes de su separación?).

El inicio sirvió para irnos metiendo en ese misticismo marca de la casa, con temas como «Yulunga (Spirit Dance)», «The Ubiquitous Mr. Lovegrove» o «Mesmerism», de los álbumes Into the Labyrinth de 1993 y Spleen and Ideal de 1985. También sonó «Amnesia», del más reciente Anastasis, de 2012, pero que no por más nueva desencajó con el resto.

Con «Persian Love Song», Lisa se quedó prácticamente sola, demostrando su gran técnica vocal y cantándonos como si estuviéramos todos en una iglesia románica.

Siguieron el recorrido por sus inicios, con «In Power We Entrust the Love Advocated», «Avatar», una colorista «The Carnival Is Over», donde Brendan demostró que tampoco se queda corto en cuando a chorro de voz, «Cantara»… ya veis, hitazo tras hitazo.

Con «Opium», Brendan se volvió a salir, y volvieron a demostrar que, aunque los dos discos publicados tras su reunión palidecen al compararlos con los de la primera época, algunos temas sí pueden colarse en un repertorio de clásicos sin problema alguno.

«Dance of the Bacchantes» es la única canción que hicieron de su último disco hasta la fecha, Dionysus de 2018, y con ella hicieron explotar su vertiente más étnica, metiéndonos en medio de la mismísima selva amazónica, para que acto seguido, con «Bylar» (una canción compuesta por Lisa Gerrard y Robert Perry, hermano de Brendan), Lisa nos devolviera de golpe a una fría aldea medieval.

Para finalizar el viaje, una majestuosa «Black Sun» del disco Aion de 1990 y la gótica «The Host of Seraphim» del disco The Serpent’s Egg de 1988, y una ovación que no cesó hasta que los músicos volvieron al escenario.

Los bises simbolizaron una especie de resumen de lo que fue el concierto: la parte más luminosa, con «Children of the Sun», el frío gótico, con «The Wind That Shakes the Barley», y la hipnótica «Severance» para acabar por todo lo alto.

Al salir del Auditori, la sensación era la misma que cuando regresas de vacaciones y empiezas a contar días que quedan para volverte a ir. Así que espero que no se demore mucho un nuevo viaje con Dead Can Dance.

Setlist Dead Can Dance:

Yulunga (Spirit Dance)
Amnesia
Mesmerism
The Ubiquitous Mr. Lovegrove
Persian Love Song (The Silver Gun)
In Power We Entrust the Love Advocated
Avatar
The Carnival Is Over
Cantara
Opium
Sanvean
Dance of the Bacchantes
Bylar
Black Sun
The Host of Seraphim

Children of the Sun
The Wind That Shakes the Barley
Severance