Los amantes del hard rock melódico están (estamos) de enhorabuena: acaba de publicarse lo que sin duda será uno de los discos del año. Y todo aquel que no haya profundizado en el género, tiene una oportunidad inmejorable para sumergirse en él y comenzar a apreciarlo en todo su esplendor, doy mi palabra de que el tiempo invertido no va a ser en vano. ¿Y a quién debemos tanta dicha y tan buenas nuevas? Pues llevan por nombre Electrified, y son un quinteto greco-germano (¿existe este término? Sabed disculparme si me lo he inventado…) de reciente formación que ha sacado a la luz My World on Fire (2022), un debut compuesto por 12 trallazos en los que han puesto tanto esmero y calidad que uno al escucharlos sólo puede preguntarse: “¿cómo es que nadie había compuesto esto antes?” Pero la mía es sólo una opinión más, así que lo mejor es hacer girar el disco y comprobar empíricamente que estamos ante una maravilla, al margen de lo que yo pueda decir.
Los primeros segundos de “Crazy Horse” vienen a dejar muy claro lo que tenemos entre manos: guitarras afiladas, melodías clásicas, respaldadas por teclados limpios encargados de acolchar cada compás y el inevitable estribillo potente y pegadizo. Lo dicho más arriba: puro hard rock melódico, coreable, directo y cuidado al detalle. Y una vez hecho el primer contacto, la cosa no puede hacer más que ir para arriba.
“Shot Through the Heart” le sirve a Antimos Manti para informar de que sus teclas no se van a limitar a quedarse en segundo plano, y cobrarán protagonismo cuando sea necesario.
El tema que da nombre al álbum, “My World on Fire” viene cargado de fuerza con cierta querencia, en algunos tramos, por el prog rock, sin llegar a meterse en ese género, pero ahí anda revoloteando su espectro. Y de regalo otro solo de guitarra que hace justicia al nombre de la banda.
Una intro bastante zeppeliana da paso a “Beneath the Sky”, que enseguida se reconduce hacia el sonido más representativo de Electrified: coros para acompañar puño en alto, melodías que parecen mecerse, contundencia en la base… elementos que se encargan de llevarnos a “Running Through the Night”, una de las mejores joyas que tiene el disco. El corte tiene todo lo necesario para convertirse en un himno indispensable. De hecho, si se hubiera grabado hace cuatro décadas, ten por seguro que lo escucharías cada noche en tu garito más cercano.
Lejos de bajar el listón durante un segundo, la banda nos presenta “Waiting for You”, cuyo punto fuerte son los tramos instrumentales, en los que podemos apreciar, aún más, su calidad técnica.
Con aire de balada canónica entra “You Are Gone”, cuyo carácter se va alternando con partes más cargadas, y rematando el corte a lo grande para dar paso a “Time Again”, donde la formación se permite adoptar un carácter más rabioso.
Con un estilo bastante similar encontramos “Prisoner of You”, que probablemente sea otro de los puntos álgidos de la grabación, en gran parte por la atmósfera turbia que consiguen transmitir.
A golpe de sintetizador entra sin avisar “Between the walls”, ligera y amena a más no poder, con un punto que la hace apartarse un poco del resto de temas, pero con un resultado final al que tampoco me atrevería a ponerle una pega.
La banda retoma su sonido más característico nuevamente en “I Need You”, otro corte sin dobleces ni pretensiones, al que sigue el punto final del álbum, “Judgment Day”, que lo finiquita al nivel que se merece: por todo lo alto. Un último mazazo electrizante para rematar un viaje que recomiendo a todo el que me haya leído hasta esta línea.
Aunque los temas que componen este My World on Fire surgieron como demos instrumentales que Anthimos y Constantine fueron creando para combatir el tedio de la cuarentena de hace dos años, han acabado evolucionando hasta dar forma a un trabajo que no da tregua en ningún instante. Y aunque pueda parecer que Electrified han dado un primer paso que les deja el listón muy elevado, estoy convencido de que cuando tengan que volver a ponerse manos a la obra, lo van a rebasar.