Aunque ha sido un camino largo, por fin el primer álbum de Eleven Santo ha visto la luz. Pese a que ya nos dejaron un par de píldoras en 2018 y en 2019, estando en ese año ya compuesto por completo, hasta este mismo 2021 no hemos podido disfrutarlo en su totalidad. Y la espera ha merecido la pena, no cabe duda, pues los mexicanos han puesto sobre la mesa un disco poderoso, cimentado sobre las bases de los grandes clásicos pero en el que también es innegable la influencia de bandas más recientes y enmarcadas en diversos géneros.
El álbum arranca desplegando toda su fuerza con “Survivors”, donde una veloz guitarra y una atronadora batería nos indican que el principal ingrediente de esta receta va ser la energía, cabalgando entre varios estilos bien reconocibles, sin casarse con ninguno.
“Fantasy on the Darkness” suda puro sleaze moderno, sonando tajantemente ruda, dejando momentos de gloria a Gabe y sus seis cuerdas; momentos que estarán presentes durante las once canciones que forman el disco.
Más ochentera y pegadiza entra “Break the Spell”, con una melodía absolutamente impecable, nacida para ser coreada puño en alto por todos los presentes. Una maravilla de composición que no estaría de más en ninguna fiesta.
La acústica y desgarrada introducción de “XXIII” da pie a un tema pesado, en el mejor sentido de la palabra, con unos arreglos instrumentales que lo cargan de una personalidad totalmente propia.
Es el momento de “Burning”, el primer tema que sacaron al albero hace ya tres años, en el que juegan sin miedo ni carencias con los cambios de ritmos y la mezcla de estilos, recordando tanto a las grandes bandas del hair metal como a las del heavy.
“Let the Show Begin” suena rompedora, con unos detalles taladradores, dando lugar a la power ballad llamada “Redhell woman”, que va adoptando un carácter cada vez más electrizante según avanza.
De nuevo varias ramas vuelven a encontrarse en “Sacrifice”, y es, una vez más, para dar un resultado sorprendentemente fresco.
Se reenganchan a las composiciones más canónicas en “Bad Advice”, que entra con toda la contundencia posible y cede el testigo a “Love Come Back Tonight”, otro genial corte que parece sacado de un baúl olvidado, pero vestido con un traje absolutamente contemporáneo.
La banda se despide en su idioma materno con “Grita”, otra enérgica balada acompañada impecablemente por un cuarteto de cuerda, echando la llave al disco de la mejor manera posible.
Escuchando este Your Bad Advice, me han venido a la cabeza no sólo grandes tótems de la talla de Scorpions, Skid Row, Guns N’ Roses o Bon Jovi, si no también grupos que llevan menos tiempo haciéndonos disfrutar, como Reckless Love, Notörious o Santa Cruz. Habrá que seguirles la pista para futuras alegrías.