Suecos, nostálgicos de los 80 y con un arsenal de heavy metal de época que te llega y emociona… Así son los Enforcer, banda ya veterana a pesar de su juventud. Si Zenith (2019) ya fue una pasada este nuevo disco colma las expectativas en poco más de 45 minutos. La fórmula es clara: temas de menos de cuatro minutos de heavy metal afilado y pedigrí a pesar de los tópicos recurrentes con los que juegan. La base rítmica es absolutamente sólida y los temas funcionan perfectamente en lo que pretenden. Realmente hay voluntad de ser algo más que una banda retro al uso y pueden tener su gira europea en pequeños recintos pues el material con el que juegan en cada entrega mejora lo anterior.
Directamente prefiero pasar a lo que me parece más excelente de lo expuesto en el disco y toca parar en el corte número siete, que es el que da nombre al disco y en el que hay un homenaje absoluto a Queen, y de rasquis, a una de mis bandas favoritas: Rough Silk. Preciosa canción con ese inicio a balada que se endurece para calar fondo. Está claro que esta composición está destinada a ser uno de los grandes momentos del directo, especialmente por el solazo de Jonathan Nordwall a la guitarra y por el esfuerzo vocal de Olof Wikstrand. Veremos si en directo son capaces de llegar a las altas cotas de exigencia de esta maravilla. Por cosas como esta Enforcer tienen su razón de ser…
La cosa empieza con muy buenos mimbres con “Unshakle Me”, corte en el que la caña y la melodía van de la mano a la vez que demuestran que el grupo sigue estando en un muy buen momento en esto del retro heavy metal. “Coming Alive” es una lluvia de hachas forradas con tachuelas, y en el fondo, es lo que todos esperamos de Enforcer… No hacen nada nuevo, pero lo hacen como nadie. “Heartbeats” es un up-tempo muy logrado que engancha y transmite felicidad y buen rollo. Es deudor de los más grandes y posee un solazo de guitarra por parte de Jonathan Nodwall. Si son capaces de hacer esto en directo… no tienen rival en lo suyo.
“No Tomorrow” suena a los primeros Europe, los más heavies y los más añorados. Una maravilla melódica y potente que hará las delicias de los fans ochenteros de turno. Se centran aquí en terrenos más power metal y HammerFall. Y una de las mejores composiciones de esta obra nostálgica es “At the End of the Rainbow”. Estaríamos hablando de uno de los mejores estribillos compuestos por el grupo sueco en todo su recorrido, y eso que tienen muchas canciones realmente buenas. Se marchó Joseph Toll a Tribulation, pero el grupo mantiene sus credenciales y calidad.
“Metal Supremacía” es una pacada que no sabes por dónde cogerla, pero que engancha y entretiene. Base rítmica contundente y muchísima fuerza con una letra en castellano que nadie pidió y que funcionará en directo, aunque entran en un jardín léxico que no conocen… Pasapalabra. “White Lights in the USA” es más directa con un arsenal de tópicos en las letras siendo heavy metal de buena factura y capaz de enamorar.
“Keep the Flame Alive” es muy ochentera y dominada por el riff base a pesar de que la hacen áspera y metálica con la gran voz del gran Olof Wikstrand. Grandes detalles dactilares en la guitarra de Nordwall. Y se finaliza con “When the Thunder Roars (Crossfire)”, puro metal ochentero de la vieja escuela perfectamente ejecutado y que funciona sin sonar añejo ni a refrito. Incluyen un pasaje atmosférico y otro gran solo de Nordwall y de Wikstrand. Se completa todo con una pieza muy Hammerfall titulada “Kiss of Death”, siendo un compendio del power metal noventero y poco más. Resultona y directa, pero poco más.
Enforcer demuestran ampliamente que en lo suyo tienen pocos les tosen, pero Cauldron y especialmente Skull Fist son rivales de órdago. Lejos quedan esos tiempos en los que Wolf y Twisted Towe Dire ofrecían algo diferente que ha terminado siendo algo de lo que beben muchos: el pasado. Nostalgia como título ya dice mucho, así que poco me queda que añadir a lo expuesto: buen disco de retro heavy metal y poco más. Las fuentes de las que beben están más que presentes.