Entera, o lo que es lo mismo,la banda de Carsten, vocalista y bajista de la banda alemana, son unos auténticos desconocidos para mí, y mucho me temo que para la gran mayoría, pues a pesar de tener una extensa trayectoria de 30 años, cargada a hombros de la robusta y barbuda figura del mencionado cantante, únicamente tienen publicados siete trabajos entre los que se incluyen tres EP’s. Así que no es de extrañar su existencia en el ambiente underground europeo.
Este pasado 22 de mayo salió a la luz, directamente de las cavernas, su último trabajo, un alegato old school que sigue la estela de su anterior EP, del cual destaca “The Pit is Ours” y su simpático videoclip.
Desconozco el conocimiento que podamos tener de los alemanes por nuestras tierras, yo al menos no los conocía, y a decir verdad no he conseguido empatizar demasiado con su propuesta a pesar de que lo he intentado. Su estilo bronco y “sucio” -no se me interprete mal, no es peyorativo- no es de mi predilección. Como curiosidad y detalle para acercarse más hacia los europeos del sur y fans hispanohablantes han incluido una versión en español de “Pay to Pay”. Lamentablemente, a pesar del esfuerzo y la dedicación, me ha parecido un despropósito. Me ocurre igual que cualquier banda que utilice un idioma que no es el suyo. Para cantar en inglés, español o noruego ha de ser o parecer natural, por lo que forzarlo puede ir más en contra que a favor. Da igual que seas un grupo grande o underground, ¿nadie se acuerda de la terrible adaptación al español de Scorpions de su “Winds of Change”?
Pero como cada estilo tiene su seguidor y hoy en día sacar un disco es una temeridad que hay que alabar, hay que destacar la valentía que demuestran al seguir al pie del cañón defendiendo sus convicciones y este proyecto desde 1990. Paradójicamente, y manteniendo las evidentes distancias, me recuerdan a la actitud y el compromiso que demuestran Anvil. Recomendadísimo su documental, la voluntad de sus miembros es envidiable.
No me ando más por las ramas para centrarme en Hate Factory (2020). A la primera escucha me chirría muchísimo la voz de Carsten, no acabo de empatizar con esta hasta pasados un par de temas. Aún así sigue descolocándome. Se trata de una voz encabronada con la que no acabo de encontrarme cómodo, siendo de mayor aceptación los guturales de los coros. Musicalmente, el trío se encuentran alejado de cualquier virtuosismo. El bajo martillea en primera persona compartiendo protagonismo con la la guitarra. Riffs directos y atemporales que, aunque por momentos hacen cabecear, no acaban de engancharme. La producción no ayuda demasiado, y el sonido de la batería no sale favorecido. Desconozco si intentaban buscar mayor autencticidad en un sonido más pulcro, pero tras tanto tiempo en la escena no creo que sea esa la intención.
El inicio de «Never Reached Aspirations» hace que tenga nuevas esperanzas que se desvanecen durante su desarrollo. Mi falta de interés no es otro que la voz. «Getting Old is Shit», título directo como su inicio, tiene buenos momentos pero acaba ocurriéndome lo mismo.
A pesar del interesante solo de «I Just Can’t Hear It Any More» el disco se trata de un ejemplo de trabajo a la vieja usanza. Es comparable a aquel albañil que se dedica a trabajar como siempre se ha hecho sin importarle lo que digan los tertulianos apoyados en la valla. Es cierto que el revival old school tiene sus cosas buenas, en lo musical no se confundan, pero una buena producción y ciertos arreglos mejoran mucho la propuesta, y sinceramente creo que aquí pecamos un poco de eso.
Admiro su empeño y dedicación pero lamentablemente no he conseguido empatizar con su propuesta musical, apta para aquell@s trues nostálgic@s.
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.