Tenemos ya mismo el apoteósico Atlas Fest Vol. 4, el brutal festival de música moderna y aire gorraplanista. No faltaremos a semejante cita, Darrell no quiera, de sudor, música espectacular y amistades por doquier. Así que para ir abriendo boca, qué mejor que entrevistar a uno de los presentes. We Exist Even Dead casi que ya no necesita presentación, donde va lo peta. En esta ocasión charlamos con otro igualadí, gran amigo y mejor persona, Aitor Fernández, la última incorporación en WEED y la guinda que faltaba al grupo.
Muy buenas, Aitor. Muchísimas gracias por querer contestar algunas de mis preguntas. Ya sabes, o imaginas, que me hace especial ilusión poder hacerte la entrevista a ti en concreto por la gran amistad que tenemos y por el hecho de haberte visto crecer musicalmente. Como se dice siempre, picando piedra y el no desistir es donde se van consiguiendo cosas.
Ante todo, muchísimas felicidades por haber entrado en este grupazo como es We Exist Even Dead. Sé que hace tiempo que estabas de pipa y en su momento en la Rec on Fire y por las rrss vimos el momento en que se te decía el “sí, quiero”. Pero explícanos un poco cómo fue todo el proceso desde el inicio y acabaste formando parte del grupo.
¡Ieeee! Lo primero agradecer tus palabras, ya sabes que te aprecio mucho y agradecer también que hayáis contado conmigo para hacer esta entrevista.
Bien, cómo empezó todo… Nos remontamos al verano de 2022, tras un giro dramático de los acontecimientos me encuentro en la situación de que tengo entrada para el Resu (que tenía cogida desde la edición cancelada por la pandemia) y con la gente que iba a ir por circunstancias varias decido no acudir con ellos y buscarme la vida.
Mi plan inicial era coger un Blablacar desde Barcelona, el bus oficial del festival o algo similar que me llevara hasta Viveiro y una vez allí instalarme en el camping gratis y ya irme encontrando con amistades de diferentes puntos de España que al final, todos acabamos confluyendo en el mismo espacio. Causalidades de la vida (que no casualidades) tomando una cerveza con Rove salió el tema del Resu. Y al explicarle mi plan maestro, me dijo que él había cogido una casa con más peña y que aún había hueco, que si quería podía ir con ellos. Yo acepté encantado y nos pusimos a organizar el tema logístico para llegar al Resu.
Una vez en la casa, aparte de convivir en la ResuHome con gente de puta madre, era el piso franco para guardar el backline de dos bandas. Y esas bandas eran Blaze Out y sí, los WEED. Vinieron la mañana del sábado a prepararse a casa y creo que junto a Pal éramos de los pocos que andábamos despiertos tan temprano. Tras saludarnos fuimos al comedor de la casa y mientras afinaban y calentaban un poco íbamos hablando de cosas. Cabe decir, que yo he sido muy fan de la banda desde sus inicios (hay fotos por redes que lo confirman) y que había tenido el honor de compartir cartel con ellos en la tercera edición del Atlas Fest. Así que más o menos ya nos conocíamos.
El desencadenante de todo fue Pal, guitarra de Bellako y de Terminal Violence, quien curioseó acerca de como añadían el bajo en los directos, y ellos explicaron que estaba sampleado y que con eso tiraban. La siguiente pregunta fue si habían estado buscando bajista, y ellos dijeron que tampoco habían abierto audiciones como tal, sí que habían probado alguno, pero no fue a más. Yo no medie palabra en esa conversación, simplemente era un oyente. Después de eso seguimos charlando y compartiendo risas antes de ir a las 15:00 a ver como reventaban el Chaos Stage.
Durante los días que quedaban de festival íbamos juntándonos para ir a ver conciertos y compartir ratos. Y uno de los últimos días me dijeron que habían estado hablando todos y que pensaban que quizás podría encajar en el proyecto, que si me animaba a probar como bajista. Se me cayeron los huevos al suelo. Una banda que había seguido durante tanto tiempo me estaba dando la oportunidad de formar parte de su formación, y yo llevaba sin proyecto casi 2 años, echando de menos el tocar en grupo y dejarme la piel en un escenario. Como te puedes imaginar, dije que si de cabeza (por dentro emocionado como un crío en navidad) y volviendo en el bus que nos dejaba en el aeropuerto ya estaba mirando por Wallapop bajos de segunda mano.
Esa misma semana, al volver del Resu, ya tenía un bajo con el que hacer las pruebas y un par de guitar pros que me pasaron ellos. Eso, la ubicación del local y una quedada semanal los domingos fueron mi motor otra vez para volver a vibrar con la música y revivir aquellas ganas de salir a reventarse en cada bolo.
Y tras casi tres meses probando, que mirando con perspectiva creo que eran necesarios para conocer a alguien más en profundidad que ver si toca bien o si 4 días al mes está contento (y entendiendo que buscas a alguien que no te deje tirado, que lo veas motivado y con ganas de apostar duro por el proyecto); no te voy a mentir, tuve momentos donde yo tenía serias dudas de si iba a llegar a entrar o no porque no me decían nada claro, y yo sentía que conectábamos y que encajábamos guay pero sabía nada
Hasta que en octubre, llegó el día. Mañana soleada y agitada por el viento en Igualada, yo dispuesto a ser anfitrión junto a Rove y a ayudar en todo lo posible a WEED en el concierto que iban a dar en la Rec on fire. Quedamos sobre las 12 para echar el vermut y esperar a la banda para ir a comer todos juntos. Cuando ya acabamos de comer, nos sobraba algo de tiempo antes de ir a la Recon y Rove dijo de ir a su casa a tomar algo. Y ahí se da la situación idónea para llevar a cabo lo que has visto en video, el «sí, quiero». Miradas cómplices (que yo en ese momento no hilaba) dieron paso a la brillante actuación de Alejandro que pronunció las crudas palabras de: ‘Tenemos que hablar algo contigo’. Justo pronunciar eso, me senté bien en el sillón y el corazón me iba a mil. Todos los demás se quedaron en silencio. Y me dijo lo siguiente:
«Bueno, primero hemos estado pensando mucho en esto, ha sido muy guay, te lo has currado, y no te lo tomes a mal, pero hemos valorado todas las opciones y el hecho de ser cuatro nos permite llevar un técnico, un fotógrafo y nos lo podemos apañar así bien… Y lo segundo es que es mentira, y que estás dentro.»
Me saltaron todos encima, y aunque para mí fue un alivio después de la primera parte del discurso, el desenlace era un ‘Si quiero’. Me quedé en shock durante 3 segundos asimilando que estaba dentro.
Todo lo de después fue lo mejor, el trabajo y el esfuerzo se vio recompensado. No te haces a la idea de la felicidad que sentía al volver a entrar al mundo de la música que tanto me llena y además compartirlo con la familia de WEED… Estaba en una nube.
Por cierto, ¿el momento del video es de verdad o ya preparado?
Es totalmente cierto. Tan espontáneo que a Francesc (Mankind Grief) casi no le da tiempo a coger la cámara (aún estando compinchado) y Rove al ver la convicción con la que Alejandro pronunciaba el discurso inicial no entendía nada, él sabía que yo estaba dentro, pero aun así se quedó flipando al escuchar a Alejandro diciendo que no. Fue muy divertido.
Rememorando un poco el pasado, en el tristemente desaparecido grupo que estabas, Herddeath, justo tocasteis en la última edición del Atlas Fest, el pre pandemia del 2019. Quién te iba a decir que acabarías en otro grupo que estaba allí presente y que fundió, literalmente, los plomos de la Rec on Fire… Como ha cambiado la perspectiva de futuro que tenías en ese momento a la actualidad, ¿eh?
Y que lo digas. Fue uno de los conciertos que recuerdo con más cariño de Herddeath, una oportunidad buenísima, compartir cartel con bandazas y tocar en casa, que siempre es la hostia. Cuando se disolvió Herddeath en la pandemia yo pensaba que ahí se había acabado el tocar en directo para mí. Fantaseábamos con Jose (ex baterista de Herddeath) el intentar montar algo o quedar para tocar ni que fuera, para seguir tocando con más gente, que es una de las cosas más bonitas de tener un grupo. Porque en casa puedes tocar solo y te lo pasas bien, pero el compartir con los demás es otra experiencia más enriquecedora a mi parecer.
Aunque se nos hizo bastante complicado, ya que logísticamente no teníamos local donde hacer ruido y porque si queríamos tener un grupo, Igualada musicalmente hablando está jodida.
Y quien lo hubiera dicho… las oportunidades de volver a vivir algo con lo que siempre he soñado vinieron desde la ciudad condal, así que ahí estamos, encantado de estar compartiendo con mis hermanos de WEED.
WEED fue uno de los grandes afectados por la pandemia ya que, si no recuerdo mal, el álbum Chimera (2020) salió en julio, supongo que pensando que esto se iba a acabar en breve. Lo que pasó fue a la inversa, en seguida nos volvieron a cortar las alas en muchísimas cosas y la presentación del álbum en directo se quedó en el tintero, más con el pedazo de pepino que era. Esto hace 20 años quizá no hubiera afectado mucho pero actualmente sí, ya que una cosa hecha ayer ya casi que pasa de moda, ya me entiendes. Aunque en ese momento no estabas en el grupo, sí que supongo lo habéis hablado en alguna ocasión. ¿Cómo se vivió dicha situación?
Así es, yo también tenía curiosidad sobre eso y bueno, en resumidas cuentas WEED tuvo un parón a causa de la desmotivación ocasionada toda la liada de la pandemia, ya que habían estado dos años (entre producción y composición) preparando el Chimera. Cuando ya estaba todo listo, habiendo sacado dos adelantos y estando todo listo para salir, nos encerraron y todo se fue a la mierda.
Habéis anunciado una espectacular gira nacional compartida con Blaze Out con la que a muchos se nos está haciendo la boca agua. Venga explica cómo, cuándo y dónde surgió la idea…
Sí, tengo unas ganas de empezar que flipas. El cómo surgió no lo tengo muy claro, lo que sí que sé es que vino a raíz de que coincidieran en un mismo espacio-tiempo Gerad Rigau y David Lleonart (Blaze Out) y tú, junto con David, en Wear Black Agency y Rove (Atlas Artist Management), y el factor de que somos bandas que nos conocemos de hace años y somos colegas. Eso, más la embriaguez de alguna birra salió el tema y como si de un ‘No hay huevos’ se tratara, se acabó gestando esta gira nacional que va a ser la hostia. Y sé que fue también en el Rec on fire la misma noche de mi nombramiento oficial como bajista. Así que todo salió genial hahahaha.
Volviendo al Atlas Fest del 2019, debo decir que ese año WEED me volaron literalmente la cabeza. Es más, cuando volvieron a Igualada el año pasado, el día que se hacía pública tu incorporación, aún sabiendo lo que me iba a esperar, me fliparon aún más si cabe. Y es que hacéis un estilo y una música que deja sin palabras. No sé si has visto Todo a la vez y en todas partes, dicha película es una obra maestra, pero se tiene que ir con la mente abierta y aparcar cualquier tipo de prejuicio establecido. Con vuestra música pasa un poco lo mismo, si tienes un poco de mentalidad polla vieja, retrógrada o directamente eres un paco, no tendrás nada que hacer. Pero ellos se lo pierden. ¿Cómo sale esta música dentro del grupo? ¿Cómo es el proceso de composición entre vosotros? Porque vamos, ahora no me dirás que algo nuevo debe haber salido…
A ver, yo no sé cómo habrán sido los anteriores, pero lo que ha ido saliendo hasta la fecha es de una forma muy natural. Llegamos un domingo al local y si no tenemos bolos a la vista nos ponemos el modo corporativo. Sacamos los portátiles y mientras vamos mirando pedidos, correos y demás al PC que está destinado al proyecto le conectamos la tarjeta de sonido y a la guitarra.
Lo gracioso de todo esto, es que cuando «vamos a hacer un disco» (que es la expresión que usamos cuando vamos a estar hasta altas horas de la noche trabajando) hay mensajes en el grupo de WhatsApp de traed hielo. Y eso significa que vamos a tener whisky y cerveza para parar un tren y que, como mínimo, no nos vamos del local hasta las 2. Y normalmente trabajamos sobre un riff que ya teníamos y vamos probando cosas.
Un dato gracioso son los nombres que le ponemos a los archivos, suele ser algo que nos haya sucedido ese día. Uno de los proyectos abiertos que tenemos se llama ‘Aguante Leo Carajo’ por qué salió el día que Argentina jugaba el mundial.
Hablando sobre esto, ¿tenéis material nuevo y pensado para un nuevo disco?
Como en todas las bandas, nunca dejamos de componer y de trabajar en nuevos temas. Eso sí, vamos a nuestro ritmo. Le damos muchas vueltas antes de dar por bueno un tema y de tener claro que está listo para la producción y grabación. Aunque ya nos parezca a los 5 que está bien, siempre hay alguno que dice, ¿y si probamos esto? La cuestión reside en no conformarse con lo primero que sacamos y estoy seguro que cuando saquemos un nuevo disco será una bomba.
Volviendo a tu figura, tú eres guitarrista y ahora eres el bajista del grupo. Se entiende que lo que querías era tocar, pero… ¿deseando que algún día uno de los titulares tenga algún desgraciado incidente? Jajaja, fuera bromas. ¿Cómo es el proceso de cambiar de las seis cuerdas a las cuatro? Aquí seguro que no tienes tanta presión, y perdón por los bajistas, pero ya me entiendes, ¿verdad?
Hahahahaha qué cabrón, qué va, si les pasa algo a Alejandro o a Guillem me da algo. De hecho hemos tenido alguna ocasión en la que no sabíamos si uno de ellos iba a poder acudir a un bolo por temas de curro y tal, y se planteó que ese bolo lo tocara yo con la guitarra. Y para quien no lo sepa, en WEED tocamos con siete cuerdas. Para mí sería un reto porque sí que es verdad que alguna vez la he cogido y sería acostumbrarse, pero vengo de tocar en 6 siempre y ahora estoy mucho con el bajo… Sería curioso pero divertido a la vez.
Y el proceso del cambio bien, por qué siempre me ha gustado trastear más instrumentos del que era mi ‘main’, de hecho en el Imperfect Machine de Herddeath grabé yo los temas con el bajo. Lo que si te voy a contar, es que me dejaron un bajo de 5 cuerdas (que yo pensé que sería mejor para que sostuviera bien la afinación en la que tocamos) y me rallé mucho, porque notaba el mástil demasiado ancho para yo poder tocar cómodo. Así que cuando tuve el de 4, se lo llevé a Miquel Roura (Terminal Violence) y él se encargó de ajustarme el nuevo para dejármelo listo para la acción.
En cuanto a la presión entiendo lo que dices, y siempre nos hemos reído de los bajistas. El cliché de que es un guitarrista frustrado que no puede tocar 6 cuerdas. En mi caso soy un bajista postizo y lo encuentro divertido. WEED no es una banda donde el bajo sea aburrido, entonces sin tener la misma presión de cuando era guitarra rítmica, hay puntos clave y riffs (como en «Unlimited» que tiene un silencio y se escucha un ‘slap’ de bajo) que hay que estar atento y hacerlo bien porque además suelen ser partes en las canciones más míticas y todos se la saben… Si la cagas, se nota y mucho
En las redes estáis on fire y no paráis de divulgar videos super cachondos, y te hemos visto metido en cada fregado… que si desnudo en Lleida, que si haciendo de fan del grupo esperando en la Rec on Fire de Igualada. Dejando de lado que eres el novato y te toca pringar, a ti ya te mola hacer el capullo de esta manera, pero explícanos cómo es el funcionamiento, las mentes pensantes de todo esto… Hay bastante curro detrás.
Jajajajajaja, qué bien me conoces… hacer el capullo es mi pasión. El funcionamiento es sencillo; si tenemos un bolo, acostumbramos a hacer un video promocional para anunciar por redes que vamos a liarla en su ciudad. Y puedes hacer el típico video saludando y poniendo el cartel al acabar, o dejar fluir la imaginación y hacer algo visualmente atractivo y divertido.
Por suerte, en WEED no soy el único al que le gusta ‘capullear’ y nos pasa lo de, uno suelta una idea, se rien los demás, otro le suma algo más loco que lo anterior, nos hace estallar de la risa y nos cuadra mucho y acto seguido es grabarlo y hacer el montaje posteriormente.
Así surgieron videos míticos como la promoción de Navidad del merch, el que has mencionado que salgo desnudo o el último de todos del Atlas, que para mí es el top que hemos hecho nunca.
Para acabar. No sé si te has fijado con las fechas, el día que se hizo público que entrabas a formar parte de WEED era un 1 de octubre en la Rec on Fire en el gran concierto compartido con Donuts Hole. Pues bien, justo medio año después vuelves allí, esta vez para subirte encima del escenario y tocar delante de tu gente en el más y mejor festival que se hace en la Recon. ¿Dinos sentimientos y qué esperas de este día?
Fuah, ya ves no me había dado cuenta… jajajaja. Pues estoy muy emocionado de subirme a las tablas de la Recon una vez más y de poder formar parte del pedazo de festival que se curran Javi Carry y Rove como lo es el Atlas Fest.
Va a ser un llenazo que flipas y sin lugar a dudas una noche para el recuerdo, tengo muchas ganas de poner Igualada patas arriba con mis hermanos de WEED y todas las bandas amigas con las que compartimos cartel.
Pues nada, ya tenemos a la vuelta de la esquina el 1 de abril para disfrutar de un bolaken con grupos que dan miedo y con los que se me cae la baba solo con pensar en ellos. Por mi parte iré recordando las katas y pumses de karate y taekwondo, respectivamente, para poder hacer pogos de manera contundente… jajaja. Aitor, mucha mierda para el Atlas Fest y muchísima más mierda para la gira conjunta con Blaze Out. Nos iremos viendo las caras.
Di que sí, te quiero ver dándole duro en el moshpit jajajaja. ¡Muchísimas gracias por la entrevista, tío, ya sabes que te quiero un huevo! Y dar las gracias también a toda la gente que hace posible que la escena siga viva y que apoya al panorama para poder seguir liándola en todas las ciudades. Sin vosotros no somos nada. Y recordad…. ¡ASAKOLOKO!
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.