Andaba despistado yo sin saber que el bueno de Colin Edwin, el eterno bajista de Porcupine Tree estaba detrás del proyecto O.R.k. Si las cosas fueran cabales y lógicas Edwin, inglés de pura cepa, y todo educación, andaría con Steven Wilson en los remozados Porcupine Tree. Pero no han marchado así las cosas y Colin ha quedado fuera de una formación que ahora es cabeza de cartel en festivales veraniegos. Nuestro bajista supo que no estaba en el grupo por Email.
Afortunadamente para nosotros Colin es un culo de mal asiento y sigue trabajando a destajo. O.R.k. están girando por Europa junto a LizZard y tiene varios proyectos en marcha. Le encanta tocar con otra gente y conocer sitios y personajes. Nos declara que Marruecos y su música son una de sus debilidades y también nos habla de los primeros y humildes pasos con P.T..
En nada tenemos a Colin tocando en Madrid y Barcelona junto a ese maravilloso batería de King Crimson. Una formación impresionante de rock progresivo diferente a todo que responden al niombre de O.R.k. Por cierto, el bajista no nos quiere dar pista alguna de lo que significa el nombre de la banda…
Hola, Colin, soy Jordi Tàrrega de Barcelona. En primer lugar, gracias por su tiempo. ¿Dónde estás ahora? ¿Va todo bien?
Sí, ando aquí camino de París buscando algo de WiFi para esta entrevista (risas). Volaremos esta noche hacia la capital francesa.
El principal motivo de esta entrevista es promocionar tus próximos shows en Madrid y Barcelona. Entonces… ¿Cómo va la gira?
Te voy a ser completamente honesto: está siendo todo un desafío. Después del Covid se respira una nueva atmósfera y hemos hecho unos cuantos shows realmente buenos. La banda está tocando a un nivel fantástico, estamos disfrutando mucho y hay muchas ganas de volver a España. Te puedo decir que estamos “on fire”, que disfrutamos sobre el escenario y que las audiencias que tenemos son geniales. Hemos estado recientemente en el festival Prognoise en Holanda y a lo largo de la gira hay muy buena respuesta a nuestro material más nuevo, la gente está muy receptiva hacia Screamnasium. Estamos encantados de poder tocar en directo pues estos últimos años ha sido todo muy frustrante. Ahora estamos exultantes de poder subirnos a escena.
¿Qué podemos esperar de su espectáculo? ¿Cómo es un concierto de O.R.k.? Imagino que la música y la técnica están en la primera línea…
Bueno… yo no lo consideraría como una música esencialmente técnica. Lo veo música con algunos elementos que sí podrían ser considerados como técnicos y difíciles, pero no lo son todo para nosotros. Todo se resume más a la energía que desarrollamos con la química especial que hay entre los cuatro músicos. Personalmente lo veo como una energía única y es música que sale del corazón. Es música muy atractiva.
Hubo una persona que nos describió el otro día y hablaba de “caos controlado” y esa definición me encantó, me encantó porque hace referencia a la espontaneidad y también se refiere a que es un viaje impredecible del que no sabes dónde vas a acabar. Es realmente excitante tocar en directo sin tener que regurgitar una y otra vez el mismo set y las mismas canciones de forma mecánica. En nuestra música hay espacio para la improvisación y es una de las mejores formaciones en directo con las que he tocado en toda mi vida.
Tenía una pregunta preparada para intentar definir vuestra música, porque de veras que es difícil hacerlo, y lo de “caos controlado” me parece muy acertado…
Sí, ¡me encanta! Y también implica que todo nos empuja hacia nuestros límites, pero sin llegar a ellos, que todo se controla entre todos. Es divertido y disfrutable lo de tener este tipo de explosiones de espontaneidad. Es creativo y apunta a que las todo es posible con esa clase de energía y fricción. Es algo muy interesante y atractivo de conseguir como músico y espero que lo podamos transmitir a nuestro público.
Es que es realmente complicado buscar un grupo que se parezca a O.R.k…. A ver, hay unas influencias claras que están allí, pero a día de hoy nadie suena como vosotros. Es algo que me parece un reto y creo que es fantástico.
Me encanta que me digas esto ya que nosotros no queremos sonar a nada conocido (risas). Obviamente sí vas a poder notar muchos elementos de nuestras bandas previas. Yo, Carmelo, Pat y LEF hemos tocado todos en otros grupos y hay muchas cosas que nos son familiares. Pero tiramos para adelante, somos directos. Lo que hemos creado juntos tiene partes que te sonarán a nuestro background anterior, pero de verdad que aquí hay algo muy propio. Por cierto, tengo que corregirte de la pronunciación del grupo: sería “Ou-Ar-Key”. Es que se pronuncia así y no te puedo dar ni una pista de lo que significa… (risas).
¿No me lo puedes decir?
No, está abierto a todo tipo de interpretaciones… no puedo respondértelo.
He visto vuestros vídeos en directo en Karlsruhe y parece que usáis un theremin o algo similar. ¿Es así?
Vaya… has visto vídeos un poco antiguos. En esos tiempos LEF tocaba los teclados, pero ya no lo ha vuelto a hacer. Ahora toca la guitarra. De alguna manera digamos que en esta gira todo suena más netamente a rock, es todo mucho más directo, está todo más orientado hacia la guitarra. LEF toca la acústica y canta, y eso hace que nos sintamos más cómodos todos.
¿Cuáles son las temáticas principales en vuestras letras?
Bueno… el disco Screamnasium no es un disco conceptual en sí mismo, pero en lo musical hay algo que se hilvana, algo que tiene contenido y que es heredero de los tiempos de pandemia. Cortes como “Don’t Call Me a Joke” para mí tienen mucho significado pues profundiza mucho en lo que es la empatía. Trata también de expresar el sentimiento general de amor hacia la humanidad.
Y no sé cómo lo expresáis en España, pero en el Reino Unido, la palabra “ordinario” queda como algo peyorativo, y hay luego esa gente que es vista como de los estratos sociales más bajos de la sociedad, pero que durante ese tiempo terminaron siendo los más importantes de la misma. Gente “ordinara” como basureros, enfermeras, los trabajadores del supermercado… Todos ellos pusieron en riesgo su vida para que pudiésemos seguir siendo alimentados. Podemos incluir a los conductores de camiones.
Un poco el mensaje es que todos estuvimos juntos en eso, y también espero que la gente no lo olvide. Tuvimos un sentimiento especial hacia esa parte de la población y fue todo muy generalizado. El mensaje de la letra va por estos derroteros, un mensaje de inclusión. Queríamos expresarlo así. Es una canción que al escucharla te hace sentir bien. Cuando estábamos trabajando en el disco nos dimos cuenta de que queríamos expresar unas emociones muy positivas, y eso nos vino debido al confinamiento.
Vemos el disco Screamnasium como estar en algún sitio concreto en el que vas y expresas todas tus emociones reprimidas. Era algo muy claro para los cuatro que formamos O.R.k. Y quisimos sacar este disco partiendo de las premisas emocionales. Y te diré que la canción “Song for the Ordinary” es mi favorita del disco. En el fondo es un mensaje de esperanza para la gente. Puedes ser “ordinario”, no importa, todo se basa en el trato que tienes hacia la gente, eso es lo realmente importante.
Me has dicho cuáles son tus canciones favoritas del disco, pero yo te digo que mi canción favorita de O.R.k es “Kneel to Nothing”. ¿Significa algo especial para la banda este tema?
“Kneel to Nothing”, ¡sí! Me gusta mucho. Pertenece al disco Ramagehead, por lo que tiene una actitud diferente de lo que hacemos ahora. Te diría que en esos días nuestro material iba hacia unos derroteros más tecnológicos. Y es que es imposible que las influencias de tu día a día no terminen influenciándote en la música que compones. Actualmente uno se siente vigilado constantemente y se invade tu privacidad por todo tipo de dispositivos electrónicos.
Las grandes corporaciones tecnológicas son las que dominan y parece que el poder se inclina ante ellas. De eso trata “Kneel to Nothing”. Lo más interesante de todo es que vi el vídeo el otro día después de años sin verlo y pensé: “Wawwww, es realmente oscuro”. Es otro tipo de atmósfera completamente diferente a lo que hacemos en el último disco, pero también es genial poder tocarla en directo. Encaja perfectamente bien junto a las otras y es uno de nuestros momentos favoritos a la hora de tocar.
Tengo que decir que es un verdadero reto lo de seguirte, porque estás en muchos proyectos como Obake, Jon Durant, SDang!, Gaudi… Pero ahora mismo parece que estás centrando todos tus esfuerzos en O.R.k., ¿o tienes muchos proyectos en marcha?
Sí, es que siempre estoy haciendo cosas… Me gusta trabajar con gente diferente, me gusta ir a sitios los que nunca habría ido… Como bajista siempre formas parte de un proyecto, te juntas con otros músicos y la verdad es que no me he centrado nunca en realizar material propio. Actualmente me he puesto a reavivar un viejo proyecto como es Endless Tapes con mi viejo amigo Alessandro Pedretti y sacamos un disco después de la edición de Screamnasium. Realmente fue sólo un EP.
Por otro lado, voy a seguir haciendo cosas con Gaudi, y con ellos haremos festivales de verano, que siempre son muy divertidos de hacer. Y bueno… luego tocara empezar a pensar en sacar otro nuevo disco de O.R.k.. Estoy seguro que en los largos viajes en autocar ese tema va salir y se hablará (risas). Nos encantaría sacar un disco en directo hasta el punto de que estamos grabando muchos conciertos de esta gira. Hay mucho material grabado, y el directo es algo que al fan le gusta. Es más, yo creo que el disco Screamnasium anda cercano a captar toda esa energía de directo, pero no es un disco en vivo. Poder sacar un álbum en directo sería maravilloso.
He leído que te encanta la música marroquí. ¿Es eso cierto?
Sí, lo es, me gusta mucho. Y me gusta lo de acercarla a lo que hacemos nosotros. Marruecos es un país muy musical con una rica cultura. Yo estoy feliz de haber podido estar varias veces e incluso de poder estar un mes entero allí, de poder viajar por todo el país y me enamoré de la música gnawa la cual es fascinante. A muchos de los llamados occidentales nos puede recordar hasta cierto punto al blues. Esa música posee una atmósfera blues muy accesible, pero a la vez es muy terrenal, funky, trance y especialmente: muy espiritual. Y me encanta el sonido del guinbri, que es el que hace de bajo en el estilo. Es una pasión que tengo…
Yo de joven visité Marrakesh y la verdad es que me impresionó mucho la música de la gente…
Allí he tenido experiencias muy locas. Los marroquíes son muy abiertos y amistosos y en alguna ocasión terminamos en casa de uno de ellos tocando los bongos (risas). “¿Eres músico? Pues ven a tocar a mi casa que tengo unos bongos y haremos percusión”. Allí la música está en todas partes, hay gente tocando los bongos en la calle, músicos callejeros a los que puedes ver en las ciudades… Algunas veces te piden dinero, pero sí, es un sitio genial e intentaré volver allí y visitar rincones que no haya visitado todavía.
Cuando en tu infancia conociste a un joven Steven Wilson… ¿Te imaginabas que años más tarde tendríais una increíble carrera musical juntos siendo músicos profesionales?
La verdad es que yo era un músico profesional antes de que empezásemos Porcupine Tree a rodar. Estaba tocando con varias bandas y tenía trabajo como músico. Bandas que no llegaron a nada, pero casi que podría considerarme como un músico de sesión, y me daba para ir tirando y vivir como podía. Era bajista y tocaba en muchas bandas por los alrededores de Londres. He trabajado como músico gran parte de mi vida adulta y cuando empezamos con Porcupine Tree digamos que no fue un éxito inmediato, fue un camino largo hasta conseguir cierta repercusión.
Los primeros conciertos como grupo fueron interesantes porque la gente venía a vernos. Había gente que nos conocía y eso nos hizo pensar en que había un futuro. El siguiente paso implicó años, años y más años de ir tocando en todas partes para audiencias muy reducidas. No fue para nada lo de entrar en un grupo consagrado. Hubo muchísimo trabajo. Y bueno… contestando a tu pregunta, digamos que Porcupine Tree era una banda muy interesante, y estoy muy sorprendido por el hecho de que me sigáis preguntando por ello tras 25 años de trayectoria (risas).
¿A qué edad empezaste a tocar el bajo?
Hacia los 15 años. Empecé a tocar en bandas de instituto y conocí a Steven porque nuestra escuela era una pequeña comunidad. Un poco hubo atracción por parte de los dos y eso se suele dar cuando coinciden dos personas que tocan un instrumento. Si no terminas siendo amigo sabes que será una persona que terminará rondando tu círculo de amistades. Conocí a Steven Wilson en la escuela, pero no sería hasta años después, ya con la escuela terminada, que buscaríamos gente para tocar en directo.
Él me lo dijo a sabiendas de que ya sabía el estilo de música que más me gustaba. En esos días no conocía a Richard Barbieri y a Chris Maitland. Luego nos juntamos para tocar… y eso sería ya en 1993. Aprovechamos mucho esa semana y luego ese mismo año empezamos a tener una sesión en una radio, dos o tres conciertos… Ensayábamos las canciones y las tocábamos en directo. Había una química entre nosotros que resultaba obvia al escucharnos y vernos, y eso se palpaba cada vez que tocábamos en directo.
Sonábamos mejor en directo pues en el estudio era Steven quien se encargaba de casi todo. Tenía un estudio en su habitación y pasaba muchos ratos allí con esa caja de ritmos. Definitivamente éramos mejores cuando nos veían en directo. Pero no había garantías de que lo que estábamos haciendo le fuese a gustar a alguien o de que el grupo pudiera ir a más. El resultado fue la resultante de trabajar muy duro.
Tengo que escribir sobre el disco Up the Downstair porque en junio va a cumplir 30 años. ¿Qué me podrías decir sobre ese álbum?
Mi trabajo en ese disco se limitó a una canción titulada “Always Never”. Ya había grabado en un disco anterior y ya habíamos hecho algunos conciertos. Así que creo que así quedaría la cronología de lo que sucedió: Steve hizo el primer disco On the Sunday of Life… Allí había material grabado en diferentes casetes que él había ido haciendo. En eso nos basamos en esos primeros años y el disco Up the Downstair era un disco en el que ya estaba trabajando en ese momento. Juraría que Richard Barbieri tocó en un tema del álbum, yo en otro tema y luego se editó el disco justo antes de que empezásemos a tocar en directo, pero quizá ande equivocado.
Estuvimos tocando una larga temporada y luego sacamos el disco The Sky Moves Sideways y en este sí que todos empezamos a involucrarnos mucho más. Richard también tocó en el disco, Chris en varios temas a pesar de que seguía habiendo baterías sampleadas. Y es un disco que muestra bastante lo que era el grupo en directo, o si más no… se va acercando. Es mucho más representativo de lo que hacíamos antes. En fin, digamos que Up the Downstair fue un disco muy interesante, aunque reconozco que no lo he escuchado desde hace mucho tiempo.
Siempre me gustó tocar el tema que da título al disco pues es muy rockera y así la mostrábamos en os directos de la época. Recuerdo tocar “Burning Sky” una vez en directo y fue una pasada… ¿Qué más había de material en ese disco? Digamos que había muchas canciones que nunca las tocamos en directo. Nunca llegamos a tocar “Synesthesia” por ejemplo, y es una lástima, pues era un muy buen tema. Yo te diría que es un disco irregular, no es de los mejores, pero me gusta que la gente siga interesada en él. Es bueno que la música conecte a la gente después de tantos años. Eso siempre es bueno.
¿Podemos decir que In-Absentia cambió muchas cosas para mejor?
De In-Absentia podemos decir que fue un despegue total, principalmente porque había una multinacional allí respaldándolo. Por primera vez en nuestra carrera disponíamos de un presupuesto adecuado, un buen estudio y un buen ingeniero. De verdad que a nivel de sonido estaba muy por encima de todo lo que habíamos grabado antes. Salimos ganando y no podemos comparar Atlantic Records / Lava Records con los otros pequeños sellos con los que editamos anteriormente. Allí había dinero para promoción y nos apoyaron financieramente para ir a Norte América.
Pudimos acceder a muchas cosas que antes habían sido impensables para nosotros. Era un mundo totalmente diferente al que estábamos acostumbrados. La distribución, los detalles, la promoción… Tenían más herramientas que los sellos independientes. Vimos un mundo nuevo y ahora hay otro diferente pues la industria musical ha cambiado mucho respecto a esos años. También podemos añadir que In-Absentia salió justo antes del uso masivo de Internet. Y eso lo cambió todo. Actualmente ya no hay esos presupuestos gigantes ni esos tratos favorables con las multinacionales, o si más no, nunca para un grupo que promete. Fue algo realmente grande para Porcupine Tree. Fue subir a otro nivel.
Bien… apuesto a que estarás harto de responder a esta pregunta, pero me toca hacerla. En la reciente reunificación de Porcupine Tree no estás en el line-up y se te echa de menos… ¿Por qué no estás allí?
La verdad es que no lo sé… No me ha llegado una explicación sobre ello. Es que ni siquiera hemos llegado a hablarlo. Sólo he recibido un Email diciendo que ellos iban a grabar un disco. Se me presentó como una cosa ya hecha. Steven nunca tuvo la valentía de llamarme así que, hasta donde yo sé, es algo que está finiquitado y es pasado.
La verdad es que es triste pues… ¿Cuál es el primer disco que compraste con tu propio dinero?
(Risas) Vale, es una pregunta muy fácil de contestar… Cuando yo tenía 11 o 12 años me compré un disco de Madness. Es que todos los chavales de mi edad les adorábamos y el disco era The Rise and Fall. Allí en Inglaterra eran una banda masiva, eran muy queridos por todos y eran un grupo muy divertido, y el disco The Rise and Fall es un álbum muy interesante, de hecho, lo volví a escuchar no hace mucho. Hay allí unas canciones realmente fascinantes. Es que no es el típico disco de Madness. Es un disco comprometido y que me sigue encantando.
A mí es que lo que más me alucina de Madness es que más allá de esos discos geniales de los 70 y de los 80, en la actualidad, siguen sacando unos discos formidables como The Liberty of Norton Folgate (2009).
Pero no sólo Madness, también muchas bandas de esa era. A mí por ejemplo me encantan The Beat, siguen teniendo muchísima energía. Hay muchas bandas de esa época que fueron masivas en cuanto a éxito. Yo tenía 11 o 12 años y empezaba a meterme en la música ,y esas bandas estaban en todas partes. También destacaría a The Specials aunque desgraciadamente Terry Hall murió hace poco. Toda esa música es parte de mi ADN, pero… es que todavía me recuerdo a mí mismo yendo a comprar el disco de Madness. Lo compré en formato casete y me encantó.
Pues nada, Colin, un placer charlar contigo. Nos vemos el sábado en Barcelona.
Muchas gracias, por favor, ven a decirme hola en Barcelona y seguimos hablando.