Siempre es un placer hablar con David Andersson, el auténtico motor creativo que hay detrás de Soilwork y The Night Flight Orchestra. Este médico gastroenterólogo está dejando que las influencias 70eras y 80eras de su juventud empiecen a tomar protagonismo en su música hasta el punto de que Soilwork haya evolucionado hasta otro nivel. Si te gustó Verkligheten te encantará su nuevo EP en el que las influencias épicas y progresivas de Genesis toman cuerpo.
David empieza desganado, medio en penumbra y soltando el habitual rollo promocional que tiene en mente, pero poco a poco la entrevista toma otros senderos poco habituales hasta el punto de que Andersson confiesa cosas que nunca había dicho en prensa. Somos de la misma generación, tenemos héroes musicales comunes y filosofías de vida parejas. David Andersson es un fuera de serie y tras 20 años de carrera empieza a cosechar mucho de lo que merece.
Es un tipo genial, como bien podréis percibir por cómo habla y qué dice, y considero que no todo este caudal tan brillante que tiene ha quedado plasmado -todavía- en su música. Los volantazos se suceden y pasamos desde la teoría de las necesidades de Maslow a su vecino Henrik Larsson jugando en el Barça.
¡Felicidades! Después de vuestro último álbum, Verkligheten, mis expectativas eran absolutamente altas para este nuevo trabajo. A Whisp of the Atlantic es un EP de 37 minutos y dice mucho en términos de evolución sobre Soilwork. Parece que no hay reglas ni ataduras en cuanto a composición y el mejor ejemplo es la canción que da título al EP. Es un viaje increíble, un viaje a lo desconocido. ¿Cómo defines esta canción? ¡porque no es fácil de hacer!
Bueno… si te digo la verdad, a medida que me voy haciendo viejo llego a un punto en el que ya no pienso en como definir nuestra música ni en estilos ni etiquetas. Ya nunca más… Yo he escuchado toda la vida todo tipo de estilos y para mi solo hay dos tipos de estilos musicales: la buena música y la mala. Tampoco siento que haya de definir nada de lo que compongo. Es sólo una pieza musical. Vendría a ser un tema de heavy metal con otras influencias de otros estilos diferentes y en la que, afortunadamente, la imaginación de la gente quizá pueda ver en ella un material interesante dentro del contexto “metal”.
Vale, pero es innegable que esta canción es muy diferente de todo lo que hacía Soilwork en un principio. Entiendo que si más no habrá algo de reto en llegar a componer una pieza de 17 minutos de duración…
El reto era simplemente el de escribir esa canción. Yo he escrito todas las canciones y las letras que componen este EP. Y sí, siempre es complicado componer un tema largo y que todo ello quede orgánico y natural. Aquí vamos desde (casi) jazz hasta los blast beats, haciendo que las transiciones sean suaves y no forzadas o fuera de lugar, y creo que lo hemos conseguido… bastante. Le hemos dado una cohesión a todo.
Es interesante ver los videoclips de las canciones. En el tema título hay un extraño viaje a nuestro mundo de una mujer, que probablemente proviene de la Atlántida, guiada por otra mujer de nuestro mundo. Al final, la invitada se tumba en la arena y, tras recuperar el sentido, regresa a su tierra: el mar. ¿David Andersson ve el agua como el comienzo de la humanidad y la humanidad necesita regresar a su comienzo?
¡Bien! Es un excelente punto de vista el tuyo… A mi lo que realmente me gusta es el hecho de dejar la puerta abierta a la interpretación. No me gustan las letras o los vídeos que son obvios. Me gusta hacer cosas que no sean las típicas que se suelen hacer en los vídeos de metal. Opto por algo más cinematográfico, contar una historia que uno la pueda visionar, leer las letras y llevarte a una conclusión personal… Tu interpretación es muy buena, quizá debamos volver al elemento del que una vez salimos y volver a empezar de cero.
Para los cinco videos habéis contado con un mismo director. ¿Posiblemente estos días de pandemia os hayan dado más tiempo para dedicarle más horas a esta parte visual de vuestra música?
Yo creo que la forma en la que consumimos las redes sociales es muy diferente a día de hoy que antes. Todo va cambiando de forma muy rápida. Tú probablemente eres de mi generación, habrás nacido en los 70 y sabrás lo que significaba en aquella época comprar un vinilo, sentarte cómodamente en tu casa, darle al play, que la aguja caiga… poder escuchar el disco mientras abres la carpeta del vinilo y vas mirando dibujos y letras (risas). Y ahora miro a mis hijas de 10 y 12 años y veo que consumen la música y los vídeos de una forma totalmente diferente a lo que hacíamos nosotros. Ellas miran vídeos, películas, escuchan música, juegan a juegos… y bueno, yo necesito algo más que una simple canción. Se necesita una temática, una idea, un algo… Si uno está realmente interesado en lo que escucha o ve, que pueda profundizar más en ese material.
A mi me gusta crear algo que sea como un microcosmos en cada canción. En cada lanzamiento el hecho de generar ideas y pensamientos te hace pensar en cosas que no se te habían ocurrido en las primeras escuchas. Creo que lo conseguimos con nuestras canciones, que están en el Spotify, pero si realmente te gusta una canción, queremos que el oyente tenga la posibilidad de profundizar mucho más en ella. Y un poco es a la manera que nosotros lo hacíamos cuando éramos jóvenes con esos vinilos. Esos momentos en los que combinas la escucha con el mirar la portada, buscar el videoclip de la canción. Buscando como si fueran mensajes ocultos en todo el material. Hacer que tu mente se ponga en marcha y vaya más allá de la canción.
¡Me gustan mucho todas las canciones y considero que habéis corrido muchos riesgos! ¡Pasáis desde jazz a lo Miles Davis a blast beats salvajes en un mismo tema! Y realmente funciona. ¿En cada canción buscáis sorprender al oyente?
Sí, eso espero. De hecho, me preocupaba un poco si podía llegar a ser demasiado sorpresivo, pero, por otro lado, estoy muy contento de poder ser capaz de hacer algo así porque ya llevaba tiempo con esta onda y me apetecía mucho crear algo épico y progresivo con Soilwork. La verdad, no es que seamos muy reconocidos por nuestras tendencias progresivas, por lo que ha sido muy divertido atreverse con ello: El poder demostrarle al mundo que el grupo es mucho más de lo que podían esperar de Soilwork. Es genial poder mostrar otras caras de la banda. Sólo hay que escuchar a Sven (Karlsson) con sus teclados o como toca el piano en este disco. Está tocando en un viejo piano acústico y es genial oírlo tocar así dentro de nuestras canciones. Todo ha quedado muy orgánico y es el sonido de una banda real que está tocando instrumentos reales para personas “reales” (risas).
Otra cosa que me encanta es una referencia al tema «Supper’s Ready» de Genesis. Es genial que Soilwork tenga una fuerte influencia de los Genesis más clásicos. ¿En un futuro veremos más canciones en esta onda o la banda podría cambiar su sonido de nuevo?
Lo influencia de Genesis viene mayoritariamente por mi parte. Yo crecí escuchando muchas obras de Genesis y de Yes… Y a ver, a mi no me gusta el estilo progresivo cuando un se trata de un grupo que hace prog por el sólo hecho de querer ser prog y demostrar las muchas cualidades técnicas. Lo que a mi realmente me atraía de los viejos discos de Genesis era que había unas maravillosas melodías y harmonías. Cuando yo escucho el “Supper’s Ready” siento que es un single, un hit (risas). Allí hay muchísimas melodías vocales altamente pegadizas, y nunca me canso de escucharlas. Así que lo que buscaba hacer con Whisp of the Atlantic era justo eso: una canción épica y larga, pero buscando esas melodías pegadizas que te decía, los coros… Que no haya tiempo para que uno se aburra. Yo lo que odio es cuando bandas como Dream Theater les da por decir: “Oye, aquí podríamos añadir diez minutos más de solo de guitarra”. Ver como desarrollan su tremenda técnica a toda velocidad no es lo que más me interesa. Escribir un tema largo y progresivo con pequeñas melodías y pasajes instrumentales que aporten diferentes sensaciones a la composición… eso es lo que me gusta, y me gustaría creer que es lo que hemos conseguido con este EP.
Mi canción favorita de Genesis es “Dancing with the Moonlit Knight”.
Esa es maravillosa… es que todo el disco Selling England by the Pound es impresionante. El título de nuestro disco Ride Majestic estaba muy influenciado por el Selling England by the Pound, concretamente por parte de ese tema titulado “Firth of Fifth”. En el principio de uno de los versos de la canción Peter Gabriel canta eso de “He Rides Majestic”, por lo que en un principio quería titular el disco como “He Rides Majestic”, pero al final quedó como The Ride Majestic. ¡Es un homenaje absoluto a Genesis! Y ahora me doy cuenta: ¡No había explicado esto jamás a la prensa!
¡Gracias por la exclusiva! Pues mira, el viernes me toca entrevistar a Steve Hackett, el genial exguitarista de Genesis.
Vaya, pues está tocando con un buen amigo mío: Jonas Reingold (The Flower Kings, The Tangent… entre muchos otros). Él ahora está con Hackett de bajista, también es sueco y tocó con nosotros una vez con The Night Flight Orchestra cuando Sharlee estaba de gira. Es un buen amigo de nuestro batería en The Night Flight Orchestra. Pues dile a Steve que le dé recuerdos a Jonas de mi parte (risas).
¡Lo haré! Ya que mencionas a The Night Flight Orchestra tenemos un tema en el EP titulado “Desperado”, el más melódico con algunas influencias obvias de The Night Flight Orchestra. En cierto modo, está más cerca de lo que hicisteis en Verkligheten. Hay una mezcla de growls y voces limpias que creo que realzan la canción. ¿Crees que Soilwork tiene cada vez menos growls y voces más limpias?
Desde que Björn y yo empezamos con The Night Flight Orchestra combinamos ambos grupos, por lo que era muy posible es que Soilwork tuviera cierta influencia, pero al mismo tiempo, te digo que nunca habíamos tenido tantos blast beats como ahora. A mi me parece una combinación muy interesante y eso de que Soilwork tenga influencias de rock clásico es genial, pues se mantiene el sonido extremo. Eso es lo que tratamos de hacer: Avanzar y llegar a buen puerto, intentar crear algo nuevo o diferente. La combinación de grandes melodías con blast beats o las outros al estilo Pink Floyd con guitarras slide responden al hecho de querer evolucionar y de hacer cosas que anteriormente no hacíamos. Este es el principal reto.
Yo leo muchas revistas y páginas webs buscando buenas bandas noveles, pero… quizá me esté haciendo yo viejo, pero es muy raro que encuentre material que le guste porque muchos grupos ya no suenan como bandas reales. Suelen sonar todas muy sobreproducidas y todo muy procesado y tratado. Me gusta el hecho de que en estas dos últimas entregas nosotros sonamos como una banda tocando junta. Puedes escuchar las cuerdas, la madera, se respira el ambiente de la sala, no usamos triggers para la batería, no ponemos ocho capas de guitarras en un fragmento concreto. Intentamos hacerlo todo sencillo y simple. Luego lo focalizamos en los directos y en cada músico lo hace de forma individual. Intentamos que todo suene real, limpio, desnudo y emocional.
Pues te voy a confesar que nunca he sido un gran fan de Soilwork, tengo un par de discos y me encanta “Stabbing the Drama”, pero cuando sacasteis Verkligheten para mi todo cambió. Ese disco es una pasada y el grupo cambia su sonido.
Muchas gracias (risas).
Te lo digo en serio, considero que el sonido actual de Soilwork no lo tiene nadie en toda la escena. Eso es lo más difícil de conseguir y vosotros lo habéis logrado.
Mil gracias, de verdad que estoy muy orgulloso de ese disco en concreto Verkligheten. Fue el primer disco que hicimos con Bastian Thusgaard (batería) y con Thomas “PLEC” Johansson en tareas de producción. Es un buen amigo mío y le conozco desde que éramos quinceañeros. Ambos teníamos los mismos gustos y opiniones en cuanto a sonido, en producción y en cuanto a todo. Mezcló el master directamente en este nuevo EP. Creo todo se distingue muy bien pues suena todo orgánico y natural. No tiene ese sonido habitual en el que se abusa de tanto comprimirlo. Suena a banda real, próxima… a grupo de rock n’ roll tocando (risas). Allí se perciben los fallos, nuestras inseguridades. Todo esto está allí, y somos humanos, por lo que hay fallos… nosotros no somos Periphery (risas).
Es genial leer en la hoja de información que nos han pasado la referencia a la pirámide de las necesidades de Maslow. Soy profesor en una escuela secundaria y la semana pasada les expliqué a mis alumnos justamente la pirámide de Maslow. ¿Hay mucha carga filosófica en este disco, no? Pocas bandas de heavy metal te hablarán o van a tomar referencias de esto…
Sí, mira… estos días pienso en que la masa de gente ama lo que no es lo principal en la pirámide de las necesidades de Maslow. La referencia a él es un comentario indirecto sobre cómo el mundo actual se va volviendo cada vez más idiota. Mucha gente cree ahora que la ciencia es una gran conspiración del poder. Una teoría conspirativa en la que los poderosos con estudios y dinero te va a dominar. Yo soy médico gastroenterólogo, así que también soy científico. Trabajo cada día, y cuando veo las cosas que hizo Trump en los Estados Unidos pienso: “¡la gente vota a este tío sólo porque es anti-establishment!”.
Y lo votan sin pensar en las consecuencias posteriores que eso acarrea. Me parece absolutamente asqueroso el modo en el que la ciencia y el conocimiento, la luz, el pensamiento racional o la educación han sido relegadas a un segundo plano. Tú puedes leer mensajes de esos rednecks (paletos) en Facebook y te dicen que las vacunas son parte de una gran conspiración, que están diseñadas para matarte, porque eso es lo que hace la ciencia. Ellos aceptan a Donald Trump, un tío que ha acosado a mujeres, que es detestable o al que se la va la cabeza. De verdad que son tiempos muy extraños, muy complicados siendo un doctor y científico. Habiendo muchos seres humanos con conocimientos y estudios me parece muy triste que la humanidad esté involucionando en vez de ir hacia delante.
Estoy totalmente de acuerdo, esta es otra pandemia que nos está tocando vivir. Va una pregunta que siempre me he hecho: ¿Por qué llamáis a Björn “Speed” como apodo? ¿Cuál es el origen de “Speed”?
Yo a él le llamo Björn. Lo de “Speed” ya se lo pusieron en los tiempos de instituto, supongo porque siempre estaba escuchando speed metal. Yo nunca le he llamado así (risas). Nadie le llama así de hecho, es más un caprichoso nombre artístico.
Para algunas personas en Barcelona, el último concierto en vivo fue The Night Flight Orchestra. ¿Tuvisteis que para la gira en marzo?
De los 20 conciertos que teníamos programados sólo pudimos hacer 11 y uno de los últimos fue en Barcelona. Un buen concierto. Pudimos hacer Madrid y Barcelona. A mi me encanta tu ciudad y Cataluña es una parte de vuestro país que me encanta… y de pronto vimos que todo se desmoronaba tuviendo que cancelar y volar para casa. Afortunadamente no nos quedamos bloqueados en ninguna autopista alemana. Cancelamos antes y para casa. Una semana después estaba recluido en casa y estuve enfermo durante unas cuantas semanas. Un triste final para una gran gira. Era posiblemente el mejor tour que hayamos hecho con la The Night Flight Orchestra. Posiblemente dentro de un año podamos reemprender la gira. Soy el típico sueco pesimista (risas). Esperamos volver. Ahora estamos trabajando con la orquesta nacional para nuestro nuevo disco y estamos terminando. Posiblemente la próxima semana. Para la primavera intentaremos empezar a trabajar en el próximo disco de Soilwork que podría salir el siguiente enero ya para el verano. Tenemos muchísimas fechas programadas, pero dudo que podamos llevarlas a cabo. Posiblemente tengamos que esperar todo un año completo para volver a girar también en tocar en festivales de verano.
¿Tienes miedo de que The Night Flight Orchestra llegue a ser más grande que Soilwork? Porque Tobias Sammet comenzó con Avantasia como un proyecto paralelo y ahora es más grande que Edguy.
(Risas) Desde que estoy con las dos bandas pienso que todo lo que suceda será un logro, pero lo que Soilwork ha ido consiguiendo con los últimos 20 años va a ser muy difícil llevarlo a este nivel con The Night Flight Orchestra. Para mi es un poco como si fueran dos compartimentos independientes de mi creatividad, y viendo lo que puede pasar en un futuro próximo, creo que Soilwork va a ser una banda más grande de lo que es ahora. Pero como te he comentado antes yo no estoy haciendo esto por razones comerciales. Me encanta tener el mayor número de gente posible escuchando mi música y espero que la disfruten. Pero aquí no hay una competición entre mis bandas. Somos todos amigos.
Uno de los grandes placeres de la vida para mi es escribir mi música y de ser capaz de hacerlo. Lograrlo a este nivel, con dos bandas, con grandes músicos, el haber sido capaces de entrar en sellos discográficos muy grandes… Es mucho mejor de lo que podría haber llegado a soñar cuando era un chaval que creció en un pequeño pueblo en Suecia. Estoy muy contento de lo que hemos conseguido con The Night Flight Orchestra y de todo lo que la rodea. Seguimos haciendo música relevante. Estamos muy felices de hacer lo que hacemos y lo pasamos genial. Si algún día nos resultase aburrido o sintiéramos que no es relevante lo dejaríamos. Pero a día de hoy sigue siendo algo muy interesante y parece que a la gente le gusta. Creo que incluso podemos llegar a mejorarlo con un material más potente, puesto que esto es lo que le pido yo a un compositor. Uno siempre quiere escribir la canción perfecta y nunca lo consigue. Pero mientras sigas teniendo la necesidad de escribir esa canción perfecta vas a seguir intentándolo (risas).
Actualmente estoy trabajando en un reportaje especial sobre canciones perfectas y quiero conocer sus opiniones sobre estas canciones:
«I Drove All Night» (Roy Orbison): Mmmm… esa es muy lenta, pero también en esa línea estaría “Drive” de The Cars (la empieza a cantar).
¿Esa sería tu canción favorita?
Me es muy difícil elegir una. Cuando yo era pequeño mi madre tenía una preferida que escuchaba siempre en formato single: “Waterloo Sunset” de The Kinks. Es posiblemente la canción pop perfecta. También se me ocurriría “Strawberry Fields” de los Beatles o “Deep Cuts” de Billy Joel y también del mismo compositor “All for Leyna”, de uno de sus primeros discos de los 80. Y ya entrando dentro del mundo de las guitarras probablemente me quedaría con “The Rover” de Led Zeppelin, del Physical Graffiti. Es excelente. Y si te digo mi disco favorito de todos los tiempos… el elegido es Sabbath Bloody Sabbath de Black Sabbath.
Los seis primeros son todos muy buenos.
Sí, pero yo tenía este disco en casete cuando tenía solo nueve años, sigue siendo mi disco favorito y no me he cansado nunca de él.
Pues ahora Nuclear Blast tiene pensado sacar discos de Accept en casete. Soilwork está en Nuclear Blast, así qué…
(Risas) ¡Pues debería hablar con ellos! Me encantaría tener mis lanzamientos en ese formato (risas).
Stargazer (Rainbow): Esa es maravillosa. Ritchie Blackmore fue mi primer guitar hero favorito. El primer disco heavy que me compré fue el In Rock de Deep Purple. Tengo todos los discos de Deep Purple, todos los de Rainbow, y “Stargazer” y el disco Rising son de mis favoritos (de todos los tiempos). Siento que estoy muy influenciado por la guitarra de Ritchie Blackmore. ¿Tú tocas la guitarra?
No, la batería.
Vale, pues Blackmore es como músico extremadamente poco ortodoxo. Le gusta siempre empezar con las notas equivocadas. Eso lo hace especialmente en el disco In Rock (risas). Cómo te lo definiría… es como si intentase hacer algo blues pero lo hace abstracto y extraño. Lo mismo ocurre con Jon Lord en ese disco. Parece casi atonal en ocasiones. Yo siempre he pensado que un solo de guitarra tiene que ser poco cómodos y confortable al oyente. Odio los solos de guitarra confortables, esos en los que todo está planeado y en los que todo suena perfecto. A mi me gusta que eso no suceda y que sea… ¡poco confortable! como si alguien arañara una pizarra de tiza con dos largos clavos de hierro (risas).
También me encanta Steve Hackett pues mucho de su material con Genesis como en los discos The Lamb Lies Down on Broadway o en el Selling England by the Pound hay algunos de los mejores solos de guitarra de la historia. Y lo son porque no son confortables al oído. Lo que oyes suena muy bien pero luego eso se pierde varias veces, hay un reto allí. Parece que lo pierde todo y… luego lo recupera. Es por lo que me esfuerzo cuando me pongo a componer solos de guitarra: mantener en vilo al oyente. Esto también lo hacían muy bien Robert Fripp y Adrian Belew en la encarnación de los 80 de King Crimson. Ese material es también fantástico y demuestra el modo de cómo hacer que el oyente no se sienta cómodo con ese material. Odio a los guitarristas cómodos que no salen de lo confortable, me gustan los que te hacen sentir incómodo e inseguro.
«November Rain» (Guns N ’Roses): Nunca he sido fan de Guns N’ Roses pero fui una de las primeras personas de Suecia en comprar en single de “Sweet Child O’Mine”. Luego compré el Appetite for Destuction. La primera edición, que llevaba una pegatina en el interior y la puse en mi guitarra (risas), pero si te soy honesto nunca me gustaron. Me gusta la idea de ellos como banda y el modo como se presentaron ante el mundo. Pero, al fin y al cabo, tocaban estúpidas canciones influenciadas por Aerosmith y boogie rock. Nunca fui fan, pero reconozco que tienen material muy bueno, aunque para mi es extremadamente americano. Me van más otras bandas de esa era como Soundgarden o Blind Melon. Me parecen admirables los intentos de hacer algo épico y de intentar dominar el mundo, pero… hay en ellos una importante falta de ironía y de autocrítica, algo que para mi, como sueco, resulta muy importante de hacer y tener. Necesitas tenerlo a la vez de que tienes que ser un poco más modesto.
Terminamos: En Barcelona tuvimos un jugador de fútbol de Helsingborg al que todavía amamos y que a día de hoy está trabajando aquí. ¡Henrik Larsson! ¿Te gusta el fútbol?
Sí, me gusta el fútbol y también tuvisteis en Barcelona a Zlatan (Ibrahimovic) durante un tiempo. Él es de Malmö, lo cual no está lejos de Helsingborg. No soy un gran fan del futbol, pero me gusta La Liga, aunque no tengo tiempo suficiente para ver todo lo que me gustaría. En la liga española tenéis los mejores equipos y un poco tenéis la vieja actitud brasilera de hacer futbol. Es una forma muy bonita de jugar y siempre que puedo veo “el clásico”.