Desde su formación en el año 2012, la banda Morgan no ha hecho más que aumentar su popularidad exponencialmente en nuestro país gracias a sus tres trabajos de estudio, North (2016), Air (2018) y The River and the Stone (2021) y sus excelentes directos, que los llevan a colgar el cartel de sold-out por muchos de los recintos por los que pasan.
La banda Morgan lleva más de un año inmersa en la gira de presentación de su último álbum The River and the Stone, con un exitoso primer barrido peninsular en teatros, una segunda andanada en grandes estadios abriendo para Fito y los Fitipaldis, y en la actualidad realizando un tercer tramo en salas por el que nos interesamos. Para hablar de esta cuestión y otras muchas más, nos hemos puesto en contacto con su batería Ekain Elorza, miembro fundador de la banda.
Hola, Ekain. Antes de empezar agradecerte que nos dediques un rato al medio desde el que te contacto, Science of Noise. Nosotros nos dedicamos más al mundo del metal, pero intentamos abarcar todas las extensiones posibles del rock. ¿Os consideráis vosotros una banda de rock?
Totalmente. El rock está en nuestro ADN, en nuestra manera de enfocar las cosas, igual un rock más setentero, más estilo Fleetwood Mac (si lo puedes considerar rock), algo cercano a eso, o unos Pink Floyd, por ejemplo. Hay muchos tipos de rock y sin duda tanto Nina, Paco y yo tenemos un fondo y un inicio musical muy rockero. Puede que haya gente que le cueste encontrarlo, pero yo no tengo ni media duda sobre esto.
¿Qué influencias tenéis los distintos miembros de la banda? ¿Hay coincidencias?
Coinciden, por ejemplo, en bandas como The Band, Fleetwood Mac, Guns N’ Roses, The Black Crowes, Pink Floyd, Hiss Golden Messenger… Hay puntos de conexión, aunque cada uno de nosotros tiene un bagaje musical diferente. Cada uno crece con lo que crece en casa y a su alrededor, y confluimos todos en un punto. La magia de Morgan es que tenemos claro en qué puntos nos sumamos y en qué puntos somos muy distantes. Yo tengo un ramalazo metalero por ejemplo que coincide poco con el teclista Schulthess, que es más clásico y hip-hopero. Paco, el guitarrista, es como más rockero clásico, blues, tipo Clapton, David Gilmour, Slash, que serían guitarristas que le han influenciado muchísimo. También le encanta Kendrick Lamar, el hip-hop actual y a Nina como creció en los 90, tiene esa parte de música comercial noventera, pero a su vez tiene la de sus padres, que son músicos, rock de los años 60 /70, y claro, esas mezclas de cada uno de nosotros hacen Morgan.
¿Qué baterías te inspiran a ti particularmente?
De pequeñito cuando empecé a tocar la batería me influenciaron varios de la escena local del País Vasco no demasiado conocidos fuera de allí. A nivel internacional me gustaba mucho Brad Wilk de Rage Against the Machine, Dave Grohl, Danny Carey de los Tool, Matt Sorum, Vinnie Paul de Pantera, Igor Calavera de Sepultura… Luego ya a medida que vas creciendo y vas un poco conociendo gente y escuchando más discos, ahí se abre un mundo infinito y ya con las redes es constante, aunque está claro que los que te influencian a los 12/13 años es la base de todo. Seguro que cuando te cuelgue se me ocurren otros quince…
No te preocupes que ya me has dicho un montón. Por cierto, te quería comentar que me sorprendió un poco cuando solicité la entrevista que me dieran tu contacto. Los baterías soléis ser un poquito el personaje olvidado en las bandas…
Así es, pero me parece normal, siempre tiene más exposición el cantante o el guitarrista. Están delante, y es como que se les da más importancia.
Vosotros funcionáis un poco así, democráticamente, os lo repartís todo…
Correcto. Somos una banda que toma las decisiones en común desde el principio. Si llamas a Nina te podrá explicar mejor las letras, por ejemplo, pero vamos, yo estoy en la banda desde el día uno y no me he perdido ni un ensayo, ni un concierto, ni un viaje…
Eres igual de protagonista como el resto, entiendo.
Sí, pero bueno, yo estoy muy cómodo en mi papel, la batería es mi instrumento y sé que tiene sus pros y sus contras, y estar a veces fuera del foco a mí me encanta. Lo comparo mucho como con un portero de fútbol, que igual no se lleva los aplausos del gol, pero es fundamental tener un buen portero para que cuando llegue el balón no te metan gol. De vez en cuando tienes tu partido estrella, haces una parada y todo el mundo se fija en ti, y dicen, qué bueno es este, pero por lo general pasas inadvertido hasta que la cagas. Cuando la cagas sí que se nota que lo has hecho mal.
Mucha responsabilidad la vuestra ahí detrás…
Totalmente, pero estoy bien con eso que se les dé protagonismo a los cantantes y guitarristas.
Explícame un poco tu trayectoria como batería, si te parece.
Tuve la suerte de nacer en un caserío vasco y en el ático teníamos el local de ensayo de mis hermanos mayores y me dejaban hacer todo el ruido que quisiera. Viví en el País Vasco hasta los 19 años, cuando decidí dejar la carrera que estaba estudiando porque tocaba desde los ocho/nueve años, había tenido varias bandas, había grabado discos, había tocado un montón de conciertos… La primera banda que monté, Isopus, medio que funcionó en el circuito vasco, ensayábamos mucho, tocaba todos los días un buen puñado de horas, entonces como que me gustaba y era algo que cuando empecé a estudiar una carrera me dije, ¿por qué no lo intento si llevo tocando toda la vida la batería? Lo planteé en casa y me dijeron “vale, pero aquí en este pueblo no haces nada”. Entonces buscamos una escuela y me fui a Madrid a buscarme la vida, y de Madrid me fui a Los Ángeles, donde conocí a Paco con 21 añitos. Él estaba estudiando allí guitarra, un poco perdido en la vida como yo, y justo cuando él terminaba el curso de guitarra, yo iba a empezar el de batería en un instituto de músicos y bueno, básicamente a la aventura, pues esas cosas que haces de niño y tienes energía, ganas y motivación y te crees que tu plan es perfecto y que va a salir bien.
Bueno, yo creo que está saliendo bastante bien, ¿no?
Han pasado justo veinte años que me fui a Madrid. Desde que conocí a Paco hasta que montamos Morgan también pasaron unos pocos años. Nos conocimos a finales del 2004 y Morgan lo formamos en el 2012, ocho años después. Éramos amigos, él volvió a Madrid, yo también, él se volvió a Los Ángeles a probar suerte otra vez y a la siguiente vez que volvió a Madrid ya montamos el proyecto.
La sensación que tengo es que vosotros sois como una pequeña familia que os está funcionando todo a las mil maravillas. ¿Crees que este vínculo influye a la hora de componer?
Sí, en el fondo hay mucho cariño y mucho amor, somos gente que llevamos bastantes años tocando juntos y lo estamos apreciando mucho porque sabemos que es muy difícil lo que nos está pasando. Es casi imposible que un proyecto como el nuestro funcione y que estemos viviendo las cosas que nos están pasando. Tenemos la suerte de vivir con ello, que la gente hable maravillas de nosotros, que vengan a vernos… Si igual me llega a pasar a los 20 años te hubiese dicho, pues claro, si mi plan era estupendo, si yo lo sabía que iba a pasar, pero cuando 20 años después de repente te pasa después de intentarlo de todas las maneras posibles y por fin sale, lo valoras más, especialmente porque somos amigos. Tener una banda es complicado, son muchísimas decisiones a diario, mucho trabajo, mucho cansancio, muchas horas juntos, pasa de todo, estás como todo el rato con mil historias a la vez. La cabeza a veces es difícil mantenerla fría, pero eso, como la base de la banda es la que es, siempre encontramos la manera de llegar a un punto común, y bueno, se van solucionando los problemas que van surgiendo poco a poco o en el momento que surgen.
Me consta que en esta gira habéis tenido que incorporar gente nueva, un bajista y un refuerzo con Gabi Planas, al cual vi en acción en el Palau de la Música y me dejó alucinada por su versatilidad ¿Cómo han ido estas incorporaciones?
Gabi es un amigo de infancia de Paco y de Nina, yo también lo conozco desde hace 20 años, así que es como una incorporación muy natural. En cuanto al bajista, Ovejero, nuestro anterior bajista, decidió dejar el grupo para dedicarse de lleno a la apicultura y cuando acabó la gira anterior, así nos lo comunicó. Nos dio una pena terrible, fue un drama porque era uno más. Lo que estábamos consiguiendo era cosa de cinco y él era parte fundamental, se merecía todo lo bueno que nos fuese a pasar de ahí en adelante también y ahí empezó un poco la búsqueda, el rehacer un poco la familia y la banda. Ovejero canta muy bien, hacía unos coros insuperables. El disco nuevo también tenía como más instrumentación, más colores, y lo hicimos entre los cuatro, sin bajista. Grabábamos la canción y luego íbamos sumando el bajo, un piano, un sintetizador, un coro… entonces es como que rompimos un poco la unidad de cinco instrumentos, cinco personas, y exploramos un poco más, sin miedo, ya veremos cuántos somos luego en directo, centrémonos en crear. Seguíamos sin bajista antes de entrar a grabar y justo un mes antes nos planteamos, ¿qué hacemos? Y ahí surgió la opción de llamar a Boli (Alejandro Climent), bajista que Nina y Schulthess conocían de la gira conjunta que hicieron junto a Quique González (él es bajista de esa banda y de Fito y los Fitipaldis), así que nos pareció natural llamarle a él para grabar el disco y de ahí surgió que hiciese la primera parte de la gira, y más o menos entre Gabi que hace muy buenos coros, que sabe tocar la batería, el piano, la guitarra, percusión…, era como la persona natural que viniese, el sexto miembro, y Boli al bajo. Hicimos una primera parte de teatros, que fue cuando nos vistes en el Palau de la Música, que, por cierto, sin duda fue el mejor concierto en todos los aspectos, sobre todo por el público, salimos de allí flipando y diciendo, qué acaba de pasar… El sitio es increíble, yo no había tocado nunca allí, Boli sí, y decía, el escenario es complicado, es muy vivo, pero todo fue una auténtica pasada.
Te digo una cosa, hay muchas zonas en que no se ve bien o directamente no se ve nada y eso es una verdadera pena para un recinto de esas características.
El día anterior sacamos unas fotos allí con una amiga fotógrafa, Andrea, y estuvimos en la parte de arriba, nos sentamos y nos dimos cuenta de que no se veía, así es. Igual sería cuestión de plantearse bloquear esas butacas en otra ocasión para no vender esas entradas…
Continuo con la historia de Boli, que la habíamos dejado a medias. La gira de Fito que arrancó en marzo de este año y termina en abril del que viene, lo tiene muy ocupado, por lo que vimos que no podía tocar con nosotros todo el tiempo y nos dimos cuenta de que necesitábamos a alguien un poco más libre, más familiar, como lo es Gabi, que es otro más, y ¿a quién decidimos llamar? Al hermano mayor de Gabi, Willy Planas, que lleva ya mes y medio con nosotros. Él es chelista, pianista y guitarrista, y ahora lleva unos cuantos meses tocando el bajo para tocar con nosotros y la verdad es que estamos encantados y así hemos ampliado la familia. Yo conozco tanto a Gabi como a Willy de hace 20 años, y Paco y Nina de antes, de hecho, Gabi llevó a Nina a su primer concierto de niña, ése es el rollo, fueron a ver a M Clan, y ahora resulta que compartimos oficina con ellos, la verdad es que es acojonante la vida…
Yo quería ahora preguntarte sobre vuestra gira, estáis justo en un pequeño parón de unos días en una tercera etapa de salas, pero ha habido una primera en teatros, y otra segunda como teloneros de Fito. Cuéntame un poquito tus impresiones al respecto estas dos primeras etapas.
La primera parte, imagínate la emoción de volver a los escenarios después de dos años. Nosotros teníamos intención de parar en febrero del 2020, veníamos de hacer tres años de gira continua, de hecho, nuestro último concierto fue el 27 de febrero del 2020 y dijimos, bueno, vacaciones dos meses sin vernos. El caso es que llega el mes de marzo y todo a la mierda. Entonces hablamos y nos dijimos, no hay prisa, vamos a ver qué pasa con el mundo. Después nos juntamos mucho más tarde para hacer el disco con la calma y volvimos a los conciertos casi dos años después. Simplemente el hecho de estar en el escenario, de poder hacer los conciertos en teatros, que nuestra música se presta a ese tipo de recintos, ha sido genial. Llegamos a hacer el primer concierto con mascarilla, pero en el segundo, ya la quitaron y 100% de aforo. Hemos sido muy afortunados viendo ejemplos de otras bandas que acababan de sacar el disco, con aforos del 40 o el 50%, con separación, mascarilla, vaya, un drama alrededor del copón. Para nosotros fue un milagro cómo sucedieron las cosas y no podemos estar más agradecidos por poder haber tocado, tener una gira y que pudiese venir gente.
Y aparte ha sido un éxito…
Sí, sí, totalmente, en los teatros la manera de vivir los conciertos es muy diferente, te sientes muy observado, como que hay mucho silencio y la gente está muy atenta a ti y sientes la mirada de todo el mundo. En cambio, en una sala, como que hay más jaleo, está la gente bebiendo, no sé, es otra energía. Hicimos como unos 20 teatros, acabamos en Girona, y la sensación fue increíble. Luego nos metimos en la gira de Fito, y vivir una gira de ese tamaño desde dentro, con todo lo que supone, nosotros como invitados, nos trataron mejor imposible, estaremos agradecidos eternamente a Fito y a toda la gente que trabaja en esa gira porque la verdad es que la disfrutamos. Todos los recintos, toda esa cantidad de gente, poder tocar con él en mitad de su concierto…
Eso lo desconocía, así que salíais en mitad del concierto a tocar con ellos…
Así es, tocábamos a dos baterías y montábamos una fiesta de la leche. Vivir un día histórico como fue San Mamés fue una locura, estuvo muy bien, y ahora que llevamos ya dos fines de semana haciendo nuestras salas, con nuestro público, con la gente de pie, cantando, gritando, reaccionando a todo lo que hacemos, nosotros también más sueltos y que hemos cambiado el repertorio…
Por ahí iba encaminada un poquito mi siguiente pregunta, ahora que estáis ya inmersos en esa tercera etapa en salas, ¿qué ha cambiado? Yo por ejemplo si quiero repetir, ¿qué alicientes voy a encontrar que me inciten a volver?
Hemos recuperado bastantes canciones del primer y segundo disco, y hemos recuperado las jam sessions también que solíamos hacer en el pasado en las que improvisábamos. Ha cambiado bastante el repertorio. En los teatros, como todo es más solemne, incidimos en la presentación del disco y ahora ya vamos incluyendo cosas que hacíamos en la anterior gira, es todo un poco más libre, la gente está ahí con su birrilla, es como, vamos a pasar un buen rato, a bailar y hacer que la gente se divierta, es otra energía. Los teatros son increíbles pero el repertorio también lo adaptábamos a eso, más pausado, con sus momentos más bonitos y tal, y aquí es ¡venga!, vamos a pasarlo bien porque a eso hemos venido, a bailar, reír, llorar, cantar, gritar o a lo que sea.
A estas alturas, ¿cómo lleváis lo del cansancio? ¿Estáis todavía energéticos o la cosa ya va de caída?
Antes de empezar este último tramo de la gira hemos estado ensayando mucho para que Willy se preparase bien para los conciertos y bueno, pues sí, se nota que llevamos ya más de 60 conciertos a nuestras espaldas.
¡Un año entero!
De noviembre de noviembre, es mucha tralla, son muchos kilómetros, súmale la promoción, los ensayos, las sesiones de fotos… Es muy cansado pero lo que pasa es que si haces dos fines de semana como los que acabamos de hacer, te da un chute de energía tremendo. Ahora que tenemos tres fines de semana libres, ¡quiero que llegue ya el siguiente!
Es como una adrenalina continua…
Cuando sale todo bien te dices, de esto se trata, por eso sigo aquí yo haciendo esto. Lo de Bilbao de este fin de semana pasado ha sido clave en nuestra carrera, después de los cambios de formación, de la gira de teatros, lo de Fito… Volver a las salas y recuperar todas esas sensaciones que nos es que hayamos olvidado, pero como que hace tres años que no vivimos… La última sala que hicimos en España fue en Apolo de Barcelona, sala que nos encanta, es una de nuestras favoritas, y aquella energía que recibimos ese día, la hemos vuelto a recibir este fin de semana en Bilbao. Ver que estamos en forma y que estamos en un punto muy bueno, y que el público responde de esa manera, pues claro, nos da todo el power.
¿Vuestra popularidad en cuanto a conciertos va pareja a la venta de discos o simplemente, por lo que sea, la gente tira más de veros en directo que no de comprar vuestra música?
Nuestros discos apenas están en las tiendas.
¿Entonces os focalizáis más en el tema giras?
Sí, aunque en los conciertos sí vendemos discos. Ese momento después del concierto que la gente se va con esa sensación de haber visto algo que les ha gustado, el del merchandising, esa media hora después, es clave para la carrera en general, para la propia financiación de la banda.
En la primera parte de teatros, que no te dejan montar tu stand en muchos de ellos, la venta de discos se ha visto afectada. Es ahora, que estamos visitando las salas, que la gente tiene acceso directo y se está vendiendo más. Para que te hagas una idea, el primer y segundo disco se vendió como el 80% en los conciertos, en tiendas es algo residual. Las cifras de ventas de discos son buenas porque al final de cada concierto hay un porcentaje de gente que acaba comprando, vas haciendo todos los fines semana así, y al final de la gira acaba saliendo un buen número.
Me gustaría preguntaros sobre vuestra proyección internacional, ¿en qué punto está?, ¿os conocen fuera de nuestras fronteras?
Es un tema pendiente, es algo que lo hablamos siempre a principio de gira. Hemos hecho poca cosa, estuvimos en Brasil gracias a Estrella Galicia que nos echó una mano, hemos estado en Londres, en Lisboa también, pero cosas muy puntuales y está ahí la cosa. Es verdad que la pandemia frenó el asunto de poder girar fuera, sobre todo para las bandas pequeñas. Ahora que ya está un poco la cosa más normalizada a nosotros nos gustaría, pero es como que queremos hacerlo bien, que nos mueva la persona adecuada en cada país, digamos. Puedes hacer una gira a lo loco, en bares y salas pequeñas, un poco de manera alternativa, y seguro que lo pasaríamos genial, pero nos gustaría que un promotor en una ciudad nos organizara una minigira de cuatro o seis conciertos en su país, un poco como cuando llegan las bandas de fuera a Madrid o Barcelona y tienen un padrino que los lleva de promoción, aunque luego vayas a tocar en una sala pequeñita con 150 personas. No es fácil, hay que invertir tiempo, dinero, energía…
Si ya no lo es aquí, que más o menos conoces el mercado, pues imagínate fuera…
Pues eso, y encima no tenemos discográfica, lo hacemos todo nosotros, pero bueno, ahí estamos, ojalá encontremos la manera. Ahora estamos centrados en tocar por aquí, en afianzar la banda a nivel nacional y ojalá acabemos con unos pequeños ahorros que nos permitan lanzarnos a la aventura, pero somos conscientes que es muy difícil. Pero vamos, yo creo que no se nos va a quitar eso de la cabeza tan rápido.
Bueno, es como todo, encontrará el momento, supongo.
Sí, totalmente. Veo a bandas tipo Love of Lesbian o Vetusta que están girando mucho por Latinoamérica y sabemos que nos escucha la gente ahí. Por suerte las plataformas te mandan todos los datos de tus oyentes, puedes saber la edad, el sexo, el país, así que sabemos en qué países se nos escucha y dónde podríamos hacer conciertos. Ves bandas que llevan 20-25 años con una carrera muy estable aquí que son las que han dado el salto. Yo considero que nosotros todavía estamos empezando nuestra carrera, así que no hay prisa.
Entonces este 2023 ¿cómo se presenta? Parecía que ibais a cerrar gira en el WiZink Center de Madrid, pero ayer añadisteis más fechas, hasta junio. Esto es una locura, no se acaba nunca…
Sí, la idea era acabar la gira de salas antes del WiZink, pero no conseguimos cerrar todas las ciudades por las que queríamos pasar y entonces tuvimos que pasar algunas fechas justo después. El caso es que también vamos a hacer festivales ya que el año pasado no hubo posibilidad porque estábamos girando con Fito. Este año entrante después de las salas sí iremos a festivales y luego ya un fin de gira definitivo para despedirnos y cerrar la persiana hasta nueva orden. Ese es un poco el plan, a ver lo que pasa luego.
¿Habéis pensado ya en nuevo disco?
No hemos hablado nada aún. De hecho, hemos quedado la semana que viene un poco por ver en qué punto estamos cada uno de nosotros, si nos ponemos a hacer temas nuevos o no, si nos apetece más acabar la gira y descansar y luego juntarnos más adelante…
Por lo que he leído sobre vosotros, os gusta tomar las decisiones de forma independiente marcando vosotros mismos los tempos. Yo no sé si ahora notáis una presión añadida por el hecho de estar triunfando tanto, es decir, ¿sentís de alguna manera que hay que aprovechar que estáis bien para seguir dando guerra?
Sería muy fácil entrar en esa trampa, el aprovechar ahora no vaya a ser que se acabe, pero hay que tener cuidado, hay que ver cómo está cada uno de nosotros porque es fácil quemarse, es fácil cansarse, son 24 horas al día, 7 días a la semana con esto en la cabeza, y si no te tomas tus tiempos cuando hay que tomarlos, es fácil que empiece alguien a cansarse un poco. Hay que dosificarse y hacer las cosas bien. Bueno, de hecho, pasó entre el primer disco y el segundo, yo quería parar después de la gira y descansar, pero como el disco estaba ya compuesto y tan solo faltaba grabar, se decidió hacerlo seguido, yo un poco a regañadientes, pero al final como era lo que quería la mayoría dije, venga, vamos con todo, y al final fue una decisión más que acertada. La gira
acabó en diciembre del 2017 y el disco salió en marzo de 2018. Hasta el 2020, hicimos 130 conciertos en la gira de Air, más 80 con la gira de North, eso son más de 200 conciertos en tres años. Ahí sí tomamos la decisión de parar y descansar. Ahora tenemos la suerte de que nos va más o menos bien y podríamos parar con los ahorros y pensarnos un poco mejor el disco, o igual nos metemos la semana que viene a componer y en seis meses tenemos diez temas que nos dan la vida. No hay una estrategia marcada, tomamos las decisiones de esa manera, según las sensaciones y la energía de cada uno más que el proyecto en sí. A nivel de banda no queremos que nos devore la bestia, el estar siempre alimentándola, vamos a intentar dominarla nosotros. No es fácil de controlar, muchas veces el monstruo te domina a ti.
Ya para acabar quería comentarte que me ha parecido super interesante el poder hacer una entrevista justo ahora porque durante las promos previas normalmente sueles preguntar sobre las expectativas, y ahora, pues como que es justo al revés, una mirada hacia atrás, un qué tal os ha ido.
Al principio tienes un poco el piloto automático y cuentas las cosas que tienes que contar sobre el disco y ahora las entrevistas son más reposadas, empiezas a soltarte un poco más y a verbalizarlo de otra manera, ahora entiendes mejor lo que supone este disco y lo que supone el momento en el que estás.
Pues por mi parte nada más, tan solo decir que el próximo 23 de diciembre iré a la sala Razzmatazz a veros de nuevo.
Ahí estaremos y a ver si es verdad lo que te he contado del repertorio nuevo, a ver cómo se siente desde el público. Ya me contarás.
Ese repertorio que comentas, si consulto ahora los más recientes, ¿se va a parecer o vais haciendo cambios?
Solemos hacer pequeños cambios, aunque suele haber un repertorio fijo para cada época, que vamos puliendo sobre la marcha, ya que no tocamos de manera mecánica. Igual modificamos la duración de la jam session, como hacemos un cambio en algo de guitarra, o ponemos un coro, o cosas así, siempre buscando la evolución.
Gracias por tu tiempo. Aprovecha para descansar estos días de parón y coger energía, que os queda un buen trecho aún.
Gracias a ti.
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!