Los últimos tres años no han sido nada fáciles para la banda de rock/metal progresivo (por etiquetarlo de alguna manera) Noah Histeria. La historia de su alma mater y único miembro original, Juan Giner, es una de supervivencia y de amor y compromiso hacia el arte y la creatividad, tal y como nos contó en la entrevista que mantuvimos con él recientemente. Para mi persona ha sido un verdadero placer realizar esta entrevista pues se ha producido una de esas conversaciones en las que, una a una, van cayendo de la lista las preguntas más personales preparadas con anterioridad antes de haber sido verbalizadas, y eso tan solo puede ser señal de que algo de la esencia de Noah Histeria y su último trabajo, OႱƎꟼꙄƎ (2022), hemos captado. Estimado lector, te avanzo que te espera una lectura ardua e intensa si decides seguir adelante. Nada es sencillo en el camino de esta banda, ni su música, ni su concepción del arte, ni lógicamente, las amables palabras llenas de mensaje que nos han dedicado. Pasen y lean. Bienvenidos a la montaña rusa de Noah Histeria.
Hola, Juan, gracias por atendernos. Justo hace poco descubrí de tu relación anterior con el medio desde el que te llamo, Science of Noise. Cuéntame un poco cómo fueron esos contactos anteriores…
Correcto. Cuando la web de Science of Noise prácticamente empezó, con mi otra banda, la que compartía con mi mujer, Kai Mars, participamos en la fiesta de conmemoración del primer año y estuvimos allí en el 2018. A vuestro medio le gustó también mucho nuestro anterior disco con Noah Histeria, Hautefaye (2017), y le dieron difusión, así que os consideremos como amigos. Antes de entrar en materia quiero agradecerte, primero por haber escuchado el nuevo álbum, OႱƎꟼꙄƎ, y segundo por haberte atrevido a hacer la reseña. Yo también he estado de ese lado en el que estás tú y sé el esfuerzo y la dedicación que conlleva. Sin personas como vosotros yo ya no sé si haría discos, la verdad.
Yo ya te digo que, si no hay una conexión emocional con lo que escucho, soy incapaz de escribir. Al principio de poner vuestra música pensé que costaba entrar, pero a la que entras, pues se abre un universo…
Supongo que lo que hacemos no es fácil. Yo no voy a hacer música fácil, voy a hacer música pensando en los poquitos que la escuchen, pues teniéndolos en un pedestal y diciendo, esta peña escucha música increíble y tengo que tratar de alguna manera sin efectismos y con algo de verdad, intentar sorprenderlos. Eso es lo que intento y me devano los sesos para hacerlo, te lo aseguro.
Antes de entrar en materia con el nuevo álbum, te quería preguntar por los cambios en la formación de Noah Histeria. ¿Qué pasó del disco anterior a éste, período en el que ha habido una desbandada general? ¿Cómo fue la cosa?
Nunca mejor dicho lo de desbandada, realmente es el concepto de deshacer banda. Nosotros éramos 5 chicos de Xàtiva que empezamos muy jovencitos, 18-19 años, y lo que ha pasado es que se han hecho mayores. Las prioridades cambian, la energía también y al final se trata de intentar conseguir un sustento y como tocan muy bien, pues a veces la vía fácil es ganar dinero de lo bien que tocas. Aquí hay mucha movida de orquestas y meterse en ellas hace muy incompatible seguir con la marcha de una banda que pretende crecer y rodar por España. Cuando te van saliendo conciertos, que cada vez te van saliendo más y de más calidad, al no poder decir que no a sus trabajos, era una situación de incertidumbre, muy difícil. Entonces básicamente es eso, la incompatibilidad con la marcha de la vida. Vamos quedando los que estamos totalmente prendados y locos por esto de hacer música, pese a lo que cueste y pese al poco rédito que da. Hay gente como yo que no podemos hacer otra cosa que no sea esto, o al menos tratamos de darle una y otra vez una nueva oportunidad a hacer música de valor.
¿Te costó mucho encontrar entonces nueva gente que se sumara al proyecto?
Me costó muchísimo. Al principio no, pero luego vino la pandemia. En el 2017 y principios del 2018, el disco anterior tuvo muy buena acogida. Sabíamos que lo que teníamos entre manos era bueno, yo sentía que se había creado una cierta magia y efectivamente empezaron a pasar cosas muy chulas que se rubricó con el tema del Resurrection. Fuimos a tocar allí en el 2018 y digamos que empezamos a arrastrar problemas en el 2019, pero conseguimos cerrar la gira. Luego teníamos más o menos atados los nuevos componentes, pero cuando vino la pandemia, no solo paralizó la marcha de tocar sino la dinámica de una banda que vuelve a arrancar prácticamente de cero, sin inercia. A la gente joven le hizo mucho daño psicológicamente la pandemia. Al final, cuando tratas de no ahogarte, vas desprendiéndote de lo materialmente más innecesario y en este caso es tener una banda. Hubo muchos cambios de formación que ni tan se hicieron públicos. Eso fue haciéndome mella, mucho daño, porque empezaban a escasear las energías para volver a enseñar las canciones y volver a crear esa dinámica de banda. Nosotros lo que tratamos es tener una banda democrática tratando de aprovecharnos del talento, la creatividad y, sobre todo, las ganas y la ilusión de la gente. Yo ya me conozco bien y ya sé lo que puedo hacer y lo que no. Lo que pido es que la gente que entre aporte creatividad, ganas e ilusión. Esto no es aprenderte un repertorio y salir a tocar y cobrar algo, no, esto es hacerlo por absoluto amor al arte y costando mucho, no solo tiempo y esfuerzo y cabeza, sino dinero. Y lo haces porque piensas que merece la pena crear algo propio que crees que tiene valor. Cuesta mucho encontrar gente que piense de esa manera. Al final, después de tantos cambios, el disco nuevo lo hemos compuesto solo tres personas, los dos guitarristas, Quique Villalba y Manuel Harari, y yo. Yo me ocupé de los sintes, las voces y las baterías, y los guitarristas de las guitarras y los bajos. Una vez ya teníamos el disco grabado, entonces encontramos ya a un bajista permanente (Álvaro Montón) y un baterista (Alejandro Juárez). Lo hicimos así porque pensábamos que, si no, no lo íbamos a acabar nunca y necesitábamos acabarlo. Era una losa demasiado pesada porque es un disco muy complejo, no solo de componer y escuchar, sino incluso de cargar con él.
Me ha llamado la atención el hecho de que el disco lo acabasteis de grabar en el 2021 pero tardáis como un año más en sacarlo. Ese año de en medio, ¿en qué lo invertís?, ¿en mezclarlo?
Básicamente. En el 2020 estuvimos tratando de componerlo en la distancia, pasándonos las ideas, mirándolo con el portátil… Es en el 2021 cuando conseguimos grabarlo todo y luego en el 2022 estuvimos trabajando con un chico que queríamos probar cómo mezclaba, pero no salió bien y perdimos muchos meses. Finalmente decidimos mezclarlo con el que nos había mezclado el anterior, Hautefaye, que es una eminencia en lo suyo, pero no especializado en progresivo, pero trabaja con marcas muy grandes y dijimos, vamos otra vez con él, y entonces ya se aceleró todo. Las mezclas las teníamos ya en junio/julio y luego ya tuvimos que atar algunas cositas, la portada, cómo lo íbamos a lanzar… Estuvimos preparando algunos conciertos, pero al final no pudimos presentarlo en directo por problemas familiares míos, y tuvimos que pararlo todo. Decidimos igualmente tirarlo para adelante porque lo necesitábamos. Aunque esta manera de sacar un disco es un desastre…
Así que os ha pillado en un momento complicado…
Sí. Todas las bandas underground al final por mucho que quieran seguir una estrategia para que la gente los escuche, necesitan picar mucha piedra. Nosotros llevamos ya al menos unos años con unos contactos, pero cuesta muchísimo crecer, y con todo lo cambiante que son las redes sociales y las nuevas cosas, que yo las odio… Pero bueno, llega un momento que dices, quién te tenga que oír lo va a hacer, así que lo lanzo y ya está. Esperas que, si el disco es bueno, que crezca y le vaya llegando a la gente. Y si no es bueno, te fastidias e intentas hacer uno mejor.
Entonces a partir de ahora, ¿qué piensas que puede pasar? ¿Estáis trabajando para salir a la carretera u os pilla en un momento difícil?
Es un momento intermedio porque acabo de ser padre. Digamos que el plan es tratar de conocernos más con las dos últimas incorporaciones y montar las canciones para tratar, quizás, en la segunda mitad de año, tocar y ver por dónde podemos tirar a partir de ahora. Nos encantaría tocar, pero las circunstancias son las que son, dos de los miembros están en orquestas y es muy complicado poder cerrar fechas, asegurarte sobre todo a meses vista que esa fecha va a ser inamovible. Necesitamos creatividad, pero también necesitamos nivel, es decir, no encontramos gente como en mi situación, que yo tengo mi trabajo y aparte hago música. Ellos trabajan en la música, que es muy de fines de semana, y eso complica mucho las cosas. A mí me gustaría que la situación fuera como la de Dry River, que ellos son musicazos, profesores todos de conservatorio, dando clases particulares y encima tienen una infraestructura suficiente como para que, por ejemplo, el caso del batería, Pedro, si le pilla en una fecha ocupado, pues llevan sustituto. A nosotros nos queda mucho para ser tan grandes como Dry River. Ojalá encontráramos a locos por ahí de conservatorio que quisieran tocar con nosotros… Pero es complicado.
¿Y contempláis la posibilidad de que Noah sea una banda que simplemente cree música sin más?
Desde luego, no sería la que yo elegiría porque para mí no tiene sentido hacer música que luego no vas a tocar. La música que hacemos nosotros, aunque parezca en algunos momentos muy técnica, muy rococó, muy dura, lo que busca son caminos para tratar de transmitir. Queremos provocar que la gente quiera cerrar los ojos y escuchar y entender, y desde luego esa comunión cuando se consigue es fundamentalmente en el directo. Ahí es cuando realmente estás entendiendo los riffs, los arreglos, lo que está queriendo decir el músico, por qué utiliza unos contrastes, por qué estamos en plan duro muchas veces para acabar en plan más abierto y tocarte esa fibra sensible. La música está hecha para ser tocada en directo y todo lo que hacemos nosotros está pensado, aunque parezca que la producción es muy quirúrgica. A mí me encanta hacer música y crear, y creo que eso va a ser lo primero y hasta que yo sienta que tengo cosas que decir, me gustaría seguir. Pero necesito gente, porque no puedo hacerlo solo. Lo que yo haga solo nunca será tan bueno como lo que pueda hacer con gente talentosa.
Te quería preguntar sobre el tema del del directo, toda esa complejidad que se oye en estudio, ¿la podéis plasmar o tenéis que ir haciendo adaptaciones?
Esa es una muy buena pregunta que nos hemos hecho cuando hemos estado practicando las nuevas canciones. Yo como superviviente de la antigua etapa sé que una cosa es la producción de estudio y otra cosa es el directo. En la producción de estudio, sobre todo con las nuevas escuelas del más volumen y más amplitud y más todo, digamos que cuando piensas en el directo tienes que rellenar ciertas capas que, si no, por comparativa, sobre todo en estilos más extremos, te quedas cortito. Aunque nosotros hagamos progresivo, muchas veces estamos cerca del metal con algún toque extremo, por lo que no queremos quedarnos cortos por ahí. Lo que pasa es que nosotros sabemos que, en el directo, a la hora de la verdad, la inteligibilidad, el que se entienda un riff, te da ese punch, esa potencia que te palpita en el corazón, que es distinto a escucharlo en un altavoz o en cascos. Tenemos claro lo que no vamos a hacer y tratamos de minimizar la información para que el que nos escuche esté sintiendo el riff sin revestimientos, el riff más crudo. Trabajamos en eso. Ya lo hicimos en el anterior disco, aunque era menos denso, y yo creo que podemos hacerlo en este. Pero sí, es complicado. Viendo algunos ensayos que hemos hecho, estoy moderadamente satisfecho de momento.
Quería preguntaros un poco sobre el tema conceptual. Por lo que veo lleváis dos álbumes, dos conceptos diferentes y los dos basados en dualidades, ¿os obsesionan un poco las dualidades?
Digamos que yo, que soy el encargado de la de las letras, no parto de un concepto, espero a la música. Evidentemente tengo cosas pensadas, pero es la música la que va hablando ella misma per se. Trato de que las letras acaben rubricando eso que estamos queriendo decir con la música. Cuando empezamos éramos cinco chicos muy jóvenes cada uno de su palo y que tocaban, y a partir de ahí salió algo que tenía mucho contraste. La gente que es un poco sabida decía, vosotros hacéis rock progresivo. Entonces nosotros fuimos a la Wikipedia para ver qué era eso del rock progresivo porque no teníamos ni idea. Una de las cosas de las que yo me siento orgulloso es que no creo que mucha gente o dos personas se pongan de acuerdo en cuáles son nuestras influencias porque hay muchísimas, y encima han ido evolucionando con nosotros porque hemos ido escuchando nueva música. En base a los contrastes de luz, de sombra, mucha potencia con partes muy soft, pues es que salen conceptos así, de dualidades. En pandemia llegó un momento en que yo estaba muy tocado y en mi banda había gente aún más tocada que lo tuvo que dejar y sí que de alguna manera queríamos reflejar eso, porque al final, aunque sea de una manera muy metafórica y simbólica, sí que pretendemos hablar de lo que sentimos. Yo quiero que en la música que hagamos haya verdad, no que sea fuegos artificiales. Me esfuerzo muchísimo en eso porque aborrezco lo que no tiene verdad, lo que es producto, lo que es plástico, lo que no pueda creerme. Y no solo en la música, también en el cine o en la literatura. Aquello que no te crees y que tiene ese punto de pedantería, de petulancia, yo por lo menos no lo soporto. Al final, tratamos de contar cosas que hemos vivido y los contrastes, la dualidad, eso es la vida misma. Te levantas un día y piensas una cosa y a la tarde piensas la contraria, y te dices, ¿en qué punto estoy? Un momento estás arriba, otro momento estás abajo y ese eres tú, arriba y abajo, dualidad, como en física cuántica, onda-corpúsculo. En la música, que cuente algo líricamente es importante y nosotros lo que hacemos siempre tiene un poso conceptual porque así tienen más sentido los discos. No queremos hacer singles para que la gente no se acuerde del disco que hicimos, nosotros queremos hacer discos que se escuchen de arriba abajo.
Entonces entiendo que el concepto es para poder profundizar…
Aunque yo también consumo singles como cualquiera, nunca me van a enganchar a una banda. Me va a enganchar la obra que han generado, una obra pensada, equilibrada, consensuada, que se sienta que hay individuos en la banda que están aportando cada uno lo suyo y que lo han armonizado y lo han consensuado. Desde luego que hay absolutos genios que desbordan creatividad como Mikael Åkerfeldt de Opeth, que me parece el mayor genio musical que pueda haber. A mí ese concepto de entre todos vamos a hacer algo que sea bueno, con esa fricción interna que sabes que va produciendo esas chispas que generan esa llama, ese fuego y de repente se alumbra algo y aparece la magia, eso es lo que constantemente buscamos. Por eso nos cuesta mucho, años, sacar un disco. Pero al final, si tienes paciencia aparece. Esa magia para mí no tiene precio.
Debido a la alta complejidad de los temas de Noah, y ya que prácticamente no hay dos iguales, quería preguntarte por cómo construís los temas.
La verdad es que siempre es diferente, aunque hay que diferenciar. En la etapa anterior con los miembros originales éramos mucho de ensayo, muy coral, traía uno una idea y la trabajábamos. Al final lo que hemos descubierto es que generar buenas ideas es relativamente fácil, pero el desarrollar esas ideas y hacer las partes de canciones, estructurarlas de manera que tengan un sentido, eso es lo difícil y a lo que te dedicas realmente tiempo. No solo en el ensayo, sino tiempo en casa, en pensar, oír… Digamos que hay ideas sueltas que uno ha de tener la humildad para tenerlas lo suficientemente abiertas como para esperar que, con la suma de todos y su interpretación de la misma, salga algo mejor. Uno no puede esperar que algo no se lo toquen porque le parece que es absolutamente brillante, no, uno siempre tiene que esperar que se lo toquen para hacerlo todavía mejor, con la suma y sinergia de todos, esa es un poco la base. Cuando nosotros hicimos una canción de 13 minutos, por ejemplo, no pensábamos que fuera a durar eso para nada. Teníamos una idea y esa idea derivaba en otra y creaba una continuidad y nos estaba encaminando hacia algo. En ningún momento pensábamos que ese algo se había acabado, nos estaba encantando lo que iba apareciendo, pero no íbamos a ponerle cortapisas a la música. No íbamos a decir que tenemos que acabar aquí porque claro, si no, los 40 Principales no nos va a pinchar…
Ese problema no lo tenéis seguro…
Como ese problema no lo tenemos, dejamos a la música hablar, que se desarrolle y oye, si no ha acabado porque no se siente que haya acabado, es que no se ha acabado. A mí me llega que hay gente que dice que le satura mucho lo que hacemos, que se le hace largo o pesado, bueno, vale, perfecto, pero hay mucha gente que no opina así. En concreto, esa canción, hay alguno que sí que quería cortarla o partirla, pero al final acabamos votando. Dejamos que las canciones hablen, que se desarrollen, que tengan un sentido y las escuchamos 800.000 veces pensando en infinitas soluciones porque tenemos claro que soluciones hay infinitas y cualquiera que elijas puede ser buena si la has hecho tú, la has hecho con gusto y has puesto todo el cariño ¿Ha salido cada canción de su padre y su madre? Sí, pero dentro de un concepto y una unión. Lo que sí que está pensado es el global, dónde empiezo y en qué punto acabo, eso está muy pensado, pero el desarrollo interno, la propia vida de las canciones, no vamos a decirle que no… Estamos haciendo música para que se genere esa vida, lo que nosotros consideramos que tiene valor. Un gran libro, una gran serie o película está basado en el buen desarrollo de sus personajes. Esos personajes pueden ser muy molones, pero al final, las cuatro pinceladas que tú les das no marcan la personalidad, se tienen que desarrollar en base a los acontecimientos, a un entorno y a un cúmulo de circunstancias. Cuando eso adquiere vida propia, cuando se te va de las manos, pero de alguna manera tienes la inteligencia como para hacerlo tuyo o controlarlo, ese es un proceso muy bonito al que toda persona que se considere un poquito creativa debería aspirar. Al menos esa es mi opinión.
Todo esto que explicas, que es súper bonito y complejo, va un poco en sentido contrario a la sociedad actual. Cada vez todo es más sencillo, más rápido… Os veo muy valientes en este sentido…
Es que nosotros la música que hacemos no es para muchos. Tenemos clarísimo que la sociedad va por ahí, pero es que la sociedad es muy grande, me refiero que hay nichos de todo y los hay que seguirán apreciando esto. El rock nunca va a morir, lo que puede que muera es el rock en el mainstream.
Siempre vamos a quedar la resistencia…
Claro, la resistencia, los melenudos y los heaviatas, eso siempre va a quedar. No se trata de ser contracultural, se trata de que aquí cada uno tiene sus inquietudes. En el mundo de hoy en día todo el mundo tiene que ser libre de que le guste lo que le dé la gana y ser friki está a la orden del día. Hoy en día todos somos frikis. Amando algo o algunas cosas en particular es lo que hace que nuestras vidas tengan sentido, el tener esos momentos puntuales de felicidad y de sentirte lleno.
¿Cómo veis el panorama en lo que es vuestro género en España?
Pues muy mal. Nosotros empezamos en 2012, que a lo tonto ya son 10 años largos, y hubo una ola muy interesante entre 2014, que sacamos nuestro primer EP, hasta el 2018. De hecho, esos cuatro años, no sé porqué, pero salieron como grupos muy chulos e interesantes, que digamos caían en el saco del progresivo. Nosotros también picamos piedra para que se fueran generando esos grupos y lo que pasa es que, a partir del 2018, desde que el Be Prog! se acabó, que algo seguro que tiene que ver este tipo de cosas, y luego con la pandemia, se acabó de fastidiar. Han desaparecido o al menos están inactivos muchísimos grupos. Nosotros casi casi, hemos estado ahí en la lona y bueno, lo que pasa es que cuando suceden cosas como lo de Jardín de la Croix en su momento, o Dry River, ya no es que te alegres por ti, y por las posibilidades que tiene tu grupo, simplemente te alegras porque por lo menos salen grupos que quieres escuchar y que son de aquí, y te llenan de orgullo. Lo que sí que es verdad es que están desapareciendo bandas. La gente ya no tiene ganas de juntarse a hacer música. Están cayendo muchos locales de ensayo. Con esto de la auto-producción es verdad que están cayendo las bandas como moscas y van a quedar muy pocas, pero las que queden, evidentemente tendrán su espacio, porque siempre va a haber gente que quiera descubrir nuevas bandas chulas.
A nivel internacional, ¿no crees que están en un mejor momento todo el tema de progresivo? Sigue habiendo bandas de toda la vida y las hay de nuevas. ¿Tú como lo ves?
Para evaluar el estado del arte de las bandas lo que hay que saber es cómo está la clase media y esa es la que no te llega. Lo único que acabas viendo es la clase alta, pero sí que es verdad que están apareciendo grupos jóvenes con propuestas súper chulas, llámalas progresivo o como quieras, con mucho acercamiento a producciones muy modernas, con mucha técnica… Yo soy de la opinión de que el estado de salud de la música en esas esferas, llámale underground, goza de muy buena salud. Aunque tengo muchos colegas que han rodado haciendo giras así punkis por Europa y las cosas están peor. Hoy en día para para telonear a bandas medio tochas se están pidiendo cachés elevados, te has de llevar tú tu propio vehículo, abrir shows en lo que lo único que consigues es lo que vendas de tu merchand y ya está. Hay bandas que lo hacen porque pueden, porque quieren vivir esa experiencia súper chula, pero hoy día está difícil. Esto es a la deriva a la que va, pero yo no soy un tío pesimista, cada uno hace lo que quiere. Te pondré un ejemplo, Dry River, que son unos abanderados. Son gente entrada en años que no pretende molar con sus calcetines hasta las rodillas, sus gorras y sus tatuajes, sino que son gente normal, eso sí, musicazos. Los tíos lo que han hecho ha sido, primero, buena música, segundo, ser muy buenas personas y muy normales, y tercero, estar ahí porque les gusta lo que hacen. Como tenían sus trabajos, decían, pues vamos a echar pasta aquí, claro que sí, pero si esto es lo que nos gusta, y a ver si algún día suena la flauta, y la flauta sonó porque son muy buenos. La gente a veces también se encariña de las buenas personas, de los que lo merecen. Y además tienen un directo absolutamente brutal… La gente que amamos todavía las bandas, cuando vas a un directo te quieres creer lo que hay ahí, lo que tocan. Con ellos te lo crees y dices, mira, música de banda, lo que suena es lo que ves. Es tan rara avis y tan maravilloso y sin poses, simplemente siendo músicos y siendo cercanos, simpáticos, graciosos, buenas personas y sin tonterías. Pues eso, hoy en día, es un milagro y yo aplaudo eso, y olé, chapeau, a sus pies.
Me encantaría algún día veros a vosotros en directo, no he tenido la oportunidad, no sé si habrá posibilidades…
Nosotros hemos tocado muchas veces en Barcelona, es el sitio sin duda donde más gente ha venido a vernos de calle, así que intentaremos acercarnos, pero ya se verá. Barcelona es otro ejemplo de lo que hablábamos antes, de cuántas bandas había ahí clasificadas como progresivas que ya no están o van y vienen… Han quedado como un 30% desde la pandemia. En el progresivo caben muchas cosas. Nosotros probamos muchas cosas porque escuchamos muchas cosas. A mí me encanta el death, el djent, el sonido más abierto industrial… Al final, se nos etiqueta como progresivo, pero ya te digo yo que no lo es realmente… Hay gente súper clasicona que lo que califica como progresivo es lo que se hizo en los 70. Pues eso sí que es progresivo y el resto, pues es un cajón de sastre.
Leí como que vosotros os soléis poner como etiqueta art rock, o rock con “cosas”. Me hizo mucha gracia esa definición…
Nosotros hacemos rock, y como le ponemos muchas cosas… Aunque no me gusta la etiqueta metal, también hacemos metal, claro, pero yo me siento más cómodo en lo de toda la vida, el rock.
Ojalá también haya más discos para ver todas esas “cosas”…
Para que haya más discos tiene que haber más ganas. Es verdad que cuanto más va escuchándolo la gente, si lo va comprando más, te ayuda. Porque palmar pasta llega un punto que no te lo puedes permitir porque quieres hacer un proyecto de vida.
¿Está funcionando la venta o no de este disco?
No está funcionando bien. Tienes que respaldarlo con directos. En el anterior lo hicimos muy bien, lo lanzamos y ya nos lanzamos a tocar por ahí y por allá. Nada más sacarlo fuimos a Barcelona, hicimos una pequeña gira y luego el Resurrection nos dio un buen espaldarazo. Pero esta vez la situación es distinta y digamos que hemos tenido que sacarlo porque ya nos quemaba en las manos. Ha bajado también mucho la incidencia, el llegar a la gente a la que antes llegabas vía redes sociales. Se ha escapado mucho el dichoso algoritmo y al final vas perdiendo energía porque te dices, a ver, ¿a qué quiero dedicarle el poco tiempo que tengo?, ¿a tratar de hacer música con lo que cuesta? ¿o a pedir por favor que te escuchen? Por suerte no nos va a ir la vida en ello, pero sí que cuanto más lo escucha la gente, más te ayuda, y más sobre todo te anima. Las personas con una inquietud parecida a la mía les puede gustar este disco mucho. Pero es muy difícil que te llegue que existe una banda que se llama Noah Histeria, y aunque sepas que existe, si no has estado muy al loro, es posible que no te salga ni en las redes sociales. Estamos todos un poco de capa caída y si ya tienes grupos que te cubren esos vacíos musicales, ya ni le das oportunidad a otros nuevos… Es lo que hay.
Para eso están los medios. Por nuestra parte lo intentaremos, darle un poquito de visibilidad a vuestro proyecto, a ver si ayudamos.
Os lo agradezco un montón. Me quedé encantado con la reseña, nos ha emocionado, la hemos leído todos.
Pues mira que lo que escribí es sincero, no sabía ni cómo abordar cada canción porque son una locura, y claro, una reseña que no hablas de las canciones también es un poco extraño y no sabía si hacerlo o no…
Yo personalmente estoy muy cansado de las reseñas que desglosan las canciones y que gastan muchas palabras, pero no dicen nada. Para mí, al menos en la música que nosotros tratamos de hacer, es que no tiene mucho sentido. Yo lo que quiero es una sensación general, es posible que no hayas cogido todo al vuelo y que simplemente tengas ganas de escucharlo otra vez. Yo creo que esa es la mejor reseña que se nos puede hacer. Cada canción es de su padre y su madre, sí, pero al final es el global porque es un disco. Hay que volver a poner en valor los discos. Los discos no son solo canciones, son canciones que están dentro de un disco, de un todo, no entidades individuales, y eso es lo que refleja tu reseña. Lo importante son las sensaciones, ¡que esto es música!, no el mecanismo de un reloj…
Si te apetece añadir alguna cosa más, este es tu momento…
Yo pienso que este disco crecerá con el tiempo. Es un disco en el que es difícil entrar, pero si lo haces, te vas a quedar un tiempo en él. Hay discos que tienen muchísimos detalles, pero no te quedas en él porque estás incómodo. El nuestro es un buen sitio para quedarse un par de semanas a dormir tranquilamente. Vas a encontrar cosas muy duras, pero hay mucha belleza dentro. La parte estética es el objetivo final en Noah, la luz que consigues. Nosotros tomamos caminos para tratar de llegar a esos momentos de luz que le dan sentido a todo y creo que, si la persona que lo escucha lo entiende, es un lugar cómodo en el que quedarse y volverás a él con cierto confort.
Sí que es verdad todo esto que dices, es un lugar oscuro, pero agradable a la vez…
Eso es. ¡Esa me la apunto! El asunto es triste porque es alguien que está desquiciado. Lo que hace el disco es en vez de que alguien te lo cuente desde fuera, como un caso más clínico, te lo relata en primera persona. Cuando estás ahí, lo único que tienes es miedo porque tienes preguntas e incertidumbre, y eso es lo que atenaza, lo que te hace llegar a esos accesos de locura. En ocasiones es caótico, pero también hay momentos de cierta paz, de calma y de receso para que vuelva la tormenta, y eso es lo que trata musicalmente expresar el disco. Hay gente que tendrá la paciencia de verlo y creo que puede disfrutarlo, y entiendo perfectamente la gente que tiene un montón de discos que escuchar y no tenga tiempo para estas cosas.
Yo, por mi parte, ya estaría, que ya te he entretenido casi una hora. Mucha suerte.
Muchísimas gracias.
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!