Entrevista a Judit Calero, teclista de Obsidian Kingdom: ‘Podríamos convertirnos en un quinteto de flautistas que versionan a Schoenberg y seguiríamos siendo reseñados en medios metaleros’

Los catalanes Obsidian Kingdom están de vuelta, y eso siempre es una noticia a celebrar. Su nuevo disco, Meat Machine, supone una nueva sorpresa inesperada en su discografía, y para hablar de ellos nos hemos puesto en contacto con una de las nuevas caras de la banda, su teclista Judit Calero, en lo que ha resultado ser una entrevista la mar de chula, entretenida y profunda.

¡Muy buenas, chicos! Antes que nada, os quiero dar las gracias por dedicar algo de vuestro tiempo a contestar nuestras preguntas. ¿Cómo estáis?

¡Gracias a vosotros! A pesar de la que nos está cayendo a todos, estamos muy ilusionados por el lanzamiento de Meat Machine. Siempre es una alegría compartir con los demás aquello en lo que has estado trabajando tanto.

En pocos días verá la luz vuestro nuevo disco, llamado Meat Machine, un trabajo que supone otro nuevo y pronunciado giro en vuestra carrera con elementos y melodías muy noventeras y bastante inesperadas. ¿Cómo aproximásteis la composición y la definición estilística de este trabajo tras A Year With No Summer

Para nosotros el proceso de composición de un álbum siempre parte de un concepto que da coherencia tanto a los temas que lo componen como a todo el apartado gráfico, escénico… a partir de ese concepto se abren caminos que, en el momento inicial, no tenemos ni idea de por dónde nos llevarán. Esa sensación de aventura y de dejarse sorprender por uno mismo y por los demás miembros del grupo nos encanta. No teníamos claro como terminaría sonando Meat Machine y no limitamos ningún recurso. En ese sentido tengo la sensación de que el resultado final, a pesar de que nos gusta cuidar cada detalle y tener mucho control, ha sido algo que ha surgido casi espontáneamente, algo “que nos ha pasado así”, como un accidente jodido pero estéticamente hermoso.

En este disco habéis dejado definitivamente atrás ese black metal que fuera uno de vuestros pilares primigenios, pero también habéis incorporado muchas sonoridades que aún no habíamos visto hasta ahora en vuestra música. ¿Qué nuevas influencias que aún no habíais visitado antes puedes identificar en Meat Machine, y por qué es ahora el momento de sacarlas a relucir?

Supongo que “somos lo que comemos”, ¿verdad? Hemos escuchado mucho metal de muchos tipos de jovencitos y eso lo llevamos dentro. Creo que tanto Mantiis como A Year With No Summer ya se desmarcaban en diferentes grados de algo estrictamente Metal. Nos parece lógico, por otro lado, que se destaque la sonoridad noventera del álbum; aquello que escuchas en tu adolescencia define inevitablemente quién eres: Nine Inch Nails, Marilyn Manson, Deftones

De alguna manera todo eso sigue estando ahí. Pero hoy en día escuchamos más electrónica e incluso hip hop que Metal, y eso ha permeado en Meat Machine. De hecho, el plan inicial era que el álbum fuera más electrónico, con más peso aún de sintetizadores y beats. Pero, como te decía, somos lo que comemos y ¿qué sentido tendría escapar de eso? ¿Para qué huir de uno mismo? Precisamente este álbum habla de la búsqueda de la identidad y de aquello que nos define.

¿Cuál ha sido la energía, las intenciones y el espíritu que ha rodeado la creación de este álbum, y cómo lo comparas con lo que vivisteis en vuestros dos trabajos anteriores?

Si quieres escribir un álbum sobre la identidad y lo que nos construye, es primordial conocerte a ti mismo – o como mínimo intentarlo –. Si además lo haces como grupo, necesitas conocer mínimamente a tus compañeros de viaje. El proceso de composición arrancó con varios cambios de miembros en el grupo, tras lo cual tuvo que pasar un tiempo hasta que supimos más o menos quienes éramos. Y cuando creíamos saberlo, cambiamos.

Ciertas preguntas que a priori crees que puedes contestar fácilmente, se convierten en motivadores para el cambio. ¿Cómo puedo escribir sobre la identidad si no soy honesta con la mía? Personalmente, siempre he contenido mucho mis emociones para que nadie supiera exactamente cómo soy. Ha sido un mecanismo de defensa útil, pero ya obsoleto. Vernos obligados a verter emociones genuinas y sinceras en los temas creo que ha contribuido a cambios en cada uno de nosotros. Y en eso es en lo que difiere principalmente este álbum respecto a los anteriores; Meat Machine es una mirada hacia adentro y tanto Mantiis como A Year With No Summer son paisajes poéticos de cosas que nos interesan pero que están fuera de nosotros. Contienen verdades (si es que existe tal cosa) sobre la condición humana, pero restringen el discurso a hechos, épocas u obras concretas.

La vertiente gráfica asociada con el disco es bastante impactante y resulta hasta cierto punto desagradable. ¿Qué queréis expresar con eso de “Meat Machine” y con tanta carne por todos lados?

El punto de partida de este álbum eran más preguntas que respuestas. ¿Qué nos hace ser como somos? ¿Cuál es el camino hacia la propia identidad? ¿Hasta qué punto tenemos control sobre nuestras pasiones, deseos, miedos…? Vimos en la carne la capacidad de sintetizar todas estas preguntas e intentar darles una respuesta. Queríamos hablar de la carne que comemos, la que follamos, la que odiamos, a la que matamos… la carne como definidor último de la experiencia humana. No sólo somos lo que comemos, supongo. La carne que somos es, en nuestra opinión, una máquina que flota un poco a la deriva, entre automatismos, sin mucho control sobre sus acciones o intenciones.

A lo largo de vuestra carrera habéis experimentado unos cuantos cambios de formación. Esta vez no es una excepción, y especialmente habéis sufrido la marcha de vuestra guitarrista Irene Talló, cuya voz podemos escuchar en muchas pistas de Meat Machine y que creo que fue bastante clave en el proceso de composición y grabación del disco. ¿Qué ocurrió entre vosotros y por qué ha dejado la banda casi de sopetón?

La aportación de Irene al álbum es enorme. Contribuyó mucho a las composiciones y la idea original era que cantara la mitad de las canciones del álbum. Lamentablemente, hubo diferencias personales que condujeron a que se fuera del grupo, pero hemos acabado en buenos términos con ella, mantenemos una buena relación y le deseamos lo mejor con sus proyectos musicales y vitales.

Las nuevas caras son Víctor Vallespir y Judit Calero, dos músicos más que consolidados en la escena catalana. ¿Cómo fue su incorporación a la banda y cuáles crees que son las principales características que pueden aportar a vuestro presente y futuro?

Algo que Edgar me ha dicho en varias ocasiones es que cuando entré en el grupo era incapaz de leerme. Yo era para ellos una figura un tanto hermética y en ocasiones seguramente incómoda por mi opacidad. Los primeros años con ellos fueron unos de los años de mayor turbulencia emocional para mí, debido a mi relación con mi género y la frustración que acumulaba tras años de intentar gestionar aquello desde lo que se esperaba de mí, en lugar de enfrentar con honestidad y orgullo lo que era y sentía.

Es cierto aquello que dicen de que no puedes estar bien con los demás hasta que no estás bien contigo… Tras mi transición de género, aquella opacidad se iluminó y eso repercutió en mi relación con el grupo. Antes le tenía miedo a la idea de ir de gira. Ahora soy la primera que va a subir al autocar y la última que se bajará.

Víctor entró en el grupo poco después de que Irene se fuera. Él, como buen periodista que es, advirtió en las crónicas del Madrid Is The Dark de Diciembre pasado que Irene ya no estaba con nosotros. Fue él quien contactó con nosotros y se interesó por entrar en el grupo. Nos encantó su iniciativa y consideramos que aporta mucha energía a la banda, además de ser muy solvente con su instrumento. Es un tío resolutivo y con recursos, que sin duda será capaz tanto de reproducir el sonido de nuestros trabajos anteriores como de enriquecer nuestra paleta. ¡Estamos deseando presentarlo en directo!

Déjame que os diga (que aún no lo he hecho) que a mí Meat Machine me parece un disco brutal. Os lo digo con la mano en el corazón después de muchas escuchas, y eso que el noventerismo alternativo no es precisamente mi estilo de referencia. Más allá de “Meat Star”, que es quizás el single más evidente de vuestra carrera y que es todo un temazo, ¿qué canciones de este disco creéis que tienen más potencial para convertirse en futuros clásicos de Obsidian Kingdom?

¡Nos alegramos muchísimo de que te entusiasme el álbum! La verdad es que para nosotros es un orgullo que apreciéis nuestro trabajo.

Cuando nos planteamos hacer Meat Machine queríamos que fuera un pastel lleno de bofetadas. Queríamos que a pesar de estar hilados por un mismo concepto, cada tema pudiera funcionar como single. Creo que esto lo hemos conseguido con más o menos acierto, y hay temas que sin duda funcionarán mejor en directo que otros. Yo me quedaría con The Pump; es como si te cayera un pastel de carne de tres toneladas encima. Y en directo es divertidísima de tocar.

Este es vuestro segundo álbum bajo el cobijo de Season of Mist. Los franceses son uno de los sellos más reputados del panorama extremo europeo. ¿Cómo valoráis esta colaboración, qué creéis que le ha aportado a vuestra carrera el hecho de estar con ellos y cómo creéis que encajáis en su roster y en su manera de hacer las cosas?

A pesar de que es un sello principalmente de metal extremo, valoramos muy positivamente su apuesta por bandas más alternativas como la nuestra. La distribución internacional y la presencia en medios que te da estar en un sello como Season of Mist nos han ayudado mucho a llegar a más gente. Nos queda la duda de si nuestro público potencial se encuentra ahí o si hay vida más allá del metal extremo. Nosotros creemos que, a pesar de que cada vez nos alejamos más de lo que se podría calificar como metal, es inevitable que se nos encaje ahí. No renegamos de ello en absoluto, pero sí que vemos curioso como los orígenes de una banda la encorsetan de por vida. Podríamos convertirnos en un quinteto de flautistas que versionan a Schoenberg y seguiríamos siendo reseñados en medios metaleros. Quizás para el siguiente álbum.

¿Qué expectativas tenéis con este disco? ¿Qué os gustaría ver cuando estéis listos para meteros de nuevo en el estudio y volváis la vista atrás?

No quiero decirlo porque me da miedo la idea de profecía autocumplida, pero lo diré: este disco parece que esté maldito. Cuando ya lo teníamos listo para grabar, nuestro productor (muy acertadamente) nos lo tiró por los suelos y tuvimos que recomponerlo todo, retrasando su composición un año. Cuando ya estuvo acabado y producido, pasó un año más hasta que se publicó. Y cuando se publica, el mundo se va a la mierda. Lo que querríamos es mirar atrás y haber podido presentar el álbum en directo y, ya puestos, haberlo girado por Europa. Que esto suceda o no ya depende más de los avatares del destino que de nosotros. Nosotros lo intentaremos todo, pero estamos en las manos del caos, hahaha.

Durante los últimos años habéis estado girando como banda de soporte a la danesa Myrkur. No sé si aún estáis haciéndolo (bien, ahora mismo está complicado), pero ¿cómo surgió esta oportunidad y qué os ha aportado hacerlo como músicos y como personas?

Antes de que Edgar, Alex y Jaime se convirtieran en sus músicos, Amalie trabajaba con una banda americana. Pero si quieres girar por Europa, ¿para qué necesitas una banda americana? Tocar con músicos europeos supondría menos quebraderos de cabeza. Con Amalie compartimos el mismo agente de booking, así que nos lo propuso y ellos estuvieron encantados de hacerlo. La idea de que tres de los miembros de Obsidian Kingdom se encapuchen y vayan a tocar en macrofestivales con Myrkur me encanta. Es como un spin off raro de una serie de Netflix, pero de los que vale la pena verse todas las temporadas. Para ellos es una experiencia muy enriquecedora y siempre vuelven cargados de anécdotas divertidas. ¡Que dure!

Vuestro disco de debut, Mantiis, supuso un impacto sin precedentes en la escena extrema catalana y más allá, hasta el punto que muchos lo consideran un disco prácticamente perfecto. ¿Creéis que esa devoción ha sido un arma de doble filo para vosotros y que siempre tendréis que cargar con eternas y quizás injustas comparaciones? ¿Cuál es vuestra relación con Mantiis a día de hoy?

Creo que a las bandas hay que medirlas por su trayectoria, y en este sentido cualquier comparación con lo que has hecho antes ayuda a entender a una formación o un álbum dentro del contexto de su carrera. Es inevitable que se compare Meat Machine tanto con Mantiis como con A Year With no Summer, y creo que cuando los pones los tres sobre la mesa y te los miras de cerca, ves los puntos comunes. Más allá de su sonido, somos gente complicada a la que le gusta jugar a la sorpresa y el susto. Creo que esto transpira en nuestros trabajos y sin duda definirá lo que sea que hagamos a continuación.

¿Y con A Year With No Summer? Se trata de un muy buen disco pero creo que polarizó bastante a vuestros aficionados. ¿Crees que no se llegó a entender demasiado? 

La sorpresa y la finta son armas de doble filo. Supongo que después de Mantiis mucha gente esperaba algo similar, y A Year With No Summer les despistó enormemente. Después de Mantiis, la banda se podría haber sentado y analizado el álbum para ver qué elementos repetir con tal de sostener y prolongar ese impacto inicial, pero no es algo que estemos interesados en hacer. No queremos dejar de hacer lo que sentimos en el momento y si lo hiciéramos sería en contra de nuestra honestidad. Siendo culos inquietos en mil cosas de la vida, esa honestidad hace que a cada álbum seamos nosotros los primeros sorprendidos con el resultado.

Dicho esto, a nivel musical éste ha sido verdaderamente un año sin verano. ¿Como lo habéis vivido en este sentido?

Hablando de profecías autocumplidas… Ésta sí que nos ha pillado con el pié cambiado a todos. Nos entristece que, a pesar de que se ha demostrado que la cultura es segura, siga habiendo tantas limitaciones para poder tocar música en directo. Lo echamos de menos como banda y como público. Esperamos que la situación mejore pronto y el sector recupere todo este tiempo perdido.

Los conciertos tal y cómo los conocíamos parecen estar aún lejos, pero ¿tenéis algún tipo de plan a la hora de presentarlo en directo? 

Estamos muy contentos de poder decir que presentaremos Meat Machine en Barcelona este 7 de Noviembre en el Amfest, que este año ha tenido que adaptarse a las circunstancias. La gente tiene más ganas que nunca de música en directo, y prueba de ello es que nuestro concierto ha hecho Sold Out en menos de 72 horas. Tenemos más ases bajo la manga pero, como te decía, nos gusta la finta y la sorpresa así que por el momento mis labios permanecerán sellados.

¿Cómo creéis que todo el tema Covid va a afectar la manera cómo funciona la industria musical y de qué manera tendrán que adaptarse todos sus actores a este incierto futuro? 

El sector cultural ya estaba en crisis antes de llegar la pandemia y ahora está en curas intensivas. Adaptar según qué formatos a las restricciones que la alarma sanitaria nos exige ha provocado el cierre de salas y la bancarrota de promotores y bandas. Creo que ya hemos demostrado que la cultura es segura y que nos hemos adaptado mejor que nadie a lo que se nos exige; ahora falta que nos permitan hacer nuestro trabajo, a pesar de las duras condiciones que se nos imponen.

Y, en lo personal, ¿qué opináis de toda esta pandemia y su gestión a nivel político, sanitario, mediático y social? ¿Hay algo que os haya llamado especialmente la atención en este sentido? ¿Qué conclusiones crees que podemos sacar y qué podemos aprender de todo esto? ¿Cómo crees que será el mundo post-Covid?

Las opiniones en el seno del grupo difieren de unos a otros, en este y tantos otros temas. Supongo que el debate sobre la pandemia es algo que ha pasado en toda buena familia, ya sea en formato sobremesa o en el local de ensayo. Me fascina que algo tan pequeño como un virus pueda tener repercusiones tan enormes y llegar a ser algo tan polarizante en el terreno de las opiniones.

Yo personalmente creo que, después de la pandemia, pasará algo similar a los que pasó con la mal llamada “Gripe Española” de hace 100 años: cuando termine empezará una época de glotonería, excesos y amnesia, de vivir con más urgencia, más intensidad, más prisa. Le llamaremos a ese período “los Felices Años 20: segunda parte” y nos quedaremos tan anchos. Todo seguirá más o menos igual, pero durante un rato estaremos más borrachos.

Bueno, pues esto es todo de momento. Muchas gracias de nuevo por vuestro tiempo y muchísima suerte con la salida del disco. ¡Un abrazo!

¡Muchísimas gracias a vosotros!

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Sobre Albert Vila 954 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.