Pocas bandas en el panorama del rock y el metal estatal pueden presumir de una trayectoria tan sólida y auténtica como Hamlet. Con más de tres décadas a sus espaldas, han sabido reinventarse sin perder su esencia, explorando nuevos matices en su sonido sin renunciar a la crudeza y la visceralidad que los definen. Su nuevo trabajo, Inmortal (2025), no solo supone un regreso cargado de energía, sino también una declaración de principios: una banda que, tras enfrentarse a momentos de incertidumbre y parón creativo, vuelve más fuerte que nunca.
Para conocer más sobre esta nueva etapa, su proceso de composición y el significado de esta «resurrección» musical, hablamos con Luis Tárraga, guitarrista y uno de los pilares fundamentales de Hamlet.
Hola, Luis. Mil gracias por dedicarnos, una vez más, unos minutos de tu tiempo. ¿Cómo va el arranque de la gira de presentación de Inmortal?
Hola, estamos muy contentos e ilusionados, solo llevamos dos conciertos con mucha gente y la aceptación de las nuevas canciones y las nuevas/viejas, por llamarlas de alguna manera, es increíble.
Durante la pandemia mencionasteis una desconexión creativa que os hizo replantearos todo. ¿Qué enseñanzas personales y colectivas extrajisteis de ese periodo y cómo se plasman en Inmortal?
Al principio fueron unos momentos muy oscuros y difíciles. Sin ganas de hacer canciones, y las que salían eran horribles. Necesitamos mucho tiempo para reencontrarnos, sobre todo volver a los escenarios y volver a sentir las emociones que nos hizo tocar en Hamlet. Todo eso luego se ha visto reflejado en Inmortal sin ninguna duda. El disco es nuestra vida y nuestra raíz.
Habéis descrito el disco como una autobiografía musical. ¿Cómo creéis que ha evolucionado vuestra identidad a lo largo de los años y qué elementos de esa transformación son los más evidentes en este trabajo?
Nuestra evolución es ser nosotros mismos cada vez más, cada vez más reconocibles. Este disco suena a Hamlet por todos lados, este es su sello más claro.
Creo que ya lo pensasteis en 2015 tras la publicación de La ira, y pasó lo mismo en 2018 después de que viera la luz Berlín. ¿Es Inmortal el trabajo definitivo de madurez?
Siempre que sacamos un disco nuevo hemos tenido que llegar a esa conclusión antes de que la gente lo escuche. No sabemos qué es la madurez de un grupo, hay algunos que de maduros se hacen insoportables… jajaja, y nos daba miedo convertirnos en eso. Queríamos esta vez sonar frescos, directos y con esa intensidad que nos caracteriza, y llevarlo al límite
Inmortal parece simbolizar una especie de «resurrección» para Hamlet. ¿Cómo se refleja este concepto tanto en lo musical como en lo personal?
Es que es una resurrección, totalmente, y el reflejo es escuchar las canciones y vernos en directo. Es una resurrección o un volver a disfrutar de nosotros que nos ha ido tomando forma estos últimos años, después de los tiempos oscuros de los que hablábamos antes.
Habéis comentado que la gira de los aniversarios de Revolución 12.111, Insomnio y El Inferno os devolvió la magia y os reconectó con vuestros orígenes. ¿Podrías compartir algún momento o experiencia de esa gira que haya sido clave en este proceso creativo?
No hay un momento único, sino todos los momentos de esa gira. Los conciertos eran espectaculares, la reacción de la gente, como nunca la habíamos visto en los últimos años. Esto nos hizo el clic para hacer este disco, indudablemente.
La obra de Irene Bernad para la portada es enigmática y abierta a interpretaciones. ¿Qué mensaje o atmósfera queríais transmitir con esta imagen y cómo dialoga con la narrativa sonora del álbum?
Alguien dado por muerto que vuelve a vivir. Ese es el significado. Y es el significado de la historia de este Inmortal.
Grabasteis el disco en los Sadman Studios, con Carlos Santos al mando, buscando un sonido más orgánico. ¿Cómo influyó ese entorno en el resultado final?
Con Carlos Santos hay ya tal complicidad y conocimiento mutuo que desde la primera nota sabíamos que teníamos que hacer para que sonara así, agresivo, natural y real. Sin él hubiera sido otra cosa.
En Inmortal se aprecian guiños a vuestros trabajos anteriores. ¿Cómo habéis conseguido equilibrar la evolución sonora sin caer en un simple recopilatorio de vuestro pasado?
Porque somos los primeros en evitar copiar algo que ya hemos hecho, pero eso no quiere decir que quisiéramos volver a nuestra raíz y a nuestra emoción por Hamlet. Por eso evoca a muchos momentos, por personalidad e identidad propia.
La canción con coordenadas, aludiendo a Revolución 12.111, es un claro guiño a vuestra historia. ¿Qué importancia tienen estos recuerdos y referencias en la construcción de vuestra identidad musical?
¡Toda! Nos hemos dejado la vida, casi literalmente, por este grupo. Hemos remado en contra de muchos y contra muchas cosas. Pero desde el día uno la gente que venía a vernos se convirtió en nuestra inspiración, y eso no ha parado. Esta gente ha sido el motor de lo que somos, aquí no han habido padrinos ni ayudas extrañas ni dinero ni nada, solo tener una base increíble de seguidores.
A este respecto, ¿cómo explicas que el inicio de «Estigmatizado» me evoque tan intensamente el comienzo de «El color de los pañuelos»? ¿Se trata de un guiño intencionado a vuestro clásico de Revolución 12.111 —especialmente en la línea de bajo y la armonía vocal— o es una coincidencia surgida de forma natural en el proceso creativo?
No estoy de acuerdo que se parezca a «El color de los pañuelos» por una línea de bajo que también la hay en «Tu medicina» o en «Ser o no ser»… Lo que quiero decir que eso es Hamlet, y lógicamente nuestros desarrollos los hacemos nosotros y mejor que nadie que nos intente imitar. Para eso estamos nosotros, y esa es la prueba.
En el caso de «Paz y amén», el riff inicial recuerda a «Break Stuff» de Limp Bizkit, como bien indicaba nuestro compañero Abel en su reseña. ¿Fue una referencia consciente o simplemente una casualidad dentro del proceso compositivo?
El riff inicial recuerda ellos y a Beastie Boys, Snapcase, Helmet, Refused, Rage Against the Machine y tantísimas influencias que hemos tenido. Queríamos hacerle un homenaje totalmente en forma de canción.
Por cierto, si no ando errado, nunca habéis grabado una versión de otra banda. ¿Qué tema, nacional o internacional, actual o clásico, te gustaría reinterpretar bajo el prisma de Hamlet?
Sí hemos grabado versiones, una por ejemplo de otra de nuestras grandes influencias como son Nine Inch Nails. Y otra de un grupo clásico como son Judas Priest.
En esta gira de presentación no contáis con bandas invitadas, salvo en el reciente sold out en Burgos junto a Soziedad Alkoholika. ¿Qué se siente al compartir escenario con compañeros, amigos de esa talla? ¿Por qué habéis decidido prescindir de bandas invitadas en esta gira?
Un honor tocar con grandes amigos y con un pedazo de grupo como es S.A.. Los conciertos que hemos hecho con ellos no han podido funcionar mejor.
Con respecto a tocar solos, hay dos razones muy importantes: tocamos mucho tiempo y los cierres en las salas son mucho más temprano que hace años. También en algunas más pequeñas, por espacio era imposible. No queríamos llevar el algunas grupo invitado y en otras no porque sería hacer de menos a algunos.
La decisión de recuperar y regrabar «Sombras» refuerza la idea de un retorno a vuestros orígenes sin perder de vista la evolución. ¿Qué os motivó a darle una nueva vida y qué significado tiene su presencia en Inmortal?
Porque no queríamos tener semejante temazo fuera de un álbum, no hay otra razón.
Inmortal es un álbum corto, directo, sin rodeos. ¿Crees que esta duración compacta intensifica su mensaje, o en algún momento quisisteis extender más el viaje sonoro?
Nunca quisimos hacer un disco más largo, con canciones largas repitiendo partes o dando vueltas a desarrollos que hicieran un disco aburrido. Queríamos que la gente se lo volviera a poner y creemos que lo hemos conseguido.
La pasada semana le dedicamos un artículo especial a «Tu medicina», mi tema preferido de Hamlet y un auténtico himno del rock estatal, según mi opinión personal. ¿Cuáles son, en tu opinión, los tres temas que mejor representan ese estatus en el rock/metal español?
Pues estoy totalmente contigo, aunque es una opinión subjetiva, «Tu medicina», es sin lugar a dudas el que más. Luego ya, para mí, es más difícil… «Egosimo», «Antes y después», «J.F.»… afortunadamente hay unas cuantas, creo, y cada uno tiene sus preferencias.
Después de un disco que os ha permitido reconectar con vuestra esencia y con el público, ¿hacia dónde veis evolucionar a Hamlet en los próximos años?
La verdad que ahora responder esta pregunta con Inmortal recién salido es muy difícil. Lo que queremos es tocar mucho y que la gente lo disfrute en directo. Es decir… ¡que dure tiempo! Ya veremos en un tiempo…
Retomando el tema de la gira de aniversarios, ¿ves a la banda rindiendo homenaje en el futuro a Amnesia, La ira y Berlín, por ejemplo?
Los discos los tenemos para volver a ellos, pero tampoco te puedo decir a qué disco le haríamos un homenaje ahora mismo con este tan reciente.
Mañana viernes, Barcelona será testigo del tercer asalto de vuestra gira. Tras los primeros conciertos, ya habéis sentido el pulso del público y la energía del directo. ¿Qué sensaciones os ha dejado este arranque de gira y qué puede esperar Barcelona de esta noche que promete ser espectacular?
El inicio de la gira no ha podido ser mejor, mucha gente, y muy buena respuesta a todo el repertorio.
¿Qué recuerdos tenéis de vuestros shows en tierras catalanas? Se dice que el público catalán, el de Barcelona para más señas, suele ser un tanto frío…
Pues con nosotros siempre ha sido espectacular. Todas las giras han pasado, y varias veces, por allí. ¡Para nosotros es un día grande!
Esto es todo, Luis. ¡Mil gracias y nos vemos en unas horas!
¡Muchas gracias a vosotros!
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.