El año pasado tuvo lugar la primera edición del Rootsound Fest, un ciclo de conciertos centrados en estilos como la americana o el country rock que tuvo lugar en la sala Rocksound de Barcelona. Cuando se tuvo que cancelar toda la programación de la edición de 2020 por culpa del dichoso Covid, parecía que este año nos íbamos a quedar sin festival, pero al final los chicos de Producciones Acaraperro se han sacado de la manga un cartel nacional de pequeño formato que va a hacer las delicias de nuevo de los aficionados de estos estilos. Además, estos van a ser algunos de los últimos conciertos que van a tener lugar en nuestra querida Rocksound, que va a cerrar sus puertas en un par de semanas. Hablamos con Manel Celeiro, uno de los organizadores del festival.
¡Muy buenas, Manel! Antes que nada, quiero darte las gracias por dedicar algo de tu tiempo a contestar estas preguntas para nosotros. ¿Cómo ha ido el verano?
Pues bien, no hay nada que agradecer, es un verdadero placer poder charlar un rato con vosotros. ¿El verano? Pues extraño como ya debes imaginar, la situación que vivimos ha hecho que un periodo asociado al tiempo libre, a la naturaleza y al descanso haya transcurrido de manera muy diferente a la que teníamos en mente. Pero bueno, hemos disfrutado todo lo que se ha podido.
En principio anunciasteis que el Rootsound Fest (el ciclo de conciertos de country, americana, roots y bluegrass que celebráis en la sala Rocksound barcelonesa) no iba a tener lugar este año, pero al final habéis acabado por animaros. ¿Qué os ha hecho cambiar de opinión?
Bueno, era la decisión que se tomó en su momento cuando toda la programación internacional, que ya estaba cerrada, se nos vino abajo. Dimos muchas vueltas e incluso tuvimos la ilusión de esperar ya que pensamos alguna cosa podríamos hacer, pero el asunto empeoró y decidimos comunicarlo ya que había gente que nos preguntaba. Pero como todos los que formamos Producciones Acaraperro somos muy cabezones pues nos pusimos a pensar y decidimos que valía la pena llevarlo a cabo, por tener esa sensación de continuidad, por no darnos por vencidos, por no claudicar.
¿Cuál va a ser el formato y el calendario de esta segunda edición del festival?
El formato será el mismo, artistas que de una u otra forma están conectados con la música de raíces que es el hilo conductor del festival. Seguimos en Rocksound pero, obviamente, el formato queda afectado por las condiciones sanitarias. Primero en tener un aforo muy reducido, de ahí que haya artistas con dos pases programados, y con todas las medidas de seguridad, público sentado, mascarillas, gel hidroalcohólico, y segundo por poder contar solo con artistas nacionales. Agustí Burriel (Los Torontos, Velvet Candles) abrirá el ciclo el 24 de septiembre cantando una selección de sus canciones country favoritas, al día siguiente serán The Red Pig Crossing, con Xavi Ollé de Th’ Booty Hunters, que ofrecen un recital de puro honky tonk, el sábado 26 será Sergi Estella el protagonista, un joven de Rubí que se fabrica sus propios instrumentos y que le da al blues de forma enérgica y contundente recordando a Scott H. Biram o a Left Lane Cruiser. Un nombre reconocido de la escena blues catalana, Blas Picón & Three Time Losers, pondrá el punto final a esta segunda edición del Rootsound el domingo 27 de septiembre. Todas las entradas ya están a la venta en entradium.com a un precio de 10 euros y, hago un poco de promo con tú permiso, lo que asistan a los cuatro conciertos tendrán dos consumiciones gratuitas por gentileza de Rocksound y nosotros les obsequiaremos con una copia del doble compacto que recoge el concierto homenaje a Tom Petty que organizamos en la sala Apolo.
¿Cómo valoras la experiencia de la primera edición, llevada a cabo el año pasado, tanto a nivel de calidad musical, organización y respuesta del público? ¿Y cómo ves la escena barcelonesa y catalana de country rock, americana y demás estilos que cubrís en el festival? ¿Cómo se os ocurrió en un primer momento lanzaros con este proyecto?
La valoración no puede ser más positiva. El nivel artístico en general fue elevado y la respuesta del público fue muy buena. No nos podemos quejar. Tenemos claro que en Catalunya es un género minoritario, que nunca llegará a un público mayoritario pero sí que tiene su porción de aficionados, y a ellos nos dirigimos. Creemos que todo fluyó de forma correcta y nos quedamos con una gran sensación.
Respecto a la escena local de estos géneros pues creo, sinceramente, que vivimos un buen momento. Si consideramos el rock ‘n’ roll clásico, el rockabilly y el blues como música de raíces, que así ha de ser, pues en Barcelona encontramos bandas cojonudas. Y ciñéndonos estrictamente a los que podrían estar de alguna manera influenciados o encajados en la etiqueta “americana” tenemos verdaderas joyas en nombres como Marta Delmont, Joana Serrat, Roger Usart o Manolo Breis. Por no hablar de unas bestias del country punk como Th’ Booty Hunters, una formación al nivel de cualquiera venida de fuera. Y seguro que me dejo algunos nombres…
Bueno, ya sabéis que estamos “especializados” en música de raíces aunque programamos diferentes estilos siempre asociados al rock ‘n’ roll. Cuando empezamos a cerrar las fechas de las giras del pasado otoño vimos que nos coincidían en el tiempo, es decir que los teníamos en Barcelona entre septiembre y octubre, varios artistas. Y como siempre habíamos tenido en la cabeza hacer un festival, un ciclo o como quieras llamarlo pues… ¡bingo! Así nació el Rootsound Fest.
¿Cuáles son los mejores recuerdos que tienes del año pasado, tanto a nivel de conciertos concretos como de experiencias vividas alrededor del festival?
El primero ver que la gente respondió maravillosamente al acto de presentación del mismo en el OD Hotel de Barcelona y eso ya nos llenó de ilusión y fuerza para llevarlo a cabo. Sabíamos que no estaríamos solos pero la verdad es que no esperábamos tanto personal. Respecto a los conciertos pues creo que todos mantuvieron, como comentaba anteriormente, un nivel de calidad notable aunque es imposible no destacar los que ofrecieron Charley Crockett, Garrett T. Capps y Alice Wallace, puro oro sonoro para el que guste de esos sonidos. Entre los tres ofrecieron una panorámica global de lo que fue, es y será el género y que, pese a lo que algunos puedan pensar, se trata de un estilo que está muy vivo.
Y por último, al acabar el festival, muchos de los asistentes nos preguntaran si habría una segunda edición. Eso nos dejó un gran sabor de boca y la sensación, anteriormente comentada, de que aunque sea reducida existe una franja de público para el evento en esta ciudad.
¿Dónde viste que teníais más margen de mejora y (aunque ésta sea una edición extraña) cómo vais a trabajar en ello este año?
Bueno, pues la intención era básicamente en mejorar la oferta, intentar tener nombres más consolidados para la siguiente edición, y en poder obtener más cobertura en medios y redes para poder hacer llegar a más gente que el Rootsound existe. Y en mantener una relación calidad / precio de entradas adecuada a todos los públicos. Este año es complicado, el objetivo número uno, junto con Rocksound, es hacer que los conciertos sean lo más seguros posibles para el público a nivel sanitario. Aspecto que está que está garantizado. Y que, pese a las prisas hemos conseguido un cartel que estamos seguros que satisfará de sobras a todos aquellos que vengan a los conciertos.
¿Cómo te gustaría que creciera o evolucionara este proyecto con el tiempo?
Pues ahora mismo nos conformaríamos con consolidar su celebración en un futuro ante las presentes circunstancias. Que exista el Rootsound Fest 2021. Una vez conseguido eso pues nos remitiríamos a la anterior pregunta. Mejorar la oferta y la calidad, intentar crecer y poder pasar a salas de mayor aforo (¿a quién no le gustaría eso?), buscar apoyos que nos ayuden a hacerlo y que dentro del circuito europeo de roots nuestra cita fuera de aquellas que se llaman “obligadas”. Pero todo esto ahora mismo es un brindis al sol, hay que dar tiempo al tiempo…
A pesar de llevar solo dos ediciones, dentro del contexto Rootsound ya habrán pasado por el escenario de la Rocksound un montón de bandas y artistas de calidad. ¿Con qué artistas –realistas– sueñas para que un día formen parte del cartel de vuestro festival?
Bueno, la verdad es que como dices ya hemos programado durante los últimos años a algunos de nuestros favoritos del presente, hemos organizado conciertos de Jesse Dayton, Matt Woods, Band of Heathens, Cactus Blossoms, Dylan Leblanc, Scott H. Biram, Shawn James, Left Lane Cruiser, Cordovas, Jack Grelle, Tami Nelson, Daniel Romano, Don Gallardo, Malcolm Holcombe, Sarah Shook & the Disarmers, Bob Wayne, Matt Woods, Colter Wall, Woody Pines, Levi Parham, Luke Winslow King o los propios Charley Crockett y Garret T. Capps. Ahí ya nos salen un par o tres de Rootsound cojonudos, ¿no? (Risas) Pero puestos a soñar pues molaría poder tener algún día a Chris Stapleton, o que volvieran Sturgill Simpson y Pokey LaFarge. Aunque si hay una banda que reúna todas las características de la Roots Music y que nos encantaría poder hacer a todos los Acaraperro serían Los Lobos.
Como promotor al frente de Producciones Acaraperro, estás 100% afectado por el dramático parón que está trastabillando en estos momentos toda la escena alrededor de la música en vivo. ¿Cómo estáis viviendo ésta situación personalmente, y qué otras experiencias habéis estado compartiendo con las demás promotoras independientes afectadas por los mismos problemas?
Ante todo señalar que al frente de Acaraperro estamos tres personas, Eduardo Izquierdo, Silvia Beltrán y un servidor. Y, además, mi hermano Antonio de Rocksound ya hace un tiempo que es un Acaraperro de pleno derecho. A decir verdad la situación para nosotros es más sostenible que para otros, de eso no hay ninguna duda, no vivimos de esto, en nuestros estatutos consta claramente que no somos una entidad con ánimo de lucro. Todos los beneficios que se puedan generar se re-invierten en próximos eventos, ni se reparten dividendos entre los socios ni nos llenamos los bolsillos. Todos mantenemos, de momento que la cosa está muy mala, los trabajos que realmente pagan las facturas y el nacimiento de nuestra promotora se debe al amor que sentimos por la música, por seguir dinamizando la escena barcelonesa underground tras la muerte de nuestro querido amigo Javier Ezquerro y por poder traer a actuar a artistas y bandas que nos gusten.
Personalmente pues estamos en stand by, teníamos bastantes giras ya cerradas que se han quedado en el aire y estamos a la espera de ver si podemos re-programar algunas. Las experiencias son similares, todos estamos igual y con la sensación de incertidumbre y de caminar por al borde del alambre que tiene todo el sector. No se sabe cuándo va a terminar esto, ni de qué manera, ni cómo se va a poder poner en marcha de nuevo toda la industria cultural. Una situación que supone el plato en la mesa para decenas de miles de personas y sus familias y que es muy difícil de manejar. Un gran porcentaje además trabajadores autónomos y ya sabemos lo que es en este país trabajar por cuenta propia. Esperemos que pronto tengamos algo parecido a una solución.
Además del Rootsound, creo que no tenéis ninguna gira anunciada por el momento, ¿es así? Por lo que has podido observar, ¿cuánto tiempo crees que tiene que pasar aún hasta que podamos volver a disfrutar de giras internacionales al nivel que lo hacíamos hasta el año pasado?
Así es, como te decía en respuestas anteriores está todo parado. Nos queda, además del Rootsound, la presentación del primer disco de Rambalaya (que organizamos junto a Buen Ritmo) en la sala Razzmatazz el 4 de diciembre. Todo lo demás está cancelado.
No puedo decirte el tiempo, no lo sé yo ni lo sabe nadie, eso lo va a dictar lo que tarde la ciencia en comercializar la vacuna o bien un tratamiento efectivo contra el bicho. Sin alguna de esas dos cosas tener conciertos en las condiciones normales que todos conocemos va a ser imposible, y no te digo nada si hablamos de estadios o grandes festivales, durante un largo tiempo. Y los aforos reducidos pueden servir estos días como substituto de emergencia pero no para una programación continuada, no hay banda, artista o sala que resista ya que los ingresos que se generan son muy inferiores a los gastos. Las giras internacionales no cuadran números de ninguna de las maneras.
Este ciclo lo organizáis junto a la gente de la sala Rocksound, un negocio que se debe ver tanto o probablemente más afectado aún con toda esta historia. ¿Cómo observas que están viviendo esta dramática «nueva normalidad» desde la sala y cuáles son las perspectivas que tiene una pequeña sala de conciertos independiente ante toda esta situación?
Bueno, en el momento en que publiques esta entrevista ya se habrá anunciado el cierre de la Rocksound como sala. Si bien es más por el motivo de la reactivación del Plan 22@ de Poble Nou que por la pandemia en sí misma todo acaba sumando. Su situación era crítica, como la de todas las demás, cerrada un montón de meses, con todos los conciertos previstos cancelados y pudiendo abrir actualmente con horario reducido y con un aforo mínimo que ni siquiera cubre los gastos del día. Y con las facturas habituales, alquiler, agua, luz, impuestos, autónomos, que no dejan de llegar. Muy negro el futuro de las salas, grandes o pequeñas, si esto no se resuelve en poco tiempo. E incluso una vuelta a la normalidad será lenta y con muchas dificultades
¿Qué tipo de medidas crees que se deberían adoptar para parar un poco la sangría que se vive en el sector, tanto a nivel de administración como en cuanto a presión por parte de todos los actores afectados?
Obviamente pasaría por una ayuda decidida y firme de la administración y de las entidades financieras. Pero eso también tiene sus inconvenientes… ¿Cómo se reparten esas ayudas? ¿En función a qué criterio? ¿Se ayuda a la iniciativa privada o se dedican los recursos a la cultura de ámbito público? Creo que debería ser algo mixto y en la que todo el sector se viera implicado, y con una apuesta seria por parte de la administración por facilitar en la medida de lo posible la puesta en marcha de salas, teatros y cines en unas condiciones en que los números pudieran cuadrar. Pero es muy complicado, yo veo en las noticias cosas como: «En UK se dedican nosecuantos millones de euros a las salas de conciertos», «En Francia la cultura se ve apoyada por una inyección de…» pero no sabemos la letra pequeña de esas ayudas. Ni como son en realidad. Con otro aspecto añadido, muchas de las salas de conciertos que hay en España son discotecas o salas de fiestas. Con lo que el poder realizar conciertos solo supondría una pequeña parte de sus ingresos ya que su medio de vida principal son las horas de bailoteo. Asunto que provoca otro error de cálculo, se ha alineado a la música en vivo, el teatro o el cine con el ocio nocturno y eso no es así. No es lo mismo un concierto, una película o una obra que mil personas bailando en una discoteca. Además de dar por sentado que eran unos espacios “peligrosos”. ¿Por qué razón? ¿En que se basan para presuponer eso? Otro tema a debatir es porqué se permiten unos eventos y otros no, y no hablo de los que observan las medidas de seguridad, todos hemos visto imágenes de plazas de toros abarrotadas o de conciertos para los que parece que no hay reducción de aforo ni medidas sanitarias.
Presión por parte del sector se puede y se debe hacer, lo que no tengo tan claro es como… ¿Una huelga si está todo cerrado? ¿Manifestaciones en la calle?… No veo algunas que sean claramente efectivas…
¿Cómo crees que todo este tinglado del Covid va a afectar la manera en que funciona el negocio de la música a todos los niveles? ¿Qué tipo de re-invenciones crees que deberán llevar a cabo cada uno de los actores implicados para conseguir sobrevivir?
Estoy seguro que de encontrarse vacuna o tratamiento efectivo todo seguirá igual que antes en poco tiempo, los seres humanos somos así, no aprenderemos nada y en unos meses estaremos echando unas chanzas hablando del Covid. Así ha sucedido con otras tragedias. Pero habría que darse cuenta de que a pesar de los miles de millones que factura y de los puestos de trabajo que crea esta es una industria tremendamente frágil, con poca red de seguridad, y si un simple partido de fútbol o una tormenta imprevista puede significar que un concierto venda más o menos entradas o un festival se celebre pues imaginad algo tan serio como una pandemia. Si se mantienen las medidas actuales durante más tiempo pues es toda una incógnita, las salas cerrarán en un alto porcentaje y por lo tanto el circuito de invierno se verá seriamente afectado, los festivales lo tendrán crudo y los músicos y toda la gente que vive de esto tendrán que pensar en otra cosa. ¿Re-inventarse? ¿Cómo? Es complejo, las giras multitudinarias son inviables por mucha imaginación que le pongas… ¿Se bajarán los cachés los músicos para que salga a cuenta tocar ante audiencias reducidas?, ¿Se pueden programar giras sin saber si cuando llegue la fecha se podrá hacer? Y así un número enorme de cuestiones… Y no, el streaming no me vale…
Quizás sea la hora de una entente entre las bandas locales (o estatales) y el circuito que quede en pié para poder mantener una oferta sostenida y viable, reduciendo costes, dando dos o tres conciertos en la misma ciudad o sala, teniendo formato acústico y eléctrico para adaptarse a diferentes espacios… la verdad es que es un momento en que no sabes que pensar ni que soluciones pueden ser las mejores.
Y ya más en el terreno personal, ¿qué opinión tienes de toda esta pandemia y su gestión a nivel político, sanitario, mediático y social? ¿Hay algo que te haya llamado especialmente la atención en este sentido? ¿Qué conclusiones crees que podemos sacar y qué podemos aprender de todo esto? ¿Cómo crees que será el mundo post-Covid?
Pues que nos ha pillado a todos con el paso cambiado. Nunca nadie creyó (creímos) que iba a ser tan grave, como mínimo en esos primeros meses de irrupción en que afectó a los colectivos más débiles y la mortalidad era espantosamente alta. Y por tanto todos los gobiernos del mundo han ido dando, y dan, palos de ciego según se va desarrollando tratando de encontrar la fórmula de contener los contagios. Todos se han equivocado, todos, y todos han ido tomando decisiones más o menos acertadas cuando sabían alguna cosa más. Claro que hay países que han logrado una incidencia menor, nuestros vecinos de Portugal por ejemplo, pero no se puede comparar, cada estado tiene sus propias particularidades que lo hacen diferente. A nivel sanitario agradecimiento eterno a todos los que trabajan en el sector, una vez capearon el primer temporal a base de mucho esfuerzo y dedicación ahora ya saben a qué se enfrentan, tienen un poco más de experiencia y eso se notará. Su profesionalidad y entereza ha suplido la alarmante falta de recursos que tienen. Eso sí, imperdonable que superada la primera oleada no se tenga un mejor sistema de detección y, sobre todo, de rastreo para la contención rápida y eficaz de los lógicos rebrotes.
Como sociedad soy de los que piensa que nos hemos portado bien en general, tanto en el confinamiento como ahora, y que el comportamiento incívico de una minoría no debe empañar el resto. Que se nos criminalice como sociedad me parece tirar balones fuera por parte de los políticos, «hemos puesto las medidas pero como ustedes no cumplen pues se siguen contagiando»… Esto, amigos, no va así.
Dos puntos y aparte, uno para los medios de comunicación, buscando carroña, muertos y contagios como si no hubiera un mañana en aras de más audiencia, más clicks, más me gusta y más mierda. Su papel es vergonzoso, especialmente el de algunos, solo espero que alguna vez lo paguen, aunque lo dudo. Hacen lo mismo con cualquier tema, sea político, deportivo o social. Es una vergüenza en lo que se ha convertido la profesión. Y otro para la oposición al gobierno, su penoso papel ha sido incluso noticia y ha sido comentado a nivel internacional, en lugar de arrimar el hombro ante tamaño desastre pues nada… Acoso y derribo, a ver si ganamos algunos votos…
¿El mundo post-Covid? Pues hay dos opciones, como decía antes que nos lo echemos todo a la espalda y olvidemos lo que ha pasado una vez tengamos la cura o la vacuna o, la segunda, que se haga una reflexión global y se aprenda de los errores. Con mi experiencia en los años que llevo en el planeta tierra pues creo que va a ser la primera.
Bueno, pues esto es todo. Muchas gracias de nuevo por tu tiempo, y muchísima suerte con el Rootsound y con todos vuestros planes de futuro. Espero que pronto podamos volver en la medida de lo posible a la «vieja normalidad». ¡Un abrazo!
Gracias a vosotros. Pues sí, hay que ser optimistas y pensar que superaremos esto de la mejor manera posible. No dejéis de apoyar la música en vivo y la escena local. Un saludo, y de nuevo… ¡Muchas gracias!
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.