Belchite es un pueblo de Aragón que quedó prácticamente destruido durante la Guerra Civil española pero cuyas ruinas todavía se pueden visitar. También es el nombre que ha escogido Rubén, cantante de La Inquisición, para su proyecto en solitario fruto de la pandemia. A continuación nos explica más detalles sobre el disco que acaba de publicar.
Cantante de Malchance, Secret Army, La Inquisición, y ahora con proyecto personal llamado Belchite. ¿Me olvido de algo importante en el currículum musical de Rubén Aragonés?
He tenido varios proyectos de reggae y ska, que es un poco mi otra vertiente. A parte de las músicas ruidosas u oscuras, hago un podcast de ese rollo que se llama RLP. Toqué en bandas como Malarians, Peeping Toms, o Rubén López & The Diatones. Rubén David Aragonés es mi nombre real, Rubén López es mi alter-ego del reggae y todo ese rollo… Realmente llevo desde los 15 años haciendo cosas de música y nací en el ’77, así que si haces cálculos…Yo qué sé, ¡son muchos años! Pero me gusta explorar estilos distintos y conocer distintos terrenos.
¿Es Belchite un fruto de la pandemia y de las muchas horas muertas de confinamiento o la idea ya rondaba antes por tu cabeza?
Siempre he hecho temas en casa con mayor o menor frecuencia, que luego han acabado en alguno de mis proyectos o no, pero el verano pasado, sin poder tocar, hastiado y cansado, decidí hacer estos temas y llevar este proyecto adelante, así que sí. Se podría decir que es un proyecto “pandemial”.
Belchite es una propuesta acústica, rollo cantautor. ¿Crees que gustará a los fans de la música de La Inquisición o está dirigida a otro tipo de público que no escucha punk habitualmente?
La verdad es que no lo sé, la peña tiene su propia cabeza a la hora de escuchar música y yo no estoy dentro de ella y tampoco pienso demasiado en eso, pero creo que a la gente que le mole la música oscura y las letras de La Inquisición le puede hacer gracia pasearse por Belchite.
En el LP hay canciones dedicadas a la calle Fernando Poo y a Don Drummond de The Skatalites. También has compuesto otro tema en memoria de la poeta muerta Patricia Heras que no está en el disco. ¿Por qué esos homenajes/referencias y por qué “Patricia” no aparece en el LP?
Casi todas las letras hablan de cosas muy personales. Fernando Po era la calle donde vivía mi tía Rossi y habla de los sentimientos que tuve cuando mi hermana y yo estábamos recogiendo cosas de la casa después de que muriese. Los huesos de Don D. habla de mi amigo Edu Maffiotte, que murió el verano pasado y se basa en conversaciones de furgoneta, tristeza extrema y recuerdos. Respecto a “Patricia” sí que es un homenaje que quise hacer y lo grabé a parte del disco; de hecho, primero lo grabamos en video y luego yo grabé la canción.
¿Cómo han ido los conciertos de presentación que has podido dar hasta la fecha?
La verdad es que al no esperar absolutamente nada, pues muy bien: volver a salir, la sinergia de tocar esas cosas, ver a viejos amigos. Ten en cuenta que todo era para aforos super reducidos, que por otro lado es agradecido para este formato, con la peña sentada y eso. En general, bien.
¿Cuántas veces has estado en Belchite? A mi también me dejó fascinado la mística del lugar cuando lo visité por primera vez. Supongo que sabes que hay una banda de hardcore punk de Zaragoza que también se llama Belchite, ¿verdad?
¡Me he enterado hace poco! Una peña que hacen como D-Beat y así, ¡tienen un buen nombre desde luego! Nunca he estado ni en Belchite ni en Velmez, que es el otro nombre que barajé para el proyecto, pero me flipa todo ese rollo de la España negra y bizarra, los claros/oscuros y esa especie de rollo siniestro, claustrofóbico y angustioso.
Este es un proyecto en solitario. ¿No era mejor guardar todas esas ideas y letras para el próximo disco de La Inquisición?
Creo mucho en la conceptualidad de cada historia y estas letras las tenía que hacer yo solo, de hecho, sólo he grabado siete temas pero tengo bastantes más. Como comentaba antes estas son letras muy personales que hablan de momentos vitales concretos y de cosas concretas; en La Inquisición ahora mismo estamos en otros momentos vitales y otras cosas que desde luego se reflejarán en las letras del próximo disco.
Tienes una relación especial con la banda de hardcore de Madrid Proudz. Colaboraste en “Madriz’83” para su primer disco Solo los fuertes cuando cantabas en Malchance y ahora también metes voces en un tema del álbum que acaban de sacar. ¿De dónde viene ese colegueo?
Soy de Madrid, mi primer grupo lo hice con Jesús de Versvs y he estado toda mi vida involucrado en el punk y el hardcore. Proudz pertenecían a toda esa escena y éramos todos colegas, a parte me iba mucho a montar en bici con el Rana, de hecho la letra de “Madriz ’83” la hicimos un día que veníamos de montar en bici, en casa de sus padres. Para el último disco me comentaron si quería meter unas voces y yo, ¡pues encantado!
En las fotos promocionales y en los videoclips siempre te veo vestido de color negro, rodeado de ruinas arquitectónicas y hablando sobre la muerte. ¿No hay luz en la vida de Rubén Aragonés? ¿Ya no hay esperanza para este mundo?
No lo sé, últimamente estoy pasando por una época mentalmente muy jodida, estoy intentando dejar las drogas que me han llevado a destruir una parte importante de cosas y de gente que quiero. Generalmente soy un tipo jovial, pero tengo una mente llena de inquietudes siniestras y una vida que me lleva a escribir casi todo desde la oscuridad mental. No soy un tío timidín que se viste de negro y está afectadito por una cuestión estética, la estética refleja en gran parte mi obsesión por dejar de existir de una puta vez y que me dejen en paz, en ese silencio que hay tras la muerte, es una imagen mental que me tranquiliza.
Cuando se acabe la pandemia y se pueda volver a cierta “normalidad”, ¿hay recorrido para Belchite? ¿O volverás a estar concentrado al 100% con La Inki?
Ya veremos, ¡de momento vamos día día! Pero con La Inquisición sigo concentrado al 200% y tenemos ideas y cosas que aún no podemos desvelar…
Miembro fundador y uno de los máximos representantes de la Valiente Crew. Escribí mi primer artículo sobre música a finales de 1998 y era una crónica sobre el concierto que dio Agnostic Front en la sala Roxy de Valencia, mi ciudad natal. Desde entonces he redactado más de 1.000 artículos entre reseñas, crónicas y entrevistas sobre la escena Hardcore punk.