A sus 61 años, el Dios de la guitarra Steve Vai sigue estando en el Olimpo de los más grandes, y para demostrarlo nos viene con su nueva obra Inviolate (2022), un gran disco con grandes participaciones y en la que vuelve a sorprender a la comunidad rockera con el ya célebre “Knappsack”, un tema tocado con una mano pues estaba convaleciente de la operación de hombro… ¡Pero claro! Si le llega su nueva guitarra tenía que probarla.
Vai me recibe en su estudio vía Zoom y afirma que la pandemia no le va mal a quien disfruta de las horas de estudio. Caballos, su paso por la universidad de Berklee, dioses griegos o su gira mundial de la que afirma que puede ser la última de estas características, pues espera dar unos 250 conciertos este próximo año y medio. Natural, comunicativo y encantador.
Hydra, Zeus, Apolo… Mirando los nombres de las canciones parece que esta vez los dioses griegos y la mitología helénica han sido una inspiración para ti. ¿Ha sido así?
La verdad es que me resulta divertido porque no tengo afinidad ninguna hacia los dioses griegos y todo eso. Obviamente que me parece todo muy cool ya que cuando era jovencito los estudié un poco. Me encantaba ver esas películas clásicas en las que aparecían todos esos monstruos míticos como la Medusa o la película Clash of the Titans. Me encantaban todas esas películas… Así que cuando empecé a darles nombres a las canciones aparecieron esos nombres, pero te diría que en ningún caso fue algo premeditado. Simplemente ocurrió… Me vi en la situación de que llevaba tres canciones con referencias míticas al helenismo.
Estaba escuchando lo que terminó siendo “Zeus in Chains” y me preguntaba que cuál podría ser el título de la canción. Y la misma canción me dijo: “Mi título va a ser ‘Zeus encadenado’” (risas). Ese era el nombre correcto. Y es que lo que sonaba era como si Zeus estuviese encadenado, especialmente por la sección central del tema. Y por otro lado tenía a mi mujer que monta este caballo que tenemos en el granero y que se llama “Apollo in Color”. Me encanta ese nombre: “Apolo en colores”, es genial. Vi entonces que era un título perfecto para una canción. Y así terminé titulando la composición, como el caballo. Sonaba genial y era apropiado para esa canción. Luego vi que me estaba metiendo de lleno con la mitología griega y me dije: “pues vamos allá” (risas).
Me parece muy interesante puesto que los caballos han sido fuente de inspiración para muchas grandes canciones. ¿Entiendo pues que te gusta montar a caballo?
¿Yo? A ver… lo respeto mucho, pero yo no monto a caballo. Yo soy más de pensar en el por qué este animal va a ser capaz de llevarme a algún sitio… Entiendo la pasión de mucha gente por los caballos y mi esposa (Pia Maiocc, primera bajista de Vixen) está realmente metida en ese mundo. Tiene dos caballos y es su pasión, pues ella soñaba con ello desde pequeña, pero no es lo mío.
El primer single es la canción más impactante: “Knappsack”. Un tema escrito para una sola mano ya que necesitabas una cirugía correctiva en tu hombro derecho. ¡Es una pasada! ¿Qué harás en los conciertos? ¿Vas a tocar la canción con la mano izquierda solamente?
(Risas) Pues la verdad es que todavía no me lo he planteado. Esto va a ser algo que tengo que pensar mucho en las próximas semanas porque cuando la compuse y la grabé estaba con el cabestrillo ya que la mano derecha era imposible usarla. Acababa de pasar por el quirófano, pero claro, también recibí en ese momento mi nueva guitarra: la alucinante Onyx Black PIA3761 de la marca Ibanez. (Gran momento pues la busca, llama a un tal Greg, pero la encuentra antes y me hace una demostración).
Piensa que recibes esta alucinante guitarra y no la puedes tocar. Las ganas de probarla me hicieron empezar a trastearla con la mano izquierda. Entonces me di cuenta de que podía escribir una canción con solo una mano. No es tan difícil. Usas el estilo legato, vas poco a poco, vas imaginando la canción y sencillamente sucede: una canción completa para una sola mano. No creo que sea espectacular lo que he hecho. Mucha gente puede hacerlo si lo practica un poco. Si hay voluntad para hacerlo se puede. Pero he visto mucha fascinación en este tema… De verdad que ha sido un gran logro. No había más salida a eso, yo estaba convaleciente, sin una mano… pero quería probar la guitarra y grabar algo.
El vídeo de esta canción lleva ya unos dos millones de visitas, ha sido un éxito…
Sí… ha sido una sorpresa inesperada porque un artista se puede sentar a grabar partiendo de unas ideas que él considera que son buenas, pero… nunca sabes cómo va a ser la reacción de la gente. Nunca sabes realmente si a los fans les va a gustar o no. Tienes que moverte con tus propios instintos, eso es lo que yo hago. Siempre he sido muy afortunado con ello, antes y ahora. Es el conseguir algo que conecte. Después de canciones como “Candlepower” y “Knappsack” de verdad que me preguntaba que qué podría hacer después de esto… Y mira, luego hice “Teeth of the Hydra” y me parece una de las canciones más fascinantes que haya hecho nunca.
¿Tienes en mente los próximos singles del disco? Apuesto por mi favorita: una hermosa y suave canción llamada “Greenish Blues”.
Oh, ¡muchas gracias! ¿Quieres que te cuente sobre qué va la canción?
¡Claro!
¡Vale! “Greenish Blues” empezó gracias a una de las cosas que más me gusta hacer cuando estoy de gira, y no es otra la prueba de sonido, entrar a tocar cuando la banda ya ha probado. Yo camino por el escenario y veo que mi guitarra está caliente, allí, preparada para ser tocada. Y grabo todas y cada una de las pruebas de sonido. Cojo la guitarra y no tengo ni la más mínima idea de lo que voy a tocar, así que empiezo y la banda me sigue. Te lo digo porque a veces surge de allí un material alucinante e improvisado. Otras veces es una mierda absoluta, ya te lo digo… Cuando la gira termina me dedico a escuchar todo lo grabado en las pruebas de sonido y de allí surge el “Greenish Blues”.
Es una progresión de acordes con la que empezamos y es una larga improvisación en forma de solo. Yo ya noté algo divertido, lo noté desde hacía ya algún tiempo, pero siempre desde mi perspectiva, era una sensación hacia esa composición. Piensa que cuando estoy solo tocando mi guitarra o estoy en una prueba de sonido no hay gente a tu alrededor, no es un concierto como tal. Entonces creo que hay una cierta tendencia a conectar con tu instrumento de una forma totalmente diferente a la que cuando hay gente delante. Así que escuché lo que habíamos grabado en esas tomas y la parte de guitarra, desde la introducción al solo, es virtualmente lo que grabamos en esas sesiones de lo que sería finalmente “Greenish Blues”. Pero la calidad de la grabación era realmente mala.
La banda estaba fría, los micrófonos no estaban en su sitio… No podía utilizar lo grabado, pero me encantaba la canción. Y la titulé como “Greenish Blues” porque de alguna forma hay una atmósfera muy bluesy y la progresión es totalmente de blues. También te confieso que no soy un bluesman auténtico. No lo soy, o si más no, soy peculiar, en el estilo. El blues que a mi me gusta siempre está más orientado hacia el rock. Uno de los colores a los que yo me siento más asociado es el verde. Con los años considero que el color que puede representar mi sonido y mi música es el verde. Así que decidí titular a la canción como “Greenish Blue” porque ni es un blues ni tampoco es nada convencional. Suena más a lo que yo suelo hacer, y por lo tanto es más verde (risas).
¿Cómo recuerdas aquellos tiempos en Berklee College of Music de Boston? ¿Definitivamente tus habilidades musicales mejoraron con tu paso por esa prestigiosa universidad?
¡Sí! Muchas cosas mejoraron en mi paso por Breklee. Desde la perspectiva musical te diría que lo que más destacaría es el ambiente musical que se respiraba en el lugar. Eso fue lo más importante: la atmósfera. Piensa que allí estabas rodeado de todo tipo de músicos. Gente que tocaba el fagot, guitarra, batería, teclados, violín… Así que podíamos experimentar mucho, y claro, allí todo el mundo quería tocar y tocar con otra gente. Esa fue la mejor educación que uno puede tener: juntarte con otra gente diferente y tocar. De todas las cosas que aprendí en la teoría y los contenidos a estudiar en Berklee considero que solo me sirvieron unos pocos ya que ya venía con mucho aprendido.
Yo había estado estudiando música desde séptimo grado. Y una de las grandes ventajas de mi paso por Breklee, musicalmente hablando, fue su biblioteca musical. Allí estaba todas las partituras que quisieras de cualquier artista ya fuera clásico o de jazz… cualquiera cosa que quisieras. Y podías ir allí y llevarte las cintas, cinta por cinta y escucharlas. Fue entonces cuando me acerqué a muchísima música diferente, música que no sabía ni de su existencia. Eso fue una gran educación y otra de las grandes ventajas que ofrece Berklee a un joven estudiante es el mero hecho de ir a la escuela. Es el principio de tu independencia como persona pues estás lejos de casa. Dejas atrás las comodidades de tu hogar y muchas veces es el irte a otro país, otra cultura incluso y rodeado de muchas personas diferentes. Aprendes mucho de la independencia y hay cosas que se vuelven muy importantes para ti. Berklee fue muy bueno para mí.
Yo siempre lo he visto como el cielo de los músicos noveles. ¿A qué edad entraste allí?
Acababa de salir del instituto así que tendría unos 18 años.
El 27 de enero comenzará la gira de Steve Vai en Las Vegas y harás 54 shows sólo en los Estados Unidos. Es una gira realmente larga. ¿Crees que será posible hacer una gira europea en mayo o junio?
54 conciertos yo te los hago sin problemas (risas). Eso es solo el principio de la gira. Yo espero en esta gira es hacer unos 250 conciertos, y sí, la primera parte es América del Norte. Luego hay planes para girar por otras partes, pero veremos cómo está la cosa pues las cosas pueden cambiar. Lo que sí es definitivo es que en mayo me voy a Holanda a grabar junto a una orquesta, así que para junio estamos mirando hacia Europa de cara al verano. Luego vendría América del Sur, México y el resto del mundo.
Esta vez voy a tocar en África y a sitios en los que nunca he estado. Y de verdad que de sitios en los que no he estado me quedan muy pocos, créeme. Así que probablemente esté ante mi última gran gira. Voy a estar fuera durante un año y medio. Voy a tocar en lo mas profundo de China, Rusia, Siberia, Indonesia, India… Me encanta tocar en estos sitios tan exóticos. Pero también te digo que ya es suficiente para mí. A ver, te lo digo en el sentido de girar durante un año y medio completo, seguiré girando, pero no durante tanto tiempo seguido.
Te he visto tocar en Youtube junto a una orquesta, pero si echamos un vistazo a la historia, la guitarra no ha sido un instrumento que tuviese protagonismo en la música clásica. ¿Crees que hoy en día la guitarra es un instrumento que tiene más respeto y cabida dentro de la música clásica?
No. Solo ha tenido presencia en la música clásica si el compositor ha decidido que la tenga. Y en el pasado eso nunca ocurrió. Y nunca se utilizó la guitarra eléctrica en la música clásica, incluso hoy en día. Pero una de las más grandes cosas de ser un compositor es que puedes hacer lo que te dé la gana. No hay reglas. Importa el hecho de que la comunidad de compositores busca actualmente el ser original y cosas diferentes. Cuando yo compuse Sound Theories, mi disco orquestal con guitarra, en Holanda, un buen amigo lo organizaba todo. Él hizo que todo se llevara a cabo. Una vez tenía el disco yo se lo mandé a varias orquestas, y el mundo ya lo tenía. Así que fui invitado a muchos sitios para tocar ese disco con orquestas de todo el mundo.
Tuve que empezar a declinar invitaciones porque no había tiempo para hacerlo, pero de verdad que disfrutaba con ello. Es realmente difícil conseguir el balance adecuado entre una orquesta y una guitarra solista eléctrica. Tienes que ser muy cauteloso o todo puede llega a sonar como una mierda. Puede llegar a sonar todo como a “un guitarrista que no sabe lo que está haciendo junto a una orquesta que sabe perfectamente lo que está haciendo para él”. Y eso no es lo que quiero que la gente perciba. Yo compongo música desde que tenía 9 años, me encanta componer y siempre he amado el poderlo hacer.
Es algo enorme, expresivo y creativo. Necesita una cierta dedicación y de estudio para ello, pero tampoco mucho. Es cuestión de imaginación. Y no vas a poder escuchar mucha música de orquesta con guitarra eléctrica, pero es más como si la orquesta y la guitarra fueran por su lado. Venga, va… Dime a guitarristas o bandas que conozcas que hayan tocado con orquestas de verdad. Los únicos que sé que lo han hecho muy bien serían pocos y te diría que Uli Jon Roth (Scorpions). Uli tiene mentalidad de director de orquesta y él sí que sabe meter una guitarra eléctrica dentro de una composición orquestal, y lo hace de una forma increíble. Lo siento, pero a nadie más lo he escuchado capaz de hacer algo así (risas).
¡Espera! Hay otro grupo: ¡Nightwish! Lo hacen realmente bien. Mi esposa siempre encuentra bandas excelentes y se fue a un concierto de Nightwish y yo empecé a escucharles luego y me quedé muy impresionado. La producción es alucinante. Es muy difícil el conseguir que las guitarras suenen tan bien junto a una orquesta. Y no es que hagan que la cosa suene bien… es que hacen que eso suene increíble. Gran trabajo, Tuomas Holopainen (risas).