Entrevista a Timo Kotipelto, vocalista de Stratovarius (II): ‘A ÉL le empezaron a venir unas ideas muy locas y todo empezó a volverse muy complicado’

En esta segunda parte ahondamos en los años gloriosos de Stratovarius, los del platino, los números 1, los de arrasar en Japón, ser copiados por la siguiente generación y ejemplo del poder del power metal. Llegaron a ser capaces de mirar de tú a tú a grupos como Helloween y Gamma Ray, auténticos símbolos y dominadores del estilo.

A finales de los 90 y principios del 2000 encabezaban festivales, llenaban grandes recintos y parecían no tener techo con una formación sencillamente estelar. Estuvieron en las más grandes discográficas de esos años y hasta llegarían a entrar en listas españolas. Parecía imposible que todo se viniera abajo… pero sucedió.

Toca hablar de los discos casi perfectos, los Elements que empezaron a mostrar cierta fatiga, el accidente de Timo Kotipelto en Wacken o ese desastre llamado Stratovarius de 2005 en el que el grupo literalmente explotó. También de los años bipolares en los que Timo Tolkki hizo locuras de todo tipo, ¡incluyendo cuando Timo Kotipelto fue expulsado y sustituido por una señora llamada Miss K!

 

Disfruté mucho vuestra etapa maravillosa de los 90… Os vi más de 20 veces en directo, pero el gran recuerdo que tengo es el de entrar en la sala, en mi primer concierto de heavy metal y verte a ti sobre el escenario cantando “Will the Sun Rise”. Muchas de esas veces que os vi fueron en el festival alemán de Wacken. Todavía recuerdo, y creo que fue en el año 2000, que mientras cantabas, te quemaste con la pirotecnia. Un accidente importante, pero a pesar de ello terminaste el concierto.

Debería consultarlo en Internet, pero yo diría que fue en el año 2000. Básicamente el tema fue que antes de ese concierto ya usábamos pirotecnia, pero para Wacken añadimos mucho más fuego y en diferentes zonas de las habituales. Había una hilera de pirotecnia delante de la plataforma de la batería y yo tenía mi micrófono allí cerca, por lo que fui a buscarlo. Justo en el momento que cogía el micro la llama de magnesio me dio en el brazo, a 1600 grados centígrados. Me dio en esta área del brazo y allí había humo y burbujas. Lo bueno es que el brazo paró el golpe y la llama no llegó a mis ojos y cejas. Es que podía haber perdido la vista…

Yo recuerdo que hubo esa explosión y luego que salí corriendo para detrás del escenario y vi que aquello parecía la piel de un sapo con todas esas sus burbujas humeantes, y vino nuestro orondo tour manager alemán diciendo “What the fuck!” y me puso una toalla húmeda. Estábamos cantando “S.O.S.” (¡muy apropiado tema!) No pude cantar el primer verso ni el puente, pero ya llegué para el estribillo y aguanté el resto del show. Eso dolía muchísimo, pero en ese momento estás lleno de adrenalina, por lo que seguí cantando.

Cuando terminó el show vino la ambulancia, me dieron calmantes y desapareció el dolor. Me llevaron al hospital para quitarme los restos de piel quemada, me pusieron unas vendas y me dijeron que estaría así un par de semanas. El problema vino luego porque teníamos programada una gira por Sudamérica y el doctor me aconsejó que no saliera de gira porque el riesgo de infección bacteriana era enorme al tener que dejarlo al aire varias veces, así que tuvimos que cancelar toda esa gira.

Fue una lástima. Actualmente tengo una falta de pigmentación en esa zona y me ha quedado todo blanco por lo que me tengo que poner mucha protección solar. Factor 50 o meter la mano en el bolsillo. Cuando voy andando tengo que recodarlo y protegerme del sol. En fin… estas cosas pueden suceder.

Discos como Visions o Infinite llegaron al número 1 en las listas finesas. En esos días parecía que estabais en vuestro mejor momento, pero luego, me da la sensación que todo empezó a cambiar para mal con los dos Elements. ¿Me equivoco?

Sí… a ver cómo lo digo… A él (Timo Tolkki) le empezaron a venir unas ideas muy locas. Creo que quería terminar el contrato con el sello discográfico, yo no entendía el por qué, y empezó a querer grabar un disco doble, y los de Sanctuary no lo veían como una buena idea, cosa que compartía con ellos.

Y bueno… todo empezó a volverse muy complicado en los años posteriores. Obviamente en esos tiempos yo no sabía lo que estaba pasando hasta que me di cuenta de que él padecía una enfermedad mental de la que ha llegado a hablar de una forma abierta y pública. Te diría que todos aquellos años fueron… ¿Interesantes? O mejor… complicados.

Uno de los grandes despropósitos que recuerdo de esos tiempos fue cuando Tolkki anunció que te había despedido y que había fichado a una tal Miss K como vocalista de Stratovarius… ¿Qué llegaste a pensar en aquél entonces?

Obviamente me enfadé muchísimo ya que no nos había dicho nada ni a mí ni a los otros –Timo abre las manos y pone cara de total sorpresa-. Es que no daba crédito… Llegó a hacer muchísimo daño a toda la banda. Habíamos llegado a un altísimo nivel de popularidad y él lo tiraba todo por la borda. Llegué a perder cierto interés por el grupo y fueron tiempos muy difíciles.

Y ahora, después de tantos años malos, estoy encantadísimo de poder estar aquí charlando contigo y con otros periodistas y ver que mantenéis el interés por Stratovarius. De verdad que ha sido un largo viaje…

Pero ahora tenéis una formación muy estable y potente y desde hace unos años que podemos hablar de un nuevo inicio. Bien… y hablando de momentos bajos… posiblemente el más bajo de todos sea cuando sacáis el disco Stratovarius de 2005, ¿no?

Estoy completamente de acuerdo. Es qué no sé qué quería hacer él. Quizá quería hacernos sonar como Megadeth o Metallica y eso es imposible. Tenemos nuestro propio sonido y ellos el suyo. Y estoy absolutamente de acuerdo con lo que dices: si tengo que señalar un disco como el peor de toda nuestra carrera, es este, sin ninguna duda.

Suelo hacer un reportaje sobre canciones perfectas de cada grupo y tengo algunas en mente de Stratovarius. Pero más allá de mi opinión personal, me gustaría saber la tuya: ¿Qué canciones Stratovarius son las más perfectas?

Sí… la verdad es que hay muchas. Pero yo sigo amando especialmente “Hunting High and Low”. Por otro lado, estoy muy orgulloso de que tengamos a día de hoy temas tan buenos como “Unbreakable”, que es de este ciclo más actual. Yo puedo entender que haya bandas que se dediquen a tocar canciones de hace 20 o 30 años atrás y que la gente quiera sólo esas canciones, pero no es lo que nos va a nosotros.

Especialmente con “Unbreakable” demostramos que no éramos una de esas bandas y este tema fue un gran hit para el grupo. Y no es un tema antiguo precisamente, además, hay canciones relativamente nuevas que tienen ese mismo nivel, pero es difícil escoger una sola canción pues detrás hay un catálogo de 16 discos.

Es muy difícil escoger sólo una canción de entre todas y hay muchas que me encanta cantar, especialmente alguna balada concreta. Hay canciones que, a pesar de los años, me encanta seguir cantándolas, como por ejemplo “Paradise”. A la gente le encanta esta composición, aunque no es una canción especialmente compleja ni progresiva… No podría escoger sólo una.

¿Cuál es el primer disco que te compraste con tu propio dinero?

El primero me lo compraron mis padres. A ver… el primer disco que tuve fue uno de Deep Purple, era una recopilación de éxitos que creo que se titulaba Deepest Purple. Pero si me preguntas por el primero que me compré yo… Juraría que fue el Heaven and Hell de Black Sabbath, que es fantástico. Pero el de Deep Purple es el primer vinilo de mi propiedad que entró en casa.

Sé que has sido profesor de canto de varios cantantes internacionales de heavy metal. Ahora recuerdo, por ejemplo, que le diste clases a Kimberly Goss de Sinergy.

Sí, pero juraría que sólo hicimos una clase… Como mucho dos, y fue en Helsinki. La verdad es que no tengo ni idea de qué hace en la actualidad Kimberly, pero cuando estaba con Sinergy lo hacía muy bien.

¿Y actualmente sigues trabajando de profesor de canto?

Me lo han pedido, que dé algunas clases y creo que lo haré, pero esto será cuando tenga tiempo. A día de hoy es imposible. Podría hacerlo Online, pero en el pasado estuve en una especie de campamentos para gente joven y fue una experiencia muy gratificante. Juraría que lo hice hace siete años o así… y había gente de unos 14 años

Desde ese tiempo ahora he podido ver que alguno de aquellos niños ha pasado a ser famoso. Hubo uno que lo tuve en el campamento era un niño bajito y ahora mide más de un metro y 90 centímetros. Me vino directo hace poco y me dice: “¿Me recuerdas? Le pregunté que qué hacía y me dijo que seguía estudiando canto, lo que me pareció perfecto. Es algo que resulta muy gratificante para un profesor: el ver que alumnos que has tenido tienen su propia carrera.

¿Has tenido alguna oferta para ser jurado en los programas de canto de la televisión finesa? Lo digo porque he llegado a ver allí a Michael Monroe y Tarja Turunen por la tele…

La verdad es que estuve en uno similar, pero no es el que creo que me dices. Era “La Voz” de Finlandia. Yo hacía de ayudante vocal de Tarja, pero no estuve en el otro programa. Estuvieron tres años en horarios de gran audiencia. En el que aparecía yo es de hará unos cinco años atrás. Concretamente cuando dedicaban el programa al rock o al metal me llamaban. De hecho, me han vuelto a proponer cosas, incluso esos programas estúpidos de reality shows, pero he declinado todas las ofertas. Sólo me lo pienso si es algo musical.

Me gustaría preguntarte tu opinión sobre Rammstein.

De entrada, te diría que no han introducido un nuevo género, pero… casi que sí, y de la manera que lo hacen no tienen rival, especialmente en lo que son los directos. Yo les he visto una vez hace ya diez años. Y en la gira de este verano no he podido estar, pero sí que he podido ver los vídeos y etán a un nivel alucinante. Lo que hacen lo hacen genial y no hay nadie más que se les acerque.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.