Audi, Seat, Disney, Volkswagen, el Bayern de Múnich, los partidos políticos alemanes… No conocéis a Leslie Mándoki pero él ha estado presente en vuestras vidas en películas, anuncios y demás. Su vida es realmente de cine y merecería con el tiempo algún reportaje o biopic. Leslie es la prueba que detrás de los controles hay gente que pilota de verdad y que los sueños se cumplen, por imposibles que parezcan. Soy consciente que es un desconocido para el gran público, pero estamos ante una de las entrevistas más especiales que haya podido hacer nunca.
El genio húngaro conecta la cámara en su estudio, rodeado de discos de oro y platino para hablarnos de su último concierto en streaming con grandes figuras de la historia del rock, algo coral y global. Si puedes ver el vídeo (está en YouTube) os aseguro que el despliegue de medios y los músicos que participan son estrellas absolutas del rock, el progresivo y del jazz. Utopia for Realists es el disco, y el proyecto son los Soulmates, pero yo le conocí de niño cuando estuvo con los eurovisivos Dschinghis Khan en 1979.
Leslie está preocupado por la deriva mundial y cree que la música nos puede salvar, o si más no, hacer un mundo mejor. Phil Collins, Al Di Meola, Los Simpson, Mijail Gorbachov, Jack Bruce, Jon Lord, Greg Lake… La historia empieza cuando en 1975 abandona el telón de acero por un túnel y tiene una visión futura. Antes había estado en prisión hasta 17 veces por luchar contra el comunismo ruso. Una historia apasionante… Podíamos haber estado horas charlando.
Hola desde Barcelona, Leslie. Soy Jordi Tàrrega, escribiendo para la revista Science of Noise. Gracias por tu tiempo y enhorabuena por este nuevo disco. ¡Es asombroso! He visto los videos y creo que estamos ante algo histórico. Hay muchos conciertos en tiempos de pandemia, pero lo que has logrado es algo asombroso. ¿Crees que este proyecto fue lo más desafiante que has hecho en toda tu carrera?
De entrada, muchas gracias por contar conmigo. Me encanta que seas de Barcelona ya que yo estoy bastante vinculado a tu ciudad, siendo una de las grandes ciudades europeas y del mundo entero, te diría. Mi hijo vivió allí unos años por cuestión de estudios (los está terminando). Yo mismo la he visitado frecuentemente puesto que trabajé en el la música del anuncio de Seat Cupra. Hay muchos lazos con esa tierra.
Vaya, lo desconocía…
Yendo a mi trabajo te vuelvo a agradecer los elogios, y me preguntabas si había supuesto un reto este trabajo para mí. Me es algo complicado el escoger las palabras correctas, pero te diría que hacer este disco ha supuesto una inmensa felicidad para todos los involucrados. Nos encanta lo que hacemos y no ha sido una carga, sí que era un reto el sobrellevar la situación pandémica y tuvimos un sentimiento de agradecimiento hacia la audiencia. Un agradecimiento por compartir nuestra visión de todo y que nos permitieran llegar a su alma y a su corazón. Y yo mismo me sentí durante todo este largo proceso como un auténtico privilegiado y muy honrado por ello. Especialmente por el tener a todos esos enormes músicos compartiendo su punto de vista desde hace ya más de 30 años. Los más jóvenes, casos como el de Cory Henry (músico de jazz) o Richard Bona (bajista y vocalista de Camerún), mi propia hija, mi hijo… todos ellos han disfrutado y lo han pasado en grande viajando por la carretera.
Ha habido un gran hermanamiento entre todos ellos y un sentimiento de agradecimiento mutuo. Así que en ningún momento he llegado a tener ese sentimiento de reto. Lo que sentía era el poder devolverle a la audiencia lo mucho que nos ha dado. Sentí que debíamos crear música honesta, pura, auténtica para que fuera la banda sonora de la luz hacia a la que dirigirnos después de tantos meses de oscuridad provocada por el Covid.
De repente, teníamos mucho tiempo en el estudio. No podíamos salir fuera y la vida se paró. Pensé sobre dos aspectos de la vida de músico que no se pueden poner en cuarentena: Uno es la responsabilidad hacia tu audiencia y el otro es la creatividad. Nos sentíamos en esa deuda que nos llevó a componer la canción “Thank You” para las enfermeras y enfermeros. Eso sucedió al principio de la pandemia. Luego decidimos hacer este concierto en streaming, que ha sido un gran unificador.
Lo vimos bien y decidimos hacerlo lo más global posible, más allá de Los Ángeles, Nueva York, Múnich y Londres. Quisimos llegar también a Nueva Delhi, Tokio, Shangai, Pekín y Moscú. Es decir: llegar a la otra parte del planeta. Así que trabajamos especialmente los aspectos visuales de este disco que es Utopia for Realists. El titulo un poco refleja que la clase política, en todo el mundo, no está escuchando a los jóvenes rebeldes y tampoco escucha a los viejos rebeldes, que algunos lo somos… Y tenemos un mensaje que dar. Yo creo que los retos en el mundo son muy fuertes y muy significativos, y los zorros viejos, y los nuevos rebeldes, como mi hijo, podemos caminar de la mano y podemos superar los retos que nos surgen.
Podemos encararlos juntos… es por eso que elegí el nombre de Utopia for Realists. Y luego seguimos los pasos musicales de Béla Bártok, el gran compositor húngaro que se dedicó a compilar todas esas canciones del pueblo húngaro. Él pensaba que la música tenía un gran poder, especialmente contra el fascismo. Esa era su idea y pensamiento. Y un poco deseamos que tuviese razón en ello. Yo trato de probar que tenía razón y poder tocar un rock suave junto a mis amigos. Gente como Greg Lake de Emerson Lake and Palmer, con Jon Lord, que participaron conmigo hará unos 16 años. Considero que Utopia for Realists es lo más importante que he hecho en toda mi carrera.
Tenemos aquí una constelación de estrellas y músicos de todo el mundo. Es decir… En estos días extraños, en los que la música la hacen máquinas, autotunes… tú puedes ofrecer algo puro, algo real, algo desde el alma. Así que… ¿Cómo conseguiste esta alucinante alineación?
Hay un secreto detrás de ello… y me gustaría compartirlo contigo y con toda la gente que nos lea. Y es un secreto muy sencillo. Cuando yo era un crío y tenía sólo 16 años, yo me había pasado toda mi infancia viviendo detrás del telón de acero (países en la órbita comunista rusa). Mis profesores me dijeron que yo nunca podría llegar a visitar ciudades como Barcelona, tampoco París, Londres, Los Ángeles o Nueva York. Estaba dedicado a vivir mi vida detrás del telón de acero. Yo tenía 16 años, era un joven músico y lleno de ambiciones. Yo quería ser pintor, quería ser poeta… Pero mi padre, un gran músico, me dijo una vez: “Si tienes talento, tienes que luchar por ello y conseguirlo”.
Tenía por aquel entonces una copia de un disco, grabada por cuarta vez de copias de la original. Era maravillosa… y eso cambió mi vida. Piensa que en esos tiempos en Hungría no había tiendas de discos y suspiraba por todas esas maravillosas bandas británicas de la época. Nos pasábamos cintas regrabadas en mono, con un sonido horrible. Era lo que había en esos países llamados entonces como socialistas. “Socialista” lo llamaban… ¡cuando no podías tener vida social! Yo tenía un reproductor de casete llamado Tesla en sonido mono, es lo que había entonces…
Con él podía escuchar lo que podía conseguir. A mis 17 años pude conseguir un disco de Chick Corea, Return to Forever, con Al Di Meola a la guitarra… ¡y entonces tuve una visión! Una visión en la que escribía música para todas esas grandes bandas de rock progresivo y con letras con un contenido social real, con contenido, incluso políticas. Canciones complejas de intrincadas melodías y estructuras armónicas difíciles. El ir a sitios diferentes y crecer en lugares distintos. Para mí era totalmente atractivo el ver ese virtuosismo en los músicos americanos como podías ser un Randy Brecker, un buen amigo, Bill Evans, Anthony Jackson (inventor del bajo de seis cuerdas) o Al Di Meola… Así que soñé con que un día les uniría a todos, por un lado, el rock progresivo británico con los músicos de fusión jazz americanos y poder crear algo grande.
Y pude conseguirlo hará unos 16 años junto a Jon Lord. Así que me dije: vamos a escuchar toda esa colección de música folkantigua húngara y mezclémosla con la música rock. Tuvimos un encuentro muy creativo en Londres. Vi que podía convertir en realidad esa visión que tuve de joven. ¿Y si todos aquellos grandes músicos que admiraba tocasen en un disco conjuntamente? Podrían formar parte de los Soulmates, el proyecto que yo había pensado para ello. La visión era mutua con todos. Compartimos ideas, tiempo con nuestras familias, y de verdad que fue todo maravilloso. Algo absolutamente hermoso. Hemos estado tocando con los Soulmatesdurante 30 años, pero no habíamos ido más allá de Alemania. Probablemente nunca habrás oído de nosotros.
Pero en este disco hay un aspecto muy específico, y es lo visual. Una vez hubo el confinamiento por el Covid, tuve tiempo para sentarme en mi estudio y mirar todo lo que había hecho y pasado… y pude ver el gran material audiovisual que tenía. Incluyo allí el estupendo concierto en Berlín en el aniversario de la caída del muro. También había muchas tomas del cómo-se-hizo, de todos los ensayos. Dos meses después del Covid quedaron unos paisajes muy bonitos, sin gente. Grabamos algunas tomas a vista de dron, muy bonitas. Y se podían combinar con las preciosas canciones de Béla Bártok. Antes de que nos encerraran yo estaba en Los Ángeles con mi hija, y estábamos allí por una razón triste, puesto que un buen amigo murió. Iba a su un funeral.
Él era un productor de cine húngaro muy importante. Había trabajado en Evita y en Instinto básico. Y luego quedé con mi mejor amigo, con el que escapé de Hungría Gábor Csupó. Es uno de los más importantes dibujantes de Hollywood. Conoces su trabajo seguro puesto que ha estado detrás de Los Simpsons, los Rugrats, Real Monsters… Y me preguntó: “¿Y ahora qué demonios vas a hacer?”. Él es mi gran amigo… Escapamos de Hungría en 1975 a través de un túnel. Escapamos del comunismo jugándonos la vida en la huida. Así que me dediqué a tocar música para él. Gábor me vino con la idea de unir el concierto con los vídeos caseros en el estudio, los vídeos a vista de dron y el efecto de tres dimensiones en las pinturas húngaras, y todo inspirado por Béla Bártok. Fue otra visión. Y era una gran idea. Así que, de repente, los viejos colegas nos volvíamos a reunir. E hicimos realidad su gran idea.
Y tienes a la familia allí participando. Es tu hija la que empieza cantando, ¿no?
Sí, es mi hija más joven. Tengo dos hijas y un hijo. La primera se llama Lara y es una actriz muy famosa, y Julia, la más joven, es cantante.
En el DVD, puedo ver hermosos cuadros en la pantalla detrás de la banda. ¿Están hechos por pintores húngaros?
Sí, la portada de hecho no lo es puesto que la he realizado yo. Como ya te he contado, cuando era un niño yo lo que quería ser era ser pintor, pero mi hermano menor tenía muchísimo más talente que yo en ese aspecto. Este es mi concepto… Todo el mundo en el fondo tiene algo de músico, tiene algo de pintor, algo de editor de vídeo o de cámara. Todo el mundo puede hacer de todo, y un poco ese es el resultado de todo. Las tres dimensiones animadas pertenecen a viejos cuadros de los grandes pintores húngaros y que a la vez inspiraron a Béla Bártok. De hecho, este es el tesoro más bonito del arte magiar. Un poco es un beso al arte lo que hacemos al ponerlos en el fondo en el directo, y un poco era la visión de Gábor Csupó, la de crear una animación tridimensional con imágenes, del concierto y de nuestra música.
¡Así que la portada es tuya! El árbol de la cubierta es hermoso porque significa que hay muchas cosas en las raíces y que probablemente las raíces son más grandes y fuertes que las que podemos ver aparentemente en un árbol. Que las cosas más importantes no se ven o que solo vemos una pequeña parte de las cosas…
Sí, es algo muy sencillo… la parte superior de la pintura es de un pintor húngaro muy famoso y luego yo he puesto el resto, y el significado es exactamente el que me estás comentando. Mira, te la voy a mostrar ahora mismo (me enseña la cubierta a tamaño grande). De hecho, ningún periodista del mundo me lo había comentado hasta que tú lo has hecho esta noche. ¡Las raíces! Hacen del todo una definición muy positiva y dicen mucho hacia donde nos encaminamos y te dicen de dónde vienes. Como padre siempre digo que hay dos cosas que he legado a mis hijos: raíces profundas, especialmente musicales, raíces muy profundas y… lo segundo: alas muy fuertes y poderosas. De eso se trata todo.
Debo confesarte que mi miembro favorito de los Soulmates es Al Di Meola. Es un maestro absoluto, un tipo encantador y siempre habla absolutamente bien de ti. ¿Dónde y cómo lo conociste?
De hecho, fue Anthony Jackson, o Randy o Michael Brecker, lo que sí sé es que fue en Nueva York. Tenía una sesión en el estudio con Anthony Jackson, uno de los más grandes bajistas de la historia y ganador de muchos Grammys. Mientras trabajábamos le decía el cómo me encantaría conocer a Al Di Meola. Entonces me dijo que un año antes habían coincidido en el estudio y que habían tocado juntos. Nos hicimos muy amigos con Al y teníamos raros quehaceres… Cada vez que yo iba a Nueva York, o cada vez que él viene a Munich, nos hacemos una visita. Entonces conducimos de noche mientras el otro le toca su nueva música. Es algo muy bonito. Conocemos bien nuestras familias, nuestros hijos. Es maravilloso…
Actualmente considero que hay un músico que creo que está cercano a ti en cuanto a concepto, en viajes, en la herencia y… su nombre es Steve Hackett (ex Genesis). ¿Cuál es tu opinión sobre Hackett y su música?
De Steve Hackett ya te digo que tengo todos sus discos. Te diría que es un gran pintor del sonido y… que es absolutamente mucho más que un guitarrista. A mí me encantan los Genesis originales con Hackett, Peter Gabriel y Phil Collins a la batería. Ya sabrás que he trabajado muchas veces con Phil. De verdad que me sabe muy mal que los Genesis originales rompieran porque ya no grabarían nunca más algo tan grande como Selling England by the Pound. Luego están los Genesis con Phil Collins y también sus trabajos en solitario, y es un gran amigo, pero… esos primeros Genesis eran increíbles. Son los Genesis reales para mí.
Tengo que decirte que mi primer contacto con Leslie Mándoki fue con Dschinghis Khan. Lo siento, pero tengo que preguntarte sobre ese proyecto porque creo que musicalmente hubo algunas canciones y melodías que fueron absolutamente brillantes. Canciones como “Moskau” o “Dschinghis Khan” están al mismo nivel que ABBA o Boney M. ¿Qué significa Dschinghis Khan para Leslie?
(Muchas risas) ¡Yo era un niño en esos tiempos! La verdad es que fue toda una experiencia para mí ya que yo venía de los terrenos del rock progresivo y de repente me metí en la zona disco de Múnich. Donna Summer y Freddie Mercury estaban por allí, Silver Convention, Giorgio Moroder, y claro, pasé a ser el chaval de los recados del estudio. Tocaba en todas partes, donde me dejaban, y bueno, las grandes cosas se consiguen luego porque pasan cosas como estas. Yo intentaba hacerlo todo lo mejor que podía. Pero al cabo de dos años ya estaba muy cansado de aquello con Dschinghis Khan (evita pronunciar el nombre del grupo), porque si eres una estrella de pop no tienes libertad como artista. Está todo muy acotado, tienes miedo de los fans, que te persiguen, pero estuvo bien, aunque es algo que me queda bastante lejos.
¡Y bailabas muy bien!
Oh… yo creo que nunca había bailado antes de aquello y creo que no lo he vuelto a hacerlo nunca después. Simplemente era necesario para el concepto general del grupo.
¿Cómo fue participar en el concurso de Eurovisión en 1979?
Esa fue una experiencia muy loca ya que se celebró en Jerusalén y había un montón de problemas políticos. Eso incluía un miedo importante hacia un posible ataque terrorista. Había un ambiente muy extraño y era un evento masivo. Como grupo teníamos sólo una o dos canciones y ya estábamos viajando y completando una gira por esas tierras. Eso sí que fue una de las más bellas experiencias de mi vida. No me lo quería perder, eran mis años de juventud y era todo muy bonito. Verlo, vivirlo, sentirlo… te hacía sentirte muy bien.
Fuiste encarcelado 17 veces en Hungría por temas políticos, por lo que en 1975 cruzaste la frontera con Gábor Csupó (creador de Los Simpson y los Rugrats) hacia Múnich en busca de la libertad. ¿Cómo fue esta aventura y los primeros días de vivir en Baviera?
Bien… aquí sí que te podría decir que fue algo como un reto. Nos fugamos por un túnel y nos jugábamos la vida. No hablaba ni una palabra en alemán, y los otros que me acompañaban tampoco. Era una nueva vida, un nuevo mundo, un nuevo país, un nuevo sistema… Todo era nuevo. Tampoco teníamos instrumentos, por lo que teníamos que empezar de cero. Empecé a tocar en un teatro una vez pude salir del campo de refugiados. Pero estando en el campo, ya me dije a mí mismo que lo que quería hacer era tocar algún día con Al Di Meola, con Jack Bruce y con Ian Anderson. Gábor tenía muy claro que se iría a Hollywood y que allí trabajaría en dibujos animados. Ambos tuvimos esa visión.
Así que vuelvo al título del disco porque es muy apropiado: “Utopía para realistas”. La visión que ambos tuvimos se hizo realidad. Los primeros días y primeras semanas allí fueron duros puesto que teníamos que tocar tantas veces como podíamos para ganar algún dinero y así poder pagar la fianza de nuestros instrumentos. Luego conseguir más dinero para comprarlos. En fin… éramos jóvenes, estábamos frescos, hambrientos de experiencias, éramos audaces. Luego llegó ese momento en Múnich en el que pude entrar y ver lo que hacía un ingeniero en un estudio, también conocer a muchos de los que luego serían mis amigos. Veía su actitud y ética de trabajo y a veces le deseo lo mejor para mis niños, porque… ellos deberían haber nacido un poco antes.
Y lo digo porque cuando yo empecé estaba en la génesis de la industria musical. En aquellos días todo era más respetuoso. En esos días el ser músico era un motivo de respeto por parte de la sociedad, o si más no, más que ahora. En aquellos días la música no era gratis y ahora está en el iPhone de cada uno. Antes ibas a la tienda, mirabas los vinilos, lo adquirías, te lo llevabas a casa, lo limpiabas, era como una ceremonia… Había un respeto hacia la música y el artista. Luego un amigo te llamaba por teléfono y te decía: “¡He escuchado el nuevo disco de Frank Zappa!” Ya podía ser el One Size Fits All de Zappa o el Selling England by the Pound de Genesis. Me encantaría que la gente joven de hoy en día pudiese vivir 24 horas de lo que pudimos vivir mi generación, que pudiese vivir eso de quedar un viernes por la noche unos amigos para escuchar un disco nuevo. No habría necesidad de explicarle a sus amigos en las redes sociales pues sus amigos estarían contigo allí. Resumiendo… fueron buenos tiempos los que viví en Múnich a finales de los 70, los disfruté mucho.
Me gustaría saber cuál fue el primer disco que compró Leslie Mándoki con su propio dinero.
Creo que te puedo responder a la pregunta. El primero que me compré fue uno de Weather Report, con Joe Zawinul, Wayne Shorter, Jaco Pastorius… pero no te sabría decir exactamente cuál. Podría ser el Heavy Weather, pero no estoy absolutamente seguro de ello, casi te diría que fue el Black Market. Mmmmm… uno de estos dos seguro. Cuando escuché a Jaco Pastorius tocando pensé: “Waaaaawwww, el mundo ha cambiado”. Años más tarde pude tocar con Victor Bailey (sustituto de Jaco Pastorius), tuvo mucho éxito, pero… se estaba muriendo. La verdad es que hemos tenido grandes pérdidas con el tiempo.
Quiero hablar sobre tu primera banda JAM con influencias de Cream y Jethro Tull. ¿Cómo era ser rockero en Hungría en aquellos tiempos?
Oh, no hay nada grabado, y es todo muy simple: estaba en una lucha constante y en oposición contra el comunismo, contra el gobierno, y por ello nunca pudimos conseguir un sello discográfico. Nunca aparecimos en televisión o en la radio, así que no hay nada grabado. Sencillamente: nos fue imposible y eso que teníamos a muchos fans. Es divertido si miras mi estudio, justo en la pared. Hay allí colgados muchísimos discos de oro y platino, pero también tengo colgado un viejo poster de JAM. Un poster que no nos dejaron ni imprimir, así que lo tuvimos que pintar nosotros. Pero un día lo colgué en la puerta de los estudios de Universal. Un pequeño triunfo. Tocamos un día en la universidad de Budapest, en la cantina, y acudieron allí unas 5.000 personas. Estábamos detrás del levantamiento anti-comunista estudiantil. Éramos la voz de la lucha universitaria. Años más tarde trabajé con Gorbachov en un proyecto de caridad y nos conocía a mí y a Gábor. El caso es que el rock progresivo era la voz de la libertad, y eso fue lo que nos impidió en la época firmar por alguna discográfica.
He visto que tenéis algunos conciertos en noviembre de 2022. Es genial. ¿Crees que volverás a tener una gran formación para ellos?
Sí, en el otoño de 2022, y sí, tendremos una grandísima formación. Pero estamos hartos del Covid. Posponer, posponer, posponer… Hasta cuatro veces ha sucedido lo de aplazar los conciertos
Si tuvieras la oportunidad de invitar a un músico a tocar con los Soulmates… Alguien que no está en tu formación actual… ¿Qué músico elegirías para formar parte de Soulmates?
De hecho, a todo aquel que se lo propongo viene a tocar… Pero si me dices a alguien que me encantaría tener, te diría que a Sting. Y ya que terminamos déjame decirte que si algún día pasas por Baviera me encantaría tomar unas cervezas contigo y continuar la charla.
Gracias Leslie, ha sido un placer enorme poder charlar contigo.