Entrevista a Tony Kakko, vocalista de Sonata Arctica: ‘Me avergüenza un poco decirlo, pero escucho muy poco heavy metal

Siempre es un placer poder hablar con Tony Kakko, el líder de Sonata Arctica y más en fechas navideñas. Los tiempos pandémicos les han dado tiempo extra para trabajar en un par de discos acústicos, un formato perfecto que rompe un poco el ritmo de disco + gira. Si más no, se agradece que hagan algo diferente y que antiguas canciones cambien de formato y tengan una segunda vida.

Ya que teníamos oportunidad, le preguntamos a Tony por sus inicios con el espectacular Ecliptica, un disco que lo rompió todo y que catapultó a Sonata al Olimpo del power metal. Lo que no pensó mucho Tony es que cada noche tendría que cantar agudísimas canciones de power metal. Luego con Unia cambió el sonido del grupo. Su versión de “Still Loving You” de Scorpions, San Sebastián, reconocimientos de gobierno finés o los dos tipos de fans de Sonata son algunos de los temas por los que le preguntamos.

Hola, Tony. En primer lugar, gracias por tu tiempo y enhorabuena por tu nuevo disco. Creo que probablemente ahora sea el momento perfecto para que la banda saque este álbum acústico. ¿Lo ves así?

Pienso que sí, aunque los planes reales eran de sacarlo hace ya un año. Pero las cosas ocurren (risas) y una cosa te lleva a la otra… Así que sí que me parece un buen momento para un disco de estas características. Llevábamos un tiempo sin sacar nada al mercado y tampoco se puede girar, aunque espero que pueda hacerse pronto. Está bien, estos dos discos acústicos sirven de recordatorio a la gente de que Sonata Arctica seguimos en marcha. Cuando aparezca la segunda parte ya nos pillará en la carretera ya que en 2022 no hay planes de disco de estudio. Acoustic Adventures – Volume 2 saldrá el próximo octubre.

La pandemia ha dado un tiempo extra para todas las bandas, así que… supongo que fue genial el no tener prisas a la hora de trabajar en estos discos. ¿Cómo elegisteis las canciones para cada disco?

El set de canciones acústicas, el núcleo de las mismas, nació cuando giramos en acústico en 2018, en el Acoustic Adventures Tour. De lo que interpretábamos en esa gira ya había para dos discos, así que sólo se trataba de ir repartiendo, aunque luego añadimos alguna más. La verdad es que todo fue muy fácil, había que incluir también, eso sí, canciones con las que la gente ya esta familiarizada, o que ya conocen. Sacar las más conocidas siempre ayuda y gusta al fan. Los fans te van pidiendo las que quieren, y obviamente pidieron el “Fullmoon” y otras más.

Esas tienen que entrar, pero también tienes la oportunidad de darles vida a otras canciones menos conocidas que apenas han aparecido en directo o que yo considero que no las hemos tocado la veces que lo merecían. Este unplugged les da otra oportunidad. Hay muchas canciones rápidas que hemos tocado muy poco estos últimos años. Un ejemplo claro sería la canción que abre el primer volumen: “The Rest of the Sun Belongs to Us”. Sé que es una canción que para mucha gente va a sonar como nueva. Es un tema que fue un bonus track para Japón del disco Winterhearts Guild. Juraría que en Europa nunca la hemos tocado en directo (risas). Sólo la tocamos en Japón y en esos tiempos. Es genial darles otra oportunidad, otra vida en acústico a todas estas canciones.

Te diría que esta es la que más me ha sorprendido. No la conocía y es un gran tema…

Ha sido muy sencillo el adaptarla respecto a su versión original.

¿Cómo decidisteis los arreglos para las canciones? Por ejemplo: hay un banjo sorprendente y un Hammond en «A Little Less Understanding», ¡y la verdad es que funciona!

¡Funciona! Yo creía que tal como había quedado «A Little Less Understanding» era un poco aburrida, pero Elias empezó a tocar el banjo y pensamos todos que fue una gran aportación. De repente la versión acústica me encantaba. Y considero que será un gran momento de directo cuando la toquemos. Es más: yo creo que no hay nadie en el mundo que cuando suena un banjo no esboza una sonrisa. Es uno de esos instrumentos felices como el ukelele y te hace sentir feliz. Esa es justo una de las canciones que a pesar de que estaban preparadas les queríamos dar algo nuevo. Es una clásica de los últimos discos y queríamos que estuviera en el unplugged.

¿Tommy Portimo hizo la mayor parte de su trabajo con escobillas?

Sí, creo que lo hizo casi todo con escobillas porque necesitaba tocar de una forma más sutil, lo cual le supuso enormes problemas. Él es un batería de heavy metal y siempre que acostumbra a tocar lo hace de forma muy ruidosa (risas). Escobillas y baquetas silenciosas es lo que usó esta vez. Tuvo que trabajarlo mucho pues es un tipo acostumbrado a tocar muy fuerte y de mucha pegada.

Si tuviera que comparar vuestro disco con los otros unpluggeds de heavy metal, probablemente os situaría cerca de D-Frosted de Gotthard. ¿Cuáles son tus unpluggeds favoritos de heavy metal?

Para serte totalmente honesto contigo te diré que no he escuchado ningún disco de banda metal en desenchufado. Y no sólo en cuanto a heavy, es que de ningún otro estilo musical. Me avergüenza un poco decirlo, pero escucho muy poco heavy metal, aunque sí otros estilos muy alejados (risas). Sí que debería escuchar más metal, pero mis referentes de los unplugged son los de la serie MTV de los 90, ya soy viejo (risas). A mí me gustaría compararme con aquellos trabajos desenchufados de Nirvana, Aerosmith, Eric Clapton… Esos me encantan, pero de lo más nuevo estoy cero familiarizado. Lo siento, pero no he escuchado discos en unplugged de bandas actuales de heavy metal.

¿U, Ka, Ko, Ne es 1, 2, 3, 4 en finlandés? Digo esto porque es lo que dices antes de interpretar a “Wolf and Raven”. ¿Fue “Wolf and Raven” la canción más complicada del álbum?

U, Ka, Ko, Ne es 1,2,3,4 en finlandés. Sobre si es la canción mas complicada… te diría que sí siempre y cuando le preguntes a Elias y a Henrik. Henrik tuvo que tocar en un piano acústico real, y eso fue complicado. Tuvo que repetir sus tomas una y otra vez hasta conseguirlo. Es jodido conseguir lo que quieres con un piano en el que no estás habituado. Necesitas coger ese feeling y capturar el espíritu de la canción, y más cuando hay que unir el riff de guitarra con el piano. Tuvieron que trabajarlo mucho, y no fue fácil precisamente. Tuvieron que ensayar mucho tiempo. Creo que será uno de los próximos singles, creo… Hubo que pensar mucho la canción “Wolf and Raven”, pero había mucha libertad y tiempo para hacerla. Arreglos sobre los mismos arreglos, re-imaginarla… Creía que no íbamos a encontrar el tempo adecuado para la canción. Piensa que la canción original va por encima de los 100 BPMs creo, pero lo redujimos a la mitad, más o menos, así que conseguimos hacerla sonar diferente. Pero hubo mucho trabajo allí ya que por naturaleza somos muy perezosos (risas).

¿Podemos decir que Sonata Arctica tiene dos tipos de fans? Es decir, por un lado, tenemos a los viejos fans que aman vuestros primeros tres álbumes (podemos decir los álbumes de power metal) pero, por otro lado, tenemos a los fans a los que les encantan especialmente los discos que van de Unia hasta ahora. ¿Estarías de acuerdo en que Sonata Arctica tiene dos eras diferenciadas?

Estaría de acuerdo. Sonata Arctica tiene dos eras… o incluso tres. Hasta cierto punto suelo hablar de que Sonata tenemos la progresión de un ser humano. Empieza por la infancia, que serían nuestros primeros tres discos. Luego fuimos quinceañeros por un tiempo corto y luego… nos hicimos mayores (risas). Esa etapa ya es desde 2010, puede que desde Stones Grow Her Name para arriba. Allí llegamos a la edad adulta, creo.

Pero quizá se pueda dilucidar en dos eras. La power metal y la posterior. Sí que puedes dividir nuestra carrera de esta forma. Afortunadamente, y desafortunadamente, podemos decir que tenemos dos tipos de fans. Eso nos da una libertad total pues tenemos dos tipos de fans diferenciados. Cuando hacemos un disco podemos tener gente que le encanta medio disco y odia el otro, pero sigue siendo para ellos un buen álbum. Es la gente que te dice que una mitad del disco es muy buena, y que lleguen a considerar que la otra mitad no está mal ya es un logro. La otra mitad sigue siendo buena, pero para determinados fans nunca lo va a ser. El gusto suele ser el opuesto de unos a otros fans. Sí, hay cierta libertad para hacer lo que queramos, pero quizá no la suficiente que desearíamos.

Hablando de vuestra popularidad y vuestros fans… puedo recordar que, en un Leyendas del Rock, en la sesión de firmas, se acabó el tiempo y había cien personas todavía en la cola esperando. Solo hubo en ese gran festival dos bandas que tenían cientos de personas en la sesión de firmas: Nightwish y Sonata Arctica. Entiendo que uno tiene que estar muy orgulloso de tener este tipo de fans…  

Sí, es algo impresionante, nuestros fans son los mejores. Es algo increíble… Nos debemos a ellos. Sin ellos no seguiríamos en el negocio ni estaríamos donde estamos ahora: creando música y haciendo lo que nos gusta hacer. Sin ellos quizá seguiríamos tocando, pero nadie nos escucharía. Lo que está claro es que no podríamos vivir de este negocio sin ellos. No podríamos llamarnos profesionales del negocio ni mucho menos. He vivido momentos como este que mencionas y los recuerdo… Gente que se espera a pesar de que haya terminado la sesión de firmas oficial. Intentamos quedarnos luego si hace falta, pero hay veces que eso resulta imposible. No siempre te puedes quedar una hora más firmando porque te toca ir a probar sonido, o lo que sea…

Yo estaba en esa cola, se acabó el tiempo, pero tú firmaste mis CD’s. Así que… ¡Gracias!

¡Estabas allí! Eso es genial. Me encanta que me digas que pude atender a más gente, pues siempre lo intentamos hacer.

Toca hablar de vuestras versiones… Me encantó especialmente la de «Still Loving You» de Scorpions. Recuerdo que fue un éxito en ese momento. La decisión de hacer una versión rápida de ese himno fue una muy buena idea.

Pues todo nació como una broma… Es que incluso la idea nació antes de que creásemos Sonata Arctica. Fue en plan: “Molaría empezar la canción como si fuera una balada y que la gente creyese que íbamos a hacerla igual. Y luego arruinar por completo ese pensamiento. Ese momento en que rompes la canción y la haces rápida te rompe. Y un poco haces la canción tuya. Eso es lo que tiene que ser el hecho de grabar una versión: el no hacerla exactamente igual. Hay que hacerla diferente, única… Eso es lo que da sentido a hacer versiones de clásicos. Esa versión fue muy buena para Sonata Arctica, de verdad que fue una muy buena idea. Nos funcionó…

Más tarde, en el EP Don’t Say a Word hicisteis algo especial versionando a Depeche Mode y a Vanishing Point. Luego fue Bryan Adams… ¿Qué versiones tiene actualmente Tony Kakko en mente?

Pues sigo totalmente asustado y me quedo petrificado cada vez que pienso en versionar a Queen. Sigue siendo algo que me encantaría hacer. Para mí son la banda más grande que ha existido. Sería increíble el poder hacerles un homenaje a Queen. El poder hacer una versión en nuestro estilo de Queen… la que sea. Sería muy bueno y podría funcionar bien, pero el nivel de la original, sea la que sea, es enorme. El simple hecho de no hacer que los fans de Queen se avergüencen de nuestra versión ya sería mucho. Así que ya veremos… Quizá para el próximo disco. Es de esas bandas que me encanta todo lo que hicieron… como también me pasa con Midnight Oil, por ponerte un ejemplo… ¡Oooh, Aerosmith! Que soy un grandísimo fan de ellos. Siempre he estado muy tentado de ir hacia los grandes clásicos, eso me pone más que no el buscar una canción más actual. Para eso ya hay muchas bandas que lo hacen… A mí me gustaría rebuscar entre las grandes gemas clásicas de nuestra música. Ese es el material que me encanta.

Una de mis canciones favoritas de Sonata Arctica es «The Cage» del disco Winterheart’s Guild. Creo que era el single perfecto. ¿Es esta canción una de tus favoritas?

Mmmmm… Una de ellas. Solía ser la canción con la que terminábamos muchos conciertos hasta que no apareció “Don’t Say a Word”. Entonces pasó a ser la penúltima. Ahora la hemos devuelto al set y sentimos que vuelve a sonar fresca. Pero es que la habíamos tocado tantísimas veces… Estábamos algo hartos de ella así que nos dimos un descanso, pero ahora vuelve a estar en la gira del 25 aniversario, y yo estoy encantado de volverla a tocar. Es una gran canción. Desde nuestro punto de vista es un gran clásico del power metal. Aunque resulta un poco extraño cuando la tocamos para nuestras audiencias más jóvenes, los que han conocido a Sonata Arctica en los últimos años. Han entrado en Sonata a partir de 2010 y no están muy familiarizados con nuestro material más antiguo. Se quedan sorprendidos y se preguntan qué es esta canción… “¿Por qué ahora tocan tan rápido?” Puede ser una placentera sorpresa para ellos, pero también provoca otras reacciones. Es algo que nos suele pasar cuando tocamos estas canciones de puro power metal más antiguas. También nos pasa mucho cuando tocamos el “Wolf and Raven”. No hay headbanging y sí caras de sorpresa.

Cuando Jani Liitmatainen dejó la banda… ¿Supuso una situación trágica para Sonata Arctica?

Absolutamente… Nunca quieres que sucedan estas cosas, pero no quedaba otra opción. No nos hubiera sido posible girar con Jani en la banda. Tenía problemas personales y había que tomar una decisión. Físicamente no estaba para estar en el grupo. No hubo disputas ni malos rollos, y tratamos de ayudarle tanto como pudimos. Todo está bien ahora y seguimos siendo muy buenos amigos, incluso colaboramos con él años más tarde de que lo dejase. Posiblemente vuelva a hacerlo pronto o tarde, porque es un buen amigo. Seguimos en contacto y nunca se hizo mala sangre de todo lo que sucedió.

Tengo que decir que cuando apareció Ecliptica fue algo increíble. ¿Cómo fue posible que un grupo de chicos de Finlandia alcanzaran el nivel de Stratovarius, Gamma Ray o Helloween en un álbum debut? ¡Fue alucinante!

Sí… la verdad es que fuimos súper-afortunados. Yo me había enamorado completamente del disco de Stratovarius Visions. De ese álbum y de los que vinieron luego. También me había comprado su anterior disco Episode… Años más tarde creía que era la mejor música que había escuchado nunca. Pero lo más extraño de todo es que cuando había escuchado el Episode… lo odiaba. Me había parecido una soberana mierda y era incapaz de tolerar ese estilo. Estuve a punto de lanzar ese disco por la ventana de mi coche… Incluso cuando mi bajista empezó a tocar el material de ese disco yo le decía: “Oh, ¿esa mierda tocas?”. Pero luego cuando sacaron el disco Visions fue como si me golpeara en la cara una tonelada de ladrillos. Me pareció lo más grande que había escuchado hasta el punto que el Episode me encantó. Volví a ese disco y me hice un gran fan de Stratovarius. Y un poco, como se suele decir en estos casos: el resto es historia. Así que empezamos a componer ese estilo de música.

Me tocó un poco forzar a Tommy Portimo para que tocase el doble bombo. Empezamos a hacer versiones de Stratovarius para luego conseguir nuestras propias canciones en ese mismo estilo musical. “San Sebastian” fue una de las primeras que hicimos y curiosamente no llegó a entrar en nuestro primer disco. Fue el momento ideal para esas canciones y teníamos suficientes temas para medio disco cuando nos ofrecieron un contrato gracias a la demo.

Fue alucinante… Siempre digo que fuimos absolutamente afortunados. Sitio correcto y momento correcto… Tenía que pasar. En esos días había una demanda enorme para grupos con el estilo de Stratovarius y un poco éramos una versión joven de ellos. En Japón el disco fue un éxito total. No tanto en el resto del mundo, pero sí que nos hicimos un nombre. Giramos con Stratovarius y Rhapsody y todo eso con nuestro primer disco. Fue un inicio espectacular, un feliz florecimiento del grupo. Con Ecliptica vivimos tiempos muy bonitos ya nada más empezar.

¿Qué edad tenías cuando sacasteis Ecliptica?

Pues tampoco era tan joven… ya tenía 24 años. No era un niño ya, es decir, no me sentía como si fuera un chaval. Recuerdo irme de gira en el año 2000 con Stratovarius y Jens Johansson ya tenía 39 años. Y yo pensaba: “Jesús, este tío no va a vivir muchos años más…” (risas). Es esa clase de cosas que piensas cuando sólo tienes 24. Ojalá volviera a tener 24 años…

Has mencionado antes la canción “San Sebastian”. ¿Hay una historia de amor en esa letra? ¿Hay algo que se pueda contar de ella?

Bueno… no realmente. El nombre me vino porque San Sebastián apareció en las noticias de la época, probablemente por alguna noticia acaecida en el País Vasco. Y recuerdo que no era algo bonito, pero… Ya tenía el nombre para desarrollar una canción: “San Sebastian”. Y cuando desarrollaba la letra de la canción, de verdad que te diría que no prestaba excesiva atención a lo que estaba escribiendo. Pero es que para ninguna de las canciones de esa época… Piensa que estábamos componiendo para una demo, y de verdad que en ningún momento llegué a plantearme que la gente se fijaría en las letras. Yo solo buscaba textos para que me fuera posible tener algo que cantar con melodía (risas). Así que terminó siendo una especie de canción de amor y lo de San Sebastián entró porque encajaba a la perfección con la fonética que buscaba. El estribillo tenía un flow genial. Eso es lo que había: ninguna historia especial o real. Pero lo mejor de todo es que la primera vez que tocamos esta canción en directo como Sonata Arctica fue en San Sebastián. Fue precisamente en esa gira con Stratovarius y Rhapsody.

Hay una canción de vuestros últimos discos que a mí particularmente me encantó, pero… la banda no la suele tocar en vivo: «Fly, Navigate, Communicate»… Yo estoy seguro de que esta canción es algo especial para vosotros. ¿Me equivoco?

Para mí sí que es una canción muy especial. Es más… he llegado incluso a preparar una versión acústica de la misma para estos discos en acústico, pero… ya sabes. A los chicos no les convencía. Me hubiera encantado que hubiese entrado. Quizá no les gusta la canción, quizá daba mucho trabajo… A mí este tema me encanta y es algo muy especial para mí… Siempre lo ha sido. Me encantan esas melodías y todo lo que hay en ella. Si algún día tenemos oportunidad de seguir haciendo estos discos acústicos seguro que voy a apretar para que esté. Es una gran canción.

Es muy profunda. La verdad es que el día que la escuché por vez primera ya vi algo muy especial en ella.

Pues te doy las gracias porque no suelo escuchar muchos comentarios y opiniones respecto a esta canción, así que te agradezco que me hables de ella. Es una de mis favoritas de siempre. Me encanta que opines lo mismo y lo compartas ahora conmigo.

¿Por qué elegisteis al lobo como símbolo de la banda?

Bien… eso es algo que empezó con el éxito de “FullMoon” ya que trata sobre un hombre lobo y luego en el segundo disco había el “Wolf and Raven”. Lobos y cuervos repetían protagonismo, así que un poco el lobo era lo mas natural para nosotros como símbolo. Que el lobo pasara a ser algo simbólico para el grupo fue algo muy orgánico y fácil. La compañía, o el mero hecho de girar ya nos pedía que tuviésemos algo representativo en nuestro merchandising y un lobo era perfecto. Obviamente para las camisetas tienes las portadas del disco, pero siempre puedes añadir algo más. Y es que encajaba perfectamente con Sonata Arctica por el hecho de que estamos en la zona ártica y tenemos lobos en Finlandia. Es un animal mítico y místico a la vez. También fue odiado durante muchos siglos, así que encajaba bien con nuestra banda. Luego empecé a escribir muchas letras con el lobo de metáfora en muchas de nuestras historias. Me nutría también de muchas leyendas e historias que iba escuchando. Gente que había visto lobos, algunos grabados o pinturas que veía… Y es un animal que nos encanta.

En vuestros últimos conciertos hay una canción que abre el show: “Always Look on the Bright Side of Life” de los Monty Python. Justamente esta canción es el final de Iron Maiden. Así que… ¿por qué esta canción da comienzo a vuestros conciertos?

Sí, y ahora justo nosotros la usamos como intro (risas). Necesitábamos una introducción y no teníamos nada, así que nos dijimos que podíamos probar esta. Y al final nos decantamos por el “Always Look on the Bright Side of… DEATH!” (risas), así es como empezamos la primera canción. Es un tema muy feliz y a la gente le da por silbar, eso hace que todo empiece siendo muy orgánico, nos permite movernos por la escena e ir entrando y prepararnos. La gente va silbando, paramos de golpe y empezamos. Es genial. De hecho, me había olvidado que es el final de Iron Maiden.

¿Y que me dices del “Vodka”, que tan bien funciona para el final de vuestros conciertos?

Sí, esa canción surgió ya en el primer tour del año 2000. Te diría incluso la fecha: el 16 de mayo del 2000. Lo sé porque es la fecha de mi cumpleaños. Creo que estábamos en Frankfurt, en Alemania. Ya era el fin de gira y estábamos de fiesta, pero poco recuerdo del final de la noche (risas). Después de esos conciertos hacíamos una fiesta y juraría que fue Timo Kotipelto el que empezó a cantar lo de “Vodka… we need some Vodka…”. Nos unimos el resto cantándola y empecé a armonizar las voces. Y para la siguiente gira de Silence ya empecé a utilizarlo, pero no te sabría decir cuando empezó a ser nuestro punto final en los conciertos. Pasó a ser algo importante pues nos sirve para ese momento te toca despedir el concierto. Ya forma parte íntegra del show. Todo el mundo la conoce pues es la melodía del “Hava Nagila”. Y claro, funciona perfectamente.

He leído que en 2018 Tony Kakko fue galardonado con el título de Caballero de la Orden del León de Finlandia. Suena realmente importante y también muy heavy metal por eso del león y el caballero.

Sí, la verdad es que es toda una rareza el que se conceda este honor a un músico de heavy metal en Finlandia (risas). Juraría que soy el único que lo posee. Fue un gran honor. Me lo concedieron las autoridades locales ya que estuve haciendo muchísimo trabajo para los niños y promocioné la escuela primaria finesa. De verdad que hice un gran trabajo para toda la comunidad. Así que me nominaron y pensé que era perfecto. Se ve que tenían que preguntármelo antes de concedérmelo, aunque desconozco la razón. Yo les dije que adelante… Y cuando me lo concedieron me hice el sorprendido. Es un gran honor porque se le concede a gente que ha demostrado un comportamiento humano notable. Y un poco termina siendo un título que te califica como una gran persona. Incluso es algo importante si por ejemplo estás buscando trabajo. Demuestra tu personalidad. Pero no tiene nada que ver con lo de que te nombren Sir en Inglaterra. Yo lo comparo como broma, pero no es así realmente.

La primera canción en la que vi que había algo especial en Sonata Arctica fue “Kingdom for a Heart”. Me encantaría que me confirmases que es una de las canciones que estarán en el próximo Volumen 2. ¿Será así?

Pues… no va a estar en el Volumen 2. Y la verdad es que sería una buena idea lo de incluirla. Debería empezar a hablar con el resto del grupo y convencer al sello discográfico de que necesitamos un tercer disco en acústico, porque de verdad que estoy de acuerdo de que debería entrar esta canción en esta serie acústica.

¿Cuál es el primer disco que te compraste con tu propio dinero?

Con mi propio dinero… Juraría que fue en formato casete porque en esos tiempos no tenía reproductor de vinilo. Y era algo raro puesto que yo tenía muchos vinilos, pero no un tocadiscos. Y juraría que el primero no me lo compré, fue un regalo y me parece que fue uno de Status Quo, pero sería incapaz de decirte el nombre del disco. En esos días seguro que era el último que habían sacado. Y de verdad que lo debo tener por algún sitio.

Bien, pues esto ha sido todo. ¡Muchas gracias por tu tiempo!

Gracias a vosotros. ¡Un saludo!

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.