A pesar de que soy de los que siempre defenderá todo el material de esta agrupación de power pop, siendo el cruce perfecto entre los Beatles y las hair bands de los 80’s, me es difícil llegar a destacar algo de esta última etapa. Frontiers tenía claro que eran un fichaje que querían hacer por lo especial del grupo, pero sin Donnie Vie a las voces la cosa pierde enormemente. Lo de su última obra ya fue de traca. Llegar a pillar viejas demos con Vie cantando y sacarlas como un disco nuevo tirando de regrabados y chapuzas de producción… Incluso su ex cantante montó en cólera, con toda la razón. Las voces de Chip son etéreas y como si estuvieran pasadas por un filtro que se asemeja a un teléfono antiguo. Era y es todo absurdo, necesitan un cantante. Pero, a pesar de que a nivel compositivo mantienen el tipo, vuelven estas voces vergonzosas. Y lo de que en un tema hay la inaudible guitarra solista de Ace Frehley es ya otro sinsentido más a esta nueva etapa en la que cuentan con una potentísima discográfica. La gran noticia es el retorno del guitarrista Alex Kane al grupo, un músico que estuvo con el grupo en los tiempos de gloria a finales de los 80.
Portada, concepto, título y esa intro de reminiscencias góspel te abren el cielo y uno espera mucho ya por la elegancia que transmiten. En “Fatal Distraction” ya notas que la cosa en cuanto a sonido ha mejorado mucho respecto a su anterior y vergonzoso Diamond Boy. Aquí hay un material bastante fresco, pegadizo y con juegos de coros lastrados por la voz principal. El marcado riff de “I Got My Money Where My Mouth Is” tiene una interesante cadencia y un gancho innegable pero otra vez todo lo tira por la borda Chip con su voz robótica. “Help” me parece de lo más lucido y divertido del disco. El tema funciona bien pues los mimbres sobre los que se construye son más que buenos. No vamos a dudar del nivel que siempre ha tenido este grupo. En el medio tiempo meloso “It’s All in Vain” toca todo un Mike Portnoy, justo con el kit réplica de Tama de los Beatles. No es el único invitado, destacando a la batería Daxx Nielsen de Cheap Trick, otra de sus bandas de cabecera. Destaquemos de este corte ese final con esas armonías vocales tan bellas y tan Z’Nuff.
La inusitada fuerza de “Strangers in My Head” sorprende con unos versos cantados sin necesidad del filtro vocal. No salvaremos de la quema “Drugland Weekend” con unas voces terribles, eso sí, ese estribillo se termina quedando en tu memoria. En “Broken Love” hay la balada del disco en la que el bajista homenajea a su hermano, triste y evocadora con un buen trabajo de Tory Stoffregen y Alex Kane. Esas guitarras dobladas siempre han sido uno de los santo y señas del combo. En “Go…” si que vuelven a emocionarme con ese acercamiento a los Fab Four. Una de las gemas que más lucen en esta obra con complejidad de voces y mucho encanto. Es también el tema más extenso del disco. El punto final lo pone el delicioso riff de “Winding Road”. Entre Judas Priest y los Beatles con unos aires que juegan incluso con los Led Zep más esotéricos.
Personalmente creo que Donnie Vie necesita tanto volver al redil como tanto le necesita apremiantemente el combo de Illinois. Este mismo disco con su cantante de toda la vida luciría a otro nivel. Todos los músicos de Enuff Z’Nuff están capacitados para cantar alguna parte solista y tirar de coros reales, pero no para todo un disco. Toca hacer un cambio o buscar a alguien pues antes me encantaba ver que los Z’Nuff sacaban un disco nuevo, ahora… lo hago más por respeto a su legado que por otra cosa pues me esperaba algo así. De todas formas, repito, a nivel compositivo y técnico la cosa está a la altura de siempre, pero claro, la voz de Chip se pierde entre lo etéreo y el auricular del móvil. Otra cosa sería verles en directo, allí si que me veríais independientemente de quien cante.