Con la primera escucha de Renegades (2019) frío me he quedado. No es malo, para nada, pero aviso, quién esperaba un disco a la vieja usanza de los alemanes, como el espectacular Sagas (2008) o Rekreatur (2010) se quedará totalmente decepcionado. Si eres de los que le gustó Armageddon (2016), entonces este Renegades (2019) es para ti, aunque con bastantes cambios más que sutiles.
Equilibrium se formó en 2001 y al cabo de cuatro años llegó su primer álbum Turis Fratyr (2005) donde dejaron su calidad con folk metal y viking metal mezlcado con un excelente black metal sinfónico. Aunque su obra maestra no tardó en llegar, de la mano de la discográfica Nuclear Blast, Sagas fue excepcional, con temas un poco más épicos e incluso introspectivos o sentimentalistas, aunque no exento de dureza y tralla black. Con su tercer larga duración (allí es donde los descubrí) no hizo sino demostrar que habían dado con la tecla y con Rekreatur siguieron el excelente camino empezado dos años antes.
Pero todo esto difirió con Erdentempel (2014), idas y venidas importantes en la formación, con un cambio de estilo, todo más rimbombante, más cargado de sonidos folk, aunque diferentes, todo mucho más pausado, medios tiempos y menos trallazos blacker. Armageddon no hizo constatar todo esto, siendo aún más pomposo con todo lo descrito. Más melodías poperas y desvirtuando los orígenes de estos alemanes aupados como maestros del epic metal. Épico, lo que se dice épico, que queráis que os diga, si continúan con eso, pero cada vez menos black y folk, con sus ritmos típicos alemanes y muchos con aires más de partes más remotas, como pueden ser sus flautas recordando a música de América Latina o de cualquier parte del mundo. No estaba mal, continuaba la esencia de Equilibrium, con canciones divertidas, todo lo folk hecho con el teclado, sin ningún tipo de tapujos, pero significativamente diferentes a sus inicios. Y ya sabemos que en el mundo del metal no nos gustan mucho los cambios de estilo en los grupos.
Seamos claros, toda persona evoluciona y cambia en la vida, o al menos debería ser así. Siempre hay casos, tenemos casos vaya, de algún amigo o pariente que sigue haciendo lo mismo de cuando tenía “x” años, o bien no ha acabado de madurar lo suficiente. Lo mismo pasa con la música, sabemos y entendemos que a muchos músicos y compositores les gusta progresar, y para ello deben experimentar, modificar y probar cosas nuevas (después tenemos grupos como Obituary, claro, pero eso es un mundo aparte) pero cuando hay un grupo que nos gusta mucho y cambia el estilo, ah amigo! ¡Como nos ponemos y como rajamos eh!. ¿En qué quedamos pues? Qué si se han vendido, (de algo deben de comer, ¿no?) Qué si se han reblandecido (chicos, la mente no es la misma con 20 que con 45) Qué si ya no molan (será porqué el estilo nuevo no te pitufa, pero a otra persona seguro que sí). Aunque puedo entender el mal rollo que puede haber por que un grupo de tocarte con rabia y dureza pase a tocar totalmente suave y ultra azucarado, en eso sí, y encima si pierden su identidad.
¿Y todo esto por qué lo digo? Pues porque Equilibrium es de estos grupos, como he dicho, que progresan y quieren explorar sonidos nuevos. Habría sido muy fácil para ellos seguir en su magnífica zona de confort, siguiendo siendo uno de los reyes del epic metal, pero no eran felices siguiendo tocando lo mismo. Ya lo dijo hace poco el “alma mater”, líder espiritual y compositor del 80% de todo lo que editan, René Berthiaume, que se planteó hace pocos años dejar el grupo, sentía que lo que componía, no le salía sincero, solo para contentar a fans y banda. Pues bien, en este Renegades se ha quedado bien pancho y nos ha presentado unos Equilibrium aún más diferentes. Sí, lo sabíamos con sus dos singles antes presentados, se veía, pero ahora se palpa el cambio definitivo. Una nueva era ha llegado para estos alemanes.
Antes os he comentado que con la primera escucha me he quedado frio. Bien, después de varias más, no tengo la sensación negativa anterior. Me he metido en la cabeza lo que os he dicho referente a la progresión musical de los músicos, y os puedo asegurar que pueden llegar bastante más lejos si continúan con esta senda, o no… Renegades, como el mismo disco anuncia, parece hasta una pista por donde andan los tiros con este disco. Han renegado de sus orígenes black y folk. Ahora tocan alternativo, industrial e incluso dance metal. Incluso la letra ha cambiado, atrás quedan definitivamente sus canciones con letras basadas en la mitología alemana, ahora tratan sobre la humanidad. Incluso la voz de Robse presenta más registros de estilo hardcore moderno que no de black. Pero lo más importante, ¿siguen siendo Equilibrium? Sí. Y os diré que hay algunos temas que me han gustado, no compro su nuevo estilo, aunque como en mi momento, a long time ago in a galaxy far, far away, tuve mi época dance pues tienen su gancho. Pero basta ya de cháchara y empecemos a destripar el disco.
“Renegades – A Lost Generation” es el primer tema del disco, con una intro típica de los alemanes, para presentarnos lo que os decía, riffs machacones con mucho teclado, dándole un aire industrial y dance. “Tornado” tiene el típico inicio con flautas latinoamericanas y continuando el estilo actual, esta vez intercalando voces claras y unos teclados bastante melódicos, en mitad del tema, hay una parte bastante hardcore (a lo Rise of the Northstar, por poner un ejemplo) para continuar con industrial metal.
“Himmel Und Feuer” tiene más ritmo, más rápida, pero es mucho más electrónica, con momentos de sonido de 8 bits al teclado. En general es una canción con más matices y el riff principal bastante pegadizo. Con “Path of Destiny” con la colaboración del grupo The Butcher Sisters, tiene un inicio con ritmo oriental y un aire hardcore sin olvidarnos del típico sonido de maquinas pesadas, y combinando las voces guturales con momentos de voz clara, muy azucaradas. En el minuto 2 te vuelve a meter un cambio más de alternativo con voz más rapera, seguido de una tralla metalera y electrónica por doquier. “Moonlight” quizá es lo que se parece más a los Equilibrium de hace unos años, crudeza y rapidez con un sin parar por parte del teclado y las voces claras con aire operístico.
“Kawaakari – The Periphery of the Mind” continúa la senda anterior, tralla y velocidad, con una voz por parte de Robse mucho más hardcore, nota bastante predominante en el disco. Tema que aúna de todo, y con muchos cambios de todo tipo, tanto a nivel ritmico, con subidas y bajadas de tensión y “paz”. El tema “Final Tear” empieza dance total y riffs pesados y bastante crudo, quizá el más salvaje del disco, una salvajada que te da en todo el cerebro.
“Hype Train” con la colaboración de la cantante de dance, Julie Elven. Tema dance metal puro y duro, con un ritmo que me recordaba al techno de Scooper. En una discoteca lo petaría, y mucho. Lo fuerte es que no es mala, al contrario. Y acabamos con “Rise of the Phoenix”, el tema más largo, con un piano lento con sonido envolvente, sacado de una peli de sci-fi. En general sigue así hasta el final, con la idea de estar viviendo una aventura espacial
En resumen, disco cuidado al detalle, donde continúan sus intros pomposas de banda sonora de película, y su fondo épico, pero esta vez, aunque continuando las voces graves, no os encontraréis nada black, ni pagan, incluso el folk comienza a brillar por su ausencia. Si os molan las mezclas de metal con dance, si os mola lo industrial y el metal más de medio tiempo, pero también cañero, (Rammstein, para que me entendáis) escuchad lo nuevo de Equilibrium. Para mi es un sí pero no, aunque seguramente no falte a su concierto de enero próximo, ya que sus directos son infalibles. ¿Nos veremos por allí?
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.