Eric Clapton – MTV Unplugged: 30 años del éxito masivo de Clapton y del cabreo (masivo) de sus fans

Ficha técnica

Publicado el 25 de agosto de 1992
Discográfica: Reprise Records
 
Componentes:
Eric Clapton – Voz, guitarra acústica, guitarra clásica, Dobro, kazoo
Katie Kissoon – Coros
Tessa Niles – Coros
Andy Fairweather Low – Guitarra acústica y armónica
Nathan East – Bajo acústico, coros
Steve Ferrone – Batería
Ray Cooper – Instrumentos de percusión
Chuck Leavell – Piano

Temas

1. Signe (3:14)
2. Before You Accuse Me (3:44)
3. Hey Hey (3:16)
4. Tears in Heaven (4:36)
5. Lonely Stranger (5:27)
6. Nobody Knows You When You’re Down & Out (3:49)
7. Layla (4:46)
8. Running On Faith (6:30)
9. Walkin’ Blues (3:37)
10. Alberta (3:42)
11. San Francisco Bay Blues (3:23)
12. Malted Milk (3:37)
13. Old Love (7:53)
14. Rollin’ & Tumblin’ (4:12)

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1992 fue el año del renacer de Eric Clapton, aunque fue más un renacer para el gran público, el que lo desconocía. Ese renacer fue en gran medida generado por la dichosa canción “Tears in Heaven”, que cabreó en sobremanera a todos sus fans de toda la vida. Pero los números hablan por sí solos: Seis premios Grammy incluyendo la canción del año y el disco del año. El Unplugged fue una auténtica revolución devolviendo a Clapton a la primera línea mediática tras muchos lustros de discos algo irregulares, y esta obra desenchufada, en el fondo, resumía un poco su trágica vida, la vida de un genio.

Eric Clapton grabó el directo el 16 de enero de 1992 en los estudios Bray en Winsdor (Inglaterra). Fue un disco no deseado, ni por artista ni por la compañía discográfica, que había perdido mucho dinero con su anterior directo, por lo que eran muy reticentes a repetir el naufragio. Las razones de Clapton eran más de artista: básicamente consideraba que había demasiados fallos en ese directo. El caso es que el disco “menos de Clapton” fue el más exitoso de todos. Cambió la Fender y la Gibson por una Martin, y vaya… no le fue nada mal. Obviamente, MTV presionó para que compañía y artista dieran su brazo a torcer pues sabían que había un material de primera.

El disco

Entre aplausos y vítores arranca un inspirado Clapton en un tema instrumental y propio. Puedes oír a la banda calentar hasta que están preparados y arrancan con “Signe”, con dejes muy brasileños y sobrado de clase. Puedes ver las imperfecciones propias del trasteo de arranque, pero lo hace todo más real. Ray Cooper a las percusiones está impresionante y Nathan East acompaña perfectamente con el bajo.

Obviamente, “Tears in Heaven” es la canción que lleva el disco a la estratosfera, esta y la versión de “Layla”. En la primera se narra la sobrecogedora letra sobre su fallecido hijo Conor. Y la estremecedora letra versa sobre si cuando su padre Eric suba al cielo, si Conor lo podrá reconocer. Conor Clapton falleció al precipitarse desde lo alto de un rascacielos en un descuido de la niñera, y su madre era la modelo italiana Lori del Santo, propietaria del apartamento.

Pero es que la tragedia es mayor puesto que la otra canción que arrasó en el Unplugged es “Layla”, la maravillosa canción que escribió en honor al amor de su vida: Pattie, la mujer de su mejor amigo George Harrison (Beatles). Clapton dedicó a su musa dos de las mejores canciones que ha compuesto nunca: “Layla” y “Wonderful Tonight”. Realmente la historia de Clapton es pura tragedia, pues luchó toda su vida por conseguir a Pattie y cuando lo consigue… no funciona.

De “Layla” decir que la adaptación es absolutamente magistral, ralentizada, con muchas variaciones y capaz de desprender absoluta magia. Hay quien cree que supera la original. Yo no diría tanto, pero está al mismo nivel que esa maravilla eléctrica.

“Tears in Heaven” y “Layla” son candidatas a los reportajes de canciones perfectas, pero entiendo que muchísima gente, sus fans más veteranos, odiaran el “Tears in Heaven” con toda su alma. Canción escrita junto a Will Jennings y que para muchos supuso casi casi un desastre para su carrera. Apareció primero en la versión de estudio en la banda sonora de la película de Rush, pero es en formato desenchufado cuando la cosa alcanza momentos sobrecogedores.

Otro de los momentos cumbre del disco llega con el “Before You Accuse Me” de Bo Diddley con ese riff tan característico y esa cadencia casi mágica. Sigue con la entonadísima “Hey Hey” en la que “mano lenta” demuestra que es un auténtico fuera de serie con complejos punteados. Ya en la cosecha propia nos encontramos con el “Lonely Stranger”, con ese inicio entre aplausos y diabluras en las cuerdas.

“Nobody Knows You When You’re Down and Out”, tema comercial, muy positivista y acompañado con las maravillosas teclas blancas y negras de Chuck Leavell, los coros extraordinarios y las escobillas de Steve Ferrone le dan otro plus. Es de un altísimo nivel y da a todo una calidez impresionante. Todo el disco goza de un aura sumamente especial. Andy Fairweather juega con los arreglos al más puro estilo Javier Sierra cuando acompañaba a Leonard Cohen.

Arreglos sureños para el “Running on Faith” de Jerry Lynn Williams, otro momento dorado con Dobro y muchísimo sentimiento, además de esas sabias teclas de piano. Hay dos piezas de Robert Johnson, siendo la primera “Walkin’ Blues”, con puro sabor del Delta y muchísima clase. Clapton intenta ser muy respetuoso con la original y cuenta con esas cuerdas de acero. La otra es “Melted Milk”, más exigente en lo vocal y en “Alberta”, donde juega un poco con el público antes de empezarla.

Una de las grandes sorpresas es ver a Clapton tocando el kazoo en “San Francisco Bay”, un tema sorprendente de Jesse Fuller. Es un disco templado, apto para todo tipo de músicos y que entra perfectamente. El tema más extenso es la delicada y detallista “Old Love” del propio Clapton, con desarrollos que hacen buenos los apodos de “Mano lenta” y de “Clapton Is God”. El gran final lo pone ese gran estándar del blues titulada “Rollin’ & Tumblin’”.

Veredicto

El 24 de febrero de 1993 un Eric Clapton desaliñado recogió sus muchos premios entre cerradas ovaciones. Posiblemente este disco de la factoría desenchufada de MTV fue el más exitoso e icónico, junto al de Nirvana. En Estados Unidos llegó a disco de diamante y arrasó con todo, incluso en los Grammys, que fueron algo redundantes en los premios. ¿“Layla” en acústico mejor canción de rock del año? ¡Por favor!

Más allá de las críticas y los exagerados aplausos el Unplugged de Eric Clapton significa un éxito absolutamente global y un resurgimiento. Pone fin a años de desgracias personales y también al paso por los infiernos de la droga y el alcohol. Clapton volvió con esta obra desenchufada a recuperar la aureola de genio y el reconocimiento perdido. Millones de nuevos fans a sus pies y sus más veteranos seguidores horrorizados con el dichoso “Tears in Heaven”.

Yo personalmente entré en Clapton gracias a este artefacto comercial, y de verdad que siempre le tendré un cariño enorme. Obviamente la desgracia de Conor es lo que sobrevuela todo el disco y lo que empatiza con todos los oyentes, pero el disco es soberbio de principio a fin. Luego la discográfica apostó por recopilatorio y más estándares de blues en pos de estirar el chicle y hacer caja, pero… Eric Clapton fue devuelto al pedestal que merecía.

Fotografía: Douglas C Pizac / AP / Shutterstock
Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.