Escuela Grind – Dreams on Algorithms

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 18 de octubre de 2024
Discográfica: MNRK Music Group / MNRK Heavy
 
Componentes:
Katerina Economou - Voz
Kris Morash - Guitarra
Justin Altamirano - Bajo
Jesse Fuentes - Batería

Temas

1. DOA (2:10)
2. Always Watching You (2:43)
3. Constant Passenger (feat. Vincent Bennett) (2:52)
4. Moral Injury (2:44)
5. Concept of God (3:02)
6. Animus Multiform (3:39)
7. Scorpion (3:12)
8. Planned Obsolescence (2:49)
9. Toothless (3:28)
10. Turbulence (3:20)

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Escuela Grind es una banda de grindcore formada en Massachusetts que ha ido ganando notoriedad por su enfoque ferozmente agresivo y su compromiso con la inclusión y la diversidad dentro de la comunidad del metal extremo. Fundada en 2016, la banda está liderada por la vocalista Katerina Economou, quien ha sido una defensora activa de la representación LGTBI+ y de las minorías dentro de un género que a menudo ha sido dominado por voces tradicionales y en gran medida homogéneas. Su enfoque musical y lírico no solo busca romper los moldes sonoros, sino también los sociales, promoviendo la aceptación y el respeto hacia comunidades que históricamente han sido marginadas dentro de la escena metalera.

A través de su música, Escuela Grind aborda temas como la desigualdad social, la discriminación y la lucha por los derechos de las minorías. Su mensaje de inclusión no solo se refleja en sus letras, sino también en la diversidad de los miembros de la banda y su activa participación en movimientos y eventos relacionados con la justicia social. Este compromiso con la igualdad y la visibilización de las voces menos representadas dentro de la música extrema los ha convertido en una banda especialmente relevante dentro del metal contemporáneo.

Su propuesta sonora, influenciada por el grindcore clásico, el powerviolence y el hardcore punk, ha evolucionado en cada uno de sus lanzamientos, siendo este Dreams on Algorithms (2024) su trabajo más ambicioso hasta la fecha y con el que buscan consolidarse como una de las bandas más innovadoras y comprometidas del panorama actual.

Pues bien, el pasado día 18 de octubre veía la luz este esperado nuevo álbum, el cual trae consigo una evolución en su sonido, manteniendo su brutalidad característica, pero con toques innovadores que podrían sorprender a algun@s de sus seguidores. Bajo la producción de Kurt Ballou (Converge, Cave In, Isis), la banda ha experimentado con voces limpias, algo inusual en su estilo.

El álbum explora temas como el control subliminal de algoritmos y redes sociales sobre nuestras vidas, un concepto que Katerina Economou describe como «el uso de sueños, el subconsciente y el sueño como imágenes temáticas». Esto lo logran tanto de manera directa, abordando el impacto de las redes sociales en la psique humana, como de manera más personal, reflexionando sobre metas y experiencias propias. Esta dualidad entre lo personal y lo universal le otorga al álbum una dimensión profunda y provocativa, mostrando que Escuela Grind no solo busca aplastar con su sonido, sino también hacer reflexionar a sus oyentes.

A lo largo de diez canciones llenas de ruido extremo, el grupo demuestra su capacidad para llevar más allá los límites del grindcore, con temas que son verdaderos reveses sonoros por su brevedad y agresividad, como la iniciales «DOA» y «Always Watching You». La contundencia de la batería de Jesse Fuentes y los riffs incesantes de Kris Morash crean una pared de sonido que mantiene la energía a tope desde el primer momento. El carácter furioso de «DOA» y la explosividad de «Constant Passenger» (en la que colabora Vincent Bennett de The Acacia Strain) hacen eco de la capacidad del grupo para mantenerse a la altura de otros grandes del género, como Napalm Death, con quienes han compartido escenario.

Uno de los aspectos más valiosos del álbum es cómo la banda promueve la inclusividad y la aceptación dentro de la comunidad del metal extremo. Es refrescante ver a una banda no solo mantener la brutalidad sonora, sino también abrazar un enfoque temático que toca problemas sociales relevantes, algo que la banda aborda sin concesiones en canciones como «Moral Injury». Temas como «Animus Multiform» destacan no solo por su intensidad, sino también por su capacidad de transmitir un mensaje sobre la autoaceptación y los desafíos a los que se enfrentan las minorías en la sociedad.

En cuanto al trabajo de bajo, Justin Altamirano hace una contribución notable a lo largo del álbum, especialmente en temas como «Planned Obsolescence» y «Toothless», donde su presencia se siente con claridad en la mezcla, algo que en el grindcore puede ser difícil de lograr. Finalmente, el álbum se cierra con el primer single, «Turbulence», que introduce  esas ya mencionadas voces limpias por primera vez, mostrando la versatilidad de la banda sin perder un ápice de la agresividad que define su sonido.

Dreams on Algorithms representa un giro valiente en la evolución de Escuela Grind. Sin limitarse a sus raíces en el grindcore, el álbum desafía las convenciones del género, expandiendo sus horizontes tanto sonoros como líricos. La banda mantiene la agresividad que los define, con una potente mezcla de hardcore y caos grind que muestra su tenacidad intacta. Sin embargo, puedo entender a quienes sientan que le falta algo a este trabajo, ya que algunos temas pueden parecer más predecibles o menos afilados debido a una producción más limpia en comparación con Memory Theater.

A pesar de ello, Dreams on Algorithms sigue siendo un disco cargado de energía, perfecto para canalizar la agresión. Soy consciente de que Escuela Grind cuenta con much@s detractor@s debido a la ignorancia musical, especialmente presente dentro del mundillo extremo. No obstante, su ambición y capacidad para reinventarse los colocan como una de las bandas más innovadoras y cautivadoras de la escena actual.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 609 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.