Podemos decir que los suecos Evergrey están en su momento dulce. Que el grupo haya explotado recientemente tras 13 discos en su haber hace de ellos uno de los más grandes enigmas del heavy metal actual. Finalmente, Tom S. Englund, vocalista, guitarrista, y líder del combo, demuestra que tenía razón, y que su propuesta era realmente sólida.
Su anterior Escape of the Phoenix (2021) fue un inesperado bombazo y hay quien cree que esta banda de heavy metal melódico, con dejes progresivos, justo están en su segunda entrega discográfica, es decir… que son unos recién llegados. Siguen muy de cerca lo conseguido en su anterior obra, y un poco, es como si creyesen haber encontrado la fórmula a su sonido y estilo. Las tareas de producción se las reparten el gran líder Tom S. Englund junto al baterista Jonas Ekdahl. Disco continuador y sólido a la altura de su flamante antecesor.
Temas como “Midwinter Calls” dejan patente que el grupo se desenvuelve con auténtica maestría, y que, con unas vueltas de tuerca, han podido dar con la tecla para conseguir estribillo memorables y riffs coreables. “Save Us” abre el disco a medio tiempo, pero con los tiempos muy marcados y con detalles que van desde los teclados de fondo a unos breaks rapidísimos por parte de Jonas Ekdahl.
“Ominous” es uno de los temas más extensos y atmosféricos, con un puntito onírico, con sensación de espacios abiertos, algún que otro juego de eco y con una extensa outro. No es de lo más destacable, pero da profundidad al disco. Luce especialmente el solo de guitarra de Tom S. Englund en la muy accesible “Call of the Dark”. Le han añadido ese inicio y final que se asemeja a una especie de caja de música. Es bueno para dotar a los temas de elementos diferenciadores.
En “The Orphean Testament” volvemos a lo que podría ser considerado como “la formula de Evergrey”. Línea vocal definida y melódica apoyada por teclados, una guitarra entrecortada que va rompiendo y batería y bajo altos y saturados, dando esa bella combinación en contraste de agresividad y melodía. “Heartless” tiene ese punto tecnológico, dando protagonismo a la programación para luego dejar a Tom solo con la ayuda del teclado, para regalarnos unos gorgoritos, que desembocan en estuario hacia un gran solo de guitarra. Un tema original y cambiante…
Hay momentos en los que consiguen ser tremendamente melódicos y accesibles, aun manteniendo todo su carácter y esencia, caso de “Reawakening”. La melodiosa línea vocal va acompañada de un suave teclado de acompañamiento, pero la base rítmica es totalmente pesada, especialmente por el bajo de Johan Niemann. Sigue la onda ese medio tiempo ampuloso titulado “The Great Unwashed”, dominado por los teclados de Rikard Zander y que contiene un largo y meritorio solo de guitarra por parte de Henrik Danhage.
Una dosis de fuerza y contundencia para “Blindfolded” en la que vuelven a enfrentar potencia y dureza con melodía. El sonido está muy comprimido y suena realmente potente a la vez que dotan a la canción de otro buen estribillo marca de la casa. Tras tantos años, saben perfectamente como conseguir lo que quieren. Sorprende enormemente el final con la pausada y breve “Wildfires”, corta y con cierta saturación de sonido en la voz de Tom. Es una buena manera de ponerle punto y final al disco.
Recordemos que el grupo ha cambiado la discográfica de toda la vida AFM por la todopoderosa austríaca Napalm Records, hecho que es un paso adelante se mire por donde se mire. En A Heartless Portait: The Orphean Testament el grupo sueco se mantiene conservador, amarrategui, pero es que se lo han ganado… Han luchado muchísimo para llegar en el sitio de privilegio en el que están.
Recordemos que Evergrey llevan décadas de trayectoria y para muchos ha sido un grupo menor que caía simpático y que vimos a las 15:00 del mediodía en Moncofa. Ha llovido mucho desde entonces, y combinar progresivo y metal melódico era algo que parecía no interesar mucho. Puede que este disco no supere a Escape of the Phoenix, pero les servirá para poder girar por toda Europa y… quizá más allá.