Desde octubre del año 2006 llevaban los suecos sin pisar una sala de la ciudad condal hasta este concierto, siendo su anterior visita en la última edición del Rock Fest el pasado verano con unas condiciones de sonido que no fueron las mejores –nuestra crónica aquí-. Por suerte la gente de Madness Live! apostó por traerlos de nuevo con cuatro fechas en la península, en una gira en la que les acompañaban Genus Ordinis Dei y Bloodred Hourglass, dos bandas que desconocía y con una propuesta más extrema que la de Evergrey.
Genus Ordinis Dei
Apadrinados en sus orígenes por Marco Coti Zelati de Lacuna Coil, los italianos Genus Ordinis Dei son una banda de death sinfónico que de tanto en tanto introduce unas pizcas de groove metal en la mezcla. Mostrando una actitud desenfadada y teatral que en ocasiones impedía conectar con la agresividad y atmósferas de su propuesta, a lo largo de la media hora de actuación se ganarían el favor del -todavía un poco escaso- público presente en la sala gracias a la simpatía del imponente vocalista y guitarrista Nick K más que por sus méritos musicales, que seguían la línea de una versión algo descafeinada de sus compatriotas Fleshgod Apocalypse o de los griegos Septicflesh. Se me hizo algo difícil conectar con ellos debido a algunos momentos bizarros como la cover del «Hail and Kill» de Manowar -con intro previa y todo- o la conversación futbolera de Nick K sobre el derby Barça-Espanyol, su exhibición de la camiseta de los primeros y sus gritos de «¡Messi, Messi!»
Bloodred Hourglass
Durante el correspondiente parón entre banda y banda y a lo largo del concierto de Bloodred Hourglass el público iría aumentando progresivamente hasta lograr que la sala Bóveda presentase una bastante buena entrada sin llegar al lleno. Los finlandeses con tres álbumes -el cuarto, «Godsend», verá la luz el 31 de mayo- y varios EP’s a sus espaldas también obtuvieron una buena respuesta de la audiencia con su death melódico con toques más pesados, en la línea de sus compatriotas Children Of Bodom de la época posterior a Hate Crew Deathroll, con el distintivo de unos riffs de guitarra melódicos y melancólicos muy en la onda de Insomnium. A pesar de la fama de frialdad que ostentan los nórdicos, Bloodred Hourglass se mostraron comunicativos y contagiosos a la hora de animar al personal. Basando la mayor parte de su repertorio en su último disco Heal, se despedirían con la pesadez prácticamente metalcore de «The Last of Us» y la más típicamente bodomiana «Where the Sinners Crawl».
Evergrey
Un telón de fondo diseñado para escenarios de mayor tamaño y sendas banderas que no lucían demasiado en las esquinas delanteras conformarían el apartado visual de unos Evergrey que se centrarían en lo musical durante su actuación, comenzando de manera aplastante con la potencia de «A Silent Arc» y la pegadiza «Weightless», de la misma manera en la que se inicia su último trabajo The Atlantic. Curiosamente, a pesar de la gran acogida que ha recibido este álbum por parte de los fans, tan sólo caería tres temas del disco, siendo el tercer escogido el atmosférico «All I Have» justo antes de los bises. A «Weightless» le seguirían una serie temas del resto de la trilogía de trabajos que les han llevado a la segunda juventud por la que pasan desde la edición de Hymns for the Broken en el año 2014, con «Leave It Behind Us» del Glorious Collision -2011- como única concesión a tiempos pasados. El sonido estaría a la altura del alto nivel técnico y compositivo del grupo, si bien en algunas ocasiones no sería fácil que los teclados de Rikard Zander y los registros vocales de Tom Englund no quedasen algo tapados por el resto de instrumentos. Si bien Tom se mostraría cercano y comunicativo con alguna que otra broma -como «olvidando» el título del Glorious Collision antes mencionado, el cual no es precisamente su trabajo más inspirado…-, el premio al más simpático y entregado se lo llevaría el guitarrista Henrik Danhage, quien parecía disfrutar realmente sobre las tablas y no podía evitar hacerle numerosas carantoñas a la seguidora más joven presente, quien presenciaba el concierto subida a hombros de su padre. El concierto mantendría un buen ritmo a pesar de que Evergrey no se caracterizan por tener el estilo más accesible del mundo, optando por escasas pausas entre tema y tema ya que éstas ya entraban dentro de los momentos más melancólicos de las propias canciones, en ese contraste con la potencia y intensidad que pueden alcanzar en otros instantes y que es una de las señas de identidad de la banda.
Tras abandonar brevemente el escenario mientras el tiempo había pasado volando -con «Black Undertow» como momento más destacado de esta primera parte-, los bises estarían formados por una elección de cortes de Hymns for the Broken -«The Grand Collapse» y el hit final «King of Errors»- y un par de temazos clásicos que supieron a poco -«Recreation Day» y «A Touch of Blessing», posiblemente EL TEMA de la banda-. Lástima que probablemente debido a la duración de las canciones y a no ir más allá de la hora y media de actuación nos quedásemos sin algún clásico más, sin perjuicio de la época actual de la banda. El situar los respectivos solos de teclado y guitarra en medio del bis creo que no fue una decisión demasiado acertada, pero es un mal menor ante el gran estado de forma y calidad que mostraron Evergrey tanto a nivel individual como grupal. Esperemos que no tengamos que esperar otra década para tenerlos de nuevo en sala con un show completo visto el gran nivel que mantienen en la actualidad.
Setlist Evergrey:
A Silent Arc
Weightless
Distance
Passing Through
The Fire
Leave It Behind US
Black Undertow
My Allied Ocean
All I Have
—–
The Grand Collapse
Recreation Day
A Touch of Blessing
King of Errors
Apasionado de la música en directo de casi cualquier género, si bien con predilección
por el post-rock, el progresivo moderno y el metal extremo.